«¿Cómo piensa AMLO remover el neoliberalismo y la derecha en educación cuando el secretario y la secretaria de educación piensan, actúan y se mueven como neoliberales? Así no se sacude nada…»
Quizá para muchos, las alocuciones de AMLO el 22 y 23 de octubre sobre la UNAM y la derechización de las universidades y del pensamiento, son otra de sus ocurrencias mañaneras. En una de esas tienen razón, pero en el Cortocircuito anterior (De acuerdo, la UNAM y las universidades se derechizaron), le tomamos la palabra para escribir nuestro acuerdo fundamental con una de sus frases: ¡hay que sacudirlo todo!
La racionalidad neoliberal, sus saberes, programas y experiencias lo han invadido todo, no solo las instituciones o la economía, también la educación, la salud, los conceptos, los valores, la subjetividad, las relaciones sociales, las creencias, todo. Por eso es tiempo de sacudirlo todo, ¡TODO! En eso estamos de acuerdo.
El asunto es que si no se especifican los elementos que definen al neoliberalismo, si no hay claridad conceptual, corremos el riesgo de que la autodenominada transformación sea en realidad más continuidad neoliberal. Pero…¡un momento! Esa experiencia ya la estamos viviendo ¡Ya ha ocurrido en la IV T! ¡Eso es precisamente lo que pasó con la mal llamada cancelación de la reforma educativa!
No escribimos a toro pasado. Lo dijimos a tiempo, con mucho tiempo de antelación. Quien quiera verlo puede encontrar en nuestra página Insurrección Pedagógica, dos textos sobre el tema, Cancelar la reforma educativa y La continuidad neoliberal. En el primero, mapeamos las posibilidades conceptuales y políticas de la cancelación, a partir de una serie de elementos para luchar contra la educación neoliberal; en el segundo, demostramos que la reforma educativa de la IV T mantenía, legitimaba y profundizaba la anterior.
Por desgracia, esta discusión conceptual y política no ocurrió ni entonces ni ahora. Y aquí nos encontramos, en plena continuidad neoliberal en el campo educativo; la pandemia, el regreso a clases presenciales y la USICAMM, la han puesto en evidencia, para quien todavía lo dudaba.
Cabe precisar, para que no se malentienda: cuando nos referimos a cuestiones conceptuales no estamos hablando de las grandes teorías y los grandes meta-relatos, sino del modo como se conciben, enfrentan y atienden los problemas educativos. Nos referimos a cuestiones, ideas que se materializan de formas concretas, aquéllas que definen los problemas y, en consecuencia, las acciones, los programas, los presupuestos, la práctica educativa, la formación docente, los ingresos magisteriales…todo lo que afecta el cotidiano escolar y la vida de les, los, las maestras y las comunidades educativas.
Así que no son cuestiones menores, por el contrario, son fundamentales para comprender las políticas. Desafortunadamente (para nosotros), se le presta más importancia a la implementación que a la definición conceptual y a la formulación de los problemas; por eso nos va como nos va -entre otras cosas, evidentemente-.
Lo estamos viendo hoy, con dos de los conceptos más claros, más arraigados, más potentes de la reforma educativa neoliberal, la de antes y la de ahora: la autonomía de gestión y el dispositivo evaluador.
El concepto de autonomía de gestión fue utilizado en la reforma 2013 para plantear como tarea principal de la escuela, mejorar resultados de aprendizaje y garantizar las condiciones materiales, de infraestructura y operación cotidiana. Con ese fin, las escuelas debían elaborar una “Ruta de Mejora” que es básicamente lo mismo que hoy se conoce como “Programa Escolar de Mejora Continua”. Para asegurar que las escuelas no se desvíen de este camino, cada mes se les envía una “guía” que debe ser discutida en las reuniones de Consejo Técnico; se trata de una práctica que se mantiene.
Si bien el concepto quedó subsumido en la llamada Nueva Escuela Mexicana, es evidente que esta misma idea dirige todo el operativo de regreso a clases presenciales; son las comunidades educativas las que se han encargado de proveer los recursos materiales e infraestructurales para la bioseguridad escolar, eso sí, debidamente reguladas por las autoridades educativas.
En cuanto al dispositivo evaluador, ahora a cargo de la ultra cuestionada USICAMM, continúa cobrando víctimas. El magisterio lo está padeciendo en las evaluaciones de ingreso, promoción y reconocimiento. La evaluación docente a la que se identificó como el eje de la reforma neoliberal, continúa haciendo estragos, cuando en la reforma 2013 solo era uno de sus medios. Es cierto, se eliminó la evaluación de permanencia, y eso fue un triunfo de las resistencias, a no dudarlo. Por lo demás, los cambios fueron cosméticos, el tinglado completo quedó intacto, con sus mismos efectos y objetivos. Desde 2017 advertimos que una de las afectaciones de la evaluación docente, entre muchas otras, era la desaparición de la plaza base como garante de la estabilidad laboral (¡Adiós a la plaza! Cambiar a los maestros o cambiar de maestros). Hoy, la evaluación docente refrenda la inestabilidad, mantiene la incertidumbre y reafirma la inseguridad como inherente a la docencia.
Son solo dos casos, podríamos extendernos -y lo haremos en otras entregas- sobre los elementos que configuran la continuidad neoliberal de la reforma educativa. Hoy mismo, en plena IV, siguiendo la lógica AMLO, estamos ante la continuidad de la derechización educativa, nada más que ahora en la SEP y en el Sistema Educativo Nacional, no solo en la UNAM; así que, siempre con el argumento presidencial: ¡¡HAY QUE SACUDIR A LA SEP, PERO YA!!
¿Cómo hacerlo? Hay muchas maneras, iremos desbrozando ese camino poco a poco. Por ahora, van tres cuestiones que nos parecen relevantes, apenas para empezar la sacudida de la SEP:
- Empecemos preguntándonos por qué se han escogido como secretarios de educación pública, primero, a uno de los representantes mayores de El cártel de la reforma educativa, Esteban Moctezuma Barragán; luego, a Delfina, una emprendedora en la SEP , distinguida militante de MORENA, cuya única pieza legislativa relevante fue proponer el emprendimiento en educación. ¿Cómo piensa AMLO remover el neoliberalismo y la derecha en educación cuando el secretario y la secretaria de educación piensan, actúan y se mueven como neoliberales? Así no se sacude nada.
- Sigamos con uno de los aspectos más relevantes de la educación neoliberal: la precarización, sobrexplotación, flexibilidad, práctica y formación docente. Se eliminó supuestamente el Servicio Profesional Docente y fue sustituido por el Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros; queda claro que fue un cambio nominal solamente, al grado de que el eje conceptual de la ley y de la USICAMM es la estructura ocupacional vigente, a partir del cual se regulan desde las vacantes (interesante que se denomine así, eso ya merece una atención especial), hasta los ingresos, presupuestos y demás en los centros de formación docente. No hay algo más neoliberal que eso en la regulación magisterial; y los problemas que eso ha causado y sigue causando son enormes. Por eso, en la lógica de la crítica a la derechización y al neoliberalismo a la que nos provoca y anima el señor presidente, ¿qué tal si también sacudimos eso?, ¿qué tal si de una vez por todas agarramos el toro por los cuernos y ponemos en jaque las estructuras ocupacionales vigentes?
Por eso nos sumamos a la consigna presidencial: ¡A SACUDIR TODO! ¡Empecemos por la SEP!
Fuente: Insurgencia Magisterial