Por: Luis Bonilla-Molina
Los estudios Warner han anunciado, mediante tráiler en cines, el lanzamiento en pantalla gigante para Noviembre de 2017 de la nueva película del Universo extendido de los súper héroes. En esta oportunidad “La Liga de la Justicia” luchará contra Steppenwolf y sus parademonios. Un nuevo capítulo de la épica saga en la cual el complejo industrial cultural a través de personajes con cualidades superiores a la media normal humana, refuerzan los conceptos del bien, el mal, la libertad, la justicia y el orden, que le son inherentes al capitalismo neoliberal del siglo XXI. Para ello utiliza toda la innovación gráfica, cinematográfica y conceptual del cine con efectos especiales presentados en 3D y 4D. Para analizar los súper héroes desde la perspectiva crítica, en algún momento tendríamos que hacernos acompañar de herramientas propias de la psiquiatría y el psicoanálisis, para poder entender los vericuetos de la mente, propios de las mentalidades “heroicas”; ello en momento alguno puede implicar una pérdida del hilo conductor de estudiar las mercancías culturales como ideología contingente y contextual en marcha.
En una escena del Tráiler promocional, Flash le pregunta a Batman ¿cuáles son tus súper poderes? y Bruce le responde: Soy rico. El señor de la noche, con esta frase refuerza en el imaginario colectivo la idea que “quien tiene plata hace lo que le da la gana“. Pero los guionistas no se quedan allí y colocan al “señorito burgués”, heredero de una cuantiosa fortuna como la única persona capaz de unir y liderar a un pequeño ejército que salve a la humanidad. Ser rico es una condición del liderazgo, en esta versión del personaje creado por Bob Kane (1915-1998) y Bill Finger (1914-1974), que estimula en las nuevas generaciones, la idea del poder político asociado al poder económico. Es decir, se naturaliza el origen de clase como condición para el ejercicio del poder. Ser rico se convierte en sinónimo de bueno, de alguien que trabaja para el bien. Él con su “poder” solo tiene que comprar tecnología de punta para equipararse a los que tienen súper poderes. Desde la perspectiva de la pedagogía radical de las resistencias, este elemento se convierte en ideología.
Cuando Bruno Díaz invita a “Barry” Allen a sumarse a la cruzada contra la amenaza extra humana, Flash le responde de inmediato “me sumo“. Bruce Wayne le mira sorprendido y Barry le complementa: “No tengo amigos“. Flash comparte con Batman un rasgo de la personalidad que les inhabilita a ambos para mantener amistades duraderas, para socializar. El propio ejercicio del rol de héroe que ejercen, es una compensación a esta carencia y una posibilidad de lograr en el “combate” el reconocimiento humano que les ha sido esquivo en sus vidas. En este sentido Bruce y Allen son candidatos eternos a un sillón del consultorio terapéutico. Pero esta respuesta es también, un modelamiento social respecto a la aceptación y apoyo a un tipo de político, el “lobo solitario”, quien se dedica a salvar el mundo, pero que no tiene esposa, hijos “ni perro que le ladre“. Se normaliza la visión del antisocial rico, excéntrico, como líder político.
La Liga de la Justicia bajo la dirección de Batman, es un grupo selecto, una élite que se auto faculta para “luchar contra el mal”. El “bien” y el “mal” son categorías que se adaptan y, asumen la orientación del momento. Sus miembros tienen súper poderes, son ricos, quienes heredaron facultades o son los “privilegiados” por el resultado de algún experimento. Los elegidos como colectivo que “lucha”, son los poderosos, quienes por sus condiciones físicas o por el capital que ostentan, están llamados a “salvarnos” y “dirigirnos”. Los ciudadanos comunes, los pobres, los marginados, los parias somos solo actores de reparto, rellenos que acompañan las tomas, desechables quienes fallecemos como resultado de una explosión o del impacto recibido por una pared del edificio que se derrumba. Muertes que por cierto no generan una lagrima, en el filme pero tampoco en la sala de cine. El destino de las mayorías está en manos de una élite. “No puedes salvar al mundo solo” necesitas a la Liga de la Justicia dice el cartel promocional.
Esta ideología en forma de mercancía cultural tiene un correlato en el mundo de la política cotidiana, de izquierdas y de derechas. La Liga de la Justicia, es el “Comando Sur”, son los servicios secretos (CIA, Mossad, M16, etc), son las “tropas aliadas” que invadieron Irak, Libia o bombardearon regiones de la ex Yugoeslavia. Son las fuerzas que libran las nuevas batallas del “bien” sin reparar en “daños colaterales”. La Liga de la Justicia es también el Partido como representación de la vanguardia esclarecida y de líderes que pueden hacer aquello que tu no haces. No es la organización política como lugar de encuentro para construir una ruta en común, sino el lugar de enunciación de lo correcto que se trasmite a los demás. Por ello, tuvimos a Hitler pero también a Stalin.
Las mascaras de Batman y Flash ó el aspecto descuidado de Aquaman se convierten en modelos, en patrones de un neo imaginario de soldados leales a las ideas del orden establecido. Perfiles personales con los cuales sutilmente se procuran identificar a quienes ahogan cualquier resistencia o gobierno “progresista” anti imperial. Las mascaras que cubren los rostros de los héroes en el Universo DC Comics., son homologados a las capuchas “justicieras” de quienes luchan contra cualquier intento socialista o gobierno antiimperialista. Es una cíclica producción de mercancías epistemológicas, por parte de la industria cultural americana, las cuales refuerzan la noción de héroes que no dialogan, no discuten, solo combaten a un mal que nunca cambiará. Esta serie de producciones “épicas” ha tenido episodios estelares en “V” de Venganza o en Transformers: el último caballero. En este último caso (transformers 5) no deja nada a dobles interpretaciones, sino que abiertamente presentan a Cuba como un refugio, un paraíso, para los “autobots” buscados por la justicia global; es el único lugar donde pueden estar libres las maquinas que la humanidad persigue. La asociación inmediata en la cognición de niños, jóvenes y hasta adultos desprevenidos, es del socialismo como lugar de enunciación de actividades fuera de la ley. Pero retomemos a la narrativa que anuncia Warner con la Liga de la Justicia.
Un elemento muy importante en esta entrega de la saga de combates de los señores de la Liga, lo constituye el protagonismo de Cyborg, un héroe mitad hombre, mitad máquina, con dispositivos cibernéticos incorporados con la intención de mejorar su rendimiento corporal mediante el uso de tecnología. Warner y DC Comics continúan presentándonos personajes de este signo, para que vayamos normalizando la idea de tecnologías de punta que podría elevar nuestras capacidades, al punto de hacernos héroes y, como perfil de los soldados que modela su hermano gemelo, el complejo industrial militar. El sueño de Cyborg poderes se refleja en los deseos de muchos “jóvenes rebeldes”, de usar encima de sus capuchas pro capitalistas, lentes con visón infrarroja o cámara de video, que les hace sentir como esos Cyborg héroes.
En la “vida” de los integrantes de la Liga de la Justicia, existen lugares oscuros, episodios sin aclarar. Uno de ellos es el referido a la supuesta homosexualidad de Batman quien tendría como pareja al joven maravilla Ricardo Tapias. Ahora Batman anda sólo, sin ningún chico a las espaldas. El complejo industrial cultural alimenta la vergüenza por la supuesta homosexualidad de un súper héroe, evidenciando la doble moral del sector, acostumbrado a cerrar en un parpadeo los set de grabación de un filme sobre las aventuras familiares de un perro, para abrir de inmediato otro de pornografía explicita en el cual la homosexualidad no está vetada. Pero cómo en la saga de los miembros de la Liga de la Justicia se están prefigurando modelos ideales de liderazgo y éxito, la homosexualidad reconocida, abierta, captada por el público aparece como problemática, como algo oscuro. El mayordomo como representación paternal, mayor que Batman, borra cualquier sospecha sobre comportamiento pederasta del héroe. Además ahora aparece con una nueva “mano derecha”, la hermosa Mujer Maravilla, la mata dioses, cuyos poderes en la lógica patriarcal machista le fueron dados por el poder masculino superior de Zeus. Pero ella lucha al lado del lobo solitario que es Batman; en ese sentido califica para ser la compañera ideal del líder y borra los rumores homofóbicos sobre su pasado.
Todo ello, lo observamos en un simple tráiler de un poco más de 4 minutos. Sería espectacular que las universidades que forman docentes, los defensores de la teoría crítica, los especialistas en ética asistieran con sus equipos de investigación, con sus estudiantes, con sus tesistas y tutoriados al estreno de la Liga de la Justicia, no solo a comer cotufas y refresco sino a analizar colectivamente, esta y cada una de las mercancías que produce el complejo industrial cultural norteamericano.
Un comentario final merece la excelente fotografía y efectos especiales que anuncia el tráiler. Espero poder asistir a su estreno y a la par que disfruto de las innovaciones gráficas del filme, poder hacer un análisis mucho más exhaustivo de este episodio desde la perspectiva de la pedagogía radical de las resistencias. Un sonrisa se dibuja en mi rostro al recordar, la inocencia con la cual leía las novelas graficas de estos súper héroes en mi niñez y la torpeza de un vecino que siempre decía “mejor que analizar es no saber“.
Julio de 2017
*Fuente: https://luisbonillamolina.wordpress.com/2017/07/30/cuales-son-tus-super-poderes-soy-rico/