01 de marzo de 2017 / Fuente: http://compartirpalabramaestra.org
Por: Ángela Escallón Emiliani
Nuestra apuesta por la innovación en la educación obedece a que la vemos como el ingrediente fundamental para atender a las vicisitudes que se presentan.
Italo Calvino, a mediados de los años 80’s, escribió un gran libro llamado «seis propuestas para el próximo mileno». Su inteligencia y su visión, le permitieron ver lo que hoy evidenciamos como una realidad: levedad, rapidez, exactitud, visibilidad, multiplicidad, consistencia.
Calvino veía venir los grandes cambios, que sumados a la inmediatez y a la genialidad, experimentamos a diario. Estos cambios a su vez evidencian nuevas necesidades para afrontar nuevos retos y la necesidad de pensar en formas novedosas de atender esta realidad de naturaleza cambiante.
El año pasado, en el Foro Educacion de Semana, el expositor Jon Kao, presentaba como cada época ha estado caracterizada por un gran hito: de la época de la agricultura a la industrial; de la época industrial a la época de la innovación. Palabra que ya es parte de nuestra cotidianidad, ilustrado de manera contundente por Kao al revelar que la palabra innovación ha sido consultada 2.65 billones de veces en el último año en el buscador de Google.
¿Qué nos dice esto en materia de educación? ¿Cuál es el rol de la innovación en un mundo cambiante de manera acelerada y de nuevas formas de aprender, desaprender y reaprender?
Aunque la palabra innovación generalmente nos lleva a pensar en tecnología, desde la Fundación Corona abarcamos el término desde una perspectiva mucho más holística entendiéndola como una manera de comprender realidades a través de caminos no tradicionales, de forma más eficaz, produciendo un cambio favorable en un determinado sistema.
Nuestra apuesta por la innovación en la educación obedece a que la vemos como el ingrediente fundamental para atender a las vicisitudes que se presentan. No se trata solo de pensar en soluciones u oportunidades nuevas, sino también en revolucionar, en darle un giro a lo que generalmente hemos venido haciendo en aras de lograr un mayor efecto, en trabajar de manera colectiva y colaborativa buscando soluciones de impacto colectivo.
Con el fin de obtener una transformación al interior de la educación, entendemos la innovación en la educación como un eje transversal en las dos líneas de nuestro trabajo: Educación Orientada a la Ciudadanía y Educación Orientada al Trabajo.
Un ejemplo de lo que hacemos frente a este tema, es nuestra alianza con Enseña por Colombia, una iniciativa que busca mejorar la calidad de la educación, llevando jóvenes graduados de las mejores universidades del país con las mejores calificaciones a enseñar por dos años como profesores de instituciones públicas en los lugares más alejados de Colombia. En esta experiencia se innova en la forma de atraer buen talento para la educación, en la forma de democratizar las oportunidades para todos, en la manera de hacer país y ofrecerle a las nuevas generaciones oportunidades concretar de ser parte del cambio que tanto buscamos y reclamamos y que en particular ellos experimentan como un desafío propio.
Se innova en la manera de ser, de hacer, de pensar, de actuar. Se innova generando la capacidad de análisis, de afrontar retos históricos. Necesitamos cambios contundentes en las formas de enseñar y aprender, así como también en repensar lo que enseñamos. Queremos una educación interesante, incluyente, pertinente y participativa donde estamos convencidos que la innovación será la única forma de lograr cambiar los esquemas ordinarios y darle un aire fresco al proceso educativo.
Los invitamos a pensar diferente, a escuchar lo que dicen los jóvenes, lo que quieren, lo que son capaces y lo que necesitan. Hagamos de la educación un ejercicio democrático, creativo, dinámico que responda a 2.65 billones de búsquedas.
Fuente artículo: http://compartirpalabramaestra.org/columnas/innovacion-y-busquedas