Mapamundi literario: un viaje por las obras representativas de cada país

Por: bloghemia.com.

En el año 2017, un usuario de la plataforma Reddit, que se hacia llamar Backforward24, decidió elaborar un mapa ilustrado, con la obra mas representativa de la literatura, !por país!.

Con la ayuda de los usuarios de la plataforma, Backforward24,  comenzó su genial proyecto, que valió la pena al final: un hermoso «mapa lierario» con las obras cumbres de la Literatura Universal.

Es cierto, el mapa recibió muchas críticas por una razón (demasiado obvia para dejarlo a un lado): La obra seleccionada por España no fue Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes. En su lugar, había colocado «Sombra del viento», de Carlos Ruiz Zafón.  Pero solo fue por poco tiempo, y al final terminó por colocar la obra de Cervantes en su lugar.

Como toda lista, siempre será difícil complacer a todos. Pero si he de ser sincero, esta es una de las mejores selecciones que se han realizado, de las cientos de listas que pululan en la web. Quizás, su riqueza se encuentra , en haber sido elaborada, en parte, de manera colaborativa.

La lista, que incluye 144 países del mundo (La ONU reconoce 193) es una excelente guía, para aquellos que nos apasiona la Literatura, de conocer la obra literaria de otras latitudes.

A continuación les dejo el listado completo, y al final, podrán acceder al mapa.

Nota: La selección y el mapa, como se mencionó anteriormente, no fue realizado por la página, y debido a la cantidad de mensajes recibidos en nuestras redes sociales, colocaré al final, algunas acotaciones realizadas por los usuarios.

EUROPA

Noruega: Hambre, de Knut Hamsun

Iceland: La voz, de Arnaldur Indriðason

Suecia: La saga de Gosta Berling, de Selma Lagerlöf

Finlandia: Soldados desconocidos, de Väinö Linna

Dinamarca: La señorita Smila y su especial percepción de la nieve, de Peter Høeg

Latvia: Nāvas Ena, de Rūdolfs Blaumanis

Estonia: Verdad y justicia, de A. H. Tammsaare

Lituania: White Field, Black Sheep: A Lithuanian American Life, de Daiva Markelis

Bielorusia: Voces de Chernóbil, de Svetlana Alexievich

Ucrania: Muerte con pingüino, de Andrei Kurkov

Moldavia: Siberian Education, de Nivolai Lilin

Rumanía: El bosque de los ahorcados, de Liviu Rebreanu

Bulgaria: Bajo el yugo, de Ivan Vazov

Polonia: Pan Tadeusz, de Adam Mickiewicz

Alemania: Los Buddenbrook, de Thomas Mann

Países Bajos: El descubrimiento del cielo, de Harry Mulisch

Bélgica: La pena de Bélgica, de Hugo Claus

Luxemburgo: In Reality: Selected Poems, de Jean Portante

Reino Unido: Grandes Esperanzas, de Charles Dickens

Irlanda: Ulysses, de James Joyce

República Checa: Las aventuras del valeroso soldado Schwejk, de Jaroslav Hašek

Eslovaquia: Los ríos de Babilonia, de Peter Pišťanek,

Francia: El conde de Montecristo, de Alejandro Dumas

España: Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes

Portugal: Baltasar y Blimunda, de José Saramago

Austria: El hombre sin atributos, de Robert Musil

Suiza: Heidi, de Johanna Spyri

Italia: La divina comedia, de Dante Alighieri

Eslovenia: Alamut, de Vladimir Bartol

Croacia: Café Europa, de Slavenka Drakulik

Hungría: Eclipse of the Crescent Moon, de Géza Gárdonyi

Bosnia y Herzegovina: Diario de Zlata, de Zlata Filipovic

Serbia: Diccionario Jázaro, de Milorad Pavić

Montenegro: Montenegro, de Starling Lawrence

Albania: El general del ejército muerto, de Ismaíl Kadaré

Macedonia: La hermana de Freud, de Goce Smilevski

Grecia: La Ilíada, de Homero

Rusia: Guerra y paz, de León Tolstoi

AMÉRICA

Canadá: Ana de las tejas verdes, de L. M. Montgomery

Estados Unidos: Matar un ruiseñor, de Harper Lee

México: Pedro Páramo, de Juan Rulfo

Guatemala: Hombres de Maíz, de Miguel Ángel Asturias

Belize: Beka Lamb, de Zee Edgell

Honduras: Cipotes, de Ramón Amaya Amador

El Salvador: Bitter Grounds, de Sandra Benítez

Nicaragua: El país bajo mi piel, de Gioconda Belli

Costa Rica: La isla de los hombres solos, de José León Sánchez

Panamá: Plenilunio, de Rogelio Sinán

Colombia: Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez

Venezuela: Dona Bárbara, de Rómulo Gallegos

Guyana: El palacio del pavo real, de Margarita Mateo Palmer

Surinam: The Cost of Sugar, de Cynthia McLeod

Guayana Francesa: Papillon, de Henri Charrière

Ecuador: Huasipungo, de Jorge Icaza

Brasil: Don Casmurro, de Machado de Assis

Perú: Lituma en los Andes, de Mario Vargas Llosa

Bolivia: Raza de bronce, de Alcides Arguedas

Paraguay: Yo el Supremo, de Augusto Roa Bastos

Argentina: Ficciones, de Jorge Luis Borges

Chile: La casa de los espíritus, de Isabel Allende (*)

Uruguay: Fútbol a sol y sombra, de Eduardo Galeano

Cuba: Havana Bay, de Martin Cruz Smith (**)

Haití: Breath, Eyes, Memory, de Edwige Danticat

República Dominicana: La maravillosa vida breve de Oscar Wao, de Junot Díaz

Bahamas: The Measure of a Man, de Sidney Poitier

Jamaica: Breve historia de siete asesinatos, de Marlon James

Puerto Rico: Cuando era puertorriqueña, de Esmeralda Santiago

Antillas Menores: El ancho mar de los Sargazos, de Jean Rhys

Groenlandia: Islands, the Universe, Home, de Gretel Ehrlich

ÁFRICA

Argelia: El extranjero, de Albert Camus

Libia: Solo en el mundo, de Hisham Matar

Egipto: Entre dos palacios, de Naguib Mahfuz

Marruecos: El niño de arena, de Tahar Ben Jelloun

Mauritania: Silent Terror: A Journey into Contemporary African Slavery, de Samuel Cotton

Mali: Sundiata: An Epic of Old Mali, de Mamadou Kouyaté

Níger: Sarraounia, de Abdoulaye Mamani

Chad: Las raíces del cielo, de Romain Gary

Sudán: Lyrics Alley, de Leila Aboulela

Nigeria: Todo se desmorona, de Chinua Achebe

Camerún: El viejo y la medalla, de Ferdinand Oyono

República Centroafricana: Batouala, de René Maran

Sudán Sur: They Poured Fire on Us from the Sky, de Benson Deng, Alephonsion Deng, Benjamin Ajak y Judy A. Bernstein

Etiopía: Beneath the Lion’s Gaze, de Maaza Mengiste

Somalia: The Orchard of Lost Souls, de Nadifa Mohamed

República Democrática del Congo: El antipueblo, de Sony Labou Tansi

Uganda: Crónicas abisinias, de Moses Isegawa

Kenia: Pétalos de sangre, de Ngũgĩ wa Thiong’o

Tanzania: Desertion, de Abdulrazak Gurnah

Angola: A Gloriosa Familia, de Pepetela

Zambia: Scribbling the Cat: Travels with an African Soldier, de Alexandra Fuller

Mozambique: Tierra sonámbula, de Mia Couto

Zimbabue: La casa del hambre, de Dambudzo Marechera

Namibia: Born of the Sun, de Gillian Cross

Botswana: La primera agencia de mujeres detectives, de Alexander McCall Smith

Sudáfrica: Desgracia, de J. M. Coetzee

ASIA

Turquía: Me llamo Rojo, de Orhan Pamuk

Georgia: The Knight in the Panther’s Skin, de Shota Rustaveli

Armenia: El visionario, de Raffi

Azerbaiyán: Blue Angels, de Chingiz Abdullayev

Irán: Shahnameh, el Libro de los Reyes, de Ferdousí

Iraq: El loco de la plaza Libertad, de Hassan Blasim

Siria: El lado oscuro del amor, de Rafik Scahmi

Líbano: The Hakawati, de Rabih Alameddine

Israel: Amaneceres en Jenin, de Susan Abulhawa (***)

Kuwait: A Map of Home, de Randa Jarrar

Emiratos Árabes Unidos: The Sand Fish, de Maha Gargash

Arabia Saudí: Ciudades de sal, de Abderrahmán Munif

Qatar: The Emergence of Qatar, de Habibur Rahman

Yemen: The Hostage, de Zaid Mutiee Damaj

Omán: The Turtle of Oman, de Naomi Shihab Nye

Kazajistán: The Book of Words, de Abay Qunanbayuli

Turkmenistán: The Tale of Aypi, de Ak Welsapar

Uzbekistán: Chasing the Sea, de Tom Bissell

Kirguistán: Jamilia, de Chingiz Aitmatov

Tayikistán: Hurramabad, de Andrei Volos

Afganistán: Cometas en el cielo, de Khaled Hosseini

Pakistán: El fundamentalista reticente, de Mohsin Hamid

Nepal: Palpasa Café, de Narayan Wagle

India: El dios de las pequeñas cosas, de Arundhati Roy

Bután: The Circle of Karma, de Kunzang Choden

Bangladés: Días de amor y guerra, de Tahmima Amam

Myanmar: Smile as they Bow, de Nu Nu Yi

Laos: In the Other Side of the Eye, de Bryan Thao Worra

Tailandia: Four Reigns, de Kukrit Pramoj

Vietnam: El dolor de la guerra, de Bao Ninh

Camboya: Se lo llevaron, de Loung Ung

Taiwán: Green Island, de Shawna Yang Ryan

Sri Lanka: El fantasma de añil, de Michael Ondaatje

Mongolia: Cielo azul, de Galsan Tschinag

Corea del Norte: Los acuarios de Pyongyang, de Kang Chol Hwan

Corea del Sur: La vegetariana, de Han Kang

Japón: Kokoro, de Natsume Soseki

China: Sueño en el pabellón rojo, de Cao Xueqin

Malasia: El jardín de las brumas, de Tan Twan Eng

Brunei: Some Girls: My Life in a Harem, de Jillian Lauren

Indonesia: Hijo de todos los pueblos, de Pramoedya Ananta Toer

Filipinas: Noli Me Tangere, de José Rizal

Timor Este: La redundancia del valor, de Timothy Mo

OCEANÍA

Australia: Cloudstreet, de Tim Winton

Papúa Nueva Guinea: Death of a Muruk, de Bernard Narokobi

Vanuatu: Black Stone, de Grace Mera Molisa

Islas Salomón: Suremada, de Rexford T. Orotaloa

Fiyi: Tales of the Tikongs, de Epeli Hau’ofa

Nueva Zelanda: The Bone People, de Keri Hulme

Pueden visualizar el mapa ilustrado AQUI

(*) El caso de la selección de Chile, fue el mas comentado, particularmente, seleccionar a Isabel Allende como representante de la Literatura Chilena es un despropósito, tomando en cuenta que el país sudamericano cuenta, entre otros, con autores de la talla de Pablo Neruda. Pero la lista no es nuestra, como lo expliqué al principio.

(**) La selección de esta obra, por parte del publico anglosajón, denota lo poco que conocen la literatura del Caribe. Dejar a un lado, obras como «El reino de este mundo» de Alejo Carpentier, la Edad de Oro, de José Martí, o «Paradiso» de José Lezama Lima, es terrible.

(***) Una selección muy polémica, no por la obra, sino por la nacionalidad. Susan Abulhawa, una de las mejores escritoras contemporáneas, nació en un campo de refugiados de palestinos, y ha luchado toda su vida por la causa palestina. El que la hayan colocado como representante de la Literatura en Israel, resulta vergonzoso. Aquí quisiera darle las gracias a Odette Yidi David, quien me escribió para mencionarme dicho detalle, y al no poder cambiar los nombres (por que la lista no me pertenece) me dio la idea de realizar las notas a pie de página.

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Fuente de la reseña: https://www.bloghemia.com/2020/02/mapamundi-literario-un-viaje-por-las.html?m=1

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España: La campaña “Libros que unen” repartirá casi 12.000 libros a niños para dar apoyo en su educación

Europa/ España/ 26.05.2020/ Fuente: aragonuniversidad.es.

En los próximos días, se van a distribuir 11.880 ejemplares de literatura universal entre los niños de las familias que reciben beca de material escolar en Aragón. Esta iniciativa, llamada “Libros que unen” -surgida de la plataforma de cooperación ciudadana Frena la Curva durante la pandemia-, pretende servir de apoyo para los pequeños que, debido al estado de confinamiento y al cierre de los colegios, han visto debilitado su hilo emocional con la escuela. En algunos casos, poseen también una conectividad digital limitada, lo que ha dificultado que puedan seguir las clases online. El proyecto incluye un programa de acompañamiento telefónico realizado por voluntarios que les guíen en el proceso de lectura. Por provincias, Zaragoza recibirá un total de 8.481 libros (6.033 de los cuales irán para Zaragoza capital), Huesca 2.007 (669 para la capital) y Teruel 1.392 (260 para la capital).

Esta iniciativa conjunta del Laboratorio de Aragón Gobierno Abierto (Laaab), la Asociación de Equipos Directivos de Infantil y Primaria de Aragón (Aedipa) y la Universidad de Zaragoza pronto adquirió una dimensión mayor con la implicación de más actores. Activistas, voluntarios y empresas, de forma altruista y desinteresada, han hecho posible la adaptación, maquetación, impresión y ensobrado de estos 11.880 libros, su reparto a domicilio y la próxima puesta en marcha del programa de acompañamiento telefónico para los niños a través de tertulias dialógicas.

También el Departamento de Educación del Gobierno de Aragón, a través de la Dirección General de Innovación y FP, ha colaborado en Libros que unen “porque trata una línea metodológica, las tertulias literarias dialógicas, que ya veníamos trabajando desde hacía tiempo”, señala el responsable del área, Toni Martínez. “Hemos intentado que los centros educativos conocieran esta iniciativa y que los profesores se prestasen como voluntarios para estas tertulias que fomentan, no solo lo cultural, sino también lo social y lo emocional”, remarca.

Una tertulia dialógica literaria es un método que persigue la aproximación directa de los alumnos a la cultura clásica universal y al conocimiento científico, compartiendo aquellas ideas y tramos de una obra que les hayan llamado especialmente la atención o les hayan suscitado alguna reflexión. Esto genera un intercambio muy enriquecedor que permite una mayor profundidad en los temas y promueve la construcción de nuevos significados. Aumenta el vocabulario, mejora la expresión oral y la comprensión lectora y es un ejercicio de respeto y escucha igualitaria.

La ventaja de este formato de educación no formal es que se puede realizar de formas diferentes: puede hacerse una llamada única e ir leyendo el libro por teléfono con el niño, o hacer una lectura en familia, o hacer una videollamada conjunta de varios niños y el profesor, puede enriquecerse desde los propios centros educativos o incluso puede usarse en institutos trasladando la propuesta.

“Comenzaremos las tertulias literarias en el mes de junio”, explica la directora del colegio de Herrera de los Navarros (Zaragoza) y representante de Aedipa, Alicia Echevarría. “Hemos hecho ya un micropilotaje en un colegio de Zaragoza con gran éxito y esta fase supondrá un macropilotaje en Aragón para escalar a otras regiones. La idea es que la web esté disponible para que cualquier docente, en cualquier parte del mundo, pueda replicar el proyecto utilizando los libros y los reparta a los niños y niñas de su comunidad, reduciendo así la brecha digital y teniendo la oportunidad de estar en contacto con las familias más vulnerables”, añade.

Los libros estarán disponibles en la web librosqueunen.org en formato PDF para poder ser descargados. En total, 7 libros: 6 organizados por cursos de 1º a 6º de Primaria y un séptimo libro para no lectores de 6 años. Jack y las habichuelas mágicas, Fábulas de Esopo, Don Quijote de la Mancha, Leyendas de Bécquer, El Principito, Lazarillo de Tormes y Don Juan Tenorio son los títulos que se han adaptado a lectura fácil -para lo que se ha contado con la ayuda de Plena Inclusión- ya que mantienen la esencia de los valores universales de la humanidad. “Estos 7 maravillosos libros tienen un gran potencial, se ha hecho con mucha ilusión”, manifiesta la profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Zaragoza, Alejandra Cortés. “Era una necesidad de este colectivo para romper la brecha digital, las familias lo reclamaban y lo más interesante es el trabajo cooperativo que se ha hecho”, continúa.

Actualmente, hay más de 50 personas implicadas en que este proyecto salga adelante, entre maestros, educadores, adaptadores de libros, colectivos como Plena Inclusión, Aedipa, empresas como Línea Diseño, Ormamail, Correos, Docustore, Flat 101 o Canon. Además, famosos ilustradores aragoneses han participado, dando vida a los personajes que recorren las páginas de estos libros: Beatriz Barbero Gil, David Guirao, Javi Hernández, Elisa Arguilé, Pilar Serrano, Alberto Gamón y Moratha han aportado su imaginación y sus trazos mágicos para que la lectura para los niños se haga todavía más amena y accesible.

Por el momento, el proyecto se encuentra en proceso de búsqueda de voluntarios para efectuar las tertulias dialógicas. Se busca a personas voluntarias de educación formal y no formal, docentes en activo o jubilados, profesionales de la Educación – incluidos estudiantes de Magisterio – y profesionales de Trabajo Social. Los voluntarios deberán formarse en 4 píldoras online: qué son las tertulias dialógicas literarias, qué es la lectura fácil, cómo se realiza el acompañamiento emocional y cómo se hace todo esto de manera no presencial. Las personas interesadas en ser voluntarias pueden inscribirse en este enlace: https://gobiernoabierto.aragon.es/agoab/participacion/eventos/112506565000.

Una vez se formen convenientemente, comenzarán a realizarse las llamadas. Las familias son libres de decidir si quieren seguir el programa de acompañamiento o no ya que, junto al ejemplar que recibirán en sus casas, se incluirá una carta donde se les dé a conocer el sistema y se les proporcione un contacto en caso de estar interesados.

Por otro lado, se debe medir el impacto social del proyecto, un trabajo del que se encarga la Universidad de Zaragoza. “Queremos pedir a los voluntarios que cuenten sus motivaciones personales antes y después de la experiencia, que opinen sobre la formación recibida y que pregunten a las familias cuál es su grado de satisfacción con el acompañamiento recibido”, enumera Cortés.

Aunque estas mediciones no concluirán hasta la finalización del programa, constituyen una valiosa herramienta para cuantificar y calificar el potencial que ha tenido la iniciativa, ya que el siguiente paso, como se ha indicado, es que sea escalable y replicable en otros países del mundo donde puedan existir necesidades o carencias a nivel social y educativo. Este es un proyecto inclusivo que fomenta el aprendizaje común, crítico y evolutivo, atiende a los más desfavorecidos y sienta las bases de la ayuda mutua dentro de una misma comunidad, especialmente en un contexto tan complicado como el que se vive actualmente.

Fuente de la noticia: https://aragonuniversidad.es/actualidad/la-campana-libros-que-unen-repartira-casi-12-000-libros-a-ninos-para-dar-apoyo-en-su-educacion/

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Madrid: La Premio Cervantes Ida Vitale alaba la poesía de El Quijote

 

La escritora uruguaya Ida Vitale homenajeó el martes el “frenesí poético” que alberga la obra cumbre El Quijote al recibir el Premio Cervantes, el máximo reconocimiento a la creación literaria en español. “Muchas veces lo que llamamos locura de El Quijote, podría ser visto como irrupción de un frenesí poético, no subrayado como tal por Cervantes, un novelista que tuvo a la poesía por su principal respeto”, dijo la poeta. Figura destacada del esencialismo poético, Vitale es a sus 95 años la quinta mujer en recibir el galardón. Al anunciarlo, el jurado describió su poesía como “intelectual y popular, universal y personal, transparente y honda”. Última sobreviviente la llamada Generación del 45, que integraron figuras como Mario Benedetti, Juan Carlos Onetti, Amanda Berenguer y Ángel Rama, su primer marido. Vitale ha compaginado la docencia con la publicación de poesía, prosa y traducciones del francés, inglés, italiano y portugués.

Conmemorando la fecha de fallecimiento de Cervantes, el premio dotado con 125.000 euros (140.000 dólares) se entrega cada 23 de abril en la cuna del autor de El Quijote, el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, a 45 kilómetros de Madrid. Acompañada de su familia, Vitale recibió la medalla y la escultura de manos del rey Felipe VI, ante la mirada de la reina, Letizia. “Ahora no me saldría leer el discurso, sino abrazar y decir cosas absurdas, pero que me saldrían del alma”, dijo la escritora tras subir a lo alto de un atril que se eleva sobre la sala.

Después comenzó a leer, y durante más de 15 minutos reflexionó sobre la obra cumbre del Siglo de Oro de la literatura en español. “No sé por qué atribuí a ese libro la capacidad de precipitar hacia mí la buena voluntad del azar”, afirmó la escritora. “Quizás simplemente buscaba una ocasión de dicha dispersiva, de claridad sin reserva, cuando el disfrute viene sin proponérselo a veces, acompañado de una sensación de penuria de gracias en la vida diaria y necesidad de gusto satisfecho”.

Reflexionar sobre la obra cervantina se ha convertido en una tradición por parte de los galardonados desde 1976, que incluyen al nicaragüense Sergio Ramírez (2017) o al barcelonés Eduardo Mendoza (2016), entre los más recientes. Solo cuatro mujeres antes de Vitale habían logrado el reconocimiento: las españolas María Zambrano y Ana María Matute, en 1988 y 2010 respectivamente, la cubana Dulce María Loynaz en 1992 y la mexicana Elena Poniatowska en 2013.

Vitale nació en Montevideo y creció en una familia culta, de origen italiano, durante años en los que Uruguay se erigía en remanso de paz y progreso dentro del continente. Pero cuando un golpe militar tomó control del país, la escritora se exilió a México, donde permaneció entre 1974 y 1985 y conoció a figuras literarias como Octavio Paz. Posteriormente, Vitale vivió en Austin, Estados Unidos, y pasó largas temporadas en España, antes de regresar a Uruguay con su segundo marido, el poeta Enrique Fierro, fallecido en 2016.

Desde su primera obra, La luz de esta memoria, en 1949, y su afamada Palabra dada, de 1953, hasta el recorrido por sus vivencias mexicanas recogidas el pasado año en Shakespeare Palace, la poesía y prosa de Vitale se ha publicado docenas de libros y antologías. La escritora ha recibido destacados galardones como el Premio Internacional de Poesía y Ensayo Octavio Paz, en 2009, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, en 2015, y este pasado año fue galardonada con el Premio FIL de la literatura en lenguas romances de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en México.

Fuente de la Información: https://www.20minutos.com/noticia/149425/0/la-premio-cervantes-ida-vitale-alaba-la-poesia-de-el-quijote/

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La programación didáctica del artista.

“Mira la luz, y considera su belleza; parpadea, y vuelve a mirar: lo que ahora ves, antes no estaba, y lo que había antes ya no existe». Leonardo da Vinci

Por: Juan José Silguero.

La programación didáctica del artista.

   El caso es que, bien pensado, casi mejor que las quiten; o las sigan marginando. Música, Historia del Arte, Filosofía, más recientemente Literatura Universal… Tal y como las imparten, para que generaciones enteras de alumnos acaben aborreciéndolas, mejor que dejen de hacerlo. Además, va a dar lo mismo, la desconfianza general hacia el sistema es ya de tal magnitud que bastará con que lo hagan para fomentar todo lo contrario.

   Economía…

   El ahorro de hoy es la pobreza de mañana.

   Cuando lo que va rápido es la difusión de la tontería –ya sean los vídeos virales, las estampitas digitales o las reformas educativas–, la velocidad nada tiene que ver con el progreso.

   La televisión, por ejemplo, siempre será reflejo de la cultura de un país. Y ya sabemos todos lo que se emite en España en horario de máxima audiencia.

   No se puede vivir a expensas del Quijote toda la vida.

   Y es que la sociedad de consumo ha terminado desplazando a la «sociedad de valores» por así decir, esa que solo puede provenir de la cultura y la educación, quizás propiciado por esa creciente formación académica en tan dudosas direcciones (y el consecuente obsoletismo de las humanidades, esto es, DEL SER HUMANO), o, quizás, por simple desidia, o incompetencia, lo mismo da. El caso es que esto no sólo supone una pérdida estética, accesoria, sino orgánica, esencial, y se define como una patología, una penosa enfermedad: el extravío de la cultura y la educación supone, necesariamente, el extravío personal y social, el extravío del eslabón y la cadena, y desemboca, pronto, en el abismo moral, la corrupción y el crimen.

   Es el triunfo de lo abominable, ese que siempre acecha al ser humano. Es el triunfo de la maldad.

   Y es por todo esto que el artista y el maestro son a día de hoy más necesarios que nunca, por tratarse, en realidad, de los mayores humanistas de todos, aquellos que portan la linterna (o el foco, según el caso) por delante de los demás, aquellos que, de hecho, deben situarse siempre a la cabeza.

   Pero a día de hoy se ignora al uno y se menosprecia al otro… y no se sabe muy bien qué hacer con ellos. Cada vez se los escucha menos en cualquier caso. Y mientras la mayoría se regodea en su mediocridad en Facebook o persiguiendo pokémons, esa pasta humana, cada vez más ennegrecida por la ignorancia, se hace más y más uniforme. El rebaño es más estúpido que nunca, y se perpetúa a la vertiginosa velocidad de sus redes sociales.

   Esto se acaba. Los malos ganan. Y un espantoso manto de homogeneidad se extiende sobre el mundo del arte, como una agónica mortaja.

   Imaginad un día en el que los que solo saben elaborar informes se atrevan a establecer las pautas de los maestros y los artistas… un día en el que los Einaudis y los Yirumas campen a sus anchas por el mundo y hasta sean respetados, y los James Rodhes se tomen en serio. ¿Por qué no? En un mundo en el que Belén Esteban vende más libros que Vargas Llosa todo es posible. Un día en el que Telecinco se consolide, año tras año, como líder de audiencia, y las máster-class las imparta Mónica Naranjo…

   Señores de los informes, gracias.

   Ese día ha llegado.

   El entramado social, ése que se sustenta y se fundamenta precisamente en la educación, está diseñado para atender a la masa pero no al individuo, y se articula en una escala de titulaciones que poco o nada tiene que ver con ese millón de circunstancias particulares con las que ha de bregar cada alumno en solitario en su día a día, y que es precisamente lo que más influencia tiene sobre las personas. La sociedad, contemplada a vista de pájaro, puede entenderse como una globalidad; pero no así la formación integral del individuo. Y todos sus implicados –padres, profesores, los mismos alumnos cuyo hermetismo les hace adaptarse con facilidad al sistema–, todos aquellos, en suma, que pretenden relegar el grueso de su formación a los estudios formales, no solo obvian la parte más importante de la formación del individuo –que no puede ser otra que su desarrollo humanístico–, sino que, en muchos casos (en los más aplaudidos de hecho) los anteponen, lo que genera un desequilibrio que se manifiesta tarde o temprano y que se traduce, con desmoralizante frecuencia, en unos estudios exitosos y unas vidas fracasadas.

   Así, y por más maquinitas que aparezcan, la proyección individual de cada uno se pierde poco a poco en una trágica y absurda confusión de fines y perfección de medios. Absurda… cuando el precio que hay que pagar por la adquisición de la técnica es la renuncia del talento.

   Vender el coche para comprar la gasolina.

   Humanidad es identidad. Identidad es integridad. Pero esto es algo más que un estado del Whatsapp. En la mayoría de los casos (si no en todos) no viene de serie.

   Se hace preciso construirlos.

   Y esa construcción, esa “creación”, solo puede ser individualizada.

   Pero resulta que, en este preciso lugar, los maestros y los profesores nos encontramos con un inestimable instrumento educativo:

   La Programación Didáctica.

   La Programación Didáctica como paradigma educativo, como único paradigma educativo supone el empleo de un solo molde para todos los alumnos, aún a pesar de su irrisoria previsión de recoger (con toda pulcritud, eso sí) que todo aquello que escape de ese molde –que es todo– se atenderá adecuadamente mediante las pertinentes “adaptaciones curriculares…”.

   Tiene tanto sentido como poner puertas al mar… Ilusión de control. La corriente se abre paso enseguida.

   El artista también.

   La mediocridad, en cambio, parece del todo encantada en ese medio, como era de esperar.

   Nietzsche dijo:

   “Cuánto más poderosa sea una vida influyente y creadora tanto más introducirá la desigualdad de los hombres en su nuevo sistema de valores, tanto más implantará una jerarquía y una nobleza de alma. Y al contrario: cuánto más débil e impotente sea una vida, tanto más intentará rebajar a los únicos, las excepciones, a su ordinariez y a su mediocridad; tanto más verá en la grandeza el crimen contra la igualdad; tanto más querrá vengarse de los hombres de vida poderosa, a quienes todo les ha ido bien. La voluntad de igualdad no es, por tanto, más que la impotente voluntad de poder de los desafortunados”.

   Es cierto que, en un principio, su mera existencia parece apoyarse en una premisa razonable: “Dado que la vida es difícil de prever –parece decir–, dada su naturaleza inaprensible, caótica… tratemos al menos de ser nosotros previsores, predecibles, ordenados, mediante nuestras incólumes programaciones didácticas y nuestros lapidarios decretos”.

   Pero resulta que la propia naturaleza hierática de este principio es lo que más expone a los alumnos –a las personas–, por ser, precisamente, lo que más perjudica el más decisivo de los paradigmas humanos:

   La adaptación.

   Ya no digamos a los artistas.

   Lo que se aprende mediante la propia decisión, mediante la propia convicción, no se olvida nunca, y menos aún cuando uno se equivoca. De hecho, no creo que exista ninguna otra forma de aprender. Pero incluso los alumnos más inflexibles, aquellos que mejor se adaptan a los rigores del sistema educativo, también se sitúan, por ese mismo motivo, en una posición de inferioridad vital. Y ya no se trata de una postura previamente decidida o elegida… Hay personas que son de bambú, y otras que son de piedra. Sino que, incluso “sin serlo” de antemano, cualquiera puede hacerse inflexible sometido a tan rígido yugo durante tantos años, particularmente los más faltos de carácter. El obcecamiento –también el que se inclina hacia el lado de la virtud– no deja de ser un desequilibrio, y degenera en fanatismo o en simple vicio como cualquier otro, al empeñarse en hacer rígido lo que, por naturaleza, no es.

   De ahí parten también ese grueso de alumnos, brillantes estudiantes en un principio, pero que terminan perdiéndose en el camino.

   En este sentido, parece lógico suponer que la atención del profesorado debería dirigirse antes hacia aquello que no funciona bien que hacia eso otro que prácticamente “funciona solo”. Pero resulta que un buen número de profesores (y aún más en el terreno de la música) se muestran mayormente orgullosos de sus alumnos más brillantes, y, por ese motivo, terminan dedicando a éstos la mayor parte de su atención y de sus esfuerzos, cuando debería ser al revés.

   Con pacientes sanos es muy fácil ser médico.

   El alumno, en definitiva, ha de aprender a ser disciplinado, pero también a no serlo. Y es en este último caso donde, en la enseñanza reglada, solo recibe desaprobación, penalización, lo que, a base de desencanto, termina introduciéndolo, a la fuerza, por un aro cada vez más estrecho. Muchos se quedarán atascados en ese aro… y todavía habrá quien se sorprenda al verlos desembocar en ese limbo llamado “fracaso escolar”. Y es que el engaño es de tal magnitud que ha logrado convencer a generaciones enteras de que aquel que no tenga su lugar en la maquinaria general habrá fracasado.

   No puede existir un planteamiento más miope… ni mayor injusticia, ni mayor torpeza que tratar a todos los alumnos por igual, mediante una programación general y un sistema educativo de cemento.

   El alumno talentoso, aquel que posee una mente independiente e imaginativa –y, por eso mismo, naturalmente rebelde–; aquel que quizás no necesita tanto que le sancionen pero sí que le encaucen; aquel que es capaz, en suma, de los más altos vuelos y de las mayores torpezas académicas no puede instalarse en una maquinaria tan burda como una pieza más –pues, de hecho, no lo es–, y, el empecinamiento en que así sea terminará convirtiéndolo, en efecto, en inservible, inútil para la obra común.

   El talento (ya no digamos el genio) es rebelde por una simple cuestión de espacio. La intransigente maquinaria general se le queda pequeña. Desecharlo por ello constituye el mismo contrasentido que desechar el motor de un avión porque no sirve para un coche.

   O peor aún: desmantelarlo.

   Hay piezas que no funcionan del modo esperado, es evidente, fuera y dentro de la maquinaria educativa. Pero, lo que muchas veces sucede, es que se las pretende hacer funcionar en el lugar que no les corresponde. Esas piezas necesitan mucho antes flexibilidad e imaginación que objetivos y contenidos.

   La diversidad de moldes que empleó el Creador en la fisonomía de cada uno es pobre en comparación con la diferencia de entendimiento que puso en ellos.

   La Programación Didáctica no sirve; es inútil. Cada alumno es una Programación Didáctica.

   Confusión de fines y perfección de medios…

   La educación continúa siendo el norte; el maestro la brújula. Pero resulta que ahora se navega con gps.

   Y los ciegos y los sordos se desorientar enseguida.

   El arte sigue siendo la inspiración, el salvavidas… pero ya no aparece en los programas educativos.

   Nada ha cambiado.

   La dignidad del género humano continúa estando en manos de los artistas, como ya advirtiera Schiller hace más de doscientos años…

   Conservadla.

Fuente: https://www.codalario.com/juan-jose-silguero/apartado-para-rotacion-de-informaciones-en-la-cabecera/opinion-la-programacion-didactica-del-artista-por-juan-jose-silguero_5598_34_16637_0_1_in.html

Imagen: https://www.codalario.com/v_portal/inc/imagen.asp?f=aaaaaaaaaaaaaani5.jpg&w=939&c=0

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