Por: Redem
Una búsqueda rápida de la palabra “innovación” en Google genera casi ¡500 millones de resultados! Y es que los jóvenes emprendedores están transformando el panorama económico, político y social cambiando la forma en que hacemos negocios, obtenemos créditos, nos comunicamos y, más aún: cómo nos educamos. La innovación ha venido desempeñando un papel importante en discusiones sobre la educación desde los estudios de pregrado y postgrado en las universidades estadounidenses hasta las escuelas primarias y secundarias en Perú. Pero, ¿Es ¨innovación¨ sólo una palabra de moda con alto valor comercial o hay algo más?
Para ser justos, la innovación siempre ha jugado un papel en producir el cambio. Pensemos, por ejemplo, en ideas tan grandes como la máquina de vapor, el estado-nación o la bomba atómica. Pero ¿qué es lo nuevo ahora? La diferencia clave es que, mientras que en el pasado las innovaciones importantes eran tan raras que marcaban la transición de una época a otra, la nuestra es una edad definida por transformaciones constantes y de largo alcance. El mareo que a veces sentimos no es porque el ritmo de los cambios es demasiado rápido o su alcance demasiado amplio; es porque esta es la nueva normalidad.
En pocas palabras, ahora estamos trabajando con un estilo de vida que utiliza una sintaxis diferente que dificulta el entendimiento del significado y la profundidad de tantos cambios. En este mundo tan cambiante, la mejor opción que tenemos es desarrollar las habilidades cognitivas y no cognitivas para navegar e interactuar productivamente con los cambios en curso. A escala, esto sólo puede provenir de una sola fuente: la educación.
Entonces, en lugar de hablar de innovaciones en educación, ¿es la educación es en sí misma la innovación?. En cierto sentido, sí. En todo el mundo, más de 70 millones de niños no reciben educación formal y más de 700 millones de adultos son analfabetos. Para ellos, cualquier educación es transformadora. Asegurar su educación es imprescindible, y los programas intensivos en tecnología, como el Media Center, en el estado brasileño de Amazonas, pueden ser una herramienta poderosa y rentable. Esto se refiere a un importante foco de las innovaciones: la eficiencia. Hacer las cosas de una manera más barata y/o más rápida puede preparar el camino para reducir las desigualdades, ya que más personas pueden beneficiarse de lo que anteriormente estaba restringido.
Sin embargo, los aumentos de eficiencia no serán suficientes. La educación misma tendrá que transformarse profundamente tanto en los países avanzados como en los países en desarrollo. Una razón es que, como algunos han argumentado, el 65% de los niños que entran a la escuela primaria terminarán trabajando en trabajos que ni siquiera existen hoy en día. Y es muy probable que las habilidades enseñadas y desarrolladas en las escuelas no sean las necesarias para esos nuevos trabajos. Deberán entonces desarrollarse y ampliarse a niveles masivos programas y políticas que permitan nuevas formas de interacción entre profesores y alumnos, con currículos y prácticas docentes que integren múltiples materias de manera atractiva y que se enfoquen en la resolución de problemas, al mismo tiempo que potencien la colaboración y la creatividad.
La buena noticia es que estamos presenciando más y más iniciativas con esas características, y más gente se une a la tendencia. Por ejemplo, el BID y Google for Education firmaron recientemente un acuerdo para aprovechar sus respectivas fortalezas y mejorar los enfoques tradicionales de la enseñanza, el aprendizaje y la recopilación de datos educativos en América Latina y el Caribe. Una de las actividades incluidas en este acuerdo es el diseño de soluciones tecnológicas para brindar acceso a educación de calidad a comunidades remotas en países como Panamá y Brasil.
Otro ejemplo de esta tendencia es la consolidación de uno de los mejores depósitos de innovaciones educativas: el Centro de Innovaciones Educativas. Del mismo modo, iniciativas como el programa NTPPS en Ceará, Brasil, han mostrado impactos prometedores en las habilidades cognitivas y socioemocionales de los estudiantes de secundaria.
Desde la División de Educación, al promover el debate sobre innovación, queremos resaltar la importancia de las innovaciones educativas que reconocen este mundo lleno de transformaciones y preparan a los niños y jóvenes para desarrollar las habilidades necesarias para dar sen
Fuente: http://www.redem.org/innovar-en-educacion-aprender-una-nueva-sintaxis/