América del Sur/Brasil/5 de noviembre 2016/Fuente: La nación
Una vez más, Brasil montará este fin de semana un gigantesco operativo militar para garantizar la seguridad durante la aplicación del Examen Nacional de Enseñanza Media (ENEM), cuyos resultados determinarán el acceso de los estudiantes a las universidades públicas en el país y a programas federales de becas en casas de estudio privadas, tanto aquí como en el exterior. Pero este año, las pruebas del sábado y domingo se darán en un clima casi de guerra, con más de 800 escuelas tomadas por alumnos que rechazan la reforma de la educación secundaria presentada por el nuevo gobierno del presidente Michel Temer y el congelamiento de gastos públicos.
El Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educativas (INEP, por sus siglas en portugués), autarquía vinculada con el Ministerio de Educación encargada de organizar el examen, calcula que del total de 8,6 millones de inscriptos unos 191.000 no podrán hacerlo por las protestas en colegios donde se realizarían los tests. Para los afectados, las pruebas se harán el 4 y 5 de diciembre.
«Es una lástima que haya sectores radicales ligados a la izquierda y a los sindicatos de profesores que manipulen a los alumnos así para defender sus intereses políticos. Son estos grupos, encabezados por el Partido de los Trabajadores (PT), que en los últimos años llevaron al país a la quiebra y no permitieron la modernización del sistema educativo pese a que se aumentó muchísimo la inversión en el área», dijo a LA NACION José Mendonça Filho, ministro de Educación del gobierno que asumió sus funciones tras la destitución de la presidenta Dilma Rousseff.
Según el funcionario, el presupuesto de Educación pasó de R$ 42.000 millones en 2003 a cerca de R$ 130.000 millones actuales, aunque los recursos se «malgastaron». No hubo acompañamiento ni monitoreo de las iniciativas y faltó una política de perfeccionamiento para los maestros. «El resultado fue decepcionante, y el lema «Patria educadora» del último gobierno fue más una estrategia de marketing que una mejora del sistema educativo», afirmó Mendonça Filho.
Ni bien asumió el comando del Palacio del Planalto, el presidente Temer decretó una reforma estructural de la educación secundaria que prevé una base curricular común de tres años y luego varias opciones de profundización por distintas áreas de interés, el aumento de la carga horaria para los alumnos, y el constante perfeccionamiento de los maestros. El proyecto encontró gran resistencia.
«El decreto fue muy autoritario. Estábamos participando de debates del proyecto de ley para la reforma; no había consenso sobre la reforma, pero había debate en los sindicatos y en las escuelas. Ese debate fue totalmente interrumpido», se quejó la profesora Elisane Fank, de Curitiba, en el estado de Paraná, donde se encuentra la mayor parte de los colegios tomados.
Respuestas múltiples
Ante la situación, el procurador de la república en el estado de Ceará, Oscar Costa, pidió la suspensión del ENEM este fin de semana. Sin embargo, el INEP piensa seguir adelante con el examen, dividido en dos sesiones de cuatro horas y media cada día, con 180 preguntas de respuesta múltiple y una redacción. Mañana se tomarán las pruebas de ciencias humanas (historia, geografía, filosofía y sociología) y ciencias naturales (biología, física y química), y pasado mañana las de lenguaje, códigos y sus tecnologías (portugués, literatura, idioma extranjero -inglés o español-, artes, tecnología de la información y comunicación), matemática y redacción.
La calificación que se obtenga en el examen -de 0 a 1000- servirá para que los estudiantes luego puedan solicitar su ingreso en unas 800 universidades brasileñas (poco más de 200 públicas, el resto privadas), además de unas 18 de Portugal que también usan el resultado del ENEM para seleccionar a alumnos brasileños.
Después del famoso «gakao», el examen de admisión para la educación superior de China, el ENEM brasileño es el segundo mayor del mundo. Tras un récord de 8,7 millones de inscriptos en 2014, el año pasado bajó a 7,7 millones, cuando muchos jóvenes se vieron ante la necesidad de entrar al mercado de trabajo en medio de la feroz crisis económica en vez de proseguir sus estudios.
«Este año volvimos a crecer a 8,6 millones de inscriptos, lo que apunta que hay mejores expectativas sobre el futuro entre los jóvenes. Además aumentó mucho el número de adultos que no habían terminado la secundaria y ahora la cumplieron; buscan una certificación de su nivel educativo para acceder a mejores puestos de trabajo o para ir a la universidad y/o conseguir una beca de estudios», indicó la presidenta del INEP, María Inés Fini, quien informó que casi un millón de personas que realizarán el ENEM este año son adultos.
Salvo los alumnos de la red de escuelas públicas, los inscriptos tienen que pagar una tasa de R$ 92 para hacer el examen, cuya organización -con personal de supervisión y de seguridad- le costará este año al Estado R$ 788 millones.
«Lo que aumenta más el costo es la atención a pedidos especiales, para que se hagan versiones en braille, para personas en sillas de rueda, o para que puedan también realizar el examen enfermos en cuartos de hospital o en las cárceles. Este año recibimos el récord de 170.000 pedidos especiales; para que tenga una idea, el año pasado fueron 50.000», apuntó Fini, en una demostración del creciente interés por el ENEM y las puertas que abre para la educación superior.
Para mantener las preguntas en secreto hasta el momento del examen, las pruebas son resguardadas por militares del ejército, encargados de distribuirlas entre las 1727 ciudades donde se realizarán. Como novedad, además, este año, cada inscripto deberá comprobar su identidad a través del registro de sus datos biométricos, una medida propuesta por la Policía Federal para prevenir fraudes.
«El ENEM se ha vuelto un indicador importantísimo. Llevo seis meses preparándome. El examen no debería ser tomado como rehén por cuestiones políticas como está sucediendo en las escuelas ocupadas; están jugando con el futuro de todos», comentó el estudiante secundario carioca Eduardo Ferreira, quien sueña con convertirse en cirujano.
Unos 8,6 millones de estudiantes harán este fin de semana el ENEM; hay escuelas tomadas en contra de la reforma del nivel secundario
La única de la región
Aunque es una buena forma de saber si el sistema de aprendizaje es exitoso, Brasil es el único de América latina en pasar esta prueba. Cerca de cumplir los 20 años, en la región ningún país se animó a algo similar. En la Argentina se hacen evaluaciones para resolver las deficiencias de cada nivel, pero no para acceder a la universidad
Fuente:http://www.lanacion.com.ar/1953310-en-un-clima-conflictivo-brasil-hace-su-gran-prueba-educativa