España / universia.es / 14 de Septiembre de 2016
La idea de jugar es, generalmente, automáticamente asociada a la de niños. Los adultos difícilmente podrían asociar en una primera instancia el juego a la vida adulta. Al mismo tiempo, la consideración de que “jugar es perder el tiempo” se encuentra largamente extendida en ámbitos educativos y profesionales formales.
En realidad, esta serie de prejuicios y limitaciones aplicados al mundo educativo no hacen más que prohibir el pasaje al aula de una herramienta sumamente útil tanto para docentes como para estudiantes de todos los niveles. El juego, en sus múltiples facetas, puede resultar ampliamente beneficioso en el contexto universitario.
Como oportunidad de desarrollar y poner en práctica todo tipo de habilidades y capacidades de diversas áreas vinculadas a un objetivo de naturaleza exclusivamente lúdica, incorporar determinados tipos de juegos a la educación podría favorecer y mejorar el nivel de aprendizaje de los estudiantes. Los denominados juegos o recursos educativos que incorporan el componente lúdico podrían, de acuerdo a lo que se ha estudiado, cambiar definitivamente la forma en la que comprendemos la enseñanza.
Insertos en sus propios universos particulares, con reglas y preocupaciones individuales los estudiantes se distancian de sus pares, docentes e incluso del propio conocimiento al permanecer en el aula escuchando las mismas lecciones estáticas durante horas. Agregando a cada lección una mínima parte lúdica, que implique actividades grupales que funcionen como disparadores de la creatividad, tanto la forma en la que se procesa la información como el vínculo con los compañeros y docentes podrían mejorar. Al jugar, se crea un nuevo universo “colectivo” que permite olvidar las reglas y limitaciones individuales, los prejuicios y las dudas, potenciando el completo desarrollo de las propias capacidades y fijando de mejor forma los conocimientos.
En España se han observado numerosos casos de docentes que incorporan a sus aulas el juego como parte del aprendizaje, como una técnica más para enseñar. Es el caso de la Universidad de Sevilla en sus carreras de Turismo, donde se realizan juegos de simulación de empresas que permiten a los estudiantes ponerse en el papel que cumplirían en la vida real al momento de trabajar en una empresa turística. De este modo, los conocimientos se fijan con casos prácticos que permiten una mayor apreciación de las enseñanzas transmitidas y una verdadera aplicación de lo aprendido en el aula al mundo real.
Aprovechar los beneficios del juego en la educación universitaria es, entonces, solo cuestión de animarse a dar el paso y emplear técnicas que ya han demostrado su efectividad en distintos países y modelos educativos.
- Fuente: Universia España