Por: Cadena Ser
Cada día, el pequeño Wang Fuman, un niño chino de 8 años, tiene que recorrer 4,5 kilómetros bajo la nieve para llegar a su escuela. El joven, que vive en la localidad de Zhaotong, en una zona rural de la provincia de Yunnan (China), se enfrenta cada día a temperaturas de hasta diez grados bajo cero para poder llegar al colegio. A pesar de ello, Fuman nunca falla, tal y como cuenta el medio chino The Paper.
Este lunes, el niño de tercero de primaria llegaba, como cada día, a las ocho de la mañana para comenzar sus clases. Al llegar a clase, todos los niños comenzaron a reírse de él. ¿La razón? Su pelo. Debido a las bajas temperaturas, el niño llegó con el pelo blanco, completamente congelado. Tras presenciar esta imagen, el maestro de la escuela primaria de Zhuanshanbao, a la que asiste el menor, decidió sacarle una fotografía y compartirla en la red social Sina Weibo y con el medio Thepaper.cn, que ha difundido la historia de este niño a nivel mundial.
La situación crítica de Fuman
Además del pelo y las cejas completamente congeladas, el niño (que no llevaba ropa de invierno durante ese día) también contaba con las mejillas completamente rojas y con las manos arrugadas y heridas por el frío. Imágenes que han desatado una auténtica ola de solidaridad y que ha llamado la atención de los medios de comunicación chinos, que se han visitado el hogar de Fuman para conocer su historia.
Tal y como explica el medio local, el niño vive con su abuela y una hermana mayor en una casa hecha de barro y con un techo cubierto de paja. La madre los abandonó hace ya varios años y a su padre, que trabaja en otra ciudad, hace meses que no le ve. La familia sobrevive con los 250 euros que les envía su padre cada mes y los dos cerdos que cuida el propio Fuman cuando llega del colegio.
La imagen que ha desatado una ola de solidaridad
Gracias a la fotografía sacada por el profesor, que ha dado la vuelta al mundo, muchas han sido las personas que han decidido ayudar a la familia y a otras que viven una situación similar a la de Fuman. Las autoridades provinciales locales han creado un fondo de desarrollo juvenil para proporcionar ropa de invierno a Wang y a otros niños de la zona. De hecho, el pequeño ya tiene gorro, guantes y una chaqueta nueva para recorrer su largo camino diario.
Por otro lado, también se han enviado unos 100.000 yuanes (unos 1.200 euros) en donaciones tanto a su escuela como a otros centros educativos cercanos. En lo que respecta a la familia de Fuman, el gobierno local ha habilitado una casa para ellos, a la que se mudarán próximamente, que está mucho más cerca del colegio. Por lo tanto, Fuman se ha convertido en un auténtico símbolo y en un ejemplo, tal y como explica el director del colegio a The Paper; «Wang camina todos los días una hora y media con una temperatura de nueve grados bajo cero. Es un ejemplo».
Fuente: http://cadenaser.com/ser/2018/01/12/internacional/1515742598_928672.html