La Prueba de Acceso a la Universidad desnuda los intereses educativos

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Los aprendizajes no son lo importante en la educación, sino aprobar el examen de evaluación.

Esta semana se han realizado las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) en España. La intención de esta entrada no es realizar un análisis crítico sobre lo que supone establecer una serie de pruebas que evalúa todo el camino educativo realizado por un/a estudiante y que marcará de forma fundamental su futuro formativo y profesional. Aunque el stress al que se ven sometidos los estudiantes, la supuesta objetividad y capacidad de la PAU para evaluar toda una historia educativa o la (in)validez de este tipo de pruebas para limitar el acceso a la Universidad podrían ser elementos de amplia discusión, serán dejados para otra ocasión.

Me centraré en un hecho que ha sucedido en Andalucía y del que se pueden extraer algunas informaciones relevantes que nos dan una visión que, aunque de forma superficial, nos revelan algunas de las lógicas que subyacen de los sistemas educativos. Amplío aquí a los sistemas educativos de forma general, pues este tipo de lógicas las he podido comprobar en otros países tales como Brasil, Chile o Perú.

El hecho se puede resumir de la siguiente manera. La parte de la historia contemporánea nacional siempre queda relegada a las últimas páginas de los libros de texto de la escuela, siguiendo una lógica lineal que, sinceramente, me parece un tanto absurda pues, como sucede en este caso, siempre acaba sin ser estudiada debido a las exigencias curriculares y el tiempo finito con el que cuentan los docentes. ¿Qué ha pasado en este caso? Pues que la pregunta solicitada en dicha prueba ha sido justamente sobre los gobiernos democráticos en España (1979-2000)1. Evidentemente se ha montado la marimorena. De forma inmediata, fue realizada una petición en la plataforma Change.org para reclamar una solución al problema a los distintos responsables, pues se encuentra en juego el futuro de miles de estudiantes. Dicha petición ya se encuentra firmada por más de 20.000 estudiantes. Miles de estudiantes que dependen de esta prueba para su futuro más inmediato se han sentido estafados, pues desde las instancias educativas se les insistía en que no habría preguntas sobre este tema. Como dice Carlos Villegas (creador de la petición):

El examen de selectividad ha sido un desastre estrepitoso para la gran mayoría de alumnos que optaron por la opción B del examen entrando un tema (los gobiernos democráticos) que es el tema final que se da en los institutos, muchos no han podido dar este tema, muchísimos, y los profesores mal orientados por las reuniones que han tenido sobre selectividad han asegurado a sus alumnos que ese tema no entraría.

Sin embargo, aunque esto de por si denota la falta de coordinación entre los agentes encargados de realizar la prueba, lo que voy a presentar son elementos que emergen a través de esta situación. De forma breve me centraré en dos de ellos: por un lado, la evidente falta de interés del sistema educativo en que los estudiantes tengan conocimiento sobre la historia política más reciente de la sociedad en que vivimos y, por otro lado, la dinámica de los sistemas educativos que sitúa la evaluación como el elemento fundamental de la educación por encima de los aprendizajes, los cuales deberían ser el fin principal de la educación.

La historia más reciente de cada país, como hemos visto, se encuentra en las últimas páginas de los libros didácticos. Esto trae importantes consecuencias, de las que son conscientes los propios docentes, pues que no se haya podido trabajar en clase no es un hecho de este año particular, sino que la gran mayoría de los estudiantes lo hemos sufrido. En mi caso estudié la “historia reciente de España” hasta el año 75. Nada. Unos 40 años de la historia más reciente que tuve que aprender por otros medios. Sin embargo, para los sistemas educativos parece no ser importante que los elementos históricos más recientes que dan forma a la sociedad actual se pasen por alto durante la época escolar y se deje en manos de otros instrumentos de aprendizaje como los medios de comunicación o los mitos nacionales.

Los sistemas educativos, supuestamente, tienen la función de preparar a los estudiantes para la sociedad en la que vivimos para que así sean ciudadanos capaces de buscar la mejora de la sociedad a través del conocimiento de ella. Sin embargo, la desidia mostrada por el sistema educativo para que los futuros ciudadanos tengan conocimiento acerca de la historia más reciente de los países es un gran indicador sobre la poca voluntad existente para que los ciudadanos tengan una memoria de los acontecimientos recientes nacionales que le permitan estructurar un pensamiento coherente y con cierta objetividad que les permita establecer propuestas de cambio social.

No obstante, que determinados conocimientos fundamentales de la sociedad no sean enseñados en nuestras aulas no es un problema para la mayoría de los estudiantes.  Todos los años vividos en el sistema educativo les ha dejado un aprendizaje fundamental. Los aprendizajes no son lo importante en la educación, sino aprobar el examen de evaluación. La mayoría de las críticas que han aparecido en las redes sociales sobre la cuestión de los gobiernos democráticos no ha sido por una educación ineficiente por la falta de aprendizajes valiosos, sino por la incidencia que esa pregunta tendría en su nota global para el acceso a la Universidad. Claramente entendible, por supuesto, que estén preocupados por una nota de la cual dependerá su futuro. Sin embargo, lo que no es entendible es que tanto docentes, como el ministerio de educación, como las familias, sigan permitiendo que la historia más reciente de cada país se sitúe como algo marginal dentro de la formación de la sociedad.

El tema de los sistemas democráticos ha sido el centro de esta entrada debido a la PAU, pero no es el único que aparece como marginal o invisibilizado dentro de la trayectoria escolar de los estudiantes. La función de la mujer en el desarrollo de la sociedad, el impacto del capitalismo sobre nuestro ecosistema (tanto local como global), las tramas de corrupción que se establecen entre políticos y empresarios, los derechos sociales y laborales o las relaciones geopolíticas de explotación y extractivismo son otros de los tantos temas que quedan bajo un manto invisible que permiten la perpetuación el actual sistema desigual en el que vivimos. Sin embargo, parece que temas como emprender, gestionar empresas o que la “heterosexualidad es más saludable que la homosexualidad” gozan de más importancia educativa que los temas relatados anteriormente.

Sabiendo que los sistemas educativos son base fundamental para el desarrollo de las sociedades y viendo en qué situación se encuentran nuestras sociedades… ¿No deberíamos comenzar a pensar en que quizá nuestro sistema educativo necesita una reforma muy profunda?

Notas

1. Ya es curioso que los gobiernos democráticos en España se delimiten hasta el año 2000, obviando los últimos 17 años, en los cuales la democracia española ha sufrido el mayor ataque con la sumisión de su economía a los designios de la Unión Europea y las empresas en detrimento de sus habitantes con la modificación del artículo 135 de la constitución, con varios cientos de casos de corrupción, con la tela de araña establecida entre el sector privado y las instituciones públicas que están saqueando el erario público o el vaciamiento realizado en la hucha de las pensiones públicas que arroja un futuro de incertidumbre para los trabajadores actuales.

Fuente: http://iberoamericasocial.com/prueba-acceso-la-universidad-e-intereses-educativos/

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José María Barroso Tristán

Pedagogo especializado en Educación Crítica y de participación.