Adelino Sousa, líder de la organización internacional Virtual Educa, que aglutina a 22 países, advierte que todo aquel que no se adapte a la tecnología, se quedará atrás. Así de simple.
El mundo vive una pandemia que ha puesto en evidencia, no solo la brecha digital, sino también la pobreza extrema, el hacinamiento y el equilibrio tremendamente precario de la clase media.
La pandemia ha impactado al mundo entero de manera terrible en todos los aspectos: económico, social, en la salud y en la educación.
Unos mil 500 millones de estudiantes han estado confinados y el 50% de ellos no tiene un computador o un equipo para poder conectarse y recibir sus clases, ha dicho la Unesco.
El virus, que según los entendidos no tiene precedentes en cuanto a los estragos que ha producido al mundo, ya ha causado casi 70 millones de contagiados y un millón 600 mil muertos en el planeta.
En el nuevo escenario mundial, la tecnología ha pasado a ocupar un papel determinante, sobre todo en la educación, pues estamos enfrentados a un cambio de metodología, expresa Adelino Sousa, líder de Virtual Educa, una organización que cuenta con 20 años de existencia con sede principal en Washington D.C. y la cual tiene tres objetivos principales: innovación, educación e inclusión.
Conversamos con Sousa sobre la educación virtual y sus desafíos. Se trata de un hombre sencillo, conversador y que se considera “soñador” y “atrevido” en el buen sentido de la palabra.
Aprender desde casa es un gran desafío, y muchos niños y jóvenes no regresarán a clases, pues solo en Panamá, tras nueve meses de efectos de la pandemia, un total de 46 mil 744 estudiantes del sistema oficial no han sido ubicados por el Ministerio de Educación, según el último reporte dado a conocer por la entidad.
No nos queda otra forma de hacerlo. Tiene que ser a través de la tecnología, porque la pandemia nos encerró en casa. Infortunadamente, muchos niños no tienen acceso. La realidad es que ningún país estaba preparado para esto y los gobiernos se vieron obligados a cambiar el modelo. Antes hablábamos de educación digital, pero solo se hablaba, no se ponía en práctica. No había necesidad de hacerlo. La pandemia aceleró algo que empezó antes y como no estábamos preparados, la reacción fue entrar a una plataforma y empezar a dar clases. Otros países activaron la escuela por medio de la televisión, volvieron 50 años atrás.
¿Usted cree que la educación retrocedió 50 años?
No. La educación no retrocedió. Pusimos en práctica una tecnología que tiene 50 años, porque la educación mediante el sistema televisivo empezó en ese tiempo, cuando no había tecnología. Como los gobiernos no estaban preparados, buscaron alternativas para llegar a más estudiantes, como la televisión, la cual puede presentar contenidos para miles de alumnos, pero no hay interacción. Es como ver una película y ahí sí retrocedemos, pues es un método que no es efectivo.
¿Cómo afecta socialmente esta situación a los estudiantes?
A los jóvenes no les afecta tanto como a nosotros. Ellos tienen sus comunidades digitales como Whatsapp, Tiktok, Instagram y otros. Yo me imagino que si esto hubiese pasado en mis tiempos de escuela, me quedo en mi casa y no podría hablar con mis amigos. No había forma. Pero ahora los niños y jóvenes se conectan entre ellos por medio de muchas redes digitales. Sin embargo, los maestros no están tan conectados como los alumnos. Es importante entender cómo serán las relaciones después de esto. Los maestros no siguen tan conectados, no están acostumbrados. El tema es cómo en un modelo híbrido, podemos desarrollar y mantener ese desarrollo motor. Los estudiantes sí necesitan esto. Será un tema meramente de adaptación.
¿Qué cosas nuevas involucra la educación virtual?
Cuando empezó el sistema educativo formal, se comenzó por crear espacios que ahora llamamos escuelas. Pero esos espacios son solo edificios que se deben llenar con estudiantes, docentes y todo lo demás. Ahora, para tener una nueva escuela, tenemos que construir todo de nuevo: El concepto de la relación, del aprendizaje, de las competencias, de los medios… todo va a tener que construirse. Definitivamente el modelo de la enseñanza tiene que cambiar. Los niños seguirán aprendiendo mediante un sistema que va a tener que desarrollarse y adaptarse a cada realidad, a cada país. Después de una guerra, la humanidad siempre da un salto brutal en términos de desarrollo. Esta pandemia constituye ese impulso para el nuevo desarrollo en todos los aspectos: trabajo, salud, educación y la forma en cómo se hace el comercio.
¿Qué se necesita para tener una educación del futuro?
El reto de la educación es construir y hacer mejores ciudadanos. El mundo necesita que se formen mejores profesionales, capaces de pensar, investigar y analizar, que sean más participativos. Ese es el desafío de la educación del futuro: preparar seres humanos con valores, que se interesen por la política, por el prójimo, por el ambiente. No solo es importante saber matemáticas y física, sino que hay que desarrollar también la capacidad de análisis. Definitivamente, nuestra educación actual no está formando a los ciudadanos que necesitamos.
¿Cómo se puede elevar la competencia de los educadores?
Todos los días aprendemos. Para aprender debemos estar preparados para aprender, porque el que piensa que lo sabe todo, entonces no está preparado para aprender. Los maestros necesitan volver a la escuela para entender este nuevo mundo, pues el que no entiende la tecnología, se quedará atrás.
Uruguay es un país de referencia en el tema de la tecnología aplicada a la escuela, ¿cómo logró ese avance?
A todos los países donde voy, me refiero al ejemplo de Uruguay. Desde hace muchos años conozco ese avance. El suceso de Uruguay se resume con una palabra: resiliencia. Esto empezó en 2006, como un proyecto no de un partido, sino de un país. Un proyecto de igualdad de oportunidades dirigido a todos los ciudadanos. Hoy, 14 años después, logra estar muy adelante de todos los países. Otros caen en el error de comprar miles de equipos para proyectos de tecnología que duran un año, pues al año siguiente no siguen con los planes. El proyecto desaparece, sobre todo cuando cambian los gobiernos. No hay continuidad. Así es en todos los países de Latinoamérica.
¿Usted piensa que la política ha tenido que ver con la deficiencia en la educación?
Yo no soy político. Sin embargo, le puedo decir que el Plan Ceibal de Uruguay no le rendía cuentas a ningún ministerio, por eso se mantuvo y llegó a ser un plan de una nación, que no cambia, aunque cambie el gobierno. Ese es el desafío que yo propongo a los países: hacer proyectos de nación. Si fuera así, el mundo volaría.
¿Cómo ve a Panamá en el tema de la educación virtual?
Lo veo con mucha esperanza. Hay muchos retos y dificultades, pero hay voluntad en Panamá, con mucha gente capaz de construir. Mi recomendación es que sean resilientes. El país cambia cuando se invierte en educación, esa es la base. Vivimos años dándole la prioridad al combate al analfabetismo y experimentamos un cambio muy bueno, pero hoy, más del 60% de las personas que saben leer, no entienden lo que leen. Ese es otro tipo de analfabetismo. Panamá tiene ese desafío: formar mejores ciudadanos que entiendan el mundo. La mayor inversión debe estar en la educación, aunque muchas veces pareciera que para los políticos no es una prioridad.
¿Usted piensa que se debe abrir la internet para el uso gratuito de los estudiantes y docentes, dada la situación?
La educación es gratuita y obligatoria; entonces, como la internet ha pasado a formar parte fundamental para educar, se deben dar las condiciones para poder cumplir con esa importante tarea… en este caso, debe ser un servicio gratuito.
Fuente: https://www.laestrella.com.pa/nacional/201217/adelino-sousa-maestros-volver-escuela