Uruguay / elpais.com.uy / 28 de Septiembre de 2016
De los alumnos que cursan el ciclo básico en liceos públicos, uno de cada tres repite. Según un acceso a la información, en la enseñanza privada solo repite el 2,4%. Mientras en los públicos el filtro está en el ingreso a secundaria, en los privados es antes del bachillerato. ¿Es un reflejo de la calidad?
El 36% de los alumnos de Montevideo repite en el ciclo básico de la enseñanza pública. Este dato, junto a los magros resultados de las pruebas internacionales, pintó una imagen remachada hasta el hartazgo: la educación media en Uruguay es un barco a la deriva. Teniendo en cuenta estos mismos indicadores, los liceos privados parecen ser una nave muy segura de su timón. Solo el 2,4% de los estudiantes quedaron repetidores y en las pruebas PISA, si se mira a los de un mismo nivel de ingresos, obtuvieron 22 puntos más que sus pares del sistema público. Pero, ¿realmente la educación privada hace la diferencia?
La discusión suele redundar en argumentos de estilo futbolístico: «En Peñarol tenemos más logros», «En Nacional tenemos mejores jugadores», «En Danubio…», «En Defensor…». Sin embargo, poco se habla de los resultados porque, de hecho, tampoco se difunden. El País solicitó el acceso a esta información en enero, tras el anuncio del posible cierre del colegio José Pedro Varela. Siete meses después llegó la autorización y esos datos que pocos padres preguntan al momento de inscribir a sus hijos.
Zózima González no es vidente aunque se anticipa a la jugada. Sentada detrás de un vetusto escritorio de madera, de esos que no pueden faltar en la oficina de una directora de escuela, sabe que los padres que atenderá en la próxima entrevista contestarán que lo que más desean que su hijo sea feliz. Pero la experiencia le indica que tiene vetado mencionar que ese es el objetivo del colegio que dirige porque inexorablemente supondría una asociación fatal: el padre calcularía que el nivel académico es bajo.
Por eso González intenta escarbar en las verdaderas preocupaciones de los padres que eligen la educación privada. La más repetida, dice, es la búsqueda de una institución educativa en que el niño, o adolescente, esté al menos ocho horas del día. Los centros públicos ofrecen un turno en la mañana o en la tarde y las escuelas de tiempo completo están solo alojadas en contextos críticos. Le sigue el interés por un marco seguro, sin delincuencia o «malas juntas». Otros quieren una educación religiosa o con una filosofía concreta. Y hay quienes optan porque sus hijos vayan a un centro que les dé cierto status.
«Puede sonar a exclusión, pero un padre tiene el derecho a elegir una educación en que su hijo se relacione con compañeros de un mismo perfil (económico) pensando que eso le permitirá un mejor desempeño», dice González, quien además de ser la directora del colegio Jean Piaget es la presidenta de la Asociación de Institutos de Educación Privada (Aidep).
La propia búsqueda de capital social —los académicos llaman así a que los niños se relaciones con semejantes— hace que la repetición en los privados deba tomarse con pinzas, dice el sociólogo Tabaré Fernández. Es que la repetición «está socialmente estratificada» y se nota en los alumnos que no tuvieron acceso a los libros, cuyo lenguaje es pobre o que son hijos de adultos que no los acompañaron en el proceso educativo. Sin embargo, «en algunos centros privados hay una selección de ingreso o bien se expulsa a quien repite, haciendo muy difícil la comparación», indica el investigador de Udelar.
Aun así, los datos a los que accedió El País muestran que mientras en la enseñanza pública el filtro se da en primero de liceo —en algunos centros repite más del 50% de esa generación—, en los privados la repetición tiende a crecer previo al pasaje al bachillerato. Según la directora del colegio Leonardo Da Vinci, Graciela Zanini, uno de los cinco privados que en 2014 tuvo más porcentaje de repetición, «luego de los 15 años hay un quiebre en los estudiantes, fruto de la adolescencia, en que la deserción está más latente».
Los peores índices de repetición en privados se ubican entre el tercio mejor de los públicos. El colegio María Rosa Mística fue el liceo privado con mayor porcentaje de repetición en 2014 con el 16%. Desde la dirección del instituto explicaron que ese fue un año «excepcional» porque en tercero de liceo repitieron seis de 27 alumnos. Este colegio capta a estudiantes de Colón, una «zona humilde aunque no crítica», y parte de la repetición se explicó por «deserción por problemas familiares».
La economía de los hogares también explica que el liceo Francisco Espínola haya sido el tercero con peor índice de repetición (10,5%). La directora Marta Gomensoro cuenta que el colegio atiende a la población de Paso Carrasco, en Canelones, y que las familias «hacen un gran esfuerzo para pagarles a sus hijos una educación en la que estén más atendidos». Siete de cada 10 madres trabajan en el servicio doméstico, hay adolescentes de dos asentamientos y «un pueblo está becado».
En base a estas razones y a sus investigaciones, el sociólogo Fernández concluye que «no hay diferencias significativas en los resultados pedagógicos entre públicos y privados. Lo que incide es el tipo de hogar del que proviene el alumno».
Si bien el investigador Axel Rivas encontró diferencias entre los públicos y privados atendiendo el nivel socioeconómico en PISA 2012, la economista Andrea Doneschi dice que, según sus cálculos, la distancia es «poco significativa». Y cuenta que parte de la diferencia se debe a que el 97% de los estudiantes de 15 años que asistían a la educación privada en Uruguay habían pasado por el jardín de infantes y en los públicos bajaba a 82%.
Al menos en las asignaturas básicas, como lenguaje y matemáticas, el propio Rivas admite «que los sistemas educativos público y privado son casi idénticos». Los resultados de las últimas pruebas Terce, que se realizan en tercero y sexto de escuela, revelan que la distancia entre públicos y privados desaparece completamente si se tiene en cuenta el factor socioeconómico. Solo en lectura de sexto año hay 30 puntos de diferencia a favor de los privados.
«Los privados pueden hacer la diferencia en inglés o educación física, pero en el resto es comprensible que haya similitudes porque son los mismos docentes, egresados de los mismos institutos, y dando una currícula muy parecida», concluye el argentino Rivas.
Fuente: http://www.elpais.com.uy/que-pasa/educacion-privada-mas-mismo.html