China/ 03 de marzo de 2017/Autor: AFP
Desde 2007 se han abierto alrededor de 150 escuelas del Ejército Rojo, financiadas por la «nobleza roja» conformada por los comandantes comunistas de la era de la revolución y sus familias.
sus uniformes azul cielo engalanado con estrellas rojas, podrían ser camaradas comunistas de la guerra civil China, pero en realidad estos jóvenes son el blanco de una moderna campaña para ganar sus mentes y sus corazones, y el aula de clase es el campo donde se libra esa batalla.
«Somos la nueva generación de guerreros del Ejército Rojo», cantan los niños, con chaquetas y cinturones como los que usaban las tropas de Mao Tse-Tung cuando marcharon a través de China. «Marchamos hacia adelante con firmeza sin igual.»
El himno del Ejército Rojo de la Escuela Primaria de Beichuan se enseña al mismo tiempo que la historia de la revolución china, un ejemplo extremo de la «educación patriótica» que impulsa el gobernante Partido Comunista para potenciar su legitimidad, pero que para sus críticos es casi peor que un lavado de cerebro.
Las escarpadas montañas del condado de Beichuan, en la provincia de Sichuan, alguna vez fueron refugio de la retirada comunista frente al embate de los opositores nacionalistas en la década de 1930. Ahora, en esas mismas montañas repercute el eco de decenas de escolares que cantan «La estrella roja parpadea y nosotros haremos aún más fuerte a nuestra patria».
La apretada formación se desarma en medio de la algarabía cuando los chicos pasan corriendo rumbo a clase frente a imágenes enmarcadas de Mao Tse-Tung y su sucesor actual, el presidente Xi Jinping.
«Miren esta foto del Ejército Rojo en los pantanos», dice el maestro Tang Jinping, mientras opera un pizarrón electrónico.
«Qué sienten por las generaciones mayores y por el Abuelo Mao?», les pregunta a los niños a su cargo.
Veloz como un combatiente de la guerrilla, un alumno de 12 años levanta la mano. «Siento que el Ejército Rojo es grandioso», exclama el chico. «¡Tenemos que estudiar su espíritu revolucionario!»
«Una humillación que no debemos olvidar»
Estas escuelas, que a veces llevan el nombre de prominentes ancianos líderes del Partido, fueron levantadas en «antiguas zonas revolucionarias» que fueron cuna de la rebelión comunista pero que suelen seguir contándose entre las más pobres del país.
El proyecto no está directamente vinculado al Ejército de Liberación del Pueblo, pero según su sitio web, su doble objetivo es «corregir el atraso de las condiciones educativas» en esas zonas y al mismo tiempo «difundir el espíritu del Ejército Rojo».
Los nombres de los fundadores que figuran online son las esposas de los ex líderes políticos Li Ruihuan y del mariscal He Long.
Según el sitio web, la esposa del ex líder Deng Xiaoping donó 100.000 yuanes (16.000 dólares), y Qi Xin, madre del actual presidente, contribuyó con 150.000 yuanes.
«Hoy que el afán de dinero se ha extendido a todos los rincones de la vida, inculcar el idealismo revolucionario es más importante que nunca», dice la página web del proyecto.
Y agrega: «Las escuelas contribuirán a difundir la historia del Partido y a educar a los jóvenes a través de los tradicionales métodos revolucionarios».
Tras la época de declive que siguió a los diez años de la «revolución cultural» de Mao, en las décadas recientes China ha vuelto a reforzar la educación ideológica una vez más.
Después de la trágica represión de la protesta estudiantil de 1989 en la Plaza Tiananmen, el entonces presidente chino Jiang Zemin pidió que en las escuelas primarias e incluso en los jardines de infantes se pusiera un renovado énfasis en la enseñanza de la historia nacional.
La ocupación parcial del territorio chino por parte de las potencias europeas durante el siglo XIX está en el centro del programa de historia escolar, y uno de los típicos libros de texto de las escuelas primarias contiene un capítulo titulado «Una humillación que no debemos olvidar».
Lo mismo ocurre con el relato de la resistencia comunista contra los invasores japoneses en la década de 1940, mientras que el predominio del Partido es presentado exclusivamente como un periodo de crecimiento y fortalecimiento nacional.
«Recordando el siglo de las humillaciones, comenten su idea de la grandeza de la nueva China», sugiere un libro de texto para chicos de 12 años de edad.
Zheng Wang, experto de la universidad norteamericana Seton Hall, dice que «El gran mensaje de la campaña es que el Partido salvó al país».
«Su principal objetivo es dar mayor legitimidad al Partido después de las revueltas estudiantiles y el colapso de la Unión Soviética», dice Wang, y agrega que Xi Jinping, que asumió el poder en 2012, parece «más entusiasmado» con esta campaña que sus predecesores.
La campaña es la «bestia negra» de los liberales chinos, quienes aseguran que es una «lavada de cara» de la violenta historia del Partido y que se propone fogonear el fervor nacionalista.
«En cierto sentido, el Ejército Rojo de las escuelas primarias es una continuación de los intentos del Partido por engañar a la gente común y hacerla esclava del Partido», dice Li Xinai, autor exiliado que ha escrito contra ese engaño.
«Derrotar a los demonios»
El ingreso medio rural en el condado de Beichuan es de apenas 540 yuanes mensuales, lo que impulsa a los padres de la mayoría de los chicos a buscar mejores salarios en ciudades que se encuentran a cientos de kilómetros.
La directora de la escuela de Beichuan, Li Guilan, dice que sumarse a las escuelas del Ejército Rojo en 2012 les trajo beneficios educativos, como los 200.000 yuanes de fondos extras y mejores salarios para los docentes.
Li Guilan dice que el espíritu revolucionario implica «unirnos todos», y cita la filosofía política del ex presidente Hu Jintao: «Lo primero que tiene que hacer alguien es amar a su país, y crear una sociedad armoniosa».
En esta escuela-internado no todo es disciplina, y los estudiantes cuentan que sus hobbies son el fútbol y los comics. Pero tienen una visión de la historia muy inculcada.
«El Ejército Rojo derrota a los demonios», dice un nene de ocho años apelando al término peyorativo usado habitualmente para referirse a los soldados japoneses. «El Ejército Rojo es bueno porque ama al pueblo.»
Otro alumno muestra un poema que escribió en honor a un revolucionario de la localidad. «Sin miedo al barro combatió con valentía / y mató a 40 bandas de enemigos», dice el poema.
El chico levanta la cabeza de la hora y dice: «Entiendo que el Ejército Rojo es el Partido Comunista».
Fotos: Fred Dufour / AFP
Textos: AFP
Traducción: Jaime Arrambide
Edición Fotografica: Alfredo Sánchez
Fuente de la Noticia:
http://www.lanacion.com.ar/1986862-lecciones-de-lealtad-para-los-pequenos-soldados-rojos-de-china