Por: Íbero Martínez
Byung-Chul Han es un filósofo nacido en Corea en 1959 pero que hizo toda su carrera académica en Alemania. Autor de casi 20 libros que vendieron muchísimos ejemplares en los últimos años, sale a escena con una nueva obra: La crisis de la narración.
Cada página de La crisis de la narración es una catarata de párrafos y párrafos que te dejan boquiabierto, asintiendo y agradeciendo la simpleza con la que Han consigue expresar ideas complejas. Cualquier lector o lectora sin formación filosófica puede leer a Han, solo hace falta curiosidad.
El autor contrapone la idea de narración a la idea de información. Toda narración se basa en el misterio y la magia; la información, en cambio, se sostiene en datos. La narración se cuenta junto al fuego de campamento, alguien habla, recuerda un recuerdo, lo mantiene vivo, juega modos antiguos de resolver contingencias nuevas, abre la posibilidad de futuro. Quien narra se reserva explicaciones, lo que hace que aumente la tensión narrativa. Alguien escucha, arma un nuevo recuerdo, se sostiene una comunidad, una familia.
La información, en cambio, son datos que se vuelven viejos muy rápido, datos que se amontonan y generan perfiles que el neoliberalismo utiliza para predecirnos y guiarnos al mejor postor, para controlarnos. Las redes sociales se llenan de esos datos, de selfies y de ‘me gusta’. Aquello que parece acercarnos, en realidad, solo nos aísla. Hoy estamos más informados que nunca pero andamos desorientados, buscando cómo reforzar identidades que tambalean.
Un tsunami de información que fragmenta la atención e impide la demora contemplativa que es constitutiva del narrar y de la escucha atenta. Las stories de las redes no son narraciones en sentido propio. No tienen extensión narrativa, son una mera sucesión de instantes que nada narran. La compulsión por las selfies se podría explicar según Han, más que por el narcisismo, por un aterrador vacío vital.
Otra diferenciación que plantea Han es entre estas narraciones que fundan y sostienen comunidades frente al uso que el Neoliberalismo hace de aquello que Han llama el storytelling, o la forma en que el marketing o la publicidad intentan adueñarse de narraciones, generando individuos aislados al convertir la historia en mercancía.
Es evidente (nos guste o no) que todos, que todas, en mayor o en menor medida andamos buscando en qué creer, en qué sostenernos, de qué agarrarnos cuando todo se vuelve inestable. En esa búsqueda podemos sumergirnos en las redes, que contrariamente a lo que pensamos nos aíslan más de los que nos acercan, o podemos buscar juntos esa historia que nos haga parte de una comunidad, una comunidad que nos cuide y nos dé cierta idea de futuro. El libro de Han es una herramienta valiosísima para orientarnos, para darnos cierta mirada distinta y sensible de una realidad que es tan evidente que parece, nos cuesta verla.
Fuente de la información e imagen: https://www.cba24n.com.ar