Recuerdos de los Aprendizajes con Amor
Por: Francisco Ramón Sánchez
Corría el año 2005 si mal no recuerdo era marzo 1°, laboraba en el Centro Penitenciario Metropolitano Yare 2, ubicado en el Municipio Simón Bolívar del estado Bolivariano de Miranda, impartiendo clases a los privados de libertad, en el nivel de bachillerato, en la Misión Ribas, el caso es que, ese día se acercan al ambiente uno tres personas y se colocan a un lado de la puerta del aula y permanecen allí por espacio de dos horas, observándolos bien, era de los que siempre andaban dando vueltas por los alrededores de las aulas , por lo que decido abordarlos.
Al finalizar las actividades con el grupo, me dirijo al pabellón de los privados de libertad denominado Pabellón Administrativo, por su cercanía a el área de las oficinas, allí ubico al Pran de dicho pabellón le indico mi inquietud sobre estos tres privados de libertad que siempre andaban merodeando por las aulas, le pido que me los ubique para hablar con ellos y ver si hay posibilidades de que entren en la nómina de vencedores.
Al día siguiente estos tres privados de libertad se me acercan y les pregunto si deseaban estudiar a lo que me respondió el que fungía como líder de ellos que si, pero que ellos no sabían leer ni escribir.
Les comente que no había ningún impedimento que me dieran una semana para hacer unas diligencias y que los atendería. El caso es que de inmediato me puse en contacto con las personas de la Misión Robinsón y les plantee esta problemática y que mi persona estaba dispuesta a aprender el método “YO SI PUEDO”, para ponerlo en práctica con estas personas, al cabo de una semana de recibir el entrenamiento de alfabetización, me dedique en el tiempo libre a enseñarles a leer y a escribir.
Al cabo de tres meses los tres privados de libertad ya dominaban las letras y leían con alguna dificultad pero se les entendía.
El 5 de Junio era el día de visitas conyugales, en estos días no se impartían clases, mi persona se encontraba corrigiendo unos trabajos de los vencedores privados de libertad, y se acerca uno de los tres privados de libertad con una señora, quien resulto ser su esposa , me la presenta y él me dice: “Profesor en este momento quiero que usted sea testigo de algo que siempre había querido hacer ” le digo: siga y el señor privado de libertad con los ojos llorosos por la emoción le lee a su señora esposa un poema escrito por él, les indicó que la emoción fue muy hermosa y que las lágrimas de amor que brotaron de los que estábamos allí presentes se contagiaron y se transformaron en una alegría que sólo Dios las puede comprender.
La señora esposa del señor privado de libertad me dijo: que uno comete errores en la vida, pero que ese momento más nunca se le borraría de su corazón.
Hoy en día este señor que estuvo privado de libertad se encuentra en su hogar rodeado por el cariño de sus seres queridos, y en un rincón de su sala tiene enmarcado el poema que un día leyó con la emoción del que se siente libre por siempre del desconocimiento de las letras.