Racismo, xenofobia, violencia y solidaridad en Costa Rica

Por Beatriz Villareal 

Las terribles luchas políticas que está librando el pueblo de Nicaragua y sus consecuencias se expanden por todo Centro América y llegan de nuevo a  Costa Rica como perseguidos, huyendo de la violencia y de la pobreza pues ese país no ha resuelto sus problemas sociales. Vienen en busca de apoyo político, trabajo, salud, comida y alojamiento. Los refugiados son personas,  estudiantes y profesionales perseguidos por participar o dirigir las protestas o por asistir a los heridos. Costa Rica ha recibido población nica desde hace muchos años. Ha respondido solidariamente en algunas ocasiones, pero fundamentalmente recibe cantidades significativas de mano de obra barata. Son personas en busca de empleo de baja calificación y bajos salarios. Se ubican en todas las regiones del país como peones agrícola, obreros de la construcción, las mujeres sirven en las casas, en las fábricas o realizan ventas de productos en las calles. Los ingresos que perciben son pocos para subsistir aquí (estadía y alimento), y enviar pequeñas cantidades de dinero para la subsistencia de sus familias en Nicaragua. Este contingente de mano de obra barata ha beneficiado  económicamente por años a este país.

Los problemas que se han generado con esta nueva oleada son diversos. Uno de los más evidentes  es que se ha llenado aún más de casas pobres o viejas reutilizadas a cambio de escasos alquileres a lo largo y ancho del país. Pero en especial en la ciudad capital que se ha convertido en un lugar con grandes extensiones de cuarterías habitadas por nicaragüenses y costarricenses. Ha alterado y afeado aún más esta ciudad capital, sobre todo en las áreas más cercanas a la catedral con ventas de todo tipo de objetos. San José es hoy una ciudad fea llena de casuchas y de vendedores ambulantes. Esto provoca la reacción de sectores medios acostumbrados a pasear y caminar por la ciudad para visitar lugares o hacer compras en las tiendas. Hoy eso no es posible. Pues también ha sido convertido en espacio de distracción de pobladores de las zonas más populares de los distritos sur de este cantón. Además provoca reacciones  negativas de los sectores trabajadores nacionales con escasa formación que a su vez son migrantes urbanos o rurales del interior  que se han convertido en obreros y trabajadores de servicios. Son mal pagados y viven muy modestamente. Son parte de ese 20% de pobreza que tiene este país.

La población nicaragüense migrante trata de vivir y satisfacer sus necesidades aquí. En muchos casos se casan o traen a sus hijos. Hacen uso de los servicios de salud y educación sin pagarlos, pues la educación en términos generales es pública. La salud también, pero se tiene que contribuir con una cuota mensual, si se es trabajador formal, o si está legalizado. El patrono lo asegura o ellos mismos lo hacen. El problema es con los que no se aseguran, pues según la ley la salud es un derecho universal. Los nicaragüenses en su mayoría no pueden hacerlo pues es un servicio caro. Cuando tiene un problema de salud acuden a los hospitales y clínicas públicas a recibir medicinas y tratamientos de buena  o de regular calidad por un pago bajo. Esto genera reacciones negativas y violentas de los que sí pagan este seguro. Situación semejante ocurre en las escuelas públicas. Lo que ha generado rechazo irracional y críticas contra los “nicas”.

El problema: El estilo de vida o mito del tico de clase media consumista se contagia tanto a los nacionales como a los extranjeros, al igual que en muchas partes del mundo. La tranquilidad y seguridad que da un Estado fuerte y centralizado como este a su población también es atrayente, solo que tiene su costo, que en muchos casos no es posible pagar. La solidaridad interna a veces se acepta o se acata simplemente por los diferentes sectores trabajadores. El problema es cuando se trata de extender a todos las personas que viven aquí. Este estilo de vida efectivamente es el plus que tiene Costa Rica con relación al resto de Centro América, cubre al 80% aproximadamente de los habitantes. La lucha y garantía para que los niños coman bien y vayan a una escuela es algo que  los Estados deben hacer. Pero que no es así en el la región Centro Americana, donde élites y ejércitos corruptos tradicionales  utilizan los ingresos del Estado para su enriquecimiento propio. Pareciera que este es el origen, la razón y la causa del racismo, la xenofobia y la violencia contra estos migrantes en Costa Rica pues la población de este país se siente bien de vivir en un país con un sistema social como este.

El racismo: se expresa como el rechazo hacia las personas con características físicas (color de piel y forma de hablar) achacadas a los nicas, aunque muchos ticos se parezcan a ellos. Se les considera como inferiores, poco inteligentes y no trabajadores. Son segregados por el resto de la población nacional. Un ejemplo es  que se reúnen los domingos en el Parque de La Merced para pasar el día de descanso, socializar con los suyos y comer sus propias comidas.  En su mayoría son personas buenas, inteligentes y trabajadoras que luchan por vivir y obtener algún ingreso para paliar la pobreza aquí y en su país.

Xenofobia: es el  odio y el rechazo extremo de pequeños grupos nacionalistas violentos que se creen superiores a los extranjeros. Los agreden con ofensas y violencia física, en este caso es la población tica contra los nicas. Siempre había habido racismo, pero con dimensiones xenófobas es muy reciente. Su origen está en esta última crisis generada por el gobierno nicaragüense y por la ofensa que ha dirigido hacia este país su presidente. Ha generado mucha agresividad de estos grupos  que se han organizado para enfrentar, expulsar, ofender y agredir a esta población.

Violencia: es el enfrentamiento con palos, piedras y hasta con pequeñas armas contra estos “extranjeros” con el fin de que se vayan. Se dio una primera manifestación y se está organizando otra. Participa población urbana violenta, pobre y no tan pobre que no acepta su presencia aquí,  que tiene muy acentuado el mito del  nacionalismo en el sentido de que somos los mejores de Centro América.

Solidaridad: también se han dado muestras y acciones de apoyo de parte de la población consciente del  sufrimiento  que sufren al tener que enfrentar,  además de dejar a su país, sufrir la persecución y la violencia aquí.  Fueron obligados a huir  de su patria en busca de apoyo ante la gravedad de los hechos que están enfrentando estos inmigrantes.  El Estado les ha dado matrícula a algunos estudiantes universitarios. Los medios de comunicación han cedido espacios en programas radiales y televisivos para que expresen sus dificultades. Y se han celebrado actos de apoyo público para estos nuevos migrantes. Esta es en síntesis una radiografía y una interpretación particular de esta problemática social.

Fuente del artículo: http://s21.gt/2018/09/03/racismo-xenofobia-violencia-y-solidaridad-en-costa-rica/

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Beatríz Villarreal

Columnista