En Costa Rica, el país con el mejor sistema educativo de Centroamérica, se están cerrando escuelas: en promedio, nueve centros de educación primaria al año en lo que va de la década.
No es, sin embargo, por falta de profesores ni de recursos: lo que les falta a cada vez más colegios ticos son alumnos.
Efectivamente, en los últimos 10 años el presupuesto del Ministerio de Educación Pública (MEP) de Costa Rica se duplicó y actualmente equivale al 7,4% del PIB.
Se trata del promedio más alto entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), «el club de los países más desarrollados del mundo» al que el país centroamericano está a punto de ingresar.
Pero la caída de la natalidad ha ido reduciendo el número de niños en edad escolar, y con ellos el número de los que asisten a la escuela.
Y según un reciente informe de auditoría citado por el diario costarricenseLa Nación, la tendencia ya obligó al cierre de 92 escuelas públicas entre 2010 y 2019, y el MEP tiene previsto cerrar cuatro más este año.
Otros 30 centros educativos públicos tienen un único estudiante y 616 escuelas tienen menos de 10 alumnos.
«Siempre se va a mantener una escuela abierta donde haya un alumno», promete Guiselle Cruz, la ministra de Educación de Costa Rica.
«Pero sabemos que por la baja de la natalidad hay un porcentaje importante de escuelas que en los próximos cinco, 10 años no van a tener casi alumnos», le confirma a BBC Mundo.
Cobertura universal
La situación no podría contrastar más con la del resto de países centroamericanos, donde lo que faltan son colegios.
Y, como destaca la ministra Cruz, en buena medida es resultado de los esfuerzos por garantizar una cobertura educativa universal que Costa Rica viene haciendo desde la década de 1960.
De hecho, la inmensa mayoría de las escuelas cerradas o con pocos alumnos están ubicadas en zonas rurales, de difícil acceso.
«Son zonas montañosas, zonas por las cuales pasa un río. Entonces, la idea fue, en vez de hacer que los chiquitos cruzaran el río para ir a otra escuela, hacerles una en su comunidad», explica Daniela Cerdas, del diario La Nación.
«Pero no se hicieron para que tuvieran solo un alumno. Son escuelas pequeñas que con la baja de la natalidad están quedando en cero», le dice a BBC Mundo.
Para Cerdas, lo más significativo de la historia es que «muestra que hay escuelas en cada rincón del país para no negarles el derecho a la educación a los niños».
Pero la periodista también reconoce que «el problema de que haya tantas pequeñas escuelas es que la calidad de la educación no es igual para todos«.
Y lo mismo dice Katherine Barquero, investigadora principal del capítulo sobre primaria del más reciente Informe del Estado de la educación (IEE), donde se destaca el gran porcentaje de escuelas «unidocentes» que todavía existen en Costa Rica.
Cantidad vs calidad
Como su nombre lo indica, las escuelas «unidocentes» -que en Costa Rica pueden llegar a tener hasta 30 alumnos- son centros donde un único maestro imparte todas las asignaturas, a todos los ciclos.
Y según el séptimo Informe del Estado de la educación, publicado el año pasado, tres de cada 10 escuelas primarias costarricenses pertenecen a esta categoría.
«Las escuelas unidocentes existen por la necesidad darles educación primaria a todos y alcanzar ese logro, del que estamos muy orgullosos, de tener una tasa de escolaridad muy alta en nuestra población», explica Barquero.
«Pero sus estudiantes están en desigualdad: tienen acceso a la educación primaria, pero la calidad es distinta (a la de las escuelas con más alumnos y maestros)», le dice a BBC Mundo.
De hecho, según las cifras que maneja el Banco Mundial, con un 97% de tasa neta de escolaridad en primaria Costa Rica es uno de los líderes educativos indiscutibles de América Latina, donde solo marcha por detrás de Uruguay y Cuba y muy por delante de vecinos como Honduras (80%), El Salvador (81%) y Guatemala (87%).
Pero el país centroamericano aún está por debajo del promedio de los países de la OCDE en las pruebas del Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (conocidas como pruebas PISA, por sus siglas en inglés)., que evalúan el nivel de comprensión en matemáticas, ciencias y lectura.
Y la última edición del IEE también registra una importante caída en la tasa neta de escolaridad en primaria, que actualmente ubica en un 93,1%.
Según Barquero, esta reducción puede explicarse por tres factores: un problema de eficiencia interna del sistema, expresado en más estudiantes repitiendo grado; un reciente cambio en la metodología de cálculo empleada por el MEP, o como efecto de la transición demográfica.
«Pero lo importante es que nosotros creíamos que era muy alta y se ha venido deteriorando. Ese es el problema, que hemos venido experimentado un deterioro», le dice a BBC Mundo la investigadora.
Cambio lento
Para Barquero, la situación también cada vez deja más claro que la estructura de las escuelas primarias en Costa Rica «es obsoleta«.
Pero la investigadora también reconoce que la misma también ha ido cambiando lentamente.
En 2008, por ejemplo, las primarias unidocentes representaban el 49,9% del total y actualmente constituyen el 33,4%.
Y según la ministra Cruz, el actual gobierno tiene bastante avanzado un plan que permitiría «agrupar» a muchas de las actuales pequeñas escuelas en centros más grandes, ofreciéndoles así mejores condiciones a los alumnos.
«La idea es que el centro educativo que tenga las mejores condiciones agrupe a los centros educativos vecinos y dar transporte a los estudiantes, posibilidades de becas, etc.», explica.
«Esto nos permitiría mejorar la calidad de la educación, porque en estas escuelas de menos de 30 estudiantes es muy difícil que estos tengan probabilidades de (aprender) un segundo idioma, el tema de la conectividad y la tecnología son otra limitante, la socialización es muy poca…», le dice a BBC Mundo.
Según la funcionaria, después de analizar las condiciones geográficas, la infraestructura vial y las instalaciones de numerosas escuelas ubicadas en áreas de no más de cinco kilómetros, el MEP ha identificado «más de 500 escuelas que podrían reagruparse».
Y Cruz espera concluir las necesarias consultas y negociaciones con pobladores y sindicatos antes del final del mandato del presidente Carlos Alvarado.
«Tenemos que avanzar con cuidado, porque muchas de nuestras escuelas, por no decirte que la mayoría, han sido una obra de amor de la comunidad y son muy importante para ellas», explica la ministra.
«Pero también tenemos que hacer que todos -sociedad, maestros, políticos- entiendan que una reducción en el número de escuelas no tiene por qué significar menos maestros», subraya.
Y agrega: «Lo que yo veo es una gran oportunidad para la mejora de la calidad (de la educación), porque sabemos que la reducción de los grupos y la atención individualizada hace la diferencia».
Más retos
El futuro de las pequeñas escuelas, en cualquier caso, no es el único reto que debe ser salvado para conseguir el salto de calidad al que aspira Costa Rica.
Según Katherine Barquero, la gran mayoría de las escuelas públicas del país, el 93%, todavía «no ofrece el currículum completo».
Y durante años, el Informe del Estado de la Educación también ha señalado problemas en el proceso de formación e incorporación de los docentes.
Es algo que las actuales autoridades están tratando de solucionar con una actualización de los perfiles de contratación y la institución de una prueba de idoneidad.
La ministra Cruz también también le dijo a BBC Mundo que ya está en discusión un proyecto de ley que institucionalizaría un sistema de evaluación y acompañamiento de los profesores del sistema de educación pública del país.
Mientras, el MEP también está haciendo esfuerzos por mejorar significativamente la conectividad de sus centros educativos, para ayudar a compensar los límites y desigualdades en el acceso a internet que ha dejado en evidencia la pandemia de covid-19.
«Del millón cien mil estudiantes que hay en Costa Rica, tenemos a la mitad con posibilidades de conexión buena o media y con dispositivos, y la otra mitad de los estudiantes sin conectividad, aunque algunos tienen dispositivos», le dice la ministra Cruz a BBC Mundo.
Esto plantea un reto para un sistema educativo que, sin embargo, ha logrado importantes avances en materia de educación a distancia espoleado por la pandemia.
De hecho, para Daniela Cerdas, esta podría y debería ser la alternativa para aquellos estudiantes de zonas remotas y de difícil acceso en las que no sea viable el proyecto de agrupación de escuelas.
«Esto de unificar escuelas lo vería un poco complicado si por ejemplo pasa un río en medio de las comunidades, porque eso puede poner en riesgo al estudiante«, valora Cerdas.
«Pero en lugar de invertir en toda una infraestructura que tal vez no tiene todas las condiciones, mejor invertir en darle la herramienta tecnológica al estudiante, el internet, y que la educación se dé a distancia», le dice a BBC Mundo.
La periodista, sin embargo, también reconoce las dificultades económicas por las que atraviesa el país.
«Las finanzas ya venían deprimidas y con la pandemia empeoraron», dice.
«Pero yo sé que el país no va a dejar a ningún estudiante sin educación, viva donde viva. Eso sé es algo que el país garantiza», concluye.
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-53976051