Taller intensivo de capacitación docente: ideología de adaptación a la muerte

Por: Sulem Estrada, maestra de secundaria/Agrupación Magisterial Nuestra Clase y Pan y Rosas

Las autoridades educativas pretenden que las y los docentes “planteen acciones que les permitan propiciar un reencuentro positivo con todas y todos”, como si las maestras y maestros pudiéramos pensar que poner en riesgo nuestras vidas y las de nuestras niñas y niños tuviera algo positivo. Y es que las escuelas no serán seguras solo por tener una actitud optimista, como intentan hacernos creer, sino con todos los recursos necesarios para ello.

La intención de estas sesiones es cargar nuevamente sobre nuestras espaldas -y las de las madres y padres- a partir del discurso de la vocación y el compromiso, la responsabilidad de reabrir las escuelas, dotarlas de recursos y de las condiciones necesarias para sostenerlas. Por ello nos exigen establecer compromisos para regresar a las aulas.

A más de un año del cierre de las escuelas, no se invirtió ni un peso en mejorar las precarias condiciones en las que se encuentran y que hoy, se convierten en riesgos mortales. Muchas no cuentan con agua, con una ventilación adecuada, o con insumos suficientes para afrontar la situación. Asimismo, la mayoría de la población continua sin estar vacunada -hemos llegado apenas al 30% de la población con el cuadro completo-.

Sin mayor discusión al respecto, pretenden normalizar la presencialidad sin siquiera problematizar la grave situación a la que nos enfrentaremos. Las sesiones del taller, lejos de fomentar un diálogo provechoso y profundo, buscan imponer a los maestros una resignación a que debemos seguir las indicaciones de las autoridades con la mejor actitud.

Para los maestros y maestras, el problema de fondo no tiene que ver con negarse a la presencialidad, pues todas y todos reconocemos la necesidad de la misma en el desarrollo de nuestros alumnos y alumnas, sino con las condiciones que existen en las escuelas para poder hacerlo.

Las maestras y maestros frente al regreso

En la primera sesión, los docentes expusieron sus emociones frente al regreso a clases. Priman el miedo, la angustia, la preocupación y la incertidumbre. No es para menos, pues todas y todos conocemos las condiciones de las escuelas y también de las familias de nuestros niños y niñas y sabemos a lo que nos vamos a enfrentar.

Nuestra vocación y compromiso y el reto que tenemos por delante no es seguir indicaciones superiores sin cuestionarlas, sino exigir todas las condiciones para no arriesgar las vidas de nuestros alumnos y alumnas ni las nuestras.

Convirtamos el miedo en organización

Para frenar la imposición del gobierno de abrir las escuelas “llueve, truene o relampaguee” es necesaria la unidad entre maestras, maestros, madres y padres de familia y alumnos, que somos los primeros interesados en el bienestar de nuestros niños y niñas y de la población en general.

Sabemos que el SNTE no nos representa. Siempre ha estado subordinado a los gobiernos en turno y el gobierno de la 4T no es la excepción. Nunca nos consultó y ahora dice que debemos regresar para “desquitar nuestro sueldo”, como si en toda la pandemia no hubiéramos trabajado, incluso con nuestros propios recursos. Por ello es indispensable recuperar el sindicato de manos de los charros para ponerlo al servicio de las y los docentes y utilizarlo como herramienta de lucha.

Es urgente exigir a los delegados sindicales convocar asambleas en cada escuela. En donde haya menos condiciones, hagamos reuniones con quienes quieran hacer algo para garantizar las condiciones necesarias para la presencialidad, pero no podemos permitirles que hablen por nosotros.

La CNTE y los sindicatos educativos que se reivindican democráticos deben llamar ya a todos los trabajadores de la educación para definir un plan de lucha unificado y dejar de confiar en que la solución a nuestras demandas puede venir de las mesas de negociación con el gobierno, que ha demostrado privilegiar los intereses de los empresarios por encima de nuestras vidas.

Necesitamos poner en pie un movimiento en las calles para frenar la imposición del regreso inseguro y exigir que se garanticen condiciones para poder volver. Organizar reuniones con maestros, padres y madres de familia, vecinos, y todo aquel que quiera sumarse para defender la vida de nuestros niños y niñas.

Fuente de la información e imagen: https://www.laizquierdadiario.mx

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Sulem Estrada

Maestra de secundaria e integrante de la Agrupación Magisterial Nuestra Clase