Por: Observatorio FAROS Sant Joan de Déu
La mayoría de niños no finaliza su actividad diaria con la jornada escolar, sino que acude a clases extraescolares, que en ocasiones pueden suponer un estrés para el pequeño.
¿Qué debemos tener en cuenta para escoger correctamente estas actividades?
En muchas ocasiones, es la jornada laboral de los padres la que determina el tiempo que los niños ocupan en actividades extraescolares. Los padres necesitan mantener a los pequeños ocupados después de la escuela, hasta que acaben de trabajar y puedan cuidar de ellos. Pese a que a veces se trata de una necesidad, es importante no abusar de estas actividades y tener en cuenta diferentes aspectos para escoger las más adecuadas para cada niño.
En general, la mayoría de pequeños practican algún deporte durante las horas extraescolares. Los idiomas, sobre todo el inglés, y las actividades relacionadas con la música o el teatro también ocupan gran parte del tiempo extraescolar de los niños. En los últimos tiempos, algunos colegios han añadido actividades más innovadoras como el yoga o la psicomotricidad.
Las actividades extraescolares pueden ser muy positivas, siempre que no se abuse de ellas, dejen tiempo libre y motiven al pequeño. Sólo así, tu hijo podrá desarrollar sus aptitudes y capacidades, y pasárselo bien al mismo tiempo. Hay que pensar siempre en el niño y no en ocupar las horas de trabajo, ya que estas actividades pueden generar estrés y cansancio entre los pequeños.
A continuación, exponemos una serie de aspectos que pueden ayudar a escoger las actividades extraescolares más adecuadas para cada niño:
- Tener en cuenta el presupuesto disponible y la oferta de cada centro: hoy en día, la mayoría de escuelas e institutos disponen de una gran variedad de actividades extraescolares y, muchas veces, están subvencionadas. Algunos Ayuntamientos ofrecen actividades sin apenas coste económico favoreciendo que muchas actividades están al alcance de muchas familias.
- No sobrecargar al niño con tareas extraescolares y asegurarse de que dispone de tiempo libre para actividades de carácter lúdico: las tareas posteriores a la jornada escolar nunca deben ocupar el tiempo de actividades necesarias para los más pequeños como descansar, hacer los deberes, jugar y pasar tiempo con la familia.
- Tener en cuenta las circunstancias y el carácter de cada niño: cada niño es diferente y tiene sus particularidades y, por ello, unas actividades que son adecuadas para unos pueden no serlo para otros. Así, por ejemplo, si un niño es muy tímido, las actividades en grupo pueden ayudarle a socializarse y abrirse, y si un pequeño es inquieto, un exceso de actividades deportivas puede ser contraproducente y aumentar su nerviosismo.
- Dar preferencia a los gustos del niño y que así esté motivado: es importante que los pequeños den su opinión sobre las actividades que les gustaría practicar y, aunque los padres pueden orientar, nunca deben escoger o imponer una actividad. Sólo así los niños estarán motivados y podrán divertirse, al mismo tiempo que desarrollan sus capacidades en la materia en cuestión. Si la actividad se convierte en una obligación, la respuesta del niño puede ser contraproducente, además de generar estrés.
- Hacer un seguimiento de las actividades del niño y saber cómo evoluciona: es importante que los padres se involucren en las actividades extraescolares de los niños y sepan cómo evolucionan. Para ello, se puede preguntar a los profesores, a los orientadores y a los propios niños. Así, se podrá detectar si se sienten estresados, desmotivados o cansados, y si estas actividades afectan a su rendimiento escolar.
Acceso a las fuentes de consulta:
Ojo con cargar la agenda del niño. El País, 2010 [Fecha de consulta 03 de septiembre de 2015].
Actividades extraescolares. yodona.com, 2013 [Fecha de consulta 03 de septiembre de 2015]].
Actividades extraescolares: ¿estresamos a los niños? Padres o nones, 2013 [Fecha de consulta 03 de septiembre de 2015]].
Fuente: http://faros.hsjdbcn.org/es/articulo/si-actividades-extraescolares-pero-sin-abusar