Entrevista a Olga De Dios: “Me parece importante reivindicar los materiales infantiles con calidad artística”

Por: Adrián Cordellat.

Olga De Dios es una de las grandes referentes españolas en el mundo de la literatura infantil y, más concretamente, del álbum ilustrado. Ahora presenta Los tres hermanos de oro (Nube de tinta), un libro que se acerca de forma “explícita” a muchos de los problemas de la sociedad actual con el objetivo de “fomentar la responsabilidad social y colectiva”. “Me he esforzado en mostrar la realidad para que el libro nos invite a tratar temas muy duros con las niñas y los niños desde otro lugar”, afirma. Un lugar en el que la ilustración resulta fundamental, porque como explica la creadora de Monstruo rosa, “ayuda a tratar temas muy complejos y muy graves y a reflexionar sobre ellos”.

Los tres hermanos de oro tiene su punto de partida en una historia clásica, La gallina de los huevos de oro. Muchas veces, cuando acabamos de leer un cuento a nuestros hijos, lo damos por cerrado, pero ¿es el fin una oportunidad para desarrollar la imaginación y buscar nuevos comienzos?

Por supuesto. El arte tiene un papel importante en la sociedad no como un objeto de consumo, de usar y tirar, sino como espacio para la reflexión. Una vez que disfrutamos de un libro se nos abren las puertas a muchas otras cosas y en ese sentido creo que este álbum es un homenaje al libro físico como elemento para la reflexión.

PREGUNTA. Las tres historias que componen La gallina de los huevos de ororeflejan de forma muy gráfica muchos de los males de nuestra sociedad. ¿Es la literatura infantil una forma de acercar a los niños, a través de protagonistas que son metáforas de nosotros mismos, algunos de los problemas a los que nos enfrentamos como civilización?

R. Sí. Creo en este libro en concreto he representado muchas cosas. Vivimos en una sociedad donde nos tenemos que enfrentar a problemáticas globales muy graves que tenemos alrededor cada día en los medios de comunicación. Esas imágenes que vemos a diario, que incluyen mucha violencia a muchos niveles, terminas naturalizándolas y dejas de ver el sufrimiento que hay en ellas. En ese sentido, la ilustración y los personajes de ficción nos permiten ver estas imágenes desde otro lugar y reflexionar más sobre ellas, más incluso que al ver la propia fotografía o la realidad física. La ilustración ayuda a tratar temas muy complejos y muy graves desde otro lugar.

P. También desde un lugar más accesible a los niños.

R. En todos mis libros trato muchos temas que luego se trabajan con los niños en las casas y en las escuelas, pero lo curioso de este libro es que refleja muchas realidades explícitas. Hay muchas ilustraciones que están basadas en imágenes reales que vemos en los medios. Así que eso que yo ya reflejaba en mis anteriores libros, aunque fuese en mundos más imaginarios, de una ficción más colorista y posiblemente irreal, aquí se vuelve más explícito. Me he esforzado en que así sea para que nos invite a tratar temas muy duros con las niñas y los niños desde otro lugar.

P. En mi caso tengo especial devoción por la primera de las historias, la de Elio. En primer lugar, porque llega a un mundo como el que muchos queremos recuperar, pero ese mundo se ve arrasado por el cambio climático y tiene que huir, convirtiéndose en un refugiado (la imagen con la que se cierra la historia, cruzando el mar, es muy icónica). Como dices, hay mucha realidad, triste realidad diría yo, en estas páginas.

R. Esa era la intención. Mostrar esa realidad. Por eso he hecho un proceso artístico lo más cuidado posible a la hora de elegir el estilo de la ilustración y de decodificar toda la información para que por un lado sea un homenaje al libro físico, al libro clásico y al grabado tradicional; y por otro tuviera cosas contemporáneas en la manera de dibujar y sobre todo respecto a los temas que se tratan.

P. Las tres historias, por cierto, acaban con un regusto amargo, aunque luego el epílogo deje abierta la puerta a la esperanza. ¿Hay esperanza para ese mundo que dibujas en las tres historias de Los tres hermanos de oro?

R. Más que de esperanza en sí, el libro habla de sentido de la responsabilidad social y colectiva. Hablo de como entre todas las personas tenemos que trabajar colectivamente para dar soluciones a los problemas que nos rodean. Estoy convencida de que todas las personas somos agentes de cambio, todas tenemos capacidad de cambiar las cosas y tenemos que ejercer esa capacidad, no dejar las cosas en manos de la esperanza.

P. Este es tu séptimo libro como autora de texto e ilustraciones. ¿Soñabas con el éxito que has alcanzado cuando dabas forma a El monstruo rosa?

R. No sueño con el éxito, sueño con un mundo mejor, y eso es lo que intento reflejar en mi trabajo. Entiendo que el éxito está en pensar que libros como Monstruo rosa, que nos transmite el valor positivo de la diversidad, interesan a muchas personas, lo que demuestra que hay mucha gente interesada en defender la diversidad en sus contextos. Ese es el éxito: que cada vez haya más personas que quieran transmitir esas ideas. Y luego también me parece importante reivindicar los materiales infantiles con calidad artística. También es un éxito que cada vez los consumidores de materiales infantiles sean más exigentes en ese sentido.

P. Te preguntaba lo del éxito porque Olga De Dios es ya una marca en sí misma. Tu estilo es muy reconocible y tus álbumes se venden por miles.

R. Aunque mis álbumes son reconocibles, si los analizas también hay muchas cosas diferentes. Es más, esta nueva propuesta estilísticamente es muy distinta de lo anterior que he hecho. Yo intento hacer que la ilustración, que es mi disciplina artística principal, esté al servicio del proyecto en el que estoy, así que los estilos van evolucionando y se van adaptando a lo que yo quiero contar en cada momento.

P. ¿Y hay una receta para que tanta gente se sienta atraída por tus álbumes? Porque imagino que no debe ser fácil destacar en un sector tan en auge como el del álbum ilustrado.

R. Lo que intento siempre es hacer mi trabajo lo mejor posible desde todos los ámbitos, porque un libro tiene muchos aspectos. Creo que eso e intentar hacer contenidos para niñas y niños de la máxima calidad posible es lo que hace que mi trabajo pueda llegar a más gente o funcione mejor. Todo se basa en el trabajo que hay detrás. Creo que la clave es trabajar con mucha calidad en toda la obra en su conjunto.

P. Hace unos meses, por cierto, en una entrevista, Oliver Jeffers me decía que vivimos la edad de oro del álbum. ¿Crees que es así?

R. Me gusta mucho Oliver Jeffers, como creador de libros y como artista en general, y también incluso por su posicionamiento y su responsabilidad ante determinados temas de actualidad. Pero tengo mis dudas de que el álbum ilustrado viva su momento de oro. Tengo la sensación de que YouTube vive su edad de oro. Creo que la capacidad de llegar a la gente no está desgraciadamente en los libros, sino en otro montón de medios que existen y desde los que se llega a muchísimas personas.

Sin ir más lejos, en una de las historias del libro, hay un momento en que el protagonista, que es un artista, alcanza el máximo reconocimiento mundial. Yo inicialmente representé esa ilustración con el personaje recibiendo la medalla del Premio Nobel. Luego, durante el proceso de creación, escuché un montón de podcast, algunos de adolescentes, y me hicieron sentir que su valoración del éxito y del reconocimiento era súper diferente a lo que yo concebía. Eso me hizo cambiar la ilustración y ahora el personaje alcanza el reconocimiento en una pirámide que se construye a base de likes, de seguidores en las redes sociales. Y eso lo cambié porque sentí que posiblemente la valoración del éxito de las generaciones actuales está en otro lugar. Por eso te decía que igual no es el momento del libro, sino de otras cosas.

P. Creo que Oliver, de todas formas, se refería más bien al peso creciente del álbum ilustrado dentro del mercado editorial.

R. Siempre han existido álbumes ilustrados. A mí me llegaron grandes libros creados en los años sesenta e incluso antes. Otra cosa es que en el mercado español no estuvieran tan presentes, pero siempre ha habido creadores apostando por estos formatos. Supongo que el hecho de que haya un auge de la ilustración en los libros tiene mucho que ver también con la cultura de la imagen, con que vivimos en una sociedad que se comunica mucho a través de la imagen, que cada vez lee más a través de imágenes.

P. Y a propósito de lo que comentabas de cómo ha cambiado esa página del libro tras escuchar podcast de adolescentes. Influyen mucho las interacciones que tienes con niños y adolescentes en la concepción de tus libros.

R. Por supuesto. Yo comparto mi trabajo con muchísima gente durante el proceso de creación, gente de diferentes edades y entornos. Me dejo asesorar por todo lo que me rodea. Al final, yo intento que mi trabajo llegue a la mayor cantidad de gente posible, así que para ello a veces hay que escuchar y salirse del lugar en el que una está.

P. También me insistía Oliver en la importancia de que los álbumes atrapen a los hijos, pero también a sus padres, que son quienes van a leérselos. Los tres hermanos de oro, precisamente, a diferencia de tus anteriores álbumes ilustrados, que estaban enfocados de forma más directa al público infantil, es apto para todas las edades. ¿Has tenido que cambiar la forma de escribir/plantear la historia y las ilustraciones al dirigirte a un público más amplio?

R. Este proyecto trataba otros temas y yo sentí que tenía que utilizar otras herramientas gráficas. Los tres hermanos de oro es un libro que contiene sobre todo negros y tinta dorada. Y esos colores pueden parecer más de adultos, porque se alejan del mundo colorista, pero yo no siento que me haya adaptado, simplemente es una parte más de mi trabajo. Creo que todos mis libros son para niñas y niños, pero también para personas adultas. De hecho, siempre defiendo el álbum ilustrado como un punto de encuentro, un lugar donde coinciden varias generaciones y comparten una historia, una experiencia y reflexionan.

 

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