Asia/ 24 de enero de 2017/Fuente: el mundo
Entre los años 2010 y 2015, el sur y sureste del continente asiático ha aumentado en dos terceras partes el volumen generado de residuos procedentes de aparatos electrónicos. Este auge desorbitado en los países de Asia oriental ha provocado que la velocidad a la que crece la población haya sido superada por la tasa a la que aumenta la cantidad de restos electrónicos, en muchos casos descartados sin ningún control.
Un estudio, publicado por la Universidad de las Naciones Unidas en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente de Japón, ha investigado la cantidad de basura de aparatos electrónicos en 12 países del sur y sureste del continente. Según los datos que recoge el informe, el total de residuos ha llegado a ser de 12,3 millones de toneladas (2,4 veces mayor que el peso de la pirámide egipcia de Giza) entre los seis años estudiados.
China fue el país con mayor volumen de aparatos electrónicos generados y duplicó la generación de éstos con 6,7 millones de toneladas, un 107% más con respecto a los datos registrados antes de 2010. De hecho, cada habitante chino produce 19,13 kilogramos al año.
Este alarmante dato es consecuencia del aumento de la renta en las familias asiáticas, lo que conlleva a que se produzca una alta demanda de smartphones, electrodomésticos, ordenadores… y, por tanto, se generen más residuos, según el estudio.
Como consecuencia, este crecimiento desmesurado está creando problemas de reciclaje a nivel mundial. Por ello, algunos países occidentales recurren a la reutilización para depositar esta basura, porque la ley internacional prohíbe su exportación.
«Del 100% de la basura global que se exporta para reutilizarla en los países asiáticos, el 90% llega a este fin mientras que otro el 10% acaba tratándose con prácticas poco profesionales», explica Ruediger Kueh, responsable del estudio y líder del Instituto de Medio Ambiente y Seguridad Humana en Bönn (Alemania). Además, añade: «En un informe de la Interpol se mostró que entre un 10-20% del total de este tipo de basura procedían de la Unión Europea».
La sobrecarga de las montañas de basura en estos países ha provocado que se realicen formas ilícitas en el tratamiento residual de los aparatos electrónicos. Una de estas formas es el reciclaje informal o reciclaje de patio trasero. Consiste en utilizar productos tóxicos sin controles y al aire libre para separar de los aparatos electrónicos aquellas materias primas que contienen.
«La combustión abierta y el reciclaje de baño ácido (meter los residuos en ácido sulfúrico) están teniendo efectos perjudiciales serios sobre la salud de aquellos que los tratan y de quienes los respiran», indica Sunichi Honda, coautor del estudio.
Este tipo de prácticas ya se están intentando corregir por parte de algunos países asiáticos como Japón o Taiwán. Pero aún hace falta un mayor énfasis de los gobiernos locales en la legislación de tratamiento de residuos electrónicos en países como, por ejemplo, Camboya o Vietnam, según el estudio.
En España, por ejemplo, la ley obliga a las empresas de reciclaje de este tipo de residuos a separar, triturar y clasificar las materias primas de los materiales inservibles para reutilización. Después, éstas son enviadas a empresas que necesiten este tipo de compuesto para realizar su ciclo productivo y reutilizarlo.
Kueh cree que el incremento de este tipo de basura sí se puede disminuir gracias a «la cooperación con los países occidentales y conseguir que el tratamiento final de los procesos industriales se realice a gran escala».
Fuente: http://www.elmundo.es/ciencia/2017/01/21/587fa93b46163f5f468b45c7.html
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