Colombia/ Antioquia/Agosto de 2016/El Tiempo
En 2015 hubo 73 denuncias en el país por este delito de lesa humanidad. 8 fueron en el departamento.
Es en los barrios más pobres de los municipios de Antioquia, entre ellos Medellín, las mujeres jóvenes son las más propensas a ser engañadas por las redes de trata de personas.
También es en ellos donde se presenta la mayoría de embarazos adolescentes, hay altos índices de deserción escolar y desempleo juvenil, y está el porcentaje más alto de víctimas de ese flagelo.
Por esta razón, en el marco de del Día Mundial Contra la Trata de Personas, que se celebra este sábado, la Gobernación de Antioquia y la Alcaldía de Medellín realizaron la firma del pacto del Corazón Azul, liderado por la Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
En este pacto se comprometieron a implementar el protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas que entró en vigor el 25 de diciembre de 2003. Hasta el momento ha sido ratificado por 159 estados que buscan reducir la vulnerabilidad de las potenciales víctimas al facilitar que la población se entere, conozca y participe activamente en las acciones de prevención del delito.
“Lo que busca el Corazón Azul es generar preguntas sobre cómo y por qué se genera la explotación de seres humanos, hombres y mujeres. Lo importante es que haya espacios de opinión y debate respecto al rol de cada ciudadano en la erradicación de este delito”, dijo Carlos Pérez, coordinador del proyecto de la oficina de Naciones Unidas.
Según él, la trata de personas es un crimen invisible, difícil de identificar y en el que están involucradas muchas personas, desde miembros de la familia y amigos hasta grandes mafiosos que se enriquecen con la esclavitud de otros seres humanos.
Según Betty Pedraza, de la Corporación Espacios de Mujer, las víctimas son captadas en los colegios, a la salida de las universidades, pero también en los barrios residenciales. Los victimarios pueden ser desde el señor que reparte folletos de agencias de modelaje, hasta amigos, familiares o allegados, que las convencen de viajar a otros países o ciudades en busca de mejores oportunidades de vida, trabajos estables y dinero.
Sin embargo, cuando llegan a esos lugares las condiciones son otras y sus cuerpos y mentes les pertenecen al explotador que las obliga a tener relaciones sexuales 14 horas al día, sin recibir ni un 90 por ciento del valor de sus servicios. A su vez, contraen una deuda de viaje que aumenta casi en un 80 por ciento y que se multiplica cada día.
Según información de Naciones Unidas, el viaje de una persona a los países en que serán explotadas le cuesta a las redes de trata de personas 6.000 dólares. Pero con solo tres meses de trabajo estas reciben 60.000 dólares de ganancias por cada mujer.
“Para ellas resulta imposible pagar esa deuda. A ellos no les conviene que vuelvan a sus países a denunciar”, señaló Pedraza que en el 2015 fue homenajeada por el Departamento de Estado de Estados Unidos por su ayuda a mujeres que han ejercido la prostitución o han sido víctimas de la trata.
Las que logran salir de la explotación, aseguró la activista, no están dispuestas a denunciar por miedo a amenazas, a recibir represalias y a que sus familiares sean víctimas de estas redes. Por eso, por cada caso que se identifica hay 20 más que no han sido denunciados.
“Muchas se cambian de barrio o lugares de residencia y ahí las localizan, las buscan y las llaman para que no denuncien. Otras le tienen miedo al estigma, a ser señaladas socialmente, por eso no quieren contar todo lo que les pasó”, expresó Pedraza.
Según ella, la recuperación puede durar mucho tiempo aunque la mayoría prefiere olvidar y visualizar un futuro. En ese camino de autosuperación llega un momento en que sus miedos reaparecen y es cuando la fundación está abierta para ayudarlas.
Un negocio ilegal muy rentable
La trata de personas es el segundo negocio ilegal más rentable en el mundo, después del narcotráfico y el tráfico de armas. Según estimaciones de Naciones Unidas, más de 2,4 millones de personas están siendo explotadas actualmente como víctimas de la trata de personas ya sea para explotación sexual o laboral.
Según el Ministerio del Interior de Colombia, los países de recepción y explotación, en 2015, fueron China, Bahamas, Argentina, República Dominicana, México y Venezuela.
‘Cerca hay una mujer explotada’
EL TIEMPO entrevistó a Mabel Lozano, activista española en contra de la trata de personas y la autora del documental Chicas nuevas 24 horas, que denuncia este delito y que explora casos en cinco países, entre ellos Colombia.
¿Por qué hablar en un documental de trata de personas?
El cine es una herramienta transformadora, aporta valores. Así que Chicas Nuevas 24 horas aparte de que ha estado nominada al Goya como mejor largometraje documental, fue realizado para cambiarles la percepción sobre la trata a miles de jóvenes, a los que es mucho más fácil llegarles por lo audiovisual.
¿Qué pretende generar con esto?
Es importante que la gente salga de esa sociedad del bienestar europea, y vean que muy cerca de ellos una mujer está siendo explotada debido a la permisividad social. Estamos haciendo trabajo transversal en países de tránsito y destino, como Alemania y España.
Pero también hacemos un trabajo pedagógico en los lugares de origen, así que nuestro documental está doblado al guaraní, y lo llevamos a centros educativos en Paraguay y otros países latinoamericanos como Colombia.
¿Hay ignorancia en lo que significa la trata de personas?
En algunos lugares la trata se ve muy lejos de afectar, sino que más bien está ligado a la prostitución y el ocio, al divertimiento, pero no al delito. Por eso, directamente para empoderar a estas mujeres y niñas hay que hacer un trabajo de educación, pero también crear unos proyectos sociales para brindarles mejor oportunidades de educación y acceso al trabajo.
Fuente: http://www.eltiempo.com/colombia/medellin/antioquia-segunda-region-con-mas-casos-de-trata-de-personas/16659562