07 de diciembre de 2016 / Fuente: http://blog.tiching.com/
Por: Aaron Samuel J. Crombé
Educar significa sacar las potencialidades. Apelar a la genialidad de cada individuo, a sus talentos personales, sean los que sean. Más que decirle quién es y cuáles son sus talentos, hay que inspirar, tocar las cuerdas profundas de la persona para que, al resonar desde dentro, este sonido haga salir sus propios colores.
Estamos en la era de la información, de la tecnología, de los cambios vertiginosos. Más que en ningún otro momento de nuestra historia, lo que nos aporta felicidad y un lugar en el mundo son los talentos originales. La sociedad necesita espíritus libres capaces de pensar fuera de los límites y capaces de navegar con sus emociones. Individuos que hacen lo que aman y aman lo que hacen. Es un cambio de paradigma: del formateo para sobrevivir a la educación para vivir.
En este marco se encuadra el arte como una herramienta educativa fundamental. El arte se nutre del Ser y desde esta esencia anima a sacar del interior los talentos personales y descubrir los potenciales individuales. El arte en todas sus formas acoge a la persona sin prejuicios, sin agendas y fluye con ella. “Una gran parte de las cosas que nos importan se aprenden completamente en el proceso creativo”, afirma Kenneth Ginsberg, pediatra del Children’s Hospital de Philadelphia (EEUU) y autor del libro Building Resilience in Children and Teens(Construyendo resiliencia en niños y adolescentes).
Hace 10 años comencé a trabajar con las marionetas. En primer lugar como una herramienta de crecimiento personal, un poco más tarde las introduje en mis actividades como psicólogo y como pedagogo, y por último en mi faceta como padre. Hoy en día me doy cuenta de porqué lo hice y lo sigo haciendo. Constato que los títeres apelan directamente al juego, al entusiasmo y al asombro. Tres elementos que han sido identificados por la neurología moderna como los motores más potentes del aprendizaje. El juego, el entusiasmo y el asombro son atributos naturales del niñ@, que le dan ganas de explorar su mundo personal y su entorno para desplegar sus vías propias de descubrimiento y creación. Al utilizar los títeres, permitimos que l@s niñ@s se mantengan cerca de esta esencia.
Pero aún mucho más importante, trabajar con marionetas acerca a los adultos al mundo de la infancia de un modo diferente, los conecta con el niño interior. El niño interior es, entre otras muchas cosas, el reservorio de juego, entusiasmo y asombro del que disponemos los adultos. En palabras de Carl G. Jung, “el niño interior es el símbolo de la parte del ser humano que quiere desarrollarse y llegar a todo”.
Fueron las necesidades de una maestra de infantil el catalizador para la materialización de una década de investigación. Y así en 2014 nacen Les Travelling Títeres, un proyecto que lleva a las aulas el juego, el entusiasmo y el asombro.
Les Travelling Títeres es una troupe de marionetas viajeras que durante todo un trimestre van enviando tarjetas, vídeos y canciones a los niños. Todo este material se convierte en un juego pedagógico en manos de los profesores y profesoras. Son marionetas trilingües así que, hasta el momento, el proyecto se ha aplicado sobre todo en el aprendizaje de idiomas. Y después de tres meses de postales, vídeos y canciones, las marionetas llegan a la escuela y hacen un espectáculo. Las letras y las músicas son originales, así como las historias que se representan en el espectáculo final, creadas exclusivamente para este proyecto por dos educartistas con profundas raíces y experiencia en psicoterapia.
Otro de los pilares de este proyecto es la cooperación. La cooperación entre adultos (maestras y educartistas) necesariamente impregna todo el trabajo y llega hasta los niños como un baño sutil. Como decía Gandhi “mi vida es mi mensaje”: solamente cooperando podemos animar a los niñ@s a confiar los unos en los otros.
Les Travelling Títeres es una propuesta entre muchas. Lo fundamental es fomentar pedagogías que permitan, simplemente, que las niñas y los niños se mantengan en contacto con su esencia de aprendices innatos. Pero, aún más importante, es que estas pedagogías empujen a las personas adultas a volver a contactar con su propio asombro y entusiasmo. Esto es, con un amor verdadero hacia su propio niño interior para que pueda expresarse hacia fuera con los niños que les rodean a través del respeto de sus procesos y del acompañamiento de sus progresos. El momento es ahora.
Fuente artículo: http://blog.tiching.com/juego-arte-y-educacion-los-titeres-tambien-van-a-la-escuela/