Trumpadas contra la ciencia. ¡Científicos del mundo, uníos!

Por: José Rangel

El 20 de enero de 2017, en la Marcha por las Mujeres en la ciudad de Boston, MA, se convirtió en una de las manifestaciones políticas más importantes en los EE.UU., al convocar también al mundo de la ciencia a marchar en Washington. Ahí dio inicio la Marcha por la Ciencia, que tendrá lugar este 22 de abril de 2017.

A la iniciativa de la Marcha por la Ciencia se habían unido más de un millón de personas una semana después de su convocatoria inicial. Esta propuesta se ha desarrollado como un movimiento ciudadano que rechaza la política científica de la administración Trump y busca promover y defender el lugar de la ciencia en la sociedad más allá de las fronteras estadounidenses.

Las sospechas iniciales de que la ciencia en los EE.UU. podía verse amenazada, se ha vuelto realidades.

  • Trump y sus colaboradores más cercanos han dado muestra de estar entre quienes niegan la aparición de cambio climático y calentamiento global asociado.
  • El tema no solamente ha desaparecido de los principales centros de investigación, sino se teme por la desaparición de información estadística de la mayor relevancia.
  • El nombramiento de Scott Pruitt como jefe de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), y sus vínculos con los cabilderos del mundo industrial hace sospechar que Washington busca distanciarse de los Acuerdos de París.
  • Peor aún, el vicepresidente Pence ha dado fe pública de sus creencias creacionistas.
  • Científicos internacionales han sido impedidos de trabajar en los EE.UU.
  • La ciencia se ha visto hostilizada ideológicamente desde la Casa Blanca.
  • Los científicos del mundo acusan de que la puesta de la mira de Trump sobre la ciencia se debe a que la actividad científica emplea como método la colecta, verificación y análisis de datos. Este hecho se contrapone en esencia a la fabricación y uso de pseudo-hechos (“Alternative facts”), así como de la “post-verdad”, mecanismos que emplean para dar crédito a posiciones que favorecen intereses políticos, económicos y religiosos sobre grandes temas[1].
  • El primer borrador de presupuesto para 2018 incluye recortes masivos para la ciencia[2]:
    • Agencia de Protección Ambiental (-31%)
    • Departamento de Agricultura (-21%)
    • Departamento de Salud y Servicios Humanos (-18%)
    • Departamento de Energía (-6%)
    • NASA (-1%)
    • Institutos Nacionales de Salud (NHI) (-20%)

Los recortes van mucho más allá de lo que cualquiera de los observadores políticos hubiera sospechado. Desde la Segunda Guerra Mundial, la inversión en investigación y desarrollo ha sido crítica para la prosperidad y la seguridad de EE.UU., sin embargo, para la administración entrante, el financiamiento gubernamental de la ciencia se ha extendido en exceso y es necesario recortarlo, lo que redundará en impactos de la mayor envergadura más allá de las fronteras norteamericanas[3].

Miles de personas, en más de 100 ciudades alrededor del mundo se organizan para marchar a favor de la ciencia y contra las propuestas oscurantistas de Trump. Proponen movilizarse y trabajar en conjunto con el fin de resaltar y compartir las contribuciones de la ciencia, volverla más incluyente y accesible con el fin de asegurar las posibilidades de ponerla al servicio de la comunidad y garantizar que, en el futuro, desempeñe un papel fundamental en la determinación de las políticas sociales.

La Marcha por la Ciencia, convocada para celebrarse el Día de la Tierra (22.04.17) busca asegurar que la ciencia se mantenga como el pilar de la libertad y la prosperidad de la humanidad[4].

Con la Marcha se demandará:

  • Construir una comunidad científica que funcione en busca del bien común y sirva al conjunto de la población.
  • Fortalecer los lazos, el respeto mutuo y la comunicación entre la comunidad científica y la población en general.
  • Garantizar que los responsables de elaborar las políticas públicas hagan uso de la mejor ciencia disponible para informar sobre las decisiones que afectan a la población.
  • Apoyar a los hacedores de ciencia contra censura o discriminación por diseminar evidencia científica.
  • Combatir la discriminación, explotación e iniquidad en la comunidad científica.
  • Trabajar en pro de que las carreras científicas y la investigación científica sean accesibles a más miembros de poblaciones con historias de marginación y subrepresentación.
  • Pronunciarse a favor del derecho de cada niño de recibir educación científica de calidad, así como de tener acceso a las tecnologías y herramientas que dan forma al mundo.
  • Promover la participación en el proceso electoral en todos los niveles que permita vincular el pronunciamiento científico con las acciones de la sociedad civil y ser públicamente escrutable.
  • Heredar a las generaciones futuras los valores de curiosidad, libertad de palabra, libertad de cuestionamiento y pensamiento crítico[5].

Con estas demandas a cuestas, además de la marcha central en Washington, se llevarán a cabo marchas satélite en más de 514 ciudades de 52 países diferentes a EE.UU.

En México han sido convocadas 4 marchas satélite: en la Ciudad de México, en Irapuato, en San Luis Potosí, y en Guadalajara. Las posibilidades están abiertas para que, quien quiera, pueda sumarse a esta gran convocatoria y participar en una u organizar una marcha satélite en su localidad. El vínculo está abierto[6].

Los franceses reconocen que la Marcha por la Ciencia hizo su aparición como un rechazo instintivo a la política científica estadounidense de la nueva administración, para transformarse en un gran movimiento ciudadano internacional para promover y defender el lugar de la ciencia en la sociedad. Por primera vez en muchos años, reconocen, los científicos dejarán sus laboratorios para salir a la calle[7]. Aunque también reconocen que, en su caso, el apoyo a la ciencia está en declive constante, que los jóvenes científicos se ven forzados a tomar empleos precarios y que las organizaciones científicas enfrentan dificultades financieras sin precedente.

Es fundamental reconocer el papel decisivo que la ciencia tiene en nuestras vidas, dicen los franceses. Es inaplazable salir de la torre de marfil y hacer que la investigación rinda cuentas al gran público y explique la manera en que los resultados científicos permiten mejorar la calidad de vida cotidiana de millones. Junto con la American Association for the Advancement of Science, consideran que la ocasión es única para explicar la necesidad social de la ciencia.

La importancia de la Marcha y su rápida acogida mundial radica en que la negación de hechos científicos y la propagación de post-verdades (hechos falsos) son cada vez más aceptados como base del discurso social, lo cual termina siendo una amenaza directa sobre la misma ciencia.

Los alemanes marcharán no porque protesten solamente contra los recortes presupuestales, ni por las políticas ambientales, sino para luchar por un mejor uso de la ciencia y en contra de todos los discursos, cada vez más extendidos, que niegan sus resultados. O sea, es un movimiento extendido y creciente por una mayor base científica de la vida cotidiana.

Hay un problema en México, las marchas no darán puntos para el SNI, de ahí que la participación de científicos en el país puede verse fuertemente disminuida.

[1] http://www.lemonde.fr/idees/article/2017/02/15/marchons-le-22-avril-pour-signifier-l-immense-danger-que-represente-la-mise-au-pas-des-sciences_5080007_3232.html

[2] America First: A Budget Blueprint to Make America Great Again

[3] https://www.washingtonpost.com/national/health-science/trumps-budget-would-slash-scientific-and-medical-research/2017/03/15/d3261f98-0998-11e7-a15f-a58d4a988474_story.html?tid=ss_tw&utm_term=.b35f855e6618

[4] http://www.dw.com/en/march-for-science-to-unite-researchers-against-trump/a-37373616

[5] https://www.marchforscience.com/marcher-pledge/. Traducción libre.

[6] https://www.marchforscience.com/satellite-marches/?country=Mexico

[7] https://lejournal.cnrs.fr/articles/pourquoi-les-scientifiques-appellent-les-citoyens-a-marcher-pour-la-science?utm_content=buffer1bfec&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer

Fuente: http://www.educacionfutura.org/trumpadas-contra-la-ciencia-cientificos-del-mundo-unios/

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José Rangel

Investigador del Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM. Especialista en Políticas Públicas y Desarrollo. Ha sido asesor en temas de educación superior de diversos secretarios y subsecretarios de Estado del ramo, de rectores, de la ANUIES y evaluador nacional de Pronabes. Email: rangel@unam.mx