Por: Ángel Pérez Martínez
Algunos colegios públicos eran una colcha de retazos, donde se notaba los cambios de concepciones educativas y de modelo pedagógicos.
La Ley 115 de 1994, artículo 73, determinó que cada institución escolar en Colombia debe contar con un Proyecto Educativo Institucional, PEI, en el que se exprese la intención educativa de formación integral del educando, lo cual no es de poca importancia. Basta pensar que los más de 800.000 niños y las niñas que cada año ingresan a un colegio, a los 4 o 5 años de edad, en condiciones normales asistirán a sus aulas escolares durante más de 12 años en una etapa decisiva en el desarrollo de la vida humana.
En la última parte de mi experiencia académica me ha impresionado el impacto que tiene en los estudiantes de postgrados de educación cuando describo cómo en algún momento, específicamente en los años 90, en Colombia la política educativa y algunos de sus dirigentes lograron que el desarrollo del sistema educativo tuviera como prioridad la asignación de recursos para el sector educativo (artículos 356 y 357 de la CP y ley 60 de 1993), además, de determinar cumplir con la garantía del derecho a la educación y proponer que la gestión del sector se fundamentara en la planeación con su respectiva articulación con las políticas nacionales, territoriales y las instituciones escolares (plan decenal, planes de desarrollo nacionales y territoriales y PEI). El PEI era la base de dicho sistema de gestión.
Recuerdo al exministro de educación Jaime Niño Diez discutiendo con un equipo del Ministerio de Educación Nacional, MEN, que elaboraba una guía para la implementación del PEI, sobre los lineamientos que el MEN deberían promover para lograr que cada colegio, de acuerdo con sus particularidades, construyera con la participación de la comunidad educativa (directivos docentes, docentes, estudiantes y padres de familia) su propio PEI. Así mismo, él proponía que las instituciones escolares deberían considerar el PEI como la acción de planeación y de propuesta educativa más importante para determinar la gestión educativa en los colegios. Finalmente, el PEI se debería expresar en un documento sencillo, breve y pensado desde la educación para los padres de familia y el entorno del colegio. A partir del PEI la sociedad debería conocer qué iba a pasar con sus hijos en cada uno de los colegios, en su trayectoria educativa desde el prescolar (3 a 5 años de edad) hasta terminar la educación media (16 años).
Lamentablemente, ocurrió todo lo contrario. Dos o tres expertos elaboraron o ayudaron inicialmente a construir 4 o 5 modelos de PEI y luego la mayoría de colegios se dedicaron a copiarlos con pequeños ajustes. Son documentos densos, entre 60 y 200 páginas, que se guardan en los anaqueles de los colegios o se archivan en las páginas de Internet de los colegios. Hoy la mayoría de ellos no sirven para nada y pocos padres de familia a la hora de escoger el colegio toman el PEI como un elemento decisorio. Los padres de familia seleccionan colegios por cercanía, tradición, imagen y en algunos casos por resultados en pruebas Saber, no por su proyecto educativo.
También ocurrió que inicialmente en algunos colegios privados y públicos hicieron las cosas bien y se concentraron en trabajar y gestionar desde el PEI como el norte de la acción educativa. Los PEI se elaboraron con la participación de la comunidad, profesores y un equipo directivo, quienes definieron una propuesta de modelo educativo donde se buscaba un equilibrio entre el conocimiento, la formación ciudadana (ética, valores y convivencia) y las acciones transversales (artes, deportes, recreación, entre otros). Sin embargo, la medición y la comparación de logros de los estudiantes mediante pruebas SABER y otras (TIMMS, PISA, TERCE) han logrado que los colegios y los docentes se concentren en cómo obtener mejores resultados, se cambiaron los énfasis (resultados en matemáticas, física y química y bilingüismo), lo que importa es el resultado en las pruebas SABER,más que lo pedagógico o el contenido, estar entre los mejores en los rankings a cualquier precio: El preicfes o la preparación para la prueba es más importante que el PEI.
Otro problema lo describía el profesor de la Universidad Nacional Fabio Jurado cuando comentaba en un debate sobre educación que los PEI de algunos colegios públicos eran una colcha de retazos, donde se notaba los cambios de concepciones educativas y de modelo pedagógicos; un colegio podía arrancar su propuesta con un modelo de escuela activa, luego a los 3 o 4 años se ajustaba con 3 o 4 conceptos de pedagogía crítica, para terminar en planteamientos vinculados a un modelo conductista de la educación.
Lo anterior me permite afirmar que estas discusiones pedagógicas son muy importantes, pero no las entienden los padres de familia y menos los estudiantes. No hay necesidad estricta de incluirlas en el PEI, lo que exige el Decreto 1860 de 1994, artículo 14, es determinar los objetivos generales del proyecto educativo y la estrategia pedagógica que guía las labores de formación de los educandos. En cambio, recomiendo incluir en un cuadro que no pase de dos páginas, las 3 o 4 acciones más importantes (a veces se hacen muchas con escasos resultados) que grado a grado hará el colegio durante los 12 o 14 años de permanencia del estudiante. Con seguridad la participación y ayuda de padres de familia se facilita cuando ellos conocen a qué van sus hijos durante un año al colegio.
Por último, invito los establecimientos educativos para que en el marco de la autonomía para formular, adoptar y poner en práctica su PEI, este se refleje en un documento sencillo que no pase de 20 páginas y que se redacte pensando en los padres de familia.
Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/importancia-de-los-pei-en-los-colegios-angel-perez/244401
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