Para el rector de la Universidad Nacional de Córdoba, Hugo Juri, la educación en la Argentina viene sufriendo “un terremoto en cámara lenta”.
Y advierte que esta situación no sólo se vincula con el deterioro en la calidad educativa, sino también –y en esencia– con el hecho de que, al margen de lo que se declama, la educación ha perdido en el país su valor social como herramienta fundamental en la movilidad social y el desarrollo personal y colectivo.
“Pero ni la Argentina ni los individuos van a tener salida sin la educación”, asegura, al tiempo que enfatiza que para mejorarla hay que poner el foco en la formación y jerarquización de los docentes, así como en la inversión educativa.
En ese contexto, el rector y ex ministro de Educación de la Nación, analizó cuáles son las claves del éxito de los países asiáticos en las pruebas Pisa, cuyos resultados se conocieron hace pocos días.
Cuestión cultural
De acuerdo con Juri, el denominador común que comparten los países que vienen arrasando en las últimas pruebas Pisa se vincula a que “tienen una tradición, una cultura, en la que la educación es muy importante y muy valorada a nivel social, aunque buena parte de la población sean campesinos con muy pobre nivel educativo como China, o sociedades con muchísimos profesionales como Finlandia”.
Y subrayó que eso se da en países muy heterogéneos en otros aspectos, ya que algunos son capitalistas, otros comunistas; y en algunos las escuelas son sólo públicas, y en otros privadas y públicas.
El rector destacó que las naciones asiáticas, así como también los países de la ex Unión Soviética, como Estonia –que quedó en el top 3 en ciencia en las Pisa 2015–“hay una tradición de estudio, ya que antes el conocimiento era la forma de ascender socialmente y ahora también lo es para ascender económicamente”.
“Muchos de los padres son todavía muy pobres, pero tienen claro que aunque ellos estén cosiendo botones, aspiran a que sus hijos vayan a la universidad. Y como entrar es muy difícil, saben que para lograrlo les tiene que ir muy bien en la escuela”, explicó.
“Y a eso se suma que esos Estados también han decidido que los chicos tengan ocho horas de clase y deberes en la casa”, puntualizó.
Esfuerzo y decisión política
“Valoran altamente la educación, y a la vez tienen otra tradición vinculada al espíritu de sacrificio para lograr metas”, señaló Juri, al tiempo que marcó que el alto rendimiento que se observa en los estudiantes asiáticos en las pruebas Pisa, se replica en escuelas y universidades en California (Estados Unidos), donde también arrasan.
“Es cultural: en Asia o donde estén, hacen exactamente lo mismo”, subrayó.
“Además, otro factor fundamental son las expectativas puestas en el estudio que tienen las familias, los docentes y también los propios pares”, advirtió. “Hay presión social para andar bien en la escuela, y eso es muy importante”, dijo.
No obstante, el rector puntualizó que a los factores culturales se agrega la decisión política.
La clave del éxito finlandés, explicó Juri, se centra en la capacitación y jerarquización de los docentes, a lo que se suma el alto nivel educativo de la población. “La cultura está en la casa”, sostuvo Juri.
“Pero además, la carrera docente es la más difícil para ingresar, y el docente tiene el mismo prestigio y está igual o mejor pagado que los médicos o los abogados. A su vez, la mayoría de los maestros tiene un máster o lo está haciendo, y los mejores son los que enseñan en los primeros grados”, finalizó.“Esos países han tenido una estrategia nacional en la que han invertido para tener buenas universidades y para desarrollar la ciencia y la tecnología, y tienen claro que para cubrir esos puestos necesitan personas altamente capacitadas”, indicó.
En la misma línea, Juri destacó que el fenómeno de los países asiáticos es relativamente nuevo. “El boom es de los últimos 10 años, porque en los primeros exámenes Pisa ninguno de ellos aparecía en los primeros puestos. Pero se pusieron las pilas y tomaron la decisión”, señaló.
Sobre el caso de Singapur, que ocupó el primer lugar en ciencias, matemáticas y lectura en la última prueba Pisa, Juri informó que se trata de una ciudad-Estado con menos de seis millones de habitantes, económicamente muy rica, y que desde hace una década tiene una de las 10 mejores universidades del mundo.
“En mi opinión su caso no es tan sorprendente como el de algunos países pobres, con fuertes masas de campesinado, como Vietnam, que pasó a integrar el top 10 en las tres competencias. En Vietnam los sectores económicos más bajos tienen hoy mejores resultados en matemáticas que los sectores más altos de Buenos Aires”, afirmó.
Fuente: http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/entrevista-hugo-juri-la-educacion-sufre-un-terremoto-en-camara-lenta
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