En 2020, la Universidad Autónoma de Barcelona puso en marcha un estudio que introducía pizarras digitales en sus centros educativos.
Cuando se utilizaron estos dispositivos interactivos para apoyar búsquedas de Internet, explicaciones en el aula y correcciones de ejercicios, el resultado fue un aumento en la capacidad de concentración y los niveles de motivación de los estudiantes.
Este importante estudio fue citado recientemente por Chenzhi Zhu, el CEO de Dahua Iberia, en la conferencia TK de Madrid. «Estamos a punto de decir adiós a las manchas de tiza en los dedos», explicó a los asistentes mientras manejaba su presentación en la pizarra interactiva inteligente DeepHub de Dahua, un proveedor global líder en soluciones y servicios inteligentes de Internet de las cosas con un gran componente audiovisual. A esto añadió: «Hoy, las tabletas han hecho posible que nos deshagamos de mochilas llenas de libros, algo que era inimaginable hace unos años».
La tecnología educativa («EdTech») está experimentando un auge evidente. Y esta tendencia, que ya era ascendente, se ha acelerado aún más durante y después de la pandemia. Los docentes de educación básica y universitaria de todo el mundo se vieron obligados a adaptarse de la noche a la mañana a formatos de clase digitales, con los que a menudo no estaban familiarizados, porque posibilitaban el aprendizaje íntegramente remoto durante los cierres a causa del COVID-19.
Los estudiantes también se enfrentaron a diferentes obstáculos, como la sensación de desconexión, y un buen ejemplo de esto era la creciente dificultad para localizar a la persona que estaba hablando durante las clases interactivas.
Un reto más general que ha surgido de este período disruptivo ha sido, probablemente, cómo lograr el equilibrio adecuado entre la educación presencial y remota.
Buscando el equilibrio
La pandemia ha hecho que gane impulso el aprendizaje combinado, que mezcla las clases presenciales con la educación remota por medio de tecnología.
Co-Learn, financiado en parte por Erasmus+ de la Unión Europea, se lanzó en 2021 para evaluar este enfoque en las escuelas primarias y secundarias participantes de Suecia, Dinamarca, Finlandia, el Reino Unido y los Países Bajos.
«Todas las escuelas participantes se mostraron de acuerdo en que la presencia de los docentes era un componente fundamental para que el aprendizaje a distancia fuera efectivo, pero ¿podría una presencia virtual ser también eficaz en el aula?», plantea Caitlin McMillan, directora de colaboraciones y programas de la City of London Corporation. Co-Learn ha explorado si un profesor puede dirigir una lección individual por vídeo mientras un asistente de enseñanza apoya a los alumnos presencialmente.
Dahua DeepHub es una de las herramientas que abordan muchos de los desafíos y oportunidades asociados con el aprendizaje combinado. Su fabricante afirma que los dispositivos buscan crear un equilibrio para que la tecnología y la enseñanza coexistan de la mejor manera posible.
La plataforma de la pizarra interactiva inteligente catapulta el concepto tradicional de pizarra a la era digital, y esto facilita una experiencia de enseñanza multimedia, flexible, envolvente y rica en contenido.
El sistema incluye proyecciones inalámbricas, una función de escritura de baja latencia similar al papel, gestión y uso compartido de archivos (mediante códigos QR) y videoconferencias. Si nos fijamos en el ejemplo de Co-Learn, los profesores pueden compartir pantallas de forma inalámbrica, participar en chats de vídeo con los alumnos (o con otros profesores), y grabar lecciones para estudiantes ausentes o para usar en revisiones. Las anotaciones que hace el instructor presencial en la pantalla táctil 4K UHD de la pizarra se pueden proyectar y compartir de forma remota.
La función de encuadre automático de la pizarra DeepHub, junto con el seguimiento de voz (una especie de cámara electrónica automática con giro, inclinación y zum), identifica y enfoca a la persona que está hablando en ese momento ayudándose de ocho micrófonos: conecta al interlocutor con el oyente y potencia la participación y la comunicación clara.
La educación avanza con las 3C
La comunicación es una de las denominadas habilidades 4C para el éxito académico y profesional en el siglo XXI. Las otras son la colaboración, la creatividad y el pensamiento crítico. Aunque este modelo y el aprendizaje combinado ya existían antes del COVID-19, en fechas recientes ambos parecen haber resurgido con mayor relevancia y popularidad.
El aprendizaje activo se complementa de forma natural con las 4C. Los estudios han evidenciado que la participación activa en el aula fomenta niveles más profundos de razonamiento y retención que las clases pasivas tradicionales. Y, además, puede promover la cooperación.
El Plan de Acción de Educación Digital (2021-2027) de la Comisión Europea se alinea con estos procesos. Sus autores quieren ver una enseñanza más personalizada, flexible y centrada en el estudiante, así como una mejora de la capacitación digital con ayuda de herramientas tecnológicas y plataformas de colaboración.
Ahí es donde intervienen sistemas innovadores e intuitivos como DeepHub. La pizarra inteligente permite la escritura simultánea (una pantalla partida que incluye hasta nueve paneles), lo que abre un camino para colaboraciones más coherentes. Varios dispositivos (ordenadores portátiles, teléfonos móviles y tabletas) pueden compartir pantallas de forma simultánea. El algoritmo de la pizarra DeepHub también identifica formas y la mayor parte de la escritura manual como texto, lo que proporciona una experiencia de enseñanza más sencilla, intuitiva y dinámica.
Los instructores no están atados a la pantalla en modo alguno. Pueden pasear por el aula, fomentando la participación de los estudiantes, mientras inician procesos a distancia en la pizarra mediante el control de gestos. Así pueden conseguir una experiencia de aprendizaje más fluida, personal e interactiva.
El impacto de estos dispositivos en el futuro de la educación está destinado a ser monumental, y ya hay colegios y universidades que han dado la bienvenida a la tecnología educativa en sus aulas. Este año, la Comunidad Valenciana ha invertido más de 20 millones de euros en el proyecto Aulas Digitales Interactivas, con un plan inicial que busca digitalizar 26 082 aulas de educación primaria, secundaria y FP. Y cada vez hay más casos prácticos.
El Sr. Zhu, de Dahua, ha resumido esta fascinante etapa que se conoce habitualmente como Educación 4.0: «Si en el pasado la educación significaba “transmitir conocimientos de una manera correcta y unidireccional”, ahora se parece más a un círculo interactivo entre estudiantes y profesores a través del cual ambos pueden obtener beneficios y aprender».