Hace tiempo -dijo- de las personas que tenían este problema se decía que tenían una dependencia del gasto y añadió que hoy ya no se dice eso porque ‘todos estamos en este ritmo consumista’.
‘Hemos entrado en una vorágine de consumo y se nos indujo a creer que valemos por lo que seamos capaces de producir y de consumir, por lo que seamos capaces de tener’, subrayó
Francisco aseveró que educar en la austeridad tiene un valor incalculable porque ‘despierta el ingenio y la creatividad, genera posibilidades para la imaginación y especialmente abre al trabajo en equipo, en solidaridad’.
El Papa resumió sus puntos de vista sobre esta cuestión al exhortar a un mayor enriquecimiento espiritual del ámbito familiar para darle paso a la austeridad como vía de encuentro, para ‘tender puentes, abrir espacios, crecer junto a los demás y para los demás’.