El reto de responder en el aula los interrogantes sobre educación sexual

Por: El Diario de la Educación

El vínculo, la relación, el trato afectivo, las emociones y la atracción física han sido mayoritariamente esquivados como materia de aprendizaje y reflexión en las aulas cuando, en la vida cotidiana, todos sabemos el peso que tiene y la trascendencia que supone vivirlo con naturalidad y conocimiento, o sin. «En la preadolescencia surgen entre los chicos y chicas muchos interrogantes referentes a cuestiones emocionales de su presente, los cambios en el propio cuerpo, y la relación con las personas del mismo o del otro sexo. También de su futuro muy próximo, como serían gustar y gustarse, el enamoramiento, las relaciones sexuales y el riesgo de agresiones «, expone Mariona Trabal Medios, autora de» Hablemos de sexo en Primaria «, un artículo publicado en la revista Perspectiva escolar, editada por la Asociación de Maestros Rosa Sensat [1].

Trabal ha sido profesora especializada en ciencias naturales en la escuela Orlandai de Barcelona más de 40 años. «Entendimos que la escuela no se podía limitar a hablar en clase sobre la función reproductiva, como lo hacíamos con otros aspectos del conocimiento del propio cuerpo», dice. En su centro creyeron que lo que la escuela tenía que hacer era dar al alumnado el espacio, el tiempo y las herramientas para buscar respuesta a todas aquellas preguntas. «Queríamos crear un clima de confianza en el aula para que se pudiera hablar de todo, entre ellos y ellas y con la maestra», recuerda. Y buscaron, a lo largo de cuarenta años, los mejores libros de sexualidad para nutrir su biblioteca. Invitaron a algún padre o madre que les diera alguna explicación especializada, e hicieron entrar en el aula compresas, tampones, copas menstruales, preservativos o modelos de genitales de felpa, a fin de que todos estos objetos fueran normales y no tabúes. «Por encima de todo, quisimos que la sexualidad se hablara y viviera sin inquietud, con bienestar y tranquilidad, y que la responsabilidad y el respeto que intentábamos promover en las relaciones personales en cualquier situación de la vida se vivieran multiplicadas cuando se trataba de relaciones sexuales», afirma.

Uno de los libros nacidos con la intención de allanar el camino de padres y maestros pero, sobre todo, de los menores que quieren saber lo que a los adultos cuesta tanto aclarar espontáneamente y de manera natural es Cuéntamelo todo, de la editorial Takatuka. Se dirige a niñas y niños a partir de 8 años, fue publicado hace 5 años. Es un libro en forma de bloque, en el que se presentan las preguntas originales planteadas por los niños y niñas que participaron en un taller sobre sexualidad con la autora, Katharina von der Gath. Ella, alemana, estudió educación especial y educación sexual, y ofrece talleres de educación sexual para pequeños y jóvenes en escuelas. Las preguntas de los menores, en su libro, se presentan tal como ellos las escribieron y acompañadas de una ilustración de Anke Kuhl, coautora del libro, también alemana.

«La respuesta a cada una de las cuestiones está el reverso de cada página y está formulada de la manera más clara y precisa posible, sin rehuir ninguna temática y de acuerdo con el grado de desarrollo y los conocimientos de los niños», argumentan desde el editorial Takatuka. Amparándose en diversos estudios, como el de Save the Children sobre el consumo de pornografía en adolescentes y su impacto en el desarrollo y las relaciones entre iguales, hecho público en junio de 2020, los editores de este libro constatan que las páginas de pornografía en Internet de acceso gratuito han convertido en la principal fuente de información sobre sexualidad para hombres y mujeres de edades cada vez más tempranas. Según el informe de Save the Children, «el 53,4% de jóvenes admite que su primer contacto con algún contenido sexual explícito fue entre los 6 y los 12 años».

Al otro lado de este consumo precoz, hay un gran negocio. «La pornografía es un lobby empresarial que mueve mucho dinero, y por mucha información que damos, es imposible que los jóvenes no accedan a algún contenido pornográfico. Les aparecen continuamente ventanas flotantes de contenidos no aptos», declara la psicóloga y psicoterapeuta Elisenda Pascual y Martí, directora del proyecto de acompañamiento familiar Cursos de Crianza respetuosa. Pascual considera que ya no estamos a tiempo de prevenir «se tiene que intervenir para que no tengan acceso a información con contenido machista y abusivo, sexo sin consentimiento y sin cuidado, y para hacerlo, hacen falta políticas que frenen el bombardeo los lobbies «.

Los medios de comunicación son considerados unos aliados de esta ayuda a la prevención de conductas abusivas y/o no saludables en el ámbito sexual. Programas como el informativo InfoK (de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales), o series como Oh My Gozo!, de Betevé, hecha con la participación de los propios jóvenes como cocreadores de los guiones, son una válida herramienta.

Educar, no reprimir

La labor de esta psicóloga es -desde el 2008- trabajar con familias que la contactan desde las AFA y con las escuelas impartiendo talleres para los maestros. «Es igual si haces mates o inglés, la educación sexual no es una hora a la semana, es uno de los pilares de nuestra vida», expresa. Y tres conceptos son básicos para esta psicóloga, por las confusiones que suelen darse sobre ellos: la sexualidad no entendida como coito y genitales. «Un bebé tiene sexualidad, el pecho de la madre, los olores, los mimos, todo esto es parte de la vivencia de la sexualidad desde el nacimiento, el contacto con la piel de la madre, no con los genitales, es necesario a nivel madurativo», dice. Y añade: «Como sociedad, un país que no cuida la política de cuidado temprano de la vida crea más generaciones con más heridas y carencias emocionales».

Un segundo término importante es el placer. La capacidad de las personas, desde que nacemos, de sentir placer y lo que no lo es. «El llanto, la agitación del bebé ya nos lo indica, cuándo está a gusto y cuándo no. Respetarlos, no desconectarlos de lo que les gusta no es dejarlos hacer lo que quieren. Una cosa es ponerles unos límites y la otra, negarles lo que les da placer, la conexión con el placer debe ser auténtica, natural. Y muchas veces tienen conexión con lo que se supone que deben hacer, pero no con lo que les gusta. Se trata de educar, no de reprimir. La curiosidad es muy positiva, pero es necesario que tengan un conocimiento detrás, cuando das información no estás incentivando, estás generando la promoción de la salud (transmisión de enfermedades, consecuencias de cierto consumos …)», expone la psicóloga. En este conocimiento y conciencia sobre la capacidad verdadera de cada uno de sentir placer radica, en gran parte, la información necesaria para prevenir el abuso sexual. Y como tercer concepto importante, la psicóloga cita el amor no romántico, que no es sino el respeto a mí misma, el diálogo para preguntarme qué me gusta y qué no. «Los tres conceptos, sexualidad, placer y amor propio deben ir siempre juntos», afirma la fundadora de Cursos de Crianza respetuosa.

Es una obligación de las autoridades educativas de nuestro país, y no algo que cada escuela debe resolver como mejor sepa. Nos jugamos la salud mental y física de nuestros adolescentes y jóvenes

El por qué todo esto no llega de manera natural y desde muy pequeños a los niños y niñas, en casa y en el aula, Elisenda Pascual se lo explica por encontrarnos en la sociedad actual -en España- que «venimos de una represión muy grande, en un país en blanco y negro, fruto de la posguerra y tradición judeocristiana. Y ahora nos hemos situado en el otro extremo, con conductas sexoafectivas sin empatía, y hay que devolver a la libertad que da el contacto con el propio placer, el propio deseo, la propia sexualidad auténticos». Además, continúa, «en cuanto a ciertas temáticas, como la sexualidad, cada uno llevamos la propia mochila».

La guía de educación sexual que se centra en la primaria ofrece herramientas pero, según Pascual, muy pocas escuelas lo piden y carecen de apoyo y recursos para poder implantarlo bien. Sólo iniciativas particulares, como la de Orlandai que explica Mariona Trabal, toman esta introducción a conciencia. «Siempre nos había preocupado la necesidad de contrarrestar los inputs sobre sexo que, inevitablemente, llegaban a nuestros chicos y chicas a través del cine, la televisión o de amigos más grandes que ellos. Pero, en los últimos años, la facilidad en el acceso a la pornografía se ha convertido en un problema importantísimo, que nos hace pensar que el abordaje de la educación sexual desde las edades de la educación primaria es imprescindible», declara Trabal.

Por ello, añade, «aplaudiremos cualquier iniciativa que se ponga en marcha desde el Departamento de Educación para ayudar maestros y familias a hablar de sexualidad con los niños sin miedo, sin prejuicios, con todas las implicaciones emocionales inherentes al tema. Es una obligación de las autoridades educativas de nuestro país, y no algo que cada escuela debe resolver como mejor sepa. Nos jugamos la salud mental y física de nuestros adolescentes y jóvenes», concluye.


[1] Perspectiva Escolar núm. 408, 2019. Exemplar dedicado a: Temes controvertits p. 19-24

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