Techos de aulas caídos, derrumbes parciales y otros problemas presentan muchas de las siete mil 500 escuelas del sistema, en las cuales deben recibir los conocimientos alrededor de un millón 500 mil alumnos en todo el país.
La falta de previsión y la escasez de fondos fueron dos de las principales causas de lo precario que se presenta el panorama infraestructural y solo iniciativas de profesores y familiares de los estudiantes lograron paliar un tanto el problema.
Según lo divulgado, esas personas invirtieron de sus propios recursos para, en maratónicas jornadas, poner a punto muchas escuelas con fatales condiciones estéticas, al dedicarse ellas mismas a la pintura de paredes y pupitres y a la limpieza.
También tuvieron que consagrarse al corte de árboles o ramas de estos caídos como consecuencia de las tormentas que últimamente azotaron a varios departamentos paraguayos.
No obstante, fue necesario habilitar carpas en espacios abiertos y aulas en locales religiosos para sustituir algunos sitios donde los educandos corren riesgos por la posibilidad de que se les venga encima algún techo desprendido sorpresivamente.
Pero esos toldos, constituidos en aulas móviles, carecen de la ventilación adecuada para una estancia normal de maestros y alumnos, quienes empezaron a quejarse desde el primer momento de esa anomalía bajo un verano ardiente.
Al propio tiempo, no son pocos los muchachos que deben recibir las lecciones a la sombra de árboles en los patios de los centros.
Respecto a la crítica situación infraestructural, el ministro de Educación y Cultura, Enrique Riera, admitió la pasada semana la existencia de alerta para 420 escuelas por el riesgo que presentan, sobre todo en techos y paredes, 91 de ellas con presagios de derrumbes.
El inicio del periodo lectivo, fijado hasta el 30 de noviembre, estuvo en peligro por otro motivo de fuerza, cuando varios gremios de docentes amenazaron con un paro de labores hasta tanto fuera aceptada su reivindicación salarial.
Los dirigentes sindicalistas exigieron un alza de hasta el 15 por ciento en los sueldos, tal como recogía el Presupuesto General de la Nación para este nuevo ejercicio fiscal aprobado en el Senado.
Sin embargo, esa decisión quedó trunca cuando el presidente Horacio Cartes ejerció el veto sobre él, por diversas razones, y entonces permanece vigente el mismo plan de gastos establecido para 2016, en el cual no estaba contemplado dicho aumento.
El gobierno solo aceptaba un incremento del 7,7 por ciento a partir de marzo, pero después de varias semanas de negociaciones infructuosas las partes llegaron a un acuerdo por el 10 por ciento, con el cual quedó desactivada la huelga anunciada.
Decidieron implementar el incremento de los salarios de manera escalonada, del 7,7 por ciento desde abril y el restante 2,3 a partir de julio.
Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=66243&SEO=comienzan-clases-en-paraguay-con-danada-infraestructura-publica
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