¿Puede América Latina unir fuerzas para mejorar la educación pública?

Por: Banco Interamericano de Desarrollo (BID)

América Latina ha estado experimentando un fenómeno único en los últimos años. Líderes empresariales y comunitarios han unido sus fuerzas en muchos países con un objetivo común: hacer del tema educativo una prioridad nacional y trabajar codo a codo con el sector público y privado para ofrecer ideas, conocimientos y recursos que mejoren la calidad de la educación.

La idea detrás de las organizaciones sociales que han surgido en muchos países latinoamericanos es que los ciudadanos también deben exigir y apoyar políticas educativas efectivas. Si bien la responsabilidad de brindar una buena educación a los niños recae principalmente en estados, escuelas y maestros, también los líderes de familias, comunidades y empresas deben comprometerse con ello.

En América Latina, la calidad de la educación aún está rezagada en comparación con países desarrollados y 23 millones de niños de 4 a 17 años ni siquiera asisten a la escuela. Considerando estas cifras, las organizaciones decidieron que el momento de actuar es ahora si quieren ver resultados en los próximos años. Y optaron por hacerlo de forma conjunta.

El 16 de septiembre, Brasilia, la capital de Brasil, atestiguó la creación de una red de organizaciones civiles y sociales que prometieron en su declaración constitutiva garantizar los derechos de los niños y jóvenes latinoamericanos, intercambiar conocimientos, aprender conjuntamente y unir sus voces en su lucha por una mejor educación.

Hay 13 organizaciones en esta red, cada una de un país diferente en la región: Argentina; Brasil; Chile; Colombia; Ecuador; El Salvador; Guatemala; Honduras; México; Panamá; Paraguay; Perú y República Dominicana. La red cuenta con el apoyo de la División de Educación y el Sector de Conocimiento y Aprendizaje del BID, que ha colaborado no solo en la creación de la red sino también en la estrategia de difusión de conocimiento entre sus miembros. Esta iniciativa también cuenta con la ayuda del movimiento brasileño “Todos por educación”, una exitosa iniciativa digna de ser contada.

Todo comenzó en 2007, cuando un grupo de líderes empresariales formó una alianza y estableció cinco objetivos que deben ser cumplidos para el año 2022. El primero de estos objetivos, por ejemplo, es asegurarse de que todos los niños brasileños entre 4-17 años no abandonen la escuela.

Luego, periodistas, artistas, académicos y otros líderes comunitarios fueron reclutados para apoyar los objetivos del programa en una masiva campaña pública que resaltó la importancia de preocuparse por la educación hoy, no mañana, aunque los resultados se vean a largo plazo.

Funcionó. Según una columna escrita por el periodista Andrés Oppenheimer en su libro “¡Basta de historias!”, una encuesta realizada en 2009 en Brasil reveló que ofrecer una buena educación se convirtió en la segunda prioridad más importante para la población, por detrás de los problemas de inseguridad.

Como tal, el gobierno del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva decidió adoptar los objetivos de “Todos por la educación” y dar a la organización el apoyo que necesita desde el sector público.

Hay más organizaciones –que ahora son parte de esta nueva red- que vienen trabajando sobre lo mismo en otros países. Por mencionar algunas: EducAr 2050 en Argentina ha estado trabajando desde 2002 para mejorar la calidad de la educación en el país; ExE Colombia también intenta hacer lo mismo con la ayuda de líderes empresariales, así como Mexicanos Primero México, fundada en 2005.

Ahora estos líderes cívicos y empresariales unieron sus caminos con la esperanza de que América Latina oiga su voz, en un llamado que sin duda resonará en todo el continente.

Fuente: http://www.iadb.org/es/temas/educacion/pueden-los-latinoamericanos-unirse-para-mejorar-la-educacion-publica,4176.html

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