Por: Hugo Martínez.
Arancar una hoja del cuaderno de notificaciones, ocultar el boletín u omitir las anotaciones negativas de la libreta de clases son prácticas que van quedando en el pasado. En plena cuenta regresiva hacia la segunda década del siglo XXI, cada vez más colegios argentinos digitalizan sus procedimientos escolares y administrativos a través de plataformas. Entre ellas, Colegium plantea una nueva forma de relación entre las instituciones educativas y los padres y madres.
Se trata de una plataforma de gestión escolar que propone distintas maneras de acercar la tecnología a la educación. La empresa nació hace 18 años y sus más de 40 plataformas y apps ya fueron elegidas por dos millones de usuarios en 2000 colegios. Como parte de sus acciones, Colegium lanzó la campaña “Yo Cuido Mi Huella Digital”, un aporte para facilitar la generación de espacios de seguridad y confianza en el mundo digital que habitan los niños y las niñas.
No es fácil ser niño o niña en pleno siglo XXI. A pesar de todas las comodidades y acceso a recursos poderosos y sofisticados que tienen, ellos viven en muchos casos incertidumbres que no experimentaron en su momento las generaciones que hoy son adultas.
Es evidente para ellos que les toca vivir un mundo en cambio, donde la inteligencia artificial amenaza sus opciones laborales y que deberán hacerse cargo de las crisis ecológicas que ya es factible prever.
Celebrar la infancia es una oportunidad para recuperar los espacios de comunicación y cercanía con las niñas y niños, para acompañar y mediar la construcción de la imagen de presente y futuro que requieren definir las generaciones más pequeñas.
La intensa vida digital que los niños están experimentando desde temprana edad, a través de los videojuegos, canales de vídeo y redes sociales es un recurso que entrega elementos para incrementar las oportunidades de acompañamiento. También puede llegar a ser una amenaza,especialmente cuando se utiliza como sustito de las interacciones personales.
En este sentido, es fundamental no perder de vista a qué contenidos y experiencias digitales tienen acceso. Este liderazgo debe ser claro, consistente y cercano. Los menores deben entender el control parental como una expresión de cuidado y afecto.
La incipiente vida digital debe ser compartida con los adultos como oportunidades de integración y comunicación. Esto es tan simple como jugar juntos en la tablet o mirar y comentar en conjunto los canales de vídeo. Si nos preocupa el potencial aislamiento que pueden generar las pantallas en los menores de edad, la solución es no dejarlos solos.
Para los niños en edad escolar, los recursos digitales pasan a ser elementos esenciales del trabajo académico. Si bien existen plataformas que ayudan a organizar estos recursos, el rol de los profesores y adultos sigue siendo esencial al momento de educar en la selección adecuada de los contenidos, las fuentes y el desarrollo de la capacidad crítica y analítica.
A pesar de las brechas culturales que el mundo digital está generando entre distintas generaciones, los niños de hoy necesitan, como en todas las épocas, de adultos que los acompañen en su crecimiento y desarrollo. Desde Colegium se propone una forma innovadora de establecer esa relación y de estar al tanto de todo lo que sucede en las instituciones educativas.
Fuente de la reseña: https://www.iproup.com/innovacion/1155-innovacion-tecnologica-productos-innovadores-negocios-innovadores-Como-Colegium-quiere-transformar-la-educacion-con-tecnologia