Venezuela/28 de Junio de 2016
Liliana Betancourt, es una joven quien por esas extrañas razones nació con sordera moderada, lo que conllevó a que tuviese pérdida de la capacidad auditiva, aunque para ella: ¡el lenguaje es la casa del ser!.
Hoy comparte su historia, con hablando a través de movimientos manuales, donde cada uno de ellos dice más de mil palabras…
Entrevista a Liliana Betancourt
Colaboración de Sara Valencia (Interprete de lenguaje de señas)
Por: Rose Mary Hernández
Liliana nace en la ciudad de Calabozo-Venezuela, para la fecha de 26 de Marzo de 1991. Hoy día, estudia Educación. Para esta joven, relacionarse con las personas pudo ser una gran desafío puesto que, dice: todos somos distintos, hemos crecido en ambientes y con personas diferentes lo que hace que no siempre seamos compatibles unos con otros. Liliana, le expresa a Sara que, llevar su aspecto al plano social es muy complejo porque en ese caso se comparten espacio y experiencias íntimas, significativas, que son, en muchos casos, complejas de equilibrar y sobrellevar.
Rose: ¡Buenos días Liliana, gracias por aceptar la invitación para decirle al mundo lo valiosa que tu eres!
Liliana, en lenguaje de señas, interpretado por Sara, responde: ¡Gracias a ti!
Rose: Liliana ¿Puedes contarme tu historia?
Liliana: Ok
Así comenzó su narrativa:
Yo nací siendo sorda y si es cierto eso de que hay vida después de la muerte y que los deseos se cumplen, pediría seguir siendo eso, sorda, como también quiero pedirle a las familias con miembros igual que yo, que no lo protejan, nosotros podemos valernos, somos seres independientes, con un mundo compuesto por palabras que cada quien interpreta según su propio ser. Para mí, la música se oye, se escucha y generalmente se canta al percibirla. Sin así mismo resulta una persona que no puede oír, simplemente se siente con el alma y el corazón y no hay impedimento para su expresión.
En la actualidad, formo parte de la Orquesta Sinfónica “Antonio Estévez”, en la ciudad de Calabozo y también estoy trabajando en la producción de obras teatrales en el Teresa Carreño, en Caracas, llevando el guió de una interesante propuesta multimedia, que presenta el colectivo Variaciones Arte Escénico, en conjunto de la Universidad Iberoamericana, el que despliega un montaje inclusivo, donde cuatro jóvenes sordos comparten escena con actores y bailarines profesionales para hablar de discriminación, incomunicación, integración y la cultura de la Comunidad Sorda.
De igual manera, estoy próxima de Titularme como docente en la Universidad «Rómulo Gallegos» ese es mi mayor sueño.
Rose: Liliana ¿Qué significa para ti ser maestra?
Liliana: Para mí ser maestra es ser capaz de apreciar la ayuda de la vida me ha brindado. Yo soy una persona que conozco el significado de los sufrimientos y esos estoy segura que me va ayudar hacer las cosas de otra forma. Un niño o niña sorda siempre es protegido y habitualmente se le ha dado lo que él quiere, desarrolla una «mentalidad de tengo derecho» y siempre se pone a sí mismo en primer lugar. Ignoraría los esfuerzos de sus padres. En casos extremos, son abandonados o excluidos, en ambos casos se nos está destruyéndolos como hijos.
Rose: Liliana, te busqué ayer en la universidad, me dijeron que te habías quedado en casa. ¿Puedes decirme que hiciste ayer en casa?
Liliana: (Rodó una lágrima al hacerlo). Tengo un salón de clase, con dos amigos que son iguales a mí. Hemos asistido a escuela en búsqueda de niños y niñas con sordera, para formar una escuela social, enseñar hablar desde el interior de nuestras voces. Ahí danzamos, bailamos y estudiamos…Espero que no dejen de asistir porque he llegado a apreciar la importancia y el valor de ayudar a la familia.
Rose: Por favor: ¿Puedes darnos un mensaje de despedida, Liliana?
Liliana: Un abrazo, para mí el lenguaje es la casa del ser…las palabras, como se expresen, tienen el significado profundo de quien las dice o quien las escucha, con un buen o mal corazón.