30 de agosto de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com
Xavier Melgarejo
En Finlandia, ¿no basta con querer ser maestro para serlo?
Para nada. Si una persona es excelente en todo, pero no tiene empatía, no tiene estima por los niños, no puede ser de ninguna manera profesor. Buscan una combinación de diferentes aptitudes y son muy estrictos con esto: personas abiertas a la investigación, creativas…
¿Qué tienen en particular los profesores finlandeses?
La formación extraordinaria de los maestros y su proceso de selección. Es un paquete. Buscan un tipo de persona muy concreto, buscan un molde que debe cumplir muchos requisitos: debe ser competente en las materias que va a impartir, pero también debe ser socialmente abierta, debe tener un compromiso social. El modelo finlandés es diferente al del resto de países nórdicos, por eso es tan interesante.
¿Qué perfil reúne un profesor finlandés?
El modelo de profesor no se puede definir si la sociedad no tiene claro qué tipo de personas quiere para sí misma. Ellos han decidido que quieren profesores muy competentes, creativos, abiertos de mente. Esto hace que sea muy difícil acceder a la profesión. Pero ser profesor en Finlandia tiene tanto prestigio y la gente les quiere tanto, que ser maestro es un gran honor. No es una cuestión económica, es la valoración social.
¿Hay muchos candidatos a profesor?
En Helsinki puede haber 1400 personas aspirantes para cubrir 90 plazas. La criba es muy estricta. Allí no hay oposiciones, pero cuando tienes la plaza difícilmente te la quitan. De todas formas, si la comunidad del país no lo valorara mucho, no sé si ser profesor tendría este atractivo. A profesores solo llegan los mejores.
Los profesores en España hasta no hace mucho también eran profesionales valorados. ¿Por qué ahora no sucede?
Yo creo que la población sí que valora a los profesores, pero lo profesionales de la educación no lo perciben así. Las encuestas muestran cómo los ciudadanos consideran su profesión una de las más importantes. Pero los maestros ven cómo muchas veces sus demandas hacia las familias no son tenidas en cuenta.
Muchos maestros consideran que no se respeta su profesionalidad.
Hay una sensación real de que el profesor no tiene autoridad. No hay un apoyo a la profesión. En Finlandia, los padres inculcan a los hijos que la palabra del maestro está por encima de todo y que deben respetarlo. Esto aquí no pasa, incluso nos encontramos con casos de acoso o de padres que cuestionan la toma de decisiones de los profesores delante de los niños. Los profesores se sienten agredidos y asediados, y esto es intolerable e inaceptable.
Muchos profesores se quejan de que están atados de pies y manos a causa del currículum.
Esto es lo que no puede ser así, ojalá tuviéramos tiempo para enumerar todas y cada una de las cosas que debemos cambiar de nuestro sistema. En mi libro Gracias Finlandia apunto varias ideas al respecto. No es un libro para profesores, está escrito pensando en la comunidad, en la gente sencilla, porque todos debemos implicarnos en la educación.
¿El currículum, entonces, debería ser más flexible?
En Finlandia, quien diseña el currículum es el municipio y el profesor, porque está todo descentralizado. Para poder diseñar un currículum, has de estar bien formado. Esto también motiva mucho a la gente a ser maestro, porque es una profesión creativa en la que tú tienes un gran papel a la hora de decidir qué hacer y cómo hacerlo. Los profesores tienen una enorme flexibilidad y, también, responsabilidad.
Pero, ¿que cada municipio o cada profesor diseñe su propio currículum no produce grandes diferencias entre lo que aprenden los alumnos?
Pese a la gran diversidad y creatividad de cada profesor, los resultados de los informes de PISA destacan que los resultados en todo el país son homogéneos y son muy buenos. Formar a la gente para que puedan adecuar las necesidades curriculares a su entorno y a lo que precisan sus alumnos es una buena idea.
¿Esto es extrapolable a otros países?
En España, en la última gran reforma educativa ya se buscó un poco dar esta libertad, pero a los profesores no se les formó. Es uno de los grande problemas que tenemos, que introducimos cambios en el campo educativo, pero no formamos a los docentes para que puedan adaptarse y sacar el máximo rendimiento.
Pero, ¿sería válido importar el modelo educativo de un país como Finlandia para implementarlo en un país como España?
¡No! Igual que un olivo no lo puedes plantar en Finlandia porque se morirá de frío y no puede vivir, no puedes implementar el sistema educativo de allí aquí, porque no es su ecosistema. Lo que nosotros podemos hacer es ver cómo funciona la vida allí y cómo funciona aquí, y comparar. Y a partir de eso ver qué hacemos con nuestro ecosistema. Copiar un sistema educativo es una tontería, nuestra sociedad tienen valores muy diferentes.
¿En qué sentido?
Pues quizá la motivación para ser profesor aquí debe cambiar. Quizá haya que proponer medidas políticas para que el profesorado se sienta reconocido y valorado, y seguramente no son las mismas medidas que en Finlandia. Quizá aquí tengamos que poner incentivos económicos o sociales. Algún día nos tendremos que sentar y ver cómo lo hacemos.
Y este cambio de modelo, ¿debería implementarse de golpe o es mejor hacerlo de forma gradual?
Gradual sin duda.
¿Y por dónde hay que empezar con el cambio?
En primer lugar, y pese a que los políticos digan que no, sí que hay un problema de recursos. En Finlandia, los niños que tienen unas necesidades educativas especiales tienen una persona que les acompaña en el aprendizaje todo el tiempo que están en clase. No suele haber más de 9-10 niños por clase. Todo esto señala que hay un presupuesto para ello. El gobierno competente en educación debería apostar por los niños y pagar el importe íntegro de lo que cuesta la escolarización de todos los alumnos.
¿Sabemos a cuánto asciende esta cifra?
El Gobierno finlandés creó una comisión para calcular lo que vale una plaza escolar. En España también se ha hecho, pero no se ha publicado nunca el resultado porque es una cifra muy peligrosa… Los números aquí no están claros.
¿Cree que no se destinan suficientes recursos a la educación?
Sea cual sea la cantidad que se destina, está mal repartida. Hay comunidades que tienen aulas llenas de ordenadores muertos de risa que no saben ni cómo encenderlos. Pero luego no hay dinero para pagar el comedor de los niños. Se nos tendría que caer la cara de vergüenza.
En Finlandia todos los niños comen en la escuela, ¿no?
Sí, los de Primaria y los de Secundaria. Y la comida la paga el Estado, es una política de igualdad de oportunidades. ¿Cómo vas a pedir a nuestros chicos y chicas que rindan, si algunos llegan sin estar bien alimentados? Muchas familias pasan hoy por dificultades económicas graves.
¿Por dónde seguiría el cambio?
Por la descentralización hacia el municipio. Esto fomentaría una educación a medida, acorde con el entorno del niño.
¿Cuál sería el modelo de escuela por el que usted apostaría?
Por uno basado en una escuela que quiera ser a la vez comunidad de aprendizaje y que sea abierta a la comunidad. Que esté insertada y que sea permeable de fuera hacia dentro y de dentro hacia fuera con su entorno. Pero este modelo ni siquiera se ha planteado.
Y para los profesores, ¿qué pediría?
Autonomía para el profesorado. Hay tantas regulaciones que no sirve de nada que el profesor o profesora sea creativo, porque si viene el Ministerio y te dice que si un alumno no se sabe los ríos de España no pasa de curso, evidentemente los profesores se centrarán en eso. El Gobierno en este sentido tiene una mentalidad tan controladora y tan “igualizadora” que no permite que la vida que hay pueda crecer. ¡Esto es un error!
Quizá sea uno de los motivos por los que la gente no quiere ser profesor…
Tenemos que empezar a preguntarnos porqué los mejores perfiles, los mejores alumnos de Secundaria, no quieren ser profesores. Las notas de corte de las carreras de Magisterio son muy bajas, son muy poco exigentes. Yo creo que ser profesor es un gran honor. Tenemos el honor de trabajar con el tesoro del país, que son nuestros chicos y chicas. Somos responsables de la supervivencia cultural y moral de todas estas personas, es uno de los trabajos más bonitos que hay, seguro. Ser maestro es un gran honor.
¿Las nuevas tecnologías pueden favorecer este cambio del que hemos hablado?
¡Seguro! Todo puede implicar un cambio, hasta el mobiliario o el diseño del aula, pero solo si hay un profesorado que sepa sacar provecho. Está muy bien que haya nuevas tecnologías en las aulas, pero donde no pueden faltar, y sobretodo deben ser las mejores, es en las facultades de Educación. Es ahí donde hay que invertir mucho. Si los futuros maestros no tienen a su disposición las mejores herramientas mientras se están formando, cuando lleguen a las aulas no sabrán sacar provecho de nada. Las TIC son imprescindibles, pero no funcionarán si no se hace un trabajo previo con los profesores.
Fuente artículo: http://blog.tiching.com/xavier-melgarejo-es-en-las-facultades-de-educacion-donde-mas-hay-que-invertir/