Corea del Sur/Diciembre 2015/Autores: Aula Planeta, Ángela Bohórquez y Ángela Castillo /Fuentes: Aula Planeta, Compartir Palabra Maestra y El Mundo
En las últimas décadas Corea del Sur ha pasado de ser uno de los países más pobres y con mayor tasa de analfabetismo del mundo a convertirse en una de las principales potencias mundiales en economía y educación. El Informe PISA y otros sondeos y encuestas, como el TIMSS o el PIRLS, la sitúan a la cabeza de la educación, superando incluso a países como Finlandia, tradicionalmente en la vanguardia educativa.
El sistema educativo de Corea también se destaca por el buen desempeño de sus estudiantes a nivel internacional. Por ejemplo, en las pruebas PISA del 2014, Corea y Singapur obtuvieron el lugar en resolución creativa de problemas. También, durante las pruebas del 2006, 2009 y 2015, Corea del Sur obtuvo puntajes superiores a la media sugerida por la OECD en lectura y matemáticas.
La educación en Corea del Sur es pública y privada. En ambos casos se recibe subsidios del gobierno aunque no en la misma cantidad. El kindergarden no está incluido en la etapa obligatoria del sistema por lo que no está cubierto. Sin embargo, la “edad” es algo que funciona de una manera peculiar en Corea del Sur. Los años se cuentan a partir de la concepción, así que técnicamente un niño al nacer ya tiene un año, no cero como en el caso de países occidentales. Durante el curso de su vida, los años también se cuentan de manera diferente. Si por ejemplo un niño nació el 16 de marzo de 1990, este año tendrá 25 años y el 1 de enero del 2016, automáticamente tendrá 26 años, sin que necesariamente tenga que esperar al 16 de marzo. Este dato es importante para tener en cuenta a la hora de explicar las etapas de la educación.
A partir de los 6 o 7 años, los niños forman parte del sistema e inician su etapa educativa dentro del sistema. La escuela primaria o elemental, tiene seis grados y va hasta los 13 años. La escuela media tiene tres grados y va desde los 14 hasta los 16 años y en la escuela superior se cursan también tres grados que van desde los 17 hasta los 19 años. En la escuela primaria y media, los estudiantes tienen muchas tareas y una carga extra curricular alta.
Al finalizar la escuela, los jóvenes inician la etapa universitaria y una gran mayoría formará parte de la educación superior, por dentro o fuera del país. Los niños y jóvenes estudian con mucho esfuerzo durante todas estas fases, ya que, como se dijo anteriormente, la educación es de gran relevancia para la vida de un surcoreano y de su buen desempeño depende su destino profesional.
Para entrar a la universidad los estudiantes deben tomar un examen llamado en coreano “su-neung”, un día muy importante y decisivo en el futuro de los jóvenes. Cabe anotar que aunque el examen tiene mucha relevancia, al aplicar a universidades se tienen en cuenta otros requisitos como records académicos, entrevistas, etc, pero en muchos casos este examen es lo único que piden las universidades. Es por esta alta relevancia que en la última etapa de la escuela las clases se enfocan sobre todo en este examen.
Debido al alto nivel de competencia, los estudiantes no solo cuentan con el estado para la educación. También toman en cuenta academias y tutores privados, lo cual implica una inversión económica muy alta de parte de los padres. En muchos casos, luego de terminar la jornada escolar hacia las 4 o 5 de la tarde, muchos continúan en casa estudiando hasta las 10 u 11 de la noche para poder tener el nivel exigido por los objetivos que desean alcanzar e ingresar a las universidades SKY, localizadas en Seúl, la capital del país. Los pregrados duran cuatro años por lo general, excepto en el caso de medicina. Durante el curso de la universidad, los hombres deben realizar un año de servicio militar obligatorio, por lo que las mujeres se gradúan antes que ellos.
Al ingresar a la universidad, las edades de los estudiantes varían. Algunos deben retomar el examen y estudiar hasta dos años más para poder obtener el puntaje que necesitan. Otros lo logran de inmediato y pueden tener, por un momento, un respiro. Pero, el alto nivel de competencia continúa durante el pregrado y deben esforzarse por tener los primeros puestos. Las buenas notas son tenidas en cuenta a la hora de ser contratados por empleadores.
Sin embargo, este sistema es también célebre por la gran presión que ejerce sobre los jóvenes estudiantes. La educación es sumamente valorada en el país y vista como una forma de obtener prestigio profesional. El sistema es sumamente competitivo y los estudiantes tienen una presión muy alta de sus padres para obtener las mejores notas y poder ingresar a las tres mejores universidades del país, conocidas con el acrónimo de SKY: Seoul National, Korea y Yonsei. Estudiar en estas universidades, les garantizará un estatus social privilegiado y las posiciones laborales más apetecidas y con mejor salario.
En ese sentido, sus estudiantes son los más infelices y triste del mundo, ya que 11 de cada 100 jóvenes de entre 13 y 34 años han pensado alguna vez en suicidarse y ocho de cada 100.000 ejecutan ese propósito (datos de la Oficina de Estadística de Corea del Sur). Las largas horas de memorización y estudio, los pocos momentos de sueño, los casi nulos recreos, las elevadísimas expectativas de los padres y el altísimo nivel de competitividad marcan el camino que los adolescentes coreanos han de recorrer durante tres años de instituto para ser los mejores el día del Suneung, el examen de acceso a la Universidad. «La educación excesiva es la culpable de que seamos el país desarrollado con más muertes por suicidio», asegura Park Chul, ex rector de la Universidad Hankuk.
Asimismo, tienen casi prohibido dormir, ya que si duermes tres horas al día, tal vez entres en SKY/ Si duermes cuatro horas entrarás en otra universidad/ Si duermes cinco horas, olvídate de entrar en la facultad. Para Euna Yung, ahora estudiante de la Universidad de Corea, esta canción popular entre los adolescentes es un espejo de lo que un día fue su realidad. Su rutina durante los meses previos a la prueba de acceso consistía, básicamente, en memorizar, primero en el instituto y más tarde en los hagwones, academias privadas de apoyo escolar. «Después de pasar todo el día delante de los libros llegaba a mi casa, cenaba, me encerraba en mi cuarto y seguía estudiando. Quería que mis padres me viesen y se sintiesen orgullosos de mí», recuerda Euna, intentando justificar esos años amargos de su existencia.
Incluyendo las clases suplementarias financiadas por los padres, un escolar coreano dedica 13 horas de media al día al estudio. Mientras los niños en este país pasan 220 días al año en la escuela, los días lectivos en Finlandia se reducen a 190, a 180 en EEUU y a 164 en España.
A continuación, se presenta diez claves para diseccionar la educación en Corea del Sur, con sus luces y sombras.
Diez pilares del Sistema Educativo Surcoreano
- La educación es el motor del desarrollo. Desde que en 1945 Corea del Sur se liberó de la ocupación japonesa, los sucesivos gobiernos han apostado por la educación como un medio para sacar al país de la pobreza y generar un capital humano capaz de compensar su falta de recursos. A día de hoy, los surcoreanos sienten una absoluta pasión por la educación, que ven como la única vía para labrarse un buen futuro y contribuir al crecimiento económico del país. Por eso, el esfuerzo de los estudiantes puede interpretarse como una suerte de patriotismo: su formación va ligada al futuro del país.
- La enseñanza es gratuita y obligatoria de los 7 a los 15 años. Este período cubre los seis años de educación Primaria y los tres primeros años de Secundaria. Para pasar a Secundaria se exige a los alumnos superar un examen. También existe una selectividad para entrar en la Universidad, conocida como “el infierno de los exámenes”. La escolarización puede llevarse a cabo tanto en centros públicos como privados. Apenas hay diferencias pedagógicas entre ellos, ya que el Estado ejerce un importante control. Los alumnos disfrutan de un almuerzo gratuito en la escuela.
- El Estado y los ciudadanos realizan una gran inversión en educación. La República de Corea le dedica casi un 7 % de su PIB (en España es un 4,5 %) y destina partidas para enviar a los mejores alumnos a estudiar a Estados Unidos, China o Europa. Una vez cumplida la enseñanza obligatoria, el 90 % las familias invierte unos 400 euros mensuales (casi un 20% de su salario) para que sus hijos completen su formación académica y logren cursar una carrera. Además, es habitual que las familias realicen donativos a las escuelas públicas para mejorar las instalaciones o el profesorado.
- Las políticas educativas son a largo plazo, pero los currículos se actualizan. Las leyes educativas no se ven afectadas por los cambios de Gobierno. Sin embargo, los surcoreanos modifican el currículo escolar cada cinco años para adaptarlo a las necesidades laborales y de crecimiento del país. De este modo, los estudiantes salen preparados para las exigencias de la sociedad en la que viven.
- Los profesores son muy respetados. Al igual que en Finlandia, los docentes se cuentan entre los profesionales mejor pagados y más venerados del país. “No debes pisar ni siquiera la sombra del maestro”, reza un proverbio coreano. Solo acceden a las escuelas de Magisterio los mejores alumnos de cada promoción, un 5 % de los aspirantes, y a lo largo de la docencia se someten a evaluaciones anuales, en las que también participan los alumnos y sus familias. A los maestros más destacados se les proporciona una formación específica, para liderar, a modo de élite de la docencia, la pedagogía en las escuelas.
- Los alumnos reciben más de 10 horas de clase al día. Los surcoreanos pasan en la escuela entre 6 y 7 horas. A las cinco de la tarde, el propio centro les ofrece una cena rápida para que lleguen puntuales a la academia o hagwon, donde reciben de cuatro a cinco horas más de clases particulares. Su jornada no acaba ahí, ya que en casa siguen estudiando. Los estudiantes surcoreanos estudian 16 horas más a la semana que la media de la OCDE.
- La competitividad y los resultados gobiernan el sistema. Para los surcoreanos, si alguien no tiene éxito en la escuela, tampoco lo tendrá en la vida. Estudian para dirigir empresas que lideren el desarrollo económico del país, no para ser empleados. Estas ideas se traducen en un alto nivel de exigencia a la hora de estudiar. Sin unos buenos resultados, los alumnos no podrán acceder a las mejores universidades ni elegir el camino que desean seguir para alcanzar un buen puesto laboral. Esta idea genera mucha presión. Por eso, según las encuestas de la OCDE, los alumnos surcoreanos son los más infelices. Como consecuencia, la tasa de suicidios entre menores de 24 años es la más alta del mundo.
- Los niños no tienen tiempo para jugar o relacionarse, y en las aulas hay mucha disciplina. Las obligaciones escolares apenas les dejan tiempo para dormir, por lo que socializar se considera una pérdida de tiempo. Quizá por este motivo, los adolescentes se envían hasta 60 sms al día, y uno de cada seis niños afirma sentirse solo. En las escuelas, la disciplina es férrea. Ser impuntual o no hacer los deberes se considera una falta grave, y puede comportar incluso un castigo físico. Y la mayoría de las escuelas censura los noviazgos, ya que restan a los alumnos horas de estudio.
- El sistema fomenta la memorización, y deja de lado la creatividad. Los profesores explican a toda velocidad. Lo importante es que los alumnos adquieran conocimientos. Cuantos más, mejor. De este modo, se descuida la comprensión conceptual y la creatividad. Esto podría explicar que, siendo los primeros en las pruebas de acceso a universidades como Harvard o Yale, una vez allí, casi el 44 % fracase, al no saber improvisar o trabajar en equipo.
- Se apuesta por la tecnología en las aulas. La competencia digital se considera una prioridad, ya que su desarrollo permite a los alumnos afrontar los retos laborales del siglo XXI. Los profesores reciben formación para integrar las TIC en sus clases, y la tecnología se considera una herramienta para que todos tengan acceso a la educación. Casi tres millones de alumnos estudian por Internet desde casa gracias al sistema Cyberhome, una plataforma digital que les permite reforzar su educación sin tener que asistir a academias privadas. Por otro lado, el Gobierno anunció en 2011 su intención de implantar los libros de texto digitales en las escuelas. Así, a finales de este año se prevé que los alumnos ya no utilicen libros impresos.
Más información
- Artículo La educación en Corea del Sur: ¿El fracaso del éxito?
- Artículo La fiebre del estudio. Prohibido estudiar de más en Corea del sur
- Documental Corea del Sur: prohibido fracasar
- Informe del Banco Interamericano de Desarrollo: El uso de la tecnología en la educación: lecciones desde Corea del Sur
- MARS, Amanda (2015). “¿Cuáles son las mayores economías del mundo? ¿Y las más diminutas?”. El País, España. Disponible vía web en: economia.elpais.com
- www.oecd.org/education/singapore-and-korea-top-first-oecd-pisa-problem-solving-test.htm
- english.chosun.com
- The Conversation (2015). “South Korean education ranks high, but it’s the kids who pay”. The Conversation, disponible vía web en: theconversation.com
- KOO, See-Weng (2014). “An Assault Upon Our Children”. New York Times, disponible vía web en: www.nytimes.com
Fuentes de la Noticia:
www.compartirpalabramaestra.org/articulos-informativos/sistemas-educativos-del-mundo-corea-del-sur
www.elmundo.es/f5/2015/11/03/562fa6d8ca4741f52f8b4624.html
Editora:
María Magdalena Sarraute Requesens. Doctorado en Ciencias de la Educación, Magister en Desarrollo Curricular, Licenciada en Relaciones Industriales y con cursos de postgrados no conducentes a grado académico. Docente – Investigadora Educativa del CIM y reconocida por el PEII en la Categoría B, Coordinadora General del Centro Nacional de Investigaciones Educativas, Integrante de la SVEC e Integrante Fundadora de la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa.