América del Norte/México/EFE
A seis meses de los terremotos, persisten «necesidades en términos educativos» para regresar a la normalidad, remarcó en una rueda de prensa la coordinadora nacional de Respuesta Humanitaria de la organización, Fátima Andraca Artigas.
Los terremotos del 7 y 19 de septiembre causaron daños en 16.000 escuelas, y según la Secretaría de Educación Pública (SEP), 99,9 % de los alumnos de los estados afectados (en el centro y sur del país) ya se encuentran tomando clases.
Entre ellos, 3,2 % de los alumnos están en aulas temporales (hay 3.868 aulas instaladas) o sedes alternas.
«Las aulas temporales no son una solución duradera; aun cuando haya acceso a la escuela, la calidad no es la ideal», indicó Andraca.
Hay menores, agregó, que están teniendo jornadas reducidas debido a la infraestructura educativa, y se vislumbran problemas de cara a la próxima temporada de lluvias, frente a la cual muchas aulas temporales no estarán preparadas.
Andraca recordó que, además, cuando se suspenden las clases de uno a tres meses, hay un «elevado porcentaje de deserción».
De acuerdo con uno de los cálculos elaborados por la organización en el céntrico estado de Puebla, 1,6 % de los niños dejaron la escuela tras el sismo del 19 de septiembre.
Por otra parte, Save the Children llamó la atención sobre la lentitud de la reconstrucción. La directora ejecutiva de la asociación, María Josefina Mendéndez, consideró que falta una «política habitacional» adecuada.
La asignación de recursos ha sido insuficiente para los afectados, y se ha dado un aumento en el costo de los materiales y de la mano de obra.
Menéndez destacó que uno de los retos de Save the Children de cara a las próximas semanas es reducir el «retraso significativo» que presentan los alumnos por las semanas de clase perdidas.
También, realizar acciones de prevención para futuras emergencias y asegurarse de que los maestros están capacitados para afrontar crisis semejantes en el ámbito escolar.
En un ejercicio de rendición de cuentas, Save the Children hizo un repaso por las tareas realizadas en los últimos seis meses con la ayuda de aquellas personas que aportaron sus donativos.
Durante este tiempo, la organización ha asistido a más de 94.000 personas -la mayoría en la región del Istmo de Tehuantepec (Oaxaca) y en Puebla, de las cuales 38.159 son niños, niñas y adolescentes.
Se instalaron 174 espacios seguros para niños y niñas, así como 22 aulas temporales, y se celebraron unas 2.200 sesiones de apoyo psicoemocional para los menores.