Entrevista/07 Mayo 2020/Autora: Silvia Arana/rebelion.org
En la décima cuarta entrega de la serie, la estudiante Yuliana Ortiz Ruano expresa su repudio ante los nuevos recortes al presupuesto de las universidades públicas nacionales anunciadas por el gobierno nacional en plena pandemia. Dice: «Quitar presupuesto a la educación superior pública mientras nos encontramos en estas condiciones de encierro y abandono es precarizar aún más a la clase estudiantil.»
Entrevista a Yuliana Ortiz Ruano, estudiante, escritora y activista feminista. Reside en el centro de Guayaquil.
A pocas semanas de que la crisis sanitaria estremeciera el mundo con el clamor de cientos de guayaquileños rogando por ayuda al gobierno nacional y al municipal para dar sepultura o atención médica a sus seres queridos, ¿cómo evalúa la situación? ¿sigue igual o ha mejorado?
Desde mi experiencia, Guayaquil ha sido víctima de distintos abandonos a lo largo del tiempo. El sistema de salud pública en esta ciudad ya tenía características precarias en infraestructura, atención y carencia de medicamentos; de esta forma, se convirtió en el lugar propicio para la propagación del virus. En los últimos días he intentado deslindarme de los videos en las redes sociales y de las noticias de medios periodísticos oficiales ya que la omisión de cifras y el amarillismo en sus titulares y artículos llegan a ser desesperantes. Una de las fotografías más difundidas de un cadáver en la calle, fue tomada a cinco cuadras de donde vivo. Yo misma desde mi balcón o cuando salgo a comprar víveres, me encuentro con un panorama desolador y de abandono al que la presencia policial más que proteger, genera un ambiente de hostilidad y persecusión aún más fuerte. Yo no siento que la situación haya mejorado, pero me apoyo en todas las formas de organización social y soberana que han surgido frente a la ausencia estatal.
El movimiento campesino FECAOL con los distintos centros de acopio ha aportado a que descienda la especulación con precios de frutas y vegetales, también las colectas de la fundación Mujer&Mujer dejan algo de esperanza. Sin embargo, en las calles el panorama de hambre y desesperación sigue estando vigente.
¿Ha podido adquirir víveres y remedios en su vecindario? ¿Se ha podido guardar la distancia recomendada entre las personas?¿Hay sobreprecio en los productos?
Por decisión personal desde hace mucho tiempo no consumo medicamentos farmacológicos, siempre he buscado la manera de recurrir a remedios caseros y a prevenir con estos cualquier tipo de enfermedad grave. Por ejemplo, desde que vivo en Guayaquil sé que en estos meses independientemente del COVID-19 se expanden el dengue, las gripes, entre otro tipo de infecciones por las lluvias constantes; entonces siempre en estos meses triplico el consumo de ajo, jengibre y cítricos en mis alimentos diarios. Entonces, por el tema de remedios no he intentado siquiera adquirirlos. En las farmacias cercanas nunca hemos podido comprar guantes o mascarillas, hemos tenido que adquirirlas en la calle a los vendedores ambulantes porque en estos establecimientos nunca hay. Cuando he tenido que ir al supermercado, nunca hemos podido guardar realmente la distancia entre usuarios, también las personas en situación de calle se acercan a pedir dinero y es un horizonte bastante triste y desolador. A veces hemos intentado dar algo a estas personas, pero otras veces no hemos podido, pero nos quedamos siempre con una sensación de impotencia. Los primeros días de la cuarentena los precios de las frutas estaban disparados y era realmente desesperante, pero ahora adquirimos los productos de la FECAOL y considero que es la mejor opción en estos momentos. También hemos comprado a los vendedores ambulantes que pasan casi todos los días con sus carretas vendiendo frutas, luego lavamos lo que compramos. Creo que adquirir productos de estas personas que no tienen la opción de quedarse en casa puede ser una buena posibilidad de ayudar.
¿Usted o alguna persona cercana ha recibido atención médica en Guayaquil durante la pandemia? ¿Cómo fue la experiencia?
En mi casa vivimos cuatro personas y ninguna de las cuatro ha presentado ningún malestar físico, por ello no hemos tenido que acceder a atención médica. Personalmente si algo llega a suceder en mi casa no iríamos a un hospital público ni llamaríamos a médicos porque con todas las irregularidades que han sucedido no quisiéramos arriesgarnos. Hace unos días leí en el diario El Telégrafo que a un periodista que había ingresado al hospital del IEES de Los Ceibos le habían robado sus pertenencias y también habían sacado dinero de sus tarjetas y la de su padre. En el portal de noticias independientes GK leí que una señora de la tercera edad había ingresado al mismo hospital y también le habían robado sus pertenencias, habían intentado hacer un pago de 1000 dólares sin éxito. Cuando su sobrino fue a poner la denuncia en el Cuartel Modelo, le dijeron que no podían recibir la denuncia por falta de personal. Con estos antecedentes, ¿cómo podemos confiar en el sistema de salud? Estos dos casos se hicieron públicos a través de los medios, pero estoy segura de que hay muchos otros casos de personas que no han denunciado. También un amigo cercano llamó para que lo atendieran y no le respondieron, pasó una semana en cama y simplemente dejó que se le pasen los malestares. Antes no confiaba en el sistema de salud, ahora muchísimo menos.
¿Tiene conocidos afectados por el coronavirus? ¿Están fuera de peligro? ¿Están en un hospital o en la casa?
Una amiga y su madre tuvieron coronavirus, pero ya han salido del cuadro crítico gracias a la ayuda de amigos médicos cercanos que movilizaron medicamentos, vitaminas y pruebas. Ella se encuentra estable y su madre también, ambas se cuidaron desde casa. Me he enterado de personas fallecidas, pero no han sido cercanas, sin embargo, no deja de ser triste y desolador.
En los diarios del mundo se han publicado fotos de féretros en las calles de Guayaquil -sacados afuera de los hogares por familiares de los fallecidos, desesperados ante la larga demora de los servicios encargados de retirarlos- o cuerpos de personas que murieron en la calle. ¿Ha visto alguno de estos dos casos?
Supe de estos casos a través de periódicos y a través de la cuenta de Twitter oficial de la alcaldesa Cynthia Viteri, donde ella decía que no entendía qué estaba pasando en Guayaquil. Pienso que si la misma alcaldesa no tiene idea de lo que pasa no sé qué nos espera a los que la habitamos. El llamado “modelo exitoso” de ciudad, llevado a cabo por el Partido Social Cristiano por más de 30 años es un enorme fracaso. También uno de los contactos de un amigo cercano puso en Facebook que tenía a sus padres muertos hace siete días y que no sabía qué hacer. Esta persona fue ayudada a través de medios externos a los estatales, el gobierno sigue diciendo que nos quedemos en casa, pero sin ningún plan económico para salvaguardarnos.
En su opinión, ¿además de las deficiencias del sistema de salud pública qué otros factores han contribuido para que Guayaquil concentre el 70 % de los enfermos de COVID-19 del país?
Guayaquil es una de las ciudades con más brechas económicas, el sistema de transporte obliga a que estemos hacinados, hay muchas personas que viven del comercio informal y que tienen que moverse desde la periferia hasta el centro y demás zonas para llevar el sustento a sus hogares. Estas mismas personas que representan un porcentaje enorme de la población guayaquileña, sin acceso a seguros de vida ni sueldos básicos y mucho menos fijos; frente a un sistema de salud precario fueron, desde mi mirada las causas de la propagación. Sin embargo, no pienso que trate de buscar raíces, la propagación se dio y el sistema de salud inoperante acrecentó la situación.
¿Sigue recibiendo el mismo salario con la cuarentena y suspensión laboral o se ha quedado sin ingreso?
Yo no poseo un sueldo fijo desde que retomé mis estudios universitarios, trabajo actualmente como profesora particular para adolescentes. El dinero que recaudaba me alcanzaba para lo básico: la comida y el alquiler.
¿Puede seguir trabajando en esta situación?
He continuado dictando clases a través de la plataforma zoom, pero evidentemente no ha sido suficiente, he utilizado mis ahorros y mi padre también ha contribuido a enviarme algo de dinero hasta que me depositen la beca. Yo dudo mucho que mis clases particulares puedan continuar con el flujo anterior ya que alguno de mis estudiantes necesitaban un trabajo más personal, y a través de internet a veces se complica muchísimo toda la situación. He diseñado un par de talleres virtuales de lectura con los que he podido adquirir algo de dinero extra. Estoy como muchas personas que trabajaban freelance… esperando e ingeniándomelas para cubrir mis gastos mensuales.
¿Debe pagar un alquiler?
Sí, yo pago un alquiler que no es muy alto, pero que para mi economía actual representa un dinero complejo de adquirir, yo estoy esperando que me depositen la beca para pagarlo porque no quiero quedarme sin dinero, prefiero tener algo por si necesito para alguna emergencia.
¿Cuánto tiempo más cree que podrán subsistir en estas condiciones de cuarenta y suspensión laboral?
En lo personal tendré que idearme una modalidad de clases virtuales porque aunque levanten la cuarentena estoy segura que mis clientes no me van a llamar, es muy arriesgado volver a la normalidad de ir hasta sus casas a darles clases personales por varias horas; nadie arriesgará la salud de su familia por unas clases. Tendré que inventarme una nueva forma de sobrevivir y de manera virtual.
¿Siente una mayor inseguridad frente a robos o asaltos? ¿Ha sufrido robos o situaciones de violencia durante la cuarentena?
Yo no he sufrido robos porque nunca salgo sola, siempre que salimos nos turnamos entre una chica y un chico, porque desde el balcón hemos visto una cantidad considerable de asaltos de distintas índoles. Robos a autos que se estacionan para ir a la farmacia, asaltos a personas que van con compras, hoy antes de venir a escribir esto vi cómo un chico encapuchado se metía a la panadería colombiana de la esquina y se llevaba algo, me quedé en shock y no pude avisar a los dueños. Todo este panorama es el reflejo de una sociedad desatendida y es realmente triste.
¿Quisiera agregar algo más sobre su experiencia durante la pandemia?
El gobierno de Ecuador ha demostrado otra vez su incompetencia y falta de liderazgo, en mitad de la desesperacion en la que estamos, ha reducido otra vez el presupuesto designado para la educación superior pública. El vicepresidente ha utilizado mucho dinero para visibilizarse como el héroe de esta pandemia y la verdad resulta incluso insultante de su parte que piense que puede engañar a las personas. Quitar presupuesto a la educación superior pública mientras nos encontramos en estas condiciones de encierro y abandono es precarizar aún más a la clase estudiantil. Exigimos que este tipo de medidas asesinas sean visibles y confirmen la inexistencia coherente de un gobierno para el pueblo en este país.
«Voces de Guayaquil, epicentro de la pandemia en Ecuador» consiste en una serie de entrevistas a residentes días posteriores a que su ciudad estuvo en la primera plana de los noticieros internacionales por los muertos sin sepultura y sus familiares clamando por ayuda a un Estado aparentemente inexistente. Trabajadores, artistas, estudiantes, docentes comparten sus vivencias desde la ciudad que es el centro económico y financiero del país y que paradójicamente también es la ciudad con mayor concentración de pobreza. Se estima que un 17% de los 2.700.000 habitantes de la urbe viven en condiciones de pobreza. Recostada sobre las aguas terrosas del río Guayas, con un clima muy cálido y húmedo que no hace mella en la actividad intensa y el carácter hospitalario y amable de sus habitantes, Guayaquil tiene la mayor densidad de población del país y el sistema de transporte público con más usuarios. Estos elementos junto a las profundas deficiencias del sistema de salud pública nacional cuyo presupuesto fue reducido un 36% en el último año y la desorganización del gobierno municipal son factores que ayudarían a explicar por qué la ciudad concentra el 70% de los casos de COVID-19 en Ecuador y la mayor cantidad de contagios per cápita en toda América Latina.
Fuente e imagen tomadas de: https://rebelion.org/el-gobierno-ha-demostrado-su-incompetencia-y-falta-de-liderazgo-reduciendo-el-presupuesto-para-la-educacion-superior-publica/