Panama: Educación sexual: el eterno debate que no logra avances

Por: Aleida Samaniego C.

Desde 2008, cuatro proyectos de ley sobre embarazos en menores han llegado a la Asamblea Nacional. El último fue prohijado hace un año y aún no recibe primer debate.

El concepto de educación integral de la sexualidad es aún débil en Panamá y las normativas que buscan establecerlo quedan constantemente estancadas en discusiones en la Asamblea Nacional.

La última de las propuestas legislativas relacionadas con el tema cumplió el pasado 24 de marzo un año de haber sido prohijada, pero aún no recibe el primer debate.

Se trata del proyecto de ley 590, presentado por los diputados independientes Gabriel Silva y Juan Diego Vásquez, y la diputada de Cambio Democrático Fátima Agrazal, el cual aspira a establecer el “Programa de Educación para la Prevención de Embarazos en Menores de Edad, Infecciones de Transmisión sexual y Delitos Sexuales”.

En esta iniciativa se atribuye parte del problema a la falta de información y al desconocimiento de niñas y jóvenes sobre cómo prevenir situaciones de riesgo y cómo denunciarlas cuando se ven envueltas en ellas.

El programa de educación, señala Silva en la exposición de motivos, puede ser parte de una solución integral a los problemas planteados de mediano a largo plazo. “Si los niños, niñas y adolescentes aprenden a prevenir, a protegerse, a cuidarse y a denunciar, muchas de estas lamentables situaciones se pueden evitar […] De lo contrario, seguirán incrementando los embarazos en menores de edad, afectando así la calidad de vida, la salud pública y arrebatándole la niñez a los jóvenes”.

En el documento, Silva sustenta, con estudios de organismos internacionales y estadísticas nacionales, la necesidad de atender el asunto. Entre otros aspectos, destaca que la Organización Mundial de la Salud ha advertido de que el embarazo en la niñez o adolescencia es uno de los factores que contribuye a la mortalidad materna e infantil, genera consecuencias en la salud y perpetúa la pobreza.

Un intento más

La propuesta del diputado Silva se suma a otros tres intentos anteriores sobre educación sexual para la prevención de embarazos en menores, prevención de infecciones y delitos sexuales.

La primera iniciativa presentada a la Asamblea Nacional llegó en marzo de 2008 de manos de la exministra de Salud Rosario Turner, pero no prosperó. Luego, en septiembre de 2010, la diputada de Cambio Democrático Marylín Vallarino presentó el proyecto de ley 305, y en agosto de 2014 el diputado del Partido Revolucionario Democrático Crispiano Adames presentó el proyecto de ley 61, pero las discusiones de ambos fueron suspendidas.

De hecho, el proyecto de ley de 61 causó que miembros de la Alianza Panameña por la Vida y la Familia marcharan en julio en 2016 contra de la iniciativa, así como en rechazo de las guías de educación sexual, por considerar que se introducía la ideología de género.

Realidad numérica

En tanto, las estadísticas de Panamá demuestran una y otra vez que se debe actuar sobre el tema.

Por ejemplo, en 2020 los embarazos en niñas y adolescentes de entre 10 y 19 años de edad se duplicaron. Pasaron de 4 mil 652 casos en 2019 a 9 mil 724 ese año, según las estadísticas del Ministerio de Salud (Minsa) sobre la proporción de adolescentes embarazadas de 10 a 19 años que ingresaron a control.

Además, datos presentados el año pasado por el Fondo de Población de Naciones Unidas (Unfpa )y el Minsa –como parte del estudio titulado Consecuencias socioeconómicas del embarazo en la adolescencia en Panamá– dan cuenta que la tasa de fecundidad de jóvenes de 15 a 19 años de edad en 2019 estaba 67.2 nacimientos vivos por cada mil mujeres.

Rubiela Sánchez, de la Coalición Panameña por la Educación Integral en Sexualidad, indicó que los datos de salud sexual y reproductiva son suficientes para evidenciar que estamos viviendo las consecuencias de tener una población sin una verdadera educación integral en sexualidad, basada en datos científicos y en derechos humanos.

Añadió que la violencia contra la mujer se ha acentuado y que cada vez más son las noticias sobre feminicidios, abusos sexuales y sexo transaccional , al tiempo que más del 40% de las nuevas infecciones del virus de inmunodeficiencia humana se registra entre la población de 15 a 40 años.

Sánchez dijo que la única iniciativa que logró avanzar a segundo debate fue el proyecto de ley 61, pero se suspendieron las discusiones cuando, en paralelo, el Ministerio de Educación (Meduca) y el Unfpa elaboraron un borrador de las guías de educación sexual.

Evidencia científica

Sobre los intentos de crear una ley de educación sexual, la científica del Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud Amanda Gabster señaló que hay cambios sociales que necesitan de mucha información y negociación, especialmente los que están relacionados con los derechos humanos y decisiones basadas en la evidencia científica y, sobre todo, cuando las decisiones se han basado en la moralidad durante mucho tiempo.

Sostuvo que sin leyes que regulen y currículos que aseguren que se enseña la base mínima de un currículo, habrá huecos o derivaciones por parte de quien los implementa. Sin embargo, dijo que la mera existencia de una ley no significa que un currículo se implemente de manera efectiva o adecuada.

Por lo tanto, al igual que con la implementación de cualquier programa, deben existir monitoreos regulares y evaluaciones rigurosas, como también estudios sobre su implementación, efectividad y aceptación. Este monitoreo debe incluir estudios epidemiológicos regulares que incluyan describir los cambios de prevalencia en el abuso sexual, el embarazo y las infecciones de transmisión sexual, detalló.

Enseñar a discernir

Juan Francisco de la Guardia Brin, expresidente de la Alianza Pro Familia y Valores, manifestó a título personal que no se necesitan leyes, ya que el Meduca tiene la potestad de incluir el tema en su pénsum académico, como ya lo ha hecho exitosamente con las guías de sexualidad y afectividad, que ha sido el consenso al que se ha llegado luego de muchos años de mesas redondas de organizaciones con formas de pensar muchas veces contrarias entre sí.

Para Juan Francisco de la Guardia Brin hay mucha información sobre la educación sexual, lo que hay que enseñar a los jóvenes es a discernir entre lo adecuado y lo inadecuado, formando carácter, respeto a su cuerpo, y las guías elaboradas cumplen con esos objetivos.

Considero que la raíz de todo esta situación es multifactorial, pero fuertemente influida por la tendencia a la trivialización del acto sexual, por una búsqueda de placer sin importar las consecuencias y por la falta de castigo a los violadores.

En Panamá, desde 2008 se viene discutiendo sobre una legislación de educación sexual, pero no se logra un consenso al respecto.

https://www.prensa.com/impresa/panorama/educacion-sexual-el-eterno-debate-que-no-logra-avances/

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