20 de enero de 2016/Fuente: marianserradas2.blogspot
Este programa se está realizando dentro del Hospital La Fe, de Valencia (España), y permite a los niños con enfermedades crónicas adoptar temporalmente a perros de asistencia. La fase piloto de este proyecto se ha desarrollado específicamente en la Unidad de Oncología Pediátrica del referido centro sanitario durante un año y ha permitido que nueve niños hayan realizado encuentros con los perros participantes en el programa.
Han sido los propios profesionales sanitarios del Hospital La Fe quienes han impulsado este proyecto de forma voluntaria y han cedido a sus mascotas con el objetivo de mejorar la tolerancia a la hospitalización por parte de los niños y de incrementar en los profesionales el grado de implicación con la institución.
Para la selección de los niños participantes del programa se han considerado aquellos pacientes menores de edad con ingresos hospitalarios repetidos y prolongados o con menor tolerancia o mayor aversión a las hospitalizaciones. Durante la fase piloto del programa, han participado nueve niños de Oncología Pediátrica, con edades comprendidas entre los cuatro y trece años.
Una vez ingresan los niños al hospital, y siempre con la aprobación del médico, les presentan a los perros que hay en el programa para que elijan aquel que querrán adoptar virtualmente, con cuyo dueño mantienen comunicación por correo electrónico y mantienen encuentros con el perro elegido en el propio centro hospitalario.
Los siete perros participantes del programa han cumplido con todos los requisitos legales establecidos en cuanto a educación canina, higiene y salud veterinaria y están reconocidos como perros de asistencia, los cuales además han recibido un adiestramiento de más de 6 meses, así como una fase de familiarización con el centro hospitalario.
Asimismo, el programa cuenta con veinte voluntarios entre los que se encuentran los guías de los perros, maestros participantes y profesionales del área de informática del Hospital La Fe.
Iniciativas como esta tienen un gran valor, pues permiten reducir el impacto que tiene el ingreso hospitalario en los pequeños pacientes, además de constituir un aliciente para los niños y sus familias, que les permite olvidar por momentos que están hospitalizados. El contacto con los animales incrementa las emociones positivas tanto en los menores como en sus familiares, y les ayuda a afrontar los miedos, a la vez que genera una mejora en su estado emocional. En palabras de los responsables del programa Can de la Mano, la visita del perro se vive como un estímulo que resta carga negativa a la hospitalización.