Por: Emilia Macías
El presidente de la república prometió en campaña retirar al ejército de las calles. Cuando fue electo cambió de opinión y creó a la Guardia Nacional, una corporación integrada por militares y policías civiles ahora bajo el mando de la Secretaría de Defensa Nacional “para evitar que se corrompa”, sin embargo, organismos de DDHH señalan que dicho cuerpo encabeza la lista de denuncias y quejas.
La Guardia Nacional fue creada en el 2019 con la justificación de «proteger y proporcionar seguridad» combatiendo los delitos en un país con altos índices de violencia. Ya no son “el ejército”, pero poseen una formación militar y cumplen las mismas tareas.
Ahora, después de dos años de su activación, es la corporación de seguridad federal con más quejas, según el Sistema Nacional de Alerta de Violación a Derechos Humanos.
La CNDH elaboró un reporte en el que se señalan 388 denuncias a la GN -la mayoría presentadas en ambas fronteras del país-, 344 a la Sedena y la Fiscalía General de la República tiene 214.
Se comprueba que, la militarización no solo no ha frenado la violencia sino que la ha aumentado. Son acusados de hacer uso de la fuerza de manera irracional, de tortura, tratos crueles e inhumanos, detenciones ilegales, intimidaciones, agresiones a mujeres y niñas, desaparición forzada, trasgredir los derechos de migrantes entre muchas otras cosas. Pero esto no es nuevo, muchos organismos de DDHH nacionales e internacionales, han mostrado que esto pasa cada que se delega al ejercito las tareas de seguridad pública.
Además, AMLO ha otorgado diferentes tareas y funciones que no corresponden a las fuerzas armadas, como “proteger” las carreteras y aeropuertos, resguardar los megaproyectos impulsados por la 4T como el Tren Maya o la Refinería Dos Bocas o recuperar piezas arqueológicas robadas.
El gobierno ha salido a defender al brazo armado miles de veces. AMLO ha dicho que “a la Guardia Nacional se le está formando en el respeto a los derechos humanos, de modo que no va a haber ningún riesgo de excesos de autoritarismo”. Asegura que no existe militarización en México.
Si el número de quejas oficiales es impresionante, ¿cuál será el que abarque todos los crímenes que han cometido y no se denunciaron?
Pero, así como la Guardia Nacional, las fuerzas Armadas de otros países son igual de represivas. Como ahora, en Polonia, donde la Guardia Fronteriza usó cañón de agua contra los migrantes en la frontera con Bielorrusia. O en Estados Unidos, con la Border Patrol que ha cometido infinidad de crímenes contra las y los migrantes.
Inclusive, el ejército de la ONU, las “Fuerzas de Paz” o Cascos Azules, son conocidos por el uso extremo de la fuerza, por numerosos escándalos por abuso sexual y trata de personas. Cabe recordar que, cuando López Obrador anunció la GN, comparó su propuesta con los Cascos Azules.
Es falso que las fuerzas armadas están al servicio del pueblo. Están diseñadas para mantener a este sistema, para proteger las ganancias de los empresarios, la propiedad privada del puñado de millonarios, políticos, capitalistas.
Sumado a ello, AMLO ha destinado un presupuesto exuberante a la GN. En 2021, su asignación ronda los 148 mil millones de pesos, sin mencionar los 50 mil millones extras que prometió. Es completamente absurdo este presupuesto, mientras que el sector Salud, o el educativo han luchado por mantenerse en pie en plena pandemia, los guardias nacionales reciben más y más. Se notan las verdaderas prioridades del gobierno.
El ejército no acabará con la violencia sistemática que se ha llevado la vida de 350 mil muertos entre 2007 y junio del 2021, 93 mil desapariciones forzadas, el aumento del feminicidio y desplazamiento forzado.
Por esto necesario construir un gran movimiento por la desmilitarización del país, la disolución de la Guardia Nacional y el juicio y castigo a los responsables de las desapariciones, asesinatos y demás violaciones a los derechos humanos.
Nuestras calles no son cuarteles, ¡fuera ejército de ellas!
Fuente de la información e imagen: https://www.laizquierdadiario.mx