Centros educativos de Honduras parecen asilos para personas con discapacidad

Centroamérica/Honduras/12 de Agosto de 2016/Fuente: La Tribuna

La cantidad de maestros que imparten clases enfermos se ha incrementado en los últimos años, al punto que en la actualidad se registran entre tres y cuatro en cada centro educativo, con dictámenes médicos que certifican que ya no están aptos para ejercer su trabajo.

Al respecto, el médico evaluador de la Secretaría de Educación, Mario Ramos, informó que en la Unidad de Talento Humano o Escalafón, de manera continua están recibiendo notas médicas de profesores que siguen laborando, a pesar de tener su salud bastante deteriorada.

“En lo que va del año tenemos más de 500 docentes que ya están en la edad para jubilarse y que padecen diferentes tipos de enfermedades, principalmente las personas que ya están en la tercera edad, que tienden a tener mucha tensión con cuadros depresivos”.

Agregó que la mayoría pide una jubilación, pero los dictámenes médicos les recomiendan una pensión o un cambio de funciones en su desempeño.

“Ordinariamente ellos tienen que tener 30 años de servicio y pueden certificar todos sus años de trabajo y pasarlos acá, para que después el Inprema (Instituto Nacional de Previsión del Magisterio) pase a evaluar todos esos años de servicio”.

Ramos indicó que los principales padecimientos de los educadores a todas las edades van desde cáncer de tiroides, trastornos lumbares y nerviosos, problemas ortopédicos, osteoporosis y pérdida de la visión.

Sin embargo, esas evaluaciones quien las determina al final es una terna de médicos del Inprema, “pero cuando les recomiendan una pensión, los afiliados la rechazan porque consideran que de esa manera pierden sus derechos adquiridos en la jubilación”.

CIEGA Y SIN CAMINAR

Uno de los tantos mentores que trabaja soportando varias enfermedades es Xiomara Lizeth Bonilla (54), nombrada por asignación en el Instituto Juan Ramón Molina de la colonia El Sitio de Tegucigalpa. Ella padece de neuropatía diabética, lo que le impide caminar. Además, tiene problemas en la vista.

“A mí me han obligado a aceptar una pensión los médicos del Seguro Social y para rematar me discriminan en el centro educativo donde trabajo, ¿y entonces, para dónde agarro?, sin en vez de mejorar mi salud más bien voy a empeorar”, lamentó.

Bonilla ya no se puede desplazar por sí sola al centro de trabajo, porque si se cae, no se pude levantar, aun así, prefiere seguir ejerciendo el magisterio.

“Prefiero seguir trabajando, pero no me quieren dejar que lo haga y a veces pienso que lo que quieren es que yo abandone mi trabajo para despedirme sin nada, pero tuve que aceptar la pensión, pero hasta el momento no me han resuelto nada”.

Por si fuera poco, el oftalmólogo le recetó una incapacidad por un mes, porque ya no puede ver las letras en el pizarrón, y aunque tiene la fe de que su salud mejore, dijo que el hostigamiento laboral y los constantes gastos en tratamientos la tienen agobiada.

La maestra tenía jornada plena en el centro de educación básico Príncipe de Asturias, ubicado en la colonia El Carrizal de Comayagüela, y también en el instituto Alameda, localizado en la colonia que lleva ese mismo nombre, en Tegucigalpa. Luego fue trasladada al  colegio Juan Ramón Molina, donde ha pedido que le permitan realizar una función, aunque sea de consejería, pero no ha obtenido respuesta alguna.

“A este colegio solo vengo a hacer acto de presencia, porque el director, Aníbal de Jesús Ordóñez; y la secretaria, Doris Zúniga, no me lo permiten, entonces solo vengo a hacer acto de presencia, sentada en una banca y no me dejan ni firmar el diario pedagógico”, denunció.

Fuente: http://www.latribuna.hn/2016/08/09/centros-educativos-honduras-parecen-asilos-discapacitados/

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