Por: Bonifacio Barba
En la entrega anterior se propuso que CE = ae, lo que significa que la calidad de la educación es igual al aprendizaje multiplicado por la equidad. En el proyecto educativo del país los dos factores que conforman la calidad de la educación están implicados; por ejemplo, entre los valores que es necesario aprender (internalizar, hacerlo propio cada persona), está la equidad, para fundamentar la cual debe recurrirse constitucionalmente a la afirmación de la dignidad de la persona.
Ahora nos ocuparemos del aprendizaje. Son varias las teorías que lo describen y explican; es una teoría de la Psicología que ha evolucionado mucho mostrando con diversos enfoques y metodologías que ese fenómeno por el cual el ser humano pasa de un estado cualitativo de ser y vivir, a otro más completo o superior, es un fenómeno complejo. Lo que importa para la sociedad y para la elaboración de las políticas públicas, así como su implementación y evaluación, es que a la escuela se le encarga la tarea de promover el aprendizaje, de ahí que requiera gran apoyo social y político.
El texto del artículo tercero antes de la reforma de esta administración no usaba el término aprendizaje, pero es claro que la educación ahí establecida como necesidad personal y social –el ser la educación un derecho proviene de que es necesaria-, supone el proceso de aprender al ocuparse de “desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano”. Aunque el texto no es un pequeño tratado de teoría de la educación, no está fuera de lugar pensar que la actividad de la escuela debe apoyarse en todos los enfoques teóricos pertinentes que estudian el aprendizaje, es decir, todos aquellos que ayuden a darle sentido a lo armónico y lo integral de la experiencia de desarrollo del alumno. La todavía pendiente reforma de las escuelas Normales tiene en esto un asunto constitutivo.
- Dewey consideraba que el desarrollo es la meta de la educación y entendió la escuela como un laboratorio social, lo que tiene como consecuencia que la escuela no se separa de su entorno, no se encierra en las materias de enseñanza, pues su razón de ser es contribuir a una acción que ella no domina o abarca en plenitud, la formación humana, pues la comparte con otras instituciones sociales. Esa idea de la escuela y el aula como laboratorios está en el sustrato histórico y filosófico del artículo tercero. Veamos algunos elementos.
- “Toda persona tiene derecho a recibir educación…”, es decir, a recibir un bien humano, social, público, que cada una de las personas en la escuela merece por su dignidad. Lo que recibe significa u origina una actividad que impulsa el desarrollo; tiene como fin la democracia, que es un sistema de vida “fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo”, y eso significa actividad para indagar, para conocer, para relacionarse, para valorar, para tomar decisiones, para participar y exigir lo que es debido. En ninguna manera la experiencia en la escuela se trata de estar ahí en una posición pasiva.
- Otro criterio del artículo tercero es que la educación se base “en los resultados del progreso científico” que luche “contra la ignorancia y sus efectos…”. La ciencia es una actividad, antes que otra cosa –es también un saber disponible, una actitud de los sujetos ante la realidad-, y supone que el alumno y la alumna tienen preguntas, tienen capacidad de buscar respuestas, de buscar soluciones a problemas de diversa naturaleza que la vida misma les plantea. La escuela no inventa problemas para hacer su trabajo, mal haría; lo que debe hacer es recoger la vida que viene con sus alumnos y ayudarles a ellos a comprenderla, a ser creativos, autónomos. Es significativo que el texto del artículo establezca luego del criterio científico “la lucha contra la ignorancia y sus efectos”, ya que no hay principio más activo que eso.
- No se trata aquí de integrar todo el texto del artículo tercero –hay que leerlo todo de nuevo-, sino de mostrar cómo contiene una orientación al aprendizaje. Es imposible resistir y no transcribir esta parte: la educación “atenderá a la comprensión de nuestros problemas, al aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura”. ¡Cuánta actividad de aprendizaje, por decirlo en sentido cuantitativo, y qué cualidades de ese aprendizaje están comprendidas en el pronombre nuestros! De ese tamaño y con esta trascendencia es la experiencia de aprendizaje que debe promoverse en cada aula, en cada espacio escolar. De ahí otra urgencia: que los gobernantes y los partidos acerquen la sociedad a sus actividades para que estén en plena aptitud de servirla.
Los aspectos destacados arriba muestran bien que el artículo tercero establece un aprendizaje complejo por sus contenidos y por los procedimientos necesarios y que no es posible lograrlo si la escuela no está preparada para ser lugar de actividad basada y orienta al conocimiento y lugar de convivencia socializadora en los valores de la democracia. No se puede tener a la sociedad como referente final de lo que acontece en la escuela si esta no es plenamente social en su vida y su pedagogía.
De lo anterior resulta la importancia del currículo como el instrumento del que se sirve la escuela para promover el aprendizaje. Su pertinencia para los alumnos será fundamental y es lo que da valor a las actividades de medición y de evaluación. El Sistema Nacional de Evaluación requiere la capacidad de medir todos los aprendizajes promovidos por el currículo, pues de esa manera su conclusión sobre la calidad de la educación tendrá mayor significado o, mejor, tendrá el significado que la sociedad reclama.
En conclusión, volvamos al texto del artículo tercero y a su complemento teórico y pedagógico, el artículo 7° de la Ley General de Educación y comprendamos sus consecuencias. A esta luz, es de esperarse que el Modelo Educativo reciba todo el sustento gubernamental y social necesario para su implementación. Dado que ha partido de la filosofía del artículo tercero, de su humanismo, como afirma el documento, será fundamental no perder de vista que se trata del desarrollo de toda persona.
Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-calidad-de-la-educacion-los-terminos-de-su-ecuacion-ii/