América del Norte/México/04.10.2016/Autor y Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org
En los pasados meses en México se ha vivido una de las batallas sindicales más importantes de los últimos años en América Latina. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) –espacio que aglutina a los maestros opositores a la dirección burocrática del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) desató una huelga con movilizaciones a nivel nacional para exigir la abrogación de la reforma neoliberal en el ámbito educativo,impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto desde el 2012.
En tres meses hubo más de un millón de personas movilizadas; cientos de bloqueos de carreteras (cortes de ruta); plantones (acampes); tomas de edificios públicos, de instituciones gubernamentales, de centros comerciales y de aeropuertos. Hubo varios presos, numerosos heridos y 11 muertos. El enfrentamiento fue el clímax al que se arribó luego de más de tres años de movilizaciones constantes contra la reforma impuesta por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) junto a sus aliados del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
Aunque el conflicto tiene un núcleo sindical excede con creces dicho marco. Están en juego no solo derechos laborales, sino la educación pública mexicana. A su vez, esta pulseada puede conducir –si es que no lo hizo ya–a una dura derrota política para el gobierno. Por estas razones,sectores sociales disímiles entre sí como el Movimiento Regeneración Nacional (MORENA) y su principal figura Andrés Manuel López Obrador; presidentes municipales; el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN); los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa; organizaciones territoriales, estudiantiles y sindicales, se han sumado al reclamo.
El aumento del cuestionamiento a la reforma educativa ha servido, además, para galvanizar la crítica al conjunto de las doce reformas que está implementando el PRI desde su vuelta al Gobierno Federal a fines del 2012. Valen de ejemplo las palabras de Irene del Carmen (presidenta de la localidad de Santo Domingo Yanhuitlán) con motivo de la llegada de laCaravana motorizada de los pueblos originarios de Oaxaca por la paz y la justicia a la Ciudad de México el 19 de julio pasado: “solamente unidos vamos a lograr (…) la abrogación de las doce reformas que afectan a nuestros pueblos. Que afecta a gente concreta, que camina por sus ríos, por sus montañas, a personas que tienen más de mil años viviendo en estas tierras”.
Del actual enfrentamiento entre la CNTE y el gobierno mexicano quizá el hecho más conocido a nivel internacional fue la brutal represión pertrechada por policías federales en Notxchitlán, Oaxaca. Sin embargo, poco se conoce de la lucha que llevó a los habitantes de dicha comunidad a mantener bloqueada una carretera. Para conocer más sobre esta temática se dialogó con Francisco Salas, profesor y vocero del Frente Magisterial Jalisco-CNTE.
¿Cómo es el momento actual de la lucha magisterial? ¿Qué negocian la CNTE y el Gobierno Federal?
Este momento nosotros lo consideramos muy cerca de la victoria. Viene siendo un periodo de lucha muy largo, que ha abarcado más de cuatro años. Cuatro años de una lucha total y frontal contra la reforma educativa. En este lapso la Coordinadora [CNTE] ha tenido muy en claro su demanda, a tal punto que nunca la hemos movido, es una sola: no buscamos más que la abrogación de la reforma educativa.
Es obvio que en el proceso han pasado muchas circunstancias. Se ha tenido que pagar un costo alto, precisamente para poder estar en el punto de negociación en el que estamos. Hablamos de que ha habido compañeros muertos, al menos 30 personas muertas en un periodo de 4 años, decenas de profesores encarcelados, sanciones administrativas para muchísimos maestros y otras represalias generadas por el Estado para limitar esta lucha. Ahora nos encontramos en una negociación con el gobierno. ¿Qué se está negociando? Se está hablando de una negociación en tres mesas. Una política, una educativa y otra social. Hasta el día de hoy la única que ha caminado es la mesa política, donde se debatesobre la cuestión de los descuentos salariales a los profesores, de los ceses, de la liberación de los compañeros encarcelados, de las cuentas que ilegalmente fueron retenidas a secciones democráticas del sindicato, las cuales estaban legalmente constituidas y que fueron retenidas arbitrariamente por el Gobierno Federal. Y, también, que no haya afectaciones en lo general producto de esta reforma.
En cuanto a la mesa educativa se intenta debatir qué tipo de reforma queremos. Por su parte, falta la reactivación seria y fuerte de la mesa social, donde se van a incluir a todos los grupos sociales, al pueblo mismo,los que están codo a codo con la CNTE. Entendemos nosotros que su lucha no es diferente a la nuestra. No puede existir educación de calidad con precariedad en las condiciones de vida de nuestro pueblo.
Los últimos cuatro meses fueron de mucha movilización para la CNTE, ¿cómo es que se llega al actual periodo de confrontación? ¿Cuáles fueron los momentos más importantes de la disputa?
Creo que el año pasado [2015] fue el momento más alto del movimiento magisterial democrático a nivel nacional. Se empezaron a gestar marchas en Estados que jamás se habían movilizado. Hablamos de Baja California, Sonora, Chihuahua, y Jalisco. En este último llegamos a tener concentraciones de más de 25 mil maestros. Y también se dieron movilizaciones en los 4 Estados donde la CNTE está consolidada,los históricamente más combativos: Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán. Quizá somos muchos los que pensamos que hubiera sido idóneo hacer estallar la huelga ahí ya que había bastante ebullición, es decir, cuando estaba la agitación en pleno auge por todo el país. Pero lamentablemente no se logró consolidar el proceso de huelga al interior de la propia Coordinadora y, entonces, vino el momento de reflujo. Y esto generó en muchos de nuestros compañeros una mentalidad derrotista. Se creía que ya no había manera de abrogar la reforma educativa. Este fue un primer momento, a mediados del año [de 2015].
El segundo momento sin lugar a dudas fue previo al estallido de la huelga, hablamos del 1ro al 15 de mayo. La tensión se sentía en todas partes porque las concentracioneseran tremendas, recordemos que en Chiapas hubo movilizaciones de más de 120 mil compañeros; en Oaxaca arriba de 80 o 90 mil; en Guerrero de más de 20 mil. Muy álgido estaba ya el ambiente de la lucha cuando vinieron todas las amenazas directas del Gobierno Federal. Nuño [Secretario de Educación Pública]anunció que tenía listo un equipo de reserva de más de 20 mil profesores para despedir a todo el que se fuera al paro, y dejó claro que tres faltas consecutivas implicarían el despido inmediato. Fue una situación muy tensa porque era ver quien tenía realmente los pantalones puestos si el gobierno o la Coordinadora. Se parecía a un choque de trenes, sabes. Se venían las dos fuerzas que no paraban, y no paraban y llega el 15 de mayo y entramos al tercer momento.
Esta es la instancia en la que el gobierno empezó a bajar el nivel y la intensidad de sus declaraciones pero, al mismo tiempo, incrementó el nivel y la intensidad en la represión. Básicamente dejaron de hablar y comenzaron a actuar. Pero no en el sentido administrativo que habían dicho sino en el sentido político. Cuando ya empieza abiertamente la represión, es que aparece el tercer momento. No mediante despidos, no corrieron a los maestros; sino a través de la represión contra las acciones de la Coordinadora.
En este conflicto la Coordinadora innovó mucho. En sus 36 años de lucha nunca los bloqueos y tomas de carreteras habían tenido tanta centralidad, esto es algo inédito en la historia de la Coordinadora. Por lo general se apelaba a la línea de la movilización de masas, a las marchas. Es decir, hacíamos bloqueos pero no era la estrategia principal.
El segundo factor que sorprendió al gobierno fue la fortísima simpatía popular. El apoyo de los padres y madres de familia, de las organizaciones sociales que se sumaron de lleno a la lucha de los maestros. Yo puedo decir abiertamente, sin temor a equivocarme, que si no hubiese existido dicho apoyo popular el gobierno hubiera tomado otro tipo de decisiones y quién sabe en qué punto estaría ahorita la lucha.
Este tercer momento se rompe de manera directa a partir de Nochixtlán[2]. Se da cuenta el Estado que cayó en un abuso que generó –a diferencia de otros– una gran reacción en la opinión pública. La gente sabía que había sido el propio Estado, que habían sido los policías federales los que dispararon y asesinaron a mansalva. Y a partir de ahí se da esta situación de mayor tensión, de luchas, de bloqueos, de confrontación abierta con las fuerzas federales y las fuerzas armadas. Y luego es que empieza el cuarto momento de distensión que es en el que estamos ahora.
Al día siguiente de la represión en Nochixtlán el gobierno guarda silencio aproximadamente 2 o 3 días, y a partir de ahí dicen: “vamos a abrir la mesa de negociación”. Hay que recordar que esta mesa estaba activa el año pasado y quien la cierra es el Gobierno Federal. La Coordinadora ya estaba negociando con ellos, pero cayeron en la intransigencia y dijeron: “no le vamos a mover una sola coma a la reforma”. Entonces luego de Nochixtlán vuelve la distensión y el debate político. Pero ¡Ojo! Sin desmovilizarse: una de las estrategias centrales de la Coordinadora en 36 años de vida ha sido movilización-negociación-movilización. No nos desmovilizamos aunque haya sido una de las peticiones fundamentales de Miguel Ángel Osorio Chong [Secretario de Gobernación de México]. Osorio dice: “¿quieren negociar? Liberen carreteras”. La CNTE no liberó carreteras y estamos en negociación.
¿Qué se juega el gobierno y qué la CNTE en esta lucha?
Nos jugamos todo. Como trabajadores de la educación nos jugamos todo. Porque aquí van nuestros derechos laborales que costaron sangre conseguirlos. Si perdemos esta batalla perdemos los derechos de los aproximadamente 1 700 000 trabajadores de la educación afiliados al SNTE. Hay que recordar que este es el gremio más grande de América Latina, no hay ninguna otra organización sindical en el continente con tantos integrantes.Eso es a nivel gremial.
A nivel nacional, lo que se está jugando es la educación pública en nuestro país. Hemos visto cómo en otros países comenzaron de la forma que lo están haciendo aquí y los procesos de privatización fueron tan graduales que ahorita ya no existe como tal la educación pública y gratuita, por ejemplo en Chile y Puerto Rico. Lo que queremos es recuperarla rectoría de la educación. Esa frase que tanto ha utilizado el gobierno: la rectoría de la educación. Pero no en manos del gobierno y empresarios; sino del pueblo, para que sea él quien delibere cuál es el mejor tipo de educación que le corresponde.
Por su parte, el gobierno sabe que también se está jugando todo. Porque si el magisterio democrático y organizado logra vencer con su propuesta de abrogación de la reforma educativa demostramos cuál es la ruta para eliminar el resto de reformas que nos han venido afectando. Hablamos de un proceso de doce reformas estructurales en México, a las que se sumaría en fechas próximas la de salud. De estas,la energética, laboral y educativa fueron las que más afectaciones graves nos trajeron. Muchos derechos quedaron aniquilados con esas transformaciones neoliberales. Entonces, si la CNTE gana esta victoria el gobierno se desestabiliza por completo, porque el gran eje rector, la gran espina dorsal de Enrique Peña Nieto, de este sexenio desastroso que vivimosdesde el 2012, son las reformas. Será cuestión de echar abajo una, para que el resto de los gremios le entren a la lucha y hacer el efecto dominó con las otras reformas.
Fuente: http://www.resumenlatinoamericano.org/2016/09/06/la-lucha-de-los-maestros-mexicanos-entrevista-a-francisco-salas-vocero-del-frente-magisterial-jalisco-cnte/
Imagen: http://www.resumenlatinoamericano.org/wp-content/uploads/2016/09/CNTE4.png