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Educación sexual: enseñar a los niños el autodominio

Formar a los hijos para que vivan en plenitud el sexo supone implicación por parte de los padres. No dejes a la escuela todo el trabajo.

La educación sexual es un aspecto importante en el crecimiento de los hijos. Ayudarles a que conozcan el valor de su corporalidad es algo que los padres ayudan a hacer con el ejemplo y con las palabras.Los padres son el primer referente de un niño en cuanto a la educación sexual. Le pueden dar a conocer el cuerpo y no solo en su aspecto físico sino también en su dimensión más trascendental: las personas tenemos alma y espíritu que están unidos y caminan juntos en la vida.

El niño va descubriendo y aprende a manejar su propio cuerpo, con la guía de los padres (papá y mamá) que le aportan información, le explican qué sucede cuando enferma o le curan una herida. También le indican por qué debe hacer deporte o qué causó aquel dolor de estómago.

Igualmente, a la edad oportuna, al niño y a la niña se les habla del sexo de forma apropiada a cada fase del crecimiento. La escuela debe ir a la par que los papás y comunicarse con ellos para que vayan unidos en ese recorrido.

Mother and girl

InesBazdar – Shutterstock

La recompensa inmediata no es la solución

Sin embargo, con la llegada de la adolescencia y el despertar sexual, no podemos creer que todo lo que apetece sexualmente haya de ser recompensado de manera inmediata.

A los adolescentes conviene explicarles enseguida que no todo lo que el instinto quiere hay que dárselo de inmediato. De la misma forma que no han de golpear a un compañero porque les lleva la contraria ni han de robar en una tienda porque les apetece poseer ese objeto.

¿Educar a base de anticonceptivos?

Entonces, ¿por qué en muchas escuelas solo les hablan a los hijos de anticonceptivos? Centrar en eso la educación sexual de los adolescentes es cosificar a los jóvenes, reducir su conocimiento del propio cuerpo y de su globalidad como personas. Además, se da un punto de partida negativo a la sexualidad: “pon un freno porque en eso peligra tu vida…”.

Shutterstock

Educar así a la población joven es como enseñar a vomitar al niño que disfruta atiborrándose de comida. ¿No sería mejor enseñarle a alimentarse de forma sana?

Para una educación sexual sana, no es lógico incitar a la promiscuidad a los jóvenes bajo la falsa capa de “libertad”. Es mucho más enriquecedor educar a los hijos en el autodominio.

¿En qué consiste el autodominio?

Autodominarse es saber gobernarse. Es tener la fuerza interior de decidir qué voy a hacer y cómo me voy a comportar ante lo que me sucede en la vida. Y eso es mucho más amplio que la sexualidad. El autodominio consiste en fortalecer la voluntad.

Educar en positivo

Enseñar a un niño a autodominarse empieza por aspectos como:

  • controlar sus berrinches, por no darle lo que exige con una pataleta cuando vemos que eso no es lo mejor para él.
  • frenar los caprichos y los impulsos desordenados (la pereza de levantarse por la mañana, por ejemplo) y mostrarle la bondad de otras cosas que tal vez de entrada son menos atractivas (el esfuerzo de una excursión al monte que acaba con la contemplación de un hermoso paisaje, por ejemplo).
  • explicarle la razón de por qué no debe hacer determinadas cosas (golpear, mentir, gritar para imponerse…). Con los argumentos, dotamos su inteligencia de razones para decidir correctamente en acciones futuras, cuando nosotros no estemos delante.
  • mostrarle el auténtico valor de cada cosa (de la amistad con sus compañeros de clase, por ejemplo) y orientar su mirada hacia lo valioso por encima de lo inmediato.
FAMILY

Syda Productions – Shutterstock

Ventajas de educar en el autodominio

Educar al niño en el autodominio le dará más facilidad para saber decidir con libertad en las cuestiones relacionadas con el sexo, más allá de las imposiciones ideológicas y de las modas o de las presiones de un entorno consumista.

El niño que llega a la adolescencia sabiendo ser dueño de sí mismo en todos los campos, dispone de herramientas para enfrentarse a los nuevos retos y descubrimientos que le va ofreciendo la vida: la presencia del otro sexo, la atracción… En un entorno sano, hay que ayudarle a crecer valorando su propia corporalidad y la de los demás, y eso pasa por el respeto antes que por el uso sin cabeza.

Hagamos que los hijos puedan vivir la adolescencia en plenitud apuntalando sus recursos.

Para ello, los padres y educadores necesitan un arma: la fortaleza. Fortaleza para ser claros, para no cansarse de educar en positivo, para llevar la contraria cuando es necesario y para reclamar una educación pública de calidad también en este aspecto.

Fuente de la Información: https://es.aleteia.org/2019/09/29/educacion-sexual-ensenar-a-los-ninos-el-autodominio/

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La escuela de Nueva Zelanda que apostó al concepto de comunidad y logró revertir malos resultados

Oceania/NuevaZelanda/

En diez años la institución pasó de no llegar a niveles básicos de comprensión a estar en los mejores lugares académicos del país.

Te Ākau ki Pāpāmoa es la escuela que dirige desde hace 12 años Bruce Jepsen en Nueva Zelanda, al norte de la isla. El docente tiene ascendencia maorí, una etnia polinesia que representa gran parte de la población de la isla pero que sufre mucha discriminación en la sociedad. Cuando Jepsen llegó a la escuela, 90% de los niños (maoríes y no) tenían niveles insuficientes de lectura, escritura y matemática; sin embargo, hoy los estudiantes se sitúan primeros en los rankings nacionales y los docentes exponen en conferencias internacionales. Cuenta, orgulloso, que la integración en su escuela es excelente, que todos los niños maoríes comparten su cultura sin sentirse extranjeros en su propio país, y que tanto los niños como los docentes aprenden varios idiomas, entre ellos su lengua nativa.

Jepsen llegó a Uruguay acompañado por Lynley Skiffington, la encargada de aprendizaje de alfabetización y pedagogía de la escuela neozelandesa. Además, es la directora de Estudiantes Internacionales, por lo que lidera el Programa de Segunda Lengua en Inglés, algo fundamental en una escuela que recibe una importante cantidad de estudiantes migrantes.

Los especialistas estuvieron en Montevideo invitados por la organización E.dúcate, que celebró sus diez años con la serie de charlas De.Practice: voces de una escuela efectiva, de la que los neozelandeses fueron los expositores principales. En diálogo con la diaria, los especialistas comentaron los secretos de su éxito educativo: entender la escuela como una familia en la comunidad, actualizar la currícula mediante la tecnología, y la paciencia para aceptar que los cambios en educación son lentos.

Su escuela en Nueva Zelanda tiene dos lemas: “guiándome a guiar mi aprendizaje” y “conóceme antes de enseñarme”. Comencemos por el primero, ¿qué significa esto para estudiantes y docentes?

BJ: El significado es la independencia para los jóvenes, a medida que maduran van adquiriendo la habilidad de aprender. Es una visión que busca generar capacidad a medida que avanza la currícula. Los individuos tienen su propia identidad, su propia cultura y su propio lenguaje; la guía del individuo significa generar autonomía para que, al final de estos seis años, el estudiante pueda generar su propio camino y volar hacia donde él quiera. Se relaciona con nuestro otro lema, “conóceme antes de enseñarme”: la idea es conocer realmente a cada persona con la que trabajo en profundidad; en mi caso son cientos de personas.

Eso parece ser mucho trabajo.

LS: No lo es. Es natural, porque el trabajo más importante del docente en nuestra escuela es construir relaciones con los niños. Sabemos que si como docentes logramos construir relaciones fuertes, tendremos buenos resultados y no habrá mal comportamiento en nuestras clases, porque el niño se siente a salvo y valorado. Ellos saben que nos importan, se lo mostramos y celebramos su aprendizaje.

BJ: Las malas relaciones con los estudiantes resultan en una mala enseñanza. Yo busco ese tipo de docente, que genere una buena relación, con una comunicación fluida y consistente. Cuando no está esa relación, los resultados empiezan a empeorar, comienza a haber frustración de los profesores, los estudiantes y las familias. El sistema que nosotros creamos es para todos.

¿En qué tipo de actividades se refleja este acompañamiento?

LS: Todo funciona de forma bastante orgánica, naturalmente pasa todos los días. Pero tenemos nuestras actividades particulares: cada dos semanas hacemos celebraciones escolares que son muy importantes, es un evento en el que juntamos a toda la escuela y celebramos los aprendizajes que se fueron dando en esas dos semanas. Funciona como una vitrina, una presentación de lo que está pasando en el momento, y los padres pueden participar. Es muy divertido y emocionante, y así la escuela se convierte en un centro de actividades de la comunidad. Para nosotros eso es fundamental: la escuela es comunidad y buscamos hacer nuestra mayor contribución.

¿Qué tipo de actividades se llevan a cabo en la rutina diaria?

LS: Si Bruce entra a mi clase y estoy parada delante del pizarrón y 30 niños me están mirando, se enojará. Esa situación es todo lo opuesto a lo que buscamos en la escuela, porque sabemos que ninguno de esos 30 niños está aprendiendo algo de mí ahí parada; necesitamos que los niños estén haciendo cosas, así funciona el aprendizaje.

BJ: Dejamos que los niños sean niños, pero sabemos lo que esperamos de ellos y los ayudamos a hacerlo. Para eso necesitamos a los mejores profesores, que sepan cómo liderar ese aprendizaje; no podemos poner delante un títere que repita como un grabador, eso no ayuda al niño a conocerse a sí mismo.

¿Cuál es el rol de la familia en la escuela?

LS: Tenemos una enorme relación con los padres. Nuestra escuela es como una gran familia, todos estamos conectados y vamos en el mismo camino. El aprendizaje no se detiene en el momento en que el niño sale de las puertas de la escuela, sino que continúa en sus casas. Tenemos una herramienta digital que se llama Seashore [un software privado, de Apple], y a través de ella todos los padres están conectados al perfil individual de su hijo, y el maestro puede comunicarse directamente con el padre, quien puede responder, y todos pueden escribir mensajes en la comunidad del grupo o de la escuela. Y todos lo hacen, se conectan y participan en el aprendizaje del niño a diario.

BJ: Aprovechamos cualquier oportunidad de comunicarnos con los padres que tengamos. Puede ser accidental; cuando dejan al niño en la puerta los agarramos un minuto para conversar, pero no tiene por qué haber algo para decir, sólo conversar para construir una relación que tenga en el centro el aprendizaje del niño más allá de la escuela. Siempre tratamos de ofrecerles a los padres el consejo y la guía necesaria para que ellos nos ayuden a nosotros en las tareas de educación. A su vez, los padres y los docentes también están involucrados con lo extracurricular. Todos mis docentes y algunos padres están involucrados en las actividades extracurriculares de los niños: algunos están asociados a talleres de música, otros son entrenadores de básquetbol o rugby; están relacionados con todo lo que hace a la comunidad.

Hace una década, la escuela tenía pésimos resultados, los niños no pasaban las pruebas de escritura y lectura, mientras que ahora están en lo más alto de los rankings nacionales. ¿Cómo fue ese proceso?

BJ:Tiene que ver con las altas expectativas. Me enfoqué en enseñar una pedagogía significativa y en darle sentido al aprendizaje. Es importante que los docentes y estudiantes tengan un propósito, por eso soy muy sincero sobre lo que espero que hagan los docentes. Los primeros años fueron muy difíciles: tuvimos que evaluar cómo estaba el nivel de la escuela, al mismo tiempo que iba eligiendo los docentes más comprometidos con el cambio, porque necesitaba profesores que confiaran en mi visión para empezar a trabajar. Fuimos construyendo toda esta cultura de trabajo y fue muy difícil porque el progreso es muy lento, por eso creo que es importante celebrar los pequeños pasos que vamos logrando. Cuando alguien siente que está haciendo las cosas bien, quiere seguir. Ese es el cambio, creer en los niños, asumir que esos malos resultados no son los normales y trabajar para mejorarlos. Hay que saber que lleva mucho mucho trabajo: yo tenía cabello negro y ahora sólo tengo canas, imaginate el tiempo y el esfuerzo que llevaron estos cambios.

¿Cuáles fueron los primeros pasos?

BJ: Fue generar una base de datos, ver exactamente dónde estábamos y proyectarnos los seis años en todas las áreas del currículum. Evaluamos y vimos que no éramos buenos en ninguna área; sin sorpresa los datos que vimos eran muy malos. Elegimos profundizar en las habilidades de lectura, profundizamos en que los profesores supieran más al respecto. Lo hicimos porque muchas de las cosas de la currícula requieren saber leer y comprender, y nuestros estudiantes no estaban alcanzando ese nivel básico. Entonces fueron dos años enfocados exclusivamente en la lectura; también avanzamos en otras áreas, claro, pero estábamos concentrados en la lectura comprensiva. En estos primeros años también aparté a los docentes que no estaban comprometidos, los probamos y si no estaban en la escuela por la misma razón que estábamos los demás se tenían que ir, porque no eran parte de la familia. Yo valoro a los docentes que siguieron con nosotros durante todo el camino difícil.

¿Cómo se llevan estos cambios con el sistema educativo neozelandés?

BJ: Parte de mi visión fue pensar cómo salimos del sistema. Llegamos a lo máximo de sus expectativas en lectura, escritura y matemática, pero no usamos la construcción tradicional del conocimiento. Lo que hicimos fue tomar la currícula neozelandesa y digitalizarla; hacemos actividades tradicionales pero con una lavada de cara digital, las llevamos al tiempo real en el que vivimos. El gobierno no nos ayudó para nada en nuestra conversión; lo hicimos nosotros, nuestra comunidad trabajando muy duro. Empujamos los límites y creamos cosas que apenas podíamos imaginar: tenemos a niños grabando canciones en estudios de grabación profesionales, tenemos docentes dando conferencias a audiencias mundiales y que son líderes en sus áreas. Lo creamos creyendo en nosotros y en los niños.

La cultura maorí es parte muy importante de la escuela. ¿Qué rol juega?

BJ: Tiene un rol masivo, muy importante. Yo soy indígena y mi acercamiento al liderazgo incluye siempre la cultura maorí, está en mi forma de ser. Nosotros vemos al planeta como parte de nosotros, somos la naturaleza y manejamos eso, hay un término, whakahanongatanga, que significa “conectividad” y “sentido de la comunidad”; eso es fundamental en nuestra comunidad indígena y es lo que yo transmito en mi escuela, requiere generar soporte y cariño en la comunidad y es lo que yo quiero que mis docentes transmitan a los niños.

¿Hay muchos estudiantes maoríes en la escuela?

BJ: Cerca de 35%, unos 300 estudiantes más o menos. Vienen desde 37 diferentes lugares, algunos incluso se han mudado desde otras regiones sólo para ir a nuestra escuela, porque los indígenas solemos ser muy desplazados en nuestra sociedad, nos dejan de lado en muchos lugares, y en esta escuela nunca será así. En otras escuelas los niños maoríes tienen malos resultados, pero en mi escuela tienen los mejores del país y esto es porque confiamos en ellos, porque no los subestimamos.

Nueva Zelanda desde Uruguay

Cecilia de la Paz es la directora general de E.dúcate y comentó algunos de los motivos para invitar a estos exponentes desde Nueva Zelanda. “En su escuela ellos tienen un proceso mucho más dinámico que el nuestro. Es posible que haya muchos docentes trabajando con el mismo grupo: cada niño se relaciona con varios docentes y tiene varios espacios de aprendizaje durante el día. Cada uno es específico, pero a su vez están intercomunicados, no hay una división estricta entre un momento y el otro. El docente crea un ecosistema de aprendizaje durante el día y el niño lo cruza. En el trasfondo hay docentes diseñando todo, pero para el niño es sólo pasear por distintos lugares, es mucho más holístico de lo que parece. Ves niños que van y vienen, y parece que ellos están caminando por ahí, pero todos están haciendo lo que tienen que hacer, sin que haya un mandato”.
Fuente: https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/7/la-escuela-de-nueva-zelanda-que-aposto-al-concepto-de-comunidad-y-logro-revertir-malos-resultados/
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Cuando la integración de las TIC implica a la comunidad educativa al completo

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo 

Las tecnologías pueden ser acicate para la mejora de los resultados, también para ilusionar a equipos docentes, así como para implicar a las familias. Un proyecto en 7 países de Latinoamérica da algunas claves.

Las tecnologías nos han servido para abrir la cabeza, la imaginación, la mente de niñas y niños, para que vean, sientan y experimenten que forman parte de algo mucho más grande. Para que sepan que más allá de sus casas, del pueblo en el que viven, del paisaje abrumador que les rodea hay otras personas, otras vivencias, otras posibilidades.

Este podría ser un buen resumen de parte de las experiencias que han vivido en algunas escuelas de América Latina de la mano del programa Aulas de Fundación Telefónica que les ha llevado, desde 2012, ordenadores, conexión a internet y formación a los docentes para hacer uso de todo ello. Ahora, de la mano de la OEI (Organización de Estados Iberoamericanos), se ha desarrollado una evaluación del proyecto y se han publicados sus conclusiones.

Ingrid Roesch es directora de la Escuela Oficial Rural Mixta del Cantón Xepache. Lleva 14 años en el cargo. Es, sin embargo, una mujer joven y apasionada de lo que hace. Su tono de voz es alegre y enérgico. Habla con orgullo del trabajo que han venido realizando ella y las otras ocho maestras de su centro, también del esfuerzo de las familias y de las niñas y niños que llevan cerca de seis años trabajando con la TIC en las aulas.

El colegio se encuentra en uno de los 10 cantones alrededor de la ciudad de Quetzaltenango, la segunda ciudad en importancia de Guatemala. Están al pie de un volcán, un valle que les ofrece un paisaje impresionante. Con la conexión a Internet, el paisaje se ha hecho mucho mayor. Pasando por la comunicación con otros alumnos de Guatemala, de otras partes del país. También con otras niñas y niños más allá de las fronteras del país centroamericano.

Está en España para dar cuenta de los beneficios del proyecto. Para eso ha tenido que volar 11 horas. Antes tuvo que coger un autobús durante cinco horas más para llegar a la cabecera y poder coger el avión. A estas alturas estará de vuelva a casa. Está cansada, pero mucho más ilusionada.

Como el día que les dijeron que podrían tener un laboratorio de computación. Solo había un requisito: un lugar para hacerlo. La escuela es tan pequeña que no lo tenían.

“La población es muy colaboradora, es el tipo de persona con el que se puede trabajar”, dice. Así que manos a la obra. Pidió a las familias un esfuerzo para construir “ya” un aula en la que meter los ordenadores que Telefónica quería llevar allí. Y se hizo.

Además de que estos equipos suponen una ventana excepcional hacia el mundo, han generado cambios más tangibles en la población. Como ella misma cuenta, antes de que llegaran, la mayor parte del alumnado desertaba entre 3 y 4º grado. Cuando sabían leer, escribir y hacer cuentas y las familias consideraban que ya era suficiente. Prácticamente ninguno llegaba hasta el último curso, 6º. Y los que llegaban no pasaban de allí. Ahora las familias han cambiado de parecer. Ahora llegan clases de 25 estudiantes a 6º y siguen. Tienen en mente poder ir a la universidad, a la capital.

Pero la implicación de las familias ha llegado y llega más lejos. En buena medida son las encargadas de sostener el proyecto. Telefónica llevó los equipos y durante tres años pagó la conexión a la red, además del mantenimiento. Pasado ese tiempo, Ingrid asegura que tuvieron que volver el proyecto sostenible. Esto ha pasado por que las familias hagan aportaciones para pagar la conectividad, mientras que desde el centro han tenido innumerables reuniones para conseguir la financiación suficiente como para el mantenimiento de los equipos.

Y la previsión de futuro es que esto siga y siga. En poco tiempo, el alumnado del colegio volverá a franquear las puertas, esta vez como padres y madres de alumnos. Ya estarán educados en el uso de las tecnologías y esto obligará a las 9 maestras a estar constantemente formándose. Un reto que asume entre risas.

Y en una escuela rural como la suya, tal vez con mayor motivo, la llegada de cierta tecnología tiene importancia más allá de lo académico. La vertiente de herramientas para la comunicación tienen un peso relevante en una comunidad en la que buena parte de la población ha tenido que emigrar por motivos económicos y se encuentran en Estados Unidos trabajando.

¿Abrís el colegio para que las familias puedan utilizar los ordenadores e Internet? Sí, lo hacen. Pero son pocas las familias que usan las instalaciones. Todavía hay muchas en las que no se sabe leer ni escribir, de manera que se delega en niñas y niños la responsabilidad de contactar con los familiares que están fuera.

Y además de para servir a niñas y niños y a sus familias, por supuesto, la conexión y los ordenadores han servido para que las maestras tengan acceso a la mayor biblioteca del mundo. Pueden conseguir materiales con los que enseñar a su alumnado. Para eso cuentan con una mediadora, encargada en exclusiva del aula de computación y que, según las peticiones que le hacen, busca y consigue los materiales necesarios para que sus compañeras puedan dar clase después.

Videoconferencias para dar clase

No es la única maestra que ha viajado para hablar de lo que han hecho en Guatemala. María Jacinta Ramos de Chica es maestra de Matemáticas en El Salvador, en el Centro Escolar Presbítero Norberto Cruz, en San Francisco Gotera.

También habla de cómo se han abiertos ventanas para el alumnado. También para el profesorado. En su colegio hacen videoconferencias con un colegio de Virgina en Estados Unidos. Han compartido, entre dos clases, la cultura estadounidense y la salvadoreña. Además, les han ayudado con el inglés.

Pero no solo hablan con Estados Unidos. También tienen comunicación con otros centros de El Salvador. En estas videoconferencias lo que hacen es dar clase a dos aulas al mismo tiempo. De dos centros diferentes. Unas veces lo hace ella. Otras el otro maestro. Dan clase de matemáticas a ambos aulas, del mismo nivel educativo. Si hay dudas, es el alumnado de un lado y otro el que puede ayudar a resolverlas.

Para María Jacinta es obligatorio perder el miedo a las tecnologías, sobre todo, teniendo en cuanta que niñas y niños cada vez están más adaptados y maestras y maestros deben incorporarse para no quedarse atrás. Es una cuestión de cambiar los paradigmas del proceso de enseñanza-aprendizaje, afirma.

La humildad para reconocer lo que una no sabe es importante para María Jacinta. “Yo siempre les digo a mis estudiantes que uno no es biblioteca, no lo sabe todo. Por lo tanto, si uno no sabe algo, humildemente, viene y lo estudia. Porque si uno equivoca a un estudiante, equivoca a varios”.

“Un llamado, dice María Jacinta para terminar la conversación, quizá a los docentes: no tengamos miedo a las tecnologías, sino apostarle, cambiar los paradigmas y superar aquello que todavía no hemos hecho como docentes”.

No es solo la tecnología

Según la evaluación realizada por la OEI, no se trata de la implantación sin más de las tecnologías en las aulas lo que consigue que tengan unos resultados determinados. Es algo que desde España se viene reclamando desde hace años. Desde que los programas de Red.es pusieran conexión y equipos en cientos de centros educativos, desde que creciera el boom de las pizarras interactivas digitales, desde que los últimos programas de inversión de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero pretendieran dar una tablet a cada alumno. Y la crítica era siempre la misma: dónde está la formación para utilizar los dispositivos, para cambiar las metodologías.

La alfabetización digital del profesorado es clave para el cambio de modelo educativo. Como decía María Jacinta, hay que cambiar el paradigma. Y a partir de aquí, la integración del uso de las tecnologías dentro del currículo escolar.

Como afirma la OEI, “la calidad educativa en Latinomérica no radica en la presencia o la ausencia de la tecnología, sino en cómo y para qué se aplica en el aula”.

“El estudio nos ha demostrado que el cambio educativo es posible. Hay centros que están haciendo un trabajo excelente en el uso de la tecnología en contextos vulnerables”, aseguró en la presentación del estudio la coordinadora del Instituto de Evaluación de la OEI, encargada de la realización del informe, Tamara Díaz.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/03/27/cuando-la-integracion-tic-implica-a-la-comunidad-educativa-al-completo/

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Decálogo para impulsar la participación de las familias

Por: Jaume Carbonell

Diez propuestas para avanzar hacia una participación más democrática y eficiente.

Las familias no forman parte del problema sino de la solución; y, por tanto, familia-escuela están condenadas a entenderse. Mal andamos si no partimos de estas dos premisas. Ello exige alianzas, sinergias y complicidades para compartir, cooperar y participar en todo aquello que contribuye al bienestar de la infancia, a la mejora de la enseñanza y a la transformación educativa. Para ello tienen que buscarse formas para conocerse mejor y para ponerse en la piel del otro. Hay centros que lo facilitan o se resisten a ello. Veámoslo con un ejemplo sobre las entradas y salidas. Hay situaciones en que las familias aguardan a sus hijos en la calle, tras la verja del patio. En otras se alcanza franquearlo y llegar hasta la entrada del edificio. Y las hay que incluso pueden permanecer un rato en el aula y a menudo se les invita a colaborar en distintas tareas complementarias y de acompañamiento. ¿Y por qué no tienen derecho a disponer de un espacio propio, al igual que existe la sala de profesores? ¿Acaso ello no enriquecería el contacto entre las familias y con el centro? Diversas investigaciones muestran que los vínculos, con frecuencia, se refuerzan más en momentos y espacios no formales que en las reuniones al uso.

Son varias las razones que explican las dificultades de la participación por parte de los diversos actores educativos. Una tiene que ver con estas preguntas: ¿Mi participación será efectiva? ¿Podré intervenir en la toma de decisiones? ¿Y lo que se decida, será importante? El tiempo es escaso y a nadie le satisface perderlo sintiéndose como un convidado de piedra o un comparsa de lo que otros deciden. Pongamos que hablamos, por ejemplo, de los consejos escolares o de otros órganos de representación formal en que padres y madres -por no hablar del alumnado- perciben que los debates ya han tenido lugar en otras instancias y que los acuerdos ya han sido prácticamente cerrados: solo se les pide su ratificación. Y poco más. La disyuntiva es clara: ¿Se sigue apostando prioritariamente por meros organismos de representación formal o estos u otros logran transformarse en organismos vivos de participación sostenible y de profundización democrática?

¿Cómo avanzar hacia esta necesaria colaboración familia-escuela mediante esta nueva dinámica democrática? A título ilustrativo mencionamos diez puntos que afectan de lleno al porvenir de las escuelas.

  1. 1.A favor de la inclusión y contra toda segregación. Es responsabilidad de todos los actores de la comunidad educativa velar por que se haga efectiva la igualdad de oportunidades y la equidad; para evitar que el centro se convierta en un gueto o que promueva la estigmatización y clasificación del alumnado; y para combatir cualquier discriminación en razón de sexo, etnia o ideología con el objeto de garantizar el pluralismo y la inclusión.
  2. Calidad de la enseñanza. Un principio que tiene que ver con las ratios en las aulas, el tamaño del centro, con los diversos equipamientos, servicios y recursos. También con la suficiente dotación y formación del profesorado y de otros profesionales para atender las crecientes necesidades psicosociales del alumnado.
  3. Educación a tiempo completo. La enseñanza no se reduce al currículo sino que incluye el conjunto de las llamadas actividades extraescolares o complementarias. Todo ello forma parte del derecho a la educación y la comunidad tiene la responsabilidad de hacerlo efectivo en todos los centros escolares, y de modo especial en los que optan por la jornada continua.
  4. Expansión del proyecto educativo a todo el territorio. Porque, en cierto sentido, también este forma parte del aprendizaje situado que conecta con la realidad. De ahí la importancia de movilizar todos los espacios, servicios, actores y oportunidades educativas. Que no son pocas.
  5. Intercambio de conocimientos. Se basa en la idea de trueque y en el principio de reciprocidad en el que se intercambian tiempos, saberes y habilidades entre docentes, alumnos, padres y madres y cualquier vecino mediante una red territorial en la que se cubren necesidades y ofertas. Al propio tiempo también se modifican los roles.
  6. Deberes y tareas compartidas. Se trata de compartir en casa y en familia lecturas, visionados de películas y documentales, diarios de viaje, libros de vida e historias familiares, preguntas y consultas en torno a proyectos u otras actividades escolares. Siempre con el propósito de hacer partícipes a los padres del proceso de enseñanza y aprendizaje.
  7. Espacios más ricos y diversificados. Pensar en una escuela más verde y sostenible, con energías renovables, una alimentación más sana con productos de proximidad y una mayor presencia de la naturaleza. En este sentido convine una transformación radical de los patios para optimizar sus posibilidades como espacio de juego, aventura, encuentro y aprendizaje.
  8. Escuela de madres y padres. Promover su formación permanente para establecer puentes entre la educación escolar y familiar a través de espacios de debate sobre cuestiones relevantes, dinámicas grupales, servicios de asesoramiento y orientación y otro tipo de ofertas en colaboración con las entidades del territorio.
  9. Comunicación virtual y presencial. Hacer un buen uso de los canales de de las redes sociales no solo para facilitar información sino también para intensificar la comunicación. Y, al propio tiempo, buscar nuevas fórmulas atractivas para las reuniones presenciales, complementadas con manifestaciones artísticas o presentación de nuevos materiales y trabajos escolares.
  10. Comisiones mixtas. La mejor forma de trenzar vínculos entre familia-escuela es la de compartir espacios de debate, propuestas y toma de decisiones en torno a los más diversos ámbitos del centro: actualización del proyecto educativo, programación de actividades, gestión del comedor, inventario de necesidades y mejoras, transformación del patio escolar,…

Pueden ser estas diez u otras veinte. En cualquier caso, lo imprescindible es potenciar la democracia participativa y compartida de los actores educativos.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2018/03/21/decalogo-para-impulsar-la-participacion-de-las-familias/

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Australia: Research shows the importance of parents reading with children – even after children can read

Oceanía/Australia/Septiembre del 2017/Noticias/https://theconversation.com/

Many of us will be able to recall the enjoyment of shared reading: being read to and sharing reading with our parents. However, my research has found that of the 997 Year 4 and Year 6 respondents at 24 schools who took part in the 2016 Western Australian Study in Children’s Book Reading, nearly three-fifths reported that they were not being read to at home.

A sample of these children also participated in interviews, where I asked them how they felt about shared reading. While a few children did not mind no longer being read to, others were disappointed when it stopped. For example, when I asked Jason about his experience of being read to by his parents, he explained:

… they kind of stopped when I knew how to read. I knew how to read, but I just still liked my mum reading it to me.

His experience is common, with other recent research suggesting that more than one-third of Australian respondents aged six to 11 whose parents had stopped reading to them wanted it to continue.

But why is it so important for us to keep reading with our children for as long as possible?

Research has typically found that shared reading experiences are highly beneficial for young people. Benefits of shared reading include facilitating enriched language exposure, fostering the development of listening skillsspellingreading comprehension and vocabulary, and establishing essential foundational literacy skills. They are also valued as a shared social opportunity between parents and their children to foster positive attitudes toward reading.

When we read aloud to children it is also beneficial for their cognitive development, with parent-child reading activating brain areas related to narrative comprehension and mental imagery. While most of the research in this area focuses on young children, this does not mean that these benefits somehow disappear as children age.

As young people’s attitudes towards reading reflect their experiences of reading at home and at school in childhood and beyond, providing an enjoyable shared reading experience at home can help to turn our children into life-long readers.

However, not all shared reading experiences are enjoyable. Some children described having poor quality experiences of being read to, and children did not typically enjoy reading to distracted or overly critical parents. In some cases, parents attempted to outsource this responsibility to older siblings, with mixed results.

While many children really enjoyed the social aspects of reading and being read to as valuable time with their parents, they also felt that they learned from these experiences. For example, listening was felt to provide an opportunity to extend vocabulary, and improve pronunciation. Gina recalled the advantage she lost when her parents stopped reading to her, as:

… when they did read to me when I was younger, I learnt the words; I would like to learn more words in the bigger books and know what they are so I could talk more about them.

Similarly, Craig explained how being read to enabled his academic advantage in literacy, as “they were teaching me how to say more words”, and “that’s why I’m ahead of everyone in spelling and reading and English”. When this stopped “just because my mum thought I was smart enough to read on my own and started to read chapter books”, Craig was disappointed.

In addition, children were sometimes terrified of reading aloud in the classroom, and this fear could potentially be alleviated through greater opportunities to practice at home.

Hayden’s anxiety around reading aloud at school related to his lack of confidence, and his tendency to compare his skills with those of his peers. He described himself as “always standing up there shivering, my hands are shivering, I just don’t want to read, so I just start reading. And I sound pretty weird”. No-one read with him at home, so he had limited opportunity to build his confidence and skills.

This research suggests that we should not stop reading with our children just because they have learned to read independently.

We should continue reading with our children until they no longer wish to share reading with us, ensuring that these experiences are enjoyable, as they can influence children’s future attitudes toward reading, as well as building their confidence and competence as readers. It is worth the effort to find time to share this experience with our children in the early years and beyond.

Fuente: https://theconversation.com/research-shows-the-importance-of-parents-reading-with-children-even-after-children-can-read-82756

Imagen: https://lh3.googleusercontent.com/HJvBgzyBnur4OIJFzg7YAmbScb_R41EWLo4__PVbFfhzA5iFnR-UxUM3DW2fuvgVyhVgPQ=s85

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CCOO reclama un plan integral contra el abandono escolar temprano

Por: El diario la Educación

Aseguran que con unos 3.500 millones de euros al año podría cubrirse el gasto de la vuelta a las aulas de gran parte de quienes abandonaron. Y reclaman políticas educativas para mejorar el sistema.

CCOO se ha tomado el tiempo de revisar los datos de abandono escolar temprano (AET) desde 1992 hasta 2016 que han sido publicados por la Encuesta de Población Activa. Un porcentaje de chicas y chicos que han dejado los estudios después de terminar la secundaria obligatoria, llegados a las 16 años, y han decidido no continuar ni en Bachillerato ni en FP de grado medio.

Este es uno de los problemas fundamentales del sistema educativo. Sobre todo en lo referente a las pocas personas que entran en grado medio. De los que no abandonan la mayor parte pasa al Bachillerato y de ahí pasan a la Universidad o la FP de grado superior.

El caso es que en los últimos años, desde 2008 y gracias a la crisis, los datos de AET que habían empeorado tanto en los años de bonanza, se han recuperado a marchas forzadas. Entre las causas, claro, la falta de oportunidades laborales en un mercado de trabajo virtualmente desaparecido y que se ha cebado en los jóvenes, sobre todo en aquellos sin cualificación.

El sindicato advierte, eso sí, que es necesario hacer algunas políticas educativas concretas ante la posibilidad de que una mejoría en el sistema productivo y en la economía supusiera una nueva huida de jóvenes hacia el mercado laboral.

Políticas relacionadas con una mayor flexibilidad del sistema educativo que no cerrase puertas a chicos y chicas en itinerarios sin salida, o que adecuase la FP a las necesidades de quienes abandonaron, con unas enseñanzas eminentemente prácticas, así como la posibilidad del reconocimiento de las competencias que pudiese haber adquirido en el mercado laboral.

Por supuesto, CCOO reclama la reversión de los recortes, el acercamiento a la inversión media de los países de la UE y no al revés como ocurre desde antes de 2012 así como mejoras en la coordinación de las políticas de las diferentes administraciones territoriales, más políticas sociales más allá de lo escolar o una mejora de la relación de la escuela y las familias.

Más plazas de FP y que esta generalizase su presencia en los institutos públicos sería uno de los puntos fuertes para intentar aumentar la matrícula en esta etapa y que chicos y chicas no abandonase después de conseguir el título de ESO. También, un aumento de plazas que garantizase la universalización de la educación hasta los 18 años, no su obligatoriedad, pero sí la posibilidad de que si se quiere seguir estudiando sea posible al haber plazas suficientes.

El sindicato, sobre los datos de la Encuesta de Población Activa calcula que si el puesto escolar de un alumno tiene un coste medio de unos 5.100 euros al año y con unos 680.000 jóvenes de entre 18 y 24 años en situación de abandono escolar temprano, al año podría suponer un gasto de unos 3.500 millones de euros conseguir atraerlos a las aulas. Con unos 7.000 millones todos aquellos que teniendo la ESO y no habiendo seguido en los estudios, podían alcanzar un título de educación postobligatoria.

Durante la presentación del informe, Francisco García, secretario general de Enseñanza, ha señalado como otras posibilidades que han salido a la luz en la Comisión del pacto educativo, pasaban por la eliminación del título de ESO.

En cualquier caso, García fue contundente. No habrá pacto o acuerdo educativo si no hay en él un plan integral para la eliminación del abandono escolar temprano. Así lo reclama el sindicato.

Comunidades autónomas

Claro está que no todas las autonomías han tenido los mismos resultados, no todas venían del mismo lugar. Pero sí han tenido todas la misma progresión durante estos 25 años. La bajada del abandono temprano ha sido muy notable en todas ellas. Ahora, contando con el horizonte europeo de la estrategia 2020, la desigualdad regional es patente. A dos años y medio de llegar a esta meta, no todas están tan cerca de tener un porcentaje del 15% de AET, límite excepcional fijado para España dados los malos datos de partida (por encima del 30% cuanto se fijó el límite para 2020).

Cantabria y Euskadi ya están por debajo del objetivo europeo para el resto de la UE, que era el 10%. 8,6 y 7,9% respectivamente. Por encima de ellas, Madrid y Navarra, ambas por debajo del 15%; 14,6 la primera y 13,4 la segunda. La comunidad Foral ha empeorado los datos de 2015 a 2016, cuando estaba en 10,8%.

El resto del país se encuentra por encima del 20% de abandono escolar temprano, aunque en este sentido, también hay grandes diferencias entre zonas del país.

La media del Estado se encuentra en 18,9% de AET. Alrededor de ese porcentaje se encuentra la mayor parte de las comunidades autónomas. Galicia (15,2%) y Asturias (16,6%) muy cerca del 15%.La Rioja (17,8%), Cataluña (18%), Castilla y León (17,3%) por encima del 15% y, después, y ya pegando al 20%, Aragón (19,1%), Canarias (18,9%), Extremadura (20,4%) o Valencia (20,2%).

La tendencia general es de bajada, aunque hay algunas autonomías que prácticamente están en el mismo nivel del año anterior e, incluso, hay algunas que han sufrido subidas de esta tasa, algunas bastante. Las que han empeorado, según los datos recogidos por CCOO, han sido: Castilla y León, Castilla-La Mancha, Baleares, Murcia y Navarra. Asegura el sindicato que estas subidas son más menos comprensibles porque la EPA es una encuesta muestral y puede sufrir estas alteraciones.

Las causas

El sindicato asegura que las causas de la bajada de los últimos años de esta tasa se encuentran en la necesidad de las y los jóvenes de volver al sistema educativo después de unos años en los que fueron atraídos por un mercado laboral no cualificado en el que abundaba el dinero. Una vez que estalló la burbuja inmobiliaria, la mayoría de estos jóvenes perdió el empleo rápidamente. Con el tiempo la única salida ha sido volver a estudiar para refugiarse de ese mercado laboral y para mejorar su cualificación con la vista puesta en la búsqueda de empleo.

Autores como Mariano Fernández Enguita ya apuntaron algunas de las causas de la desafección de estos jóvenes. Relacionadas, eso sí, con un sistema educativo que les ofrecía pocos alicientes para sus intereses y, además, frente a un mercado de trabajo que podía absorber a una gran cantidad de ellos sin necesidad de que tuvieran titulación alguna.

Otras causas tendrían que ver también con la socialización de chicas y chicos. Miguel Recio, encargado de la elaboración del informe, explicó que aunque no han desagregado los datos por sexo existe una diferencia clara entre chicos y chicas a lo largo de la serie. El 22,7% de los chicos abandonan frente al 15,1% de ellas. Es verdad que desde 2002 ellos han mejorado más su dato, aunque también es cierto que tenían más margen de maniobra. En relación a esto, para Recio los chicos tienen menos aguante para los estudios, soportan la rigidez de peor forma

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/07/04/ccoo-reclama-un-plan-integral-contra-el-abandono-escolar-temprano/

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Los obispos colombianos dialogan con la Ministra de Educación del país

América del Sur/Colombia/08 Julio 2017/Fuente: Revista Ecclesia

Los obispos colombianos dialogan con la Ministra de Educación del país
En la cuarta jornada de la Asamblea Plenaria, los obispos del país contaron con la presencia de la Ministra de Educación, Yaneth Giha Tovar. La primera autoridad educativa del país habló a los prelados acerca de la educación para la construcción de la paz, la educación rural, la educación como proceso de interacción y la educación desde un enfoque más integral.

Al concluir su intervención los obispos del país destacaron cómo la educación debe ser un elemento de construcción, sobre todo con un enfoque de cultura de paz, convivencia, diálogo y respeto.
También hicieron mención en la necesidad de que la educación sea interactiva, es decir que incluya en los procesos a la familia. “Uno de los problemas que tenemos es que no hay interacción entre la familia y la escuela, por ello se presentan muchas dificultades, por ejemplo, con el tema de las drogas”, manifestó monseñor Oscar Urbina, presidente del episcopado colombiano.

Por su parte el monseñor Oscar Vélez, obispo de Valledupar y presidente de la Comisión de Educación, resaltó 4 puntos esenciales en el tema educativo: aspecto legal, idoneidad de los profesores, la educación rural y la educación superior.

Los obispos del país expresaron su preocupación por que la educación en Colombia sólo se ha dedicado a “formar la cabeza y no los corazones”. En ese sentido se ve necesario que el sistema educativo de nuestro país tome la formación desde una perspectiva más integral, es decir que forme con valores a los niños y jóvenes.

También manifestaron su deseo de que la educación ayude a cerrar la brecha entre el mundo rural y urbano, en ese ámbito invitaron al Ministerio de Educación a que fortalezca las experiencias de formar a los niños que quieren quedarse en el campo. “Los niños tienen en la cabeza que las soluciones están en las grandes ciudades y la solución de Colombia está en el campo”, afirmó Mons. Urbina Ortega.

Fuente: http://www.revistaecclesia.com/los-obispos-colombianos-dialogan-la-ministra-educacion-del-pais/

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