«Conocimiento y cambio»: La estratificación del trabajo bajo el Capitalismo Global.

Por: Marxismo Crítico. 23/11/2016

Zak Cope es el autor de Divided World, Divided Class: Global Political Economy and the Stratification of Labour Under Capitalism (Mundo dividido, clase dividida: Economía política global y estratificación del trabajo bajo el capitalismo), obra publicada el pasado Agosto por Kersplebedeb Presscomo parte de su reciente lanzamiento de las series Kalikot. El libro “traza la historia de la “aristocracia obrera” en el sistema capitalista mundial, desde sus raíces en el colonialismo hasta su nacimiento y finalmente maduración en una clase media de pleno derecho en la era del imperialismo. Argumenta que el chauvinismo nacional, racial y cultural en los países capitalistas centrales no es principalmente atribuible a la “falsa conciencia de la clase”, adoctrinamiento ideológico o la ignorancia tanto como la izquierda o el pensamiento liberal asume. Más bien, estas y otras formas relacionadas de fanatismo son expresiones concentradas de los principales estratos sociales del interés económico que comparten las naciones capitalistas principales en la explotación y la represión de las naciones dependientes.

Recientemente tuve la ocasión de entrevistar al Dr. Cope sobre el proyecto.

Nikolai Brown para Anti-Imperialism.com: Saludos y gracias por la entrevista.

Dr. Zak Cope: Es un placer. Gracias por vuestro interés.

NB: Lo primero que quisiera preguntarte es sobre el libro en sí. ¿Para quién lo escribes y por qué; y qué puede esperar encontrar leyendo el libro alguien que quizás solamente está descubriendo el tema?

Creo que las ideas que se discuten en el libro son accesibles y de gran interés para cualquiera que se interese por las relaciones internacionales, pobreza y desigualdad. Además de académicos y estudiantes que investigan en el campo de la economía política, estudios de desarrollo, y la historia de los movimientos obreros y socialistas, espero que el libro tenga cierto atractivo entre profesores, lectores, funcionarios públicos, trabajadores sociales, consejeros, políticos profesionales, anticapitalistas, antirracistas y activistas de liberación nacional, y cualquiera interesado en entender y cambiar el mundo extremadamente desigual e inhumano en el que vivimos. Sobre todo, espero que el libro tenga atractivo para la gente angloparlante in países en desarrollo y gente oprimida en los países desarrollados. Lo ideal es que el libro sea de interés, al menos, para las personas que trabajan en este último también.

Creo que la gente descubrirá tres cosas que no destacan frecuentemente en el libro. En primer lugar, que las depredaciones del colonialismo y esclavitud aportaron no sólo el impulso histórico para el crecimiento del capitalismo y el nacimiento de la clase obrera como tal, sino que también fue una fuente importante de alimento, oportunidades de empleo y terreno para la mano de obra metropolitana. En segundo lugar, el libro recalca un cambio histórico mediante el cual la mano de obra metropolitana depende en primer lugar de la mano de obra colonial para su existencia, después, más tarde, para su sustento cada vez mayor, y finalmente, ahora, de la mano de obra neo-colonial para todo su estilo de vida. En tercer lugar, el libro muestra que las tareas que enfrentan los trabajadores de los países desarrollados no son las mismas que enfrentan los trabajadores de países no desarrollados. Este hecho puede parecer obvio, pero el libro va más allá y muestra que hay una contradicción muy arraigada entre los objetivos e intereses de las respectivas fuerzas de trabajo, como se demuestra en los contratos laborales activos de los trabajadores metropolitanos en la política colonial y neo-colonial.

NB: ¿Cuál fue tu motivación para escribir este libro? ¿Cómo te topas con este tema y qué te llevó a investigarlo?

Tuve tres motivaciones iniciales. La primera es averiguar es por qué los trabajadores en los países ricos parecen haber abandonado el socialismo. Como muestra brillantemente Donald Sasoons en su libro “Cien años de socialismo”, la clase obrera de los países imperialistas lleva un siglo luchando por regular y socializar el capitalismo, no por sustituirlo. Si es cierto que el capitalismo es inherentemente explotador y opresivo, ¿Porqué los trabajadores de los países ricos se han contentado con él?. Es más, ¿Cómo es que los trabajadores de los países desarrollados tienen bastante más que perder, como escribió Marx, que las cadenas?

Mi segunda motivación era confrontar a aquellas ideologías en la izquierda que buscan explicar este fenómeno (éstas son por lo general conservadurismo aburguesado de la clase obrera metropolitana). Así que, para gran parte de la izquierda, es su militancia, su productividad o una combinación de ambas lo que explica la relativa influencia del laborismo metropolitano. Paradójicamente, la izquierda occidental busca explicar el conservadurismo de la clase obrera de una forma distinta. Afirman que la razón del éxito de las políticas conservadoras y ultrareaccionarias del laborismo metropolitano tienen tanto éxito debido al lavado de cerebro ejercido por el aparato ideológico del Estado (intentando justificarlo en referencia a la inseguridad laboral, la precariedad y cosas por el estilo).

En resumen, para gran parte de la izquierda, su falsa conciencia de clase ha hecho que la clase obrera occidental prefiera la socialdemocracia, el corporativismo y el nacional chovinismo (predicando una alianza con la clase capitalista y sus representantes) al socialismo.

Finalmente, y más fundamental, el libro fue motivado por un deseo de recuperar la perspectiva internacionalista tan renegada por un marxismo lleno de pernicioso eurocentrismo. En este sentido, el libro fue motivado por una gran oposición al colonialismo y al imperialismo, que son los verdaderos causantes del aburguesamiento, del reformismo y racismo.

El libro es una continuación de mi anterior investigación a la que yo llamo la economía política de la intolerancia. Mi primer libro, Dimensiones de prejuicios (Peter Lang, 2008) mostró que las creencias dogmáticas irracionales son expresiones de prejuicios estructurados socialmente. Sostuve que creencias sobre la religión, el género, la raza y la cultura no son simples productos de la ignorancia individual o de la falta de educación, pero si el resultado ideológico de varios productos relacionados (patriarcado, supremacía blanca, capitalismo). El nuevo libro añade sustancia al antiguo análisis mostrando que la división entre países ricos y países pobres la trajo el colonialismo y el imperialismo, y el imperialismo en la actualidad es la mayor relación entre diversos productos que moldean el punto de vista de la población. Ideas sobre las masas a punto de dar un salto revolucionario que sólo son detenidas por un sindicato corrupto o un liderazgo político contaminado con propaganda capitalista están constantemente siendo usadas por la izquierda occidental.

A pesar de ello la clase obrera ignora tanto el factor político e histórico del conservadurismo laborista, así como los hechos (paralelos) económicos del aburguesamiento. En resumen, ignora la desigualdad histórica creada por el colonialismo y el imperialismo.

NB: ¿Cuán importante es para los movimientos radicales, emancipatorios o socialistas actuales entender el papel histórico y el rol de la aristocracia obrera? ¿Qué tipo de errores pueden verse como consecuencia de la incapacidad para comprender esta realidad social?.

Hay serios problemas asociados con la incapacidad de entender cómo afecta el imperialismo a la estructura global de clases.

Primero, los trabajadores del Tercer Mundo deben tener cuidado cuando las organizaciones líderes políticas e ideológicas del Primer Mundo declaran ayudarles. Los trabajadores y sus representantes de los países en desarrollo han de estudiar a fondo el carácter tan arraigado que la izquierda del Primer Mundo dejó en todas y cada una de sus manifestaciones, a fin de que puedan formular o diseñar independientemente sus propias estrategias.

En segundo lugar, las escasas reivindicaciones en los países imperialistas de los intereses de los propios trabajadores ha dado históricamente como resultado el tradeunionismo reformista (sindicalismo) y un mayor descenso al nacional-chovinismo. Hasta ahora mientras los trabajadores metropolitanos exigen mayores salarios, los monopolios del trabajo y el proteccionismo industrial se sostienen a expensas de los trabajadores y campesinos del Tercer Mundo y sólo sirven para formar una subsección de la fuerza de trabajo internacional dependiente del imperialismo.

Tercero, comprender como se forma la aristocracia obrera significa entender el imperialismo, y viceversa.

No es casualidad que las organizaciones que no entienden el aburguesamiento de los obreros rebajen por completo la importancia del imperialismo. Incluso las organizaciones socialistas nominalmente enfrentadas al imperialismo fracasan en sus objetivos con frecuencia. Así pues, un grupo de organizaciones socialistas dan prioridad al pacifismo y a la oposición al militarismo, equiparando el imperialismo con el ejercicio de la fuerza bruta contra una o más naciones soberanas. Su papel puede ser una administración en particular o una política exterior. Incluso puede ser el complejo militar-industrial. O bien, el imperialismo podría oponerse a la supuesta ganancia de beneficios de un puñado de banqueros ultramillonarios e inversores extranjeros (incluso, a la máxima, un puñado de bien pagados burócratas sindicalistas y profesionales muy cualificados). En este caso, sólo un 1-5% de los más ricos de la sociedad son vistos como los defensores del capital monopolista.

En cambio, el enfoque multi-facético expuesto en mi libro es tratar el imperialismo envolviendo la transferencia de plusvalor de un país a otro y de un país imperialista como un importador neto de la plusvalía. Sólo este enfoque nos permite medir realmente el tamaño y los límites de la aristocracia obrera y , por tanto, las posibilidades concretas de la creciente oposición efectiva al capitalismo y a sus pilares militares legales, financieros y políticos.

NB: ¿Qué implicaciones y consecuencias tiene el entendimiento de la división del trabajo bajo el capitalismo en las economías centrales, semicentrales y periféricas para la praxis radical y revolucionaria?

En los países desarrollados, una comprensión exacta de la división del trabajo bajo el capitalismo debe tener un impacto en los objetivos, estrategias y tácticas de los movimientos comprometidos con un progreso social real, tanto globalmente como a nivel nacional.

Afortunadamente, el análisis del libro habla por sí solo sobre las conclusiones políticas, especialmente sobre las posibilidades de organizar la oposición al capitalismo en las naciones centrales.

No deseo sonar desanimado con respecto a los que los trabajadores en los países imperialistas han de hacer o buscan hacer, pero lo que debe evitarse es el pronóstico de auto-derrota y mandatos moralistas sin tener en cuenta las condiciones sociales. En los llamados países “en vías de desarrollo”, el principal foco de lo que llamamos “praxis radical y revolucionaria” ha sido evidente durante bastante tiempo. Lo que no ha estado ( o ha sido tan evidente) claro, yo creo, es la extensión en la cual los rivales del imperialismo han confrontado al Primer Mundo como un todo, y no sólo sus miembros más ricos y poderosos.

NB: En los últimos años, parece haber habido un resurgimiento en el discurso sobre la estratificación de la mano de obra. Dentro de este contexto, ¿Qué esperas conseguir con este libro?

Creo que tienes razón en que estos debates cobran relevancia de nuevo, gracias al esfuerzo de grupos como el tuyo.

Espero que el libro pueda ser útil para proporcionar una serie de argumentos a las personas interesadas en desafiar el primermundismo predominante en la izquierda y, por ende, una mejor praxis por su parte. Espero, también, que el libro estimule la necesaria investigación sobre la transferencia del valor en el imperialismo. Hay varias áreas importantes de investigación en el libro sobre cómo debe abordarse un análisis completo de cómo funciona el imperialismo. Por ejemplo, ¿ Cómo la transferencia del valor global descrita en el libro se relaciona con la infravaloración de las divisas del Tercer Mundo en términos de adquisición paritaria?, ¿Cómo se relaciona esto a “la guerra del petrodolar” (ya sea la denominación de la venta del petróleo en dólares de Estados Unidos obligando a los países a tener reservas de dólares, por lo tanto, creando una demanda consistente de dólares y aumentando la presión al valor del dólar, sin importar las condiciones económicas en Estados Unidos)?, ¿Cuáles han sido las consecuencias de la recesión actual en relación con el imperialismo y qué papel ha jugado el imperialismo en la precipitación de la recesión?, ¿Qué métodos y medios alternativos hay para calcular la transferencia de valor desde los países del Sur Global hasta los países imperialistas? Mi libro ha de considerarse un trabajo en progreso, en todos los aspectos.

NB: Pienso que no ves un gran potencial revolucionario o progresivo en las luchas de las masas en los países imperialistas. De todas maneras, realmente me pregunto qué tipo de efectos podría tener en los movimientos más amplios contra el imperialismo una discusión más extensa, sistemática y hermética sobre la economía política global dentro o en los márgenes de las economías imperialistas. ¿Qué importancia ves en las amplias discusiones que exponen estas cuestiones aunque por el momento éstas estén ocurriendo principalmente entre las personas angloparlantes en los países en vías de desarrollo y masas oprimidas en los países desarrollados?. En otras palabras, crees que si los debates acerca de cómo están construidas las clases ganasen más popularidad, incluso entre la gente que se encuentra alienada de las luchas cotidianas de la mayoría explotada, podría lograrse un entendimiento más correcto por ósmosis?. Si suficientes personas empiezan a poner encima de la mesa estos temas de manera crítica, incluso en los idiomas imperialistas (inglés, francés, español), ¿En algún momento podrán formarse grupos nominalmente revolucionarios o marxistas en el Tercer Mundo, algunos de los cuales emprendan luchas armadas contra los Estados neocoloniales?. O bien, dado el compromiso más amplio en estos temas de un sector de la izquierda inglesa ¿Alentar o impulsar a los grupos de la periferia a que tomen o adopten una posición más clara?

De lo contrario, ¿Qué piensas de la posible importancia que pueda tener la discusión de estos temas en vuestro más amplio público? Por último, ¿Cómo encaja el marxismo en vuestro análisis?, y ¿Qué opinas de su significado más amplio con respecto a las tendencias ideológicas como el anarquismo o el islam radical?

En primer lugar, vale la pena mencionar que no son estas ideas sobre la estructura global de clase, como algunos podrían suponer, tan ajenas a los revolucionarios del Tercer Mundo. Kwane Nkrumah, M.N.Roy, Sultan Galyev, Julius Nyere y el Che Guevara son solo algunos de los revolucionarios de las naciones periféricas quienes en su momento u otro han abrazado la idea de que los trabajadores de las naciones centrales estaban recibiendo una parte de la plusvalía arrancada de sus países. (Esto no significa un reconocimiento de cualquiera de las líneas políticas de estos hombres, por cierto). Hoy hay indicios de señales positivas en que los movimientos del Sur Global son cada vez más conscientes del papel que juegan los Partidos y corporaciones conservadoras en los países dominados por el Norte.

En este sentido, estoy de acuerdo en que los sólidos estudios de clases realizados en los países desarrollados pueden servir para fortalecer y espolear a los trabajadores y activistas de la periferia decididos a romper con el imperialismo, incluyendo a sus abanderados de izquierda.

De manera más general, creo que es de vital importancia el que estos temas sean discutidos con el objetivo de aclarar el potencial intrínseco a las diversas luchas sociales, donde quiera que puedan estar sucediendo. Por ejemplo, qué debemos concluir sobre la lucha por la redistribución de la riqueza en el 1% de la población estadounidense, cuando uno de cada diez del restante 99% son millonarios y el resto están en el 10-15% mundial salarial?, ¿Qué debemos decir sobre esos grupos en la izquierda que buscan organizar desde la raíz la oposición al neoliberalismo, aunque alguno de los más famosos partidos anti-neoliberales son fascistas?. Por supuesto, lo mismo vale para el movimiento antiglobalización.

La pregunta para las personas preocupadas con la desigualdad global, incluyendo la desigualdad dentro de la clase obrera es ¿Qué cantidad de la riqueza procedente del imperialismo debemos redistribuir, políticamente hablando?, ¿Qué tiene de positivo la socialización del imperialismo?. Si podemos mostrar como gran parte de la riqueza de los países del Primer Mundo depende de la sobreexplotación, conseguimos ampliar el horizonte social, político y económico de la realidad actual.

El marxismo enseña que la conciencia no determina el ser social (la vida) sino, más bien, el ser social determina la conciencia. Esto significa simplemente que las ideas acerca de lo inhumano de grandes grupos de personas, o nuestro trato con total o absoluto desprecio no caen básicamente del cielo. Son el producto de ciertas condiciones de vida, principalmente, predominan las ideas en la forma que tienen las sociedades de organizar su producción. A lo largo de cientos de años, la producción en las principales naciones se ha organizado sobre bases capitalistas, a las que el marxismo ha proporcionado la más profunda crítica científica. Hoy en día, el capitalismo se ha convertido en algo global, pero el marxismo ha fallado en estar a la altura. Desde mi punto de vista, esto se debe al fenómeno expuesto en el libro, a saber el aburguesamiento ocasionado por un imperialismo específicamente capitalista. Sin embargo, utilizando los conceptos (teoría del valor) y métodos (materialismo dialéctico) desarrollados por el marxismo podemos llegar a ver las raíces materiales, sin duda, mucho más de lo que fueron capaces las doctrinas religiosas y cuasi-religiosas como el Islam o el anarquismo.

NB: Dado lo controvertido que son estos puntos de vista, ¿Cómo han sido acogidos en la Academia y en la izquierda más amplia?

Si ideas como las del libro tienen vigencia en alguna parte, diría que es dentro de la Academia y, en algunos sectores de la izquierda. Sin embargo, en general, la Academia y la izquierda son totalmente hostiles a las ideas que se sostienen en el libro. Para un gran número de socialistas la clase obrera se ha convertido en una vaca sagrada. Y ninguna de todas las manifestaciones chovinistas de los trabajadores metropolitanos debe explicarse, inmediatamente, como culpa suya. Se admite al menos tácitamente que los trabajadores de los países desarrollados son incapaces de actuar de manera racional en sus intereses. A toda costa, nunca debe admitirse por parte de la izquierda que las luchas económicas de la clase obrera occidental en los países desarrollados sólo puedan, en última instancia, tener éxito a expensas de las naciones explotadas. Las personas y los grupos con perspectivas como las mías son criticadas por romper la conexión orgánica entre las luchas del Tercer Mundo y las de los países imperialistas. Esto es así cuando es imposible ver cualquier vínculo entre, por ejemplo, la lucha palestina por su condición de Estado y la lucha de los trabajadores del Reino Unido por salarios más altos o el monopolio de puesto de trabajo vis a vis de mano de obra extranjera.

Se muestra incluso cuando los propios trabajadores no tienen aparente simpatía e incluso indiferencia hacia las luchas de liberación nacional y extranjeras. Lamentablemente, hasta ahora no ha habido realmente un análisis suficientemente sólido y riguroso de la estratificación laboral en la economía mundial capitalista. Este hecho ha facilitado la marginación académica de análisis como el mío, pero esto no lo explica por completo.

El hecho es que, tal y como digo en mi libro, tanto si es por razones de autopreservación institucional, falso cosmopolitanismo bien intencionado o declarada predisposición conservadora, mediante la presentación de la bifurcación de la fuerza de trabajo mundial entre ricos y pobres como resultado de la natural e inevitable de las diferencias nacionales en eficiencia económica, logros educativos y normas culturales, la izquierda occidental, incluyendo a la académica, promulga efectivamente (con eficiencia) una mitigante -pero que sirve a su propio interés- ideología que oculta la estructura imperialista subyacente en la economía política internacional. Esto ha de ser confrontado.

Con todo lo dicho, estoy encantada de que el libro haya sido recogido por la prensa de Kersplebedeb Press como parte de su serie de libros Kalikot. Kersplebedeb publica y distribuye una amplia gama de trabajos de gran utilidad.

NB: ¿Hay otros proyectos o libros que estés trabajando y a los que debamos estar atentos? ¿Cuál es el siguiente?

En estos instantes, estoy preparando un par de ensayos para su publicación. Con suerte, al menos uno verá la luz este año. De lo contrario, tengo material sobre la historia del movimiento obrero alemán sobre el que puedo escribir un libro. También estoy pensando en hacer un estudio más a fondo sobre las condiciones políticas y económicas actuales en Irlanda. Me gustaría animar a todos ustedes, lectores, para mantener su estudio y añadir más sustancia al análisis desarrollado en el libro.

Fuente: https://marxismocritico.com/2016/10/31/conocimiento-y-cambio/

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