37 años comprometidos con la educación de los más pequeños

América del Sur/ Venezuela/ 12.08.2019/ Fuente: www.eluniversal.com.

 

Desde su fundación, el 5 de agosto de 1982, el Museo de los Niños se convirtió en un icono de Caracas. Esta fascinante estructura, ubicada en el Complejo Urbanístico Parque Central, es un medio para el aprendizaje y la recreación, que cautiva con sus atracciones al público de todas las edades.

La institución Museo de los Niños fue fundada por Alicia Pietri de Caldera, quien además fungió como su directora durante los dos periodos de gobierno de su esposo, el expresidente de la República, Rafael Caldera. Además, desde el año 2000 la fundación es dirigida por su hija, Mireya Caldera.
La iluminación del ambiente desaparece casi por completo al atravesar el túnel de entrada, el cual guía a los visitantes a un sorprendente cuarto oscuro lleno de exhibiciones cubiertas por luces de varios colores que captan rápidamente su atención.
«Prohibido no tocar» es uno de los principios de esta galería en la que los niños pueden aprender jugando en todas las exposiciones, las cuales fueron pensadas para que los infantes puedan saciar su curiosidad, mientras se instruyen sobre el cuerpo humano, la comunicación, el petróleo, la cultura venezolana, entre otras áreas que comprenden un recorrido con más de 600 exhibiciones y 24 horas de duración, explicó el jefe de Educación, Darwin Sánchez. Acotó que para visitar todas las áreas del museo, las personas deben acudir por, al menos, ocho horas durante tres días.
Destacó que la oscuridad dentro del edificio principal es un elemento importante, aunque es casi imperceptible. Explicó que se trata de un concepto denominado «caja oscura. La oscuridad del lugar hace que las exhibiciones, que están comprendidas en una buena parte por la luz capten de una mejor manera la atención de los visitantes», detalló.
Tanto adultos como niños, expresaron su emoción al recorrer las instalaciones. «Es algo sorprendente, una manera muy divertida de aprender. No es entretenida solo para los niños, los más grandes también pueden aprender sobre varios temas interesantes», expresó un turista, oriundo de Guatemala.
Desde la avenida Bolívar se puede observar el edificio llamado «La Conquista del Espacio», el cual permite que los transeúntes observen, a través de su estructura de cristal, un transbordador espacial que, en conjunto con la emblemática cúpula del planetario, engalanan el recorrido por esta vía del centro de la ciudad.
En esta sección los visitantes pueden aprender sobre las vivencias de los primeros astronautas que pisaron la luna, explicó Sánchez. Informó que el planetario «está cerrado por prevención por las fallas eléctricas que han ocurrido en la ciudad».
Recordó que el pasado 14 de julio las instalaciones fueron blanco del hampa. Por primera vez desde su fundación «el museo cerró sus puertas parcialmente debido al robo de los cables eléctricos que surten el edificio principal». Sin embargo, lograron reemplazar los cables una semana después.
A pesar del deterioro que presentan algunas de sus atracciones, como consecuencia de los elevados costos de mantenimiento, el museo cumplió 37 años abriendo sus puertas para cumplir su compromiso con los pequeños, quienes «salen siempre con una sonrisa», afirmó Sánchez.
En sus inicios el museo tuvo unos 160 trabajadores. Sin embargo, actualmente la nómina no supera los 50 empleados, quienes se las han arreglado para mantener a flote este icono caraqueño.
Fuente de la noticia: http://www.eluniversal.com/caracas/47759/37-anos-comprometidos-con-la-educacion-de-los-mas-pequenos
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Educar y entretener como filosofía de vida

 

El Museo de los Niños celebra hoy 36 años con nuevas instalaciones. La afluencia de público ha disminuido en la institución de Parque Central que se mantiene gracias a lo que recauda en la taquilla

Una sala tipo cinemateca para ver a Charles Chaplin le da la bienvenida a los niños y a sus acompañantes. La entrada está repleta de luces que evocan a Broadway, y 2 guías, cuyas edades varían entre los 16 y 21 años, resguardan las puertas.

Más adelante los visitantes se encontrarán con el área de Física, donde podrán simular que manejan una camioneta 4×4 o aprender cómo es una molécula al penetrar en un modelo artificial. Al subir unas escaleras se descubre una de las atracciones más populares: La Aventura en la Luna, en la que los niños “realizan” una caminata sobre el satélite de la Tierra.

El Museo de los Niños es un universo de ciencia, tecnología y lecturas en medio de una ciudad en la que es cada vez más difícil conseguir un lugar seguro para el disfrute de la familia.

Tiene nuevas atracciones como la Sala de Cuentos, en la que se enseña la importancia de la lectura, y Matemáticas Divertidas, donde se aprenden ejercicios de lógica en una colorida pantalla. Y mantiene sus clásicos: el Planetario, los Colores Musicales, el Piano Gigante y el Estudio de Televisión.

“Apoyamos la educación de los niños en Venezuela, esa es nuestra responsabilidad y el objetivo fundamental desde que se fundó la institución. Recientemente incluimos el Laboratorio de Química”, señala Darwin Sánchez, jefe de la Unidad de Educación del museo.

La institución también es una opción económica en comparación con otros lugares de Caracas: la entrada general tiene un costo de 1 millón de bolívares. Con ella los usuarios pueden disfrutar de todos los espacios en el horario de 9:00 am a 5:00 pm, de lunes a viernes, y de 10:00 am a 5:00 pm, los fines de semana y días feriados.

Sánchez indica que el Museo de los Niños cuenta con proyectos dirigidos tanto a profesores como a estudiantes. Uno de ellos es el Programa de Apoyo al Docente, con el que han capacitado a más de 11.200 personas durante 10 años. La idea es conocer la institución y usarla como herramienta en las clases.

Otra alternativa es Vacaciones Divertidas, en la que los padres que deben trabajar o viven cerca, pueden dejar a sus hijos en el museo en el horario de 8:30 am a 4:30 pm. “Tenemos un cronograma de actividades para los niños, y pueden venir un día o durante una semana completa”, señala Sánchez.

Durante los últimos cinco años se han incorporado nuevos temas. De este modo se mantienen actualizados con la tecnología y la ciencia. Se habla de ADN, de las tecnologías de información y comunicación, del GPS, Internet y de la realidad aumentada. “Buscamos crear experiencias que sean cónsonas con lo que ocurre en el mundo. Queremos involucrar toda la parte sensorial, visual y táctil”, indica.

También ha cobrado importancia todo lo relacionado con la preservación del medio ambiente. “Incluimos lo relativo a la protección de los recursos naturales. En 2018 cumplimos dos años con el programa Buenas Prácticas para el Uso Eficiente de los Recursos Naturales, en el que invitamos a niños y docentes a concienciar la utilización de los recursos”, refiere Sánchez, y destaca que han formado aproximadamente a 300 docentes.

A pesar de que es una opción asequible y segura, el vocero reconoce que la afluencia de público ha disminuido. Los pasillos no se ven repletos de visitantes como hace cinco años. “No manejo cifras pero la crisis sí puede afectar. Ahora tenemos público, pero no el que acostumbrábamos”, agrega. Además, cada vez es más difícil conseguir personal que quiera integrarse a la institución debido a la constante migración de jóvenes, asegura.

El museo se mantiene con los ingresos que genera por taquilla, pues desde hace dos años, luego de la reforma de la Ley orgánica de ciencia, tecnología e innovación, no recibe recursos ni del gobierno ni de entes privados: “Si no fuera por la gente, el museo ya no existiría. A pesar de ello, los boletos son los más solidarios si se comparan con los de otros sitios”, asegura.

En la entrada principal del edificio está una fotografía de Alicia Pietri de Caldera, quien como primera dama durante el gobierno de Rafael Caldera, concibió la idea de crear un museo para los pequeños. No quería que fuera un lugar estático, sino que se le permitiera a los niños vincularse de manera directa con el arte, la ciencia y la tecnología. De este modo nació el lema “Prohibido no tocar” y el 5 de agosto de 1982 se inauguró en Parque Central. Los espacios fueron adaptados y, luego de 36 años, la institución ha realizado más de 600 exhibiciones. Con una estructura compleja, que se puede imaginar por los 5.000 bombillos de distintos tipos que posee, el Museo de los Niños quiere seguir formando y divirtiendo por muchos años más, a pesar de los malos tiempos.

Los guías de la ciencia

Quienes deseen sumarse al grupo de guías del Museo de los Niños deben tener entre 16 y 21 años de edad. Una vez que se integran al plantel reciben entrenamiento para conducir a los visitantes por cada una de las instalaciones del lugar y enseñar cómo funciona.

En la institución se les imparte educación sobre ciencias como la biología, la física o la química. Luego de dos semanas de estudios y una de evaluación, están listos para trabajar con el equipo. “Ellos también reciben instrucción en habilidades de comunicación y oratoria. Siempre estamos en búsqueda de guías, lo ideal es que cursen el final del bachillerato”, dice Darwin Sánchez, jefe de la Unidad de Educación.

Fuente de la reseña: http://www.el-nacional.com/noticias/entretenimiento/educar-entretener-como-filosofia-vida_246697

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