«En cuestión de contenido, salta a la vista que la reforma educativa y curricular anda en la búsqueda de la teoría que la identifique y nutra…»
La actualización a las y los maestros, a través de los Talleres Intensivos de formación continua, fue considerada en el calendario 2022 – 2023 (http://bit.ly/3SmgRgg). El plan y los programas de estudio en educación preescolar, primaria y secundaria han sido revisados, y seguirán siéndolo seguramente, desde que se dio a conocer el Acuerdo 14/08/22 (http://bit.ly/3CjzCed). En éste se contempló llevar a cabo un piloteo, transitorio cuarto. Tanto lo uno (la revisión) como lo otro (el programa piloto) fueron los principales temas abordados durante la fase intensiva del máximo órgano colegiado escolar previo al inicio del ciclo escolar 2022 – 2023. Y, días después, se continuó con la selección de las 906 escuelas de la muestra. Pero tal ejercicio fue impugnado por una asociación civil. La demanda fue admitida por el Consejo de la Judicatura Federal y concedió la suspensión temporal.
A la par, y quizá derivado de lo anterior, la autoridad educativa federal anunció la transformación del Consejo Técnico (CTE) como un espacio en el que el colectivo docente dialogue, reflexione y tome decisiones de carácter pedagógico. Y, sobre todo, priorizar la formación docente desde una perspectiva situada y contextualizada, según se dijo. El tránsito de una guía con lineamientos prescriptivos a otra con orientaciones generales fue el rasgo distintivo. Así como la compartición de insumos y recursos para profundizar en el estudio.
Bajo este pretexto, la SEP difundió entre el magisterio ciertos cuadernillos para la primera sesión ordinaria del CTE, del mes de octubre. Presentaron avances de algunos de ellos. Por ejemplo, uno dirigido a las maestras y maestros bajo el título “Avance del contenido para el libro del docente. El diseño creativo.” (https://bit.ly/3lXNtRp) que abordaba lo concerniente al programa analítico. En realidad fue una versión preliminar del texto, Un libro sin recetas para la maestra y el maestro (https://bit.ly/3XVXTOG). Éste documento, al igual que el resto de los insumos de las subsecuentes sesiones del CTE, fueron motivo de análisis muy a vuelo de pájaro. La estrategia de comunicación gubernamental tanto de la reforma educativa como curricular ha sido poco o nada efectiva. A mucha sin prisa y nada de cuidado. Por ello, las reacciones sobre su contenido ha sido a cuentagotas.
Un libro sin recetas para la maestra y el maestro ha recibido todo tipo de comentarios. La mayoría de ellas, cuestionando su intención. Por ejemplo:
En “Un libro sin recetas para la maestra y el maestro. Fase 3”, colaboración firmada como Columna Cortocircuito y publicada en Profelandia (https://bit.ly/3InW5s8) coloca el debate educativo en torno a la nueva familia de libros de texto o mejor dicho sobre los avances de los mismo. Destaca “el infaltable editorial de Reforma: El ABC de la SEP a mestros; leer a Marx, Lenin y Bakunin”. Después de referir algunos párrafos textuales postulan que “quienes provenimos de la izquierda no estamos en desacuerdo con las frases de Freire sino con su utilización. Y cuestiona ¿es una revolución o una transformación la acometida por el gobierno actual? Aclara también que “No se trata de una revolución en acto sino en discurso, recetada por expertos que desde su oficina califican una práctica docente que no conocen, pero quizá sueñen con administrarla” Y remata, “es una pedagogía de la liberación in situ, ¡Administrada por la SEP!
Luis Hernández escribió en la Jornada un artículo titulado “El misal y la feligresía” (http://bit.ly/3kfReRL). Refiere que es un texto atiborrado de una colección de clichés que tiran linea, escrito con fraseología pretenciosa. Llamar teoría para la revolución en las aulas al amasijo conceptual del manual es insostenible. Parece más un misal que un texto que respete la intelectualidad magisterial.
Eduardo Backhoff, en el periódico Universal ha escrito dos artículos: 1.- “Libros de texto gratuitos: la visión cuatroteista” en el cual señala que el propósito es “catequizar” a los maestros mexicanos en la ideología cuatroteista”, (http://bit.ly/3lQBWTT). Marx Arriaga imprime su propio sesgo ideológico a la educación mexicana. Observa algunas contradicciones entre lo que se dice en el libro y las definiciones oficialistas. V. gr. humanismo y comunismo. 2.-“Un libro con recetas (marxistas) para docentes”, menciona que el libro no admite otras visiones y que, por lo tanto, no promueve el pensamiento crítico (http://bit.ly/3IiMB1f).
Erick Juárez advierte que puede representar de manera más contundente a la Nueva Escuela Mexicana, de ahí su importancia, en “Un libro sin recetas para la maestra y el maestro y la Nueva Escuela Mexicana: un acercamiento” publicado en la revista Revista Aula (http://bit.ly/3Z8KYdl).
Carlos Ornelas, en su columna del periódico Excélsior titulada “Conocimiento oficial en tránsito”, “la intención del libro es atraer a los docentes al ideario (impreciso) de la 4T, no un apoyo didáctico para sus tareas.” (https://bit.ly/3xFU4Th).
Abelardo Carro, en la columna de El puntero dice que “La nueva familia de libros de texto gratuitos. Algunas reflexiones” (http://bit.ly/3YUvZEe) deja entrever que los impulsores ideológicos, colocados en ciertos puestos de gobierno, son los que han creado tal verdad, en términos absolutos, sin que no exista otra más que la suya. En “Un libro del maestro sin recetas, pero ¿cuál es la “receta” de los maestros?” acusa a la SEP de imponer una ideología disfrazada de un eslogan que refiere que no hay recetas pero que sí las da (http://bit.ly/3YRTbme).
De los artículos de opinión y la lectura del texto referido deduzco:
Primero. Que al interior de la SEP hay una lucha entre diversos actores y facciones que responden al mismo proyecto pero buscan distintos intereses. Con lo anterior, confirmo lo que advertí en “La reforma curricular al centro de la lucha por el poder” publicada en Educación Futura (http://bit.ly/3Im65C4).
Resalté que la reforma curricular estaba sitiada entre fuego cruzado y fuego amigo. Diversos grupos la han colocado al centro de la lucha por el poder político, la disputa por la educación y la pugna por la Secretaría de Educación Pública. En una guerra sin cuartel, el fuego amigo da cuenta de una lucha fratricida entre los correlegionarios afines a la linea presidencial. Mientras que los fuegos cruzados ocurren desde varios lados y distintas lineas provenientes de los opositores a la política gubernamental. Al debate sobre el sustento paradigmático y epistémico del plan de estudios habrá que agregarle las visiones particulares para su implementación. Rebatir la propuesta curricular se ha convertido en un pretexto perfecto para la lucha por el poder. Se ha privilegiado el control político dejando en segundo término la formación de la futura generación de niñas, niños y adolescentes. Y, paralelamente, la política de revalorar el trabajo docente la han llevado hasta la pretensión de manipular al magisterio para el control político. Por ello, cuando se habla de la reforma educativa del 2019, de los preceptos constitucionales y legales de ella emanados, de la nueva escuela mexicana como el instrumento para lograrlo, a esta fórmula hay que sumarle la política curricular como piedra angular para el éxito de la política educativa. Con ello, el fortalecimiento del grupo político influyente y agenciarse la victoria en la lucha por el poder.
Segundo. Un libro sin recetas para la maestra y el maestro deja entrever las negras intenciones de sus impulsores. El principal, Marx Arriaga Navarro, Director General de Materiales Educativos quien ha señalado en diversos espacios “Vamos a ver si la SEP tiene el valor de llegar hasta sus últimas consecuencias de promover el pensamiento crítico tanto de los sujetos de la educación como también de los docentes. Los profesores son parte del Estado. Para ganar espacios se requiere conquistar previamente otros. Ya se ganaron las normales, las universidades interculturales, los libros de texto, la UPN”.
Un libro sin receta revela de sus autores el desconocimiento del entorno magisterial en aras, según ellos, de contextualizar a los docentes para que se apropien de los postulados del plan y los programas de estudio en contraparte de a quienes va dirigido. Luis Hernández señalaba que pocos sectores de la población mexicana están tan politizados como los maestros. Se esté o no de acuerdo en ella, los docentes tienen una cultura política propia desde hace décadas. Pretender “concientizarlos” desde arriba, por medio de un manual, es absurdo y les falta al respeto. Por su parte, Carlos Ornelas decía: “Conjeturo que no contribuirá a construir una nueva hegemonía cultural. Es más, dudo que muchos maestros lean este texto.” Coincido con ambos.
Tercero. En cuestión de contenido, salta a la vista que la reforma educativa y curricular anda en la búsqueda de la teoría que la identifique y nutra. Lo pedagógico le resulta insuficiente. Vygotsky no satisface a sus ocurrencias. Les quedó chico. De ella, se menciona que esta perspectiva debe ampliarse un poco más incorporando algunas propuestas filosóficas y pedagógicas del pensamiento latinoamericano como la pedagogía crítica, las epistemologías del Sur e, incluso, las filosofías latinoamericanas de la liberación (p. 7).
Cuarto. Al maestro, le corresponde conciliar en la práctica las contradicciones que saltan a la vista entre lo jurídico, lo curricular y las enarboladas en “Un libro sin recetas para la maestra y el maestro”. Backhoff hablaba, por ejemplo de comunidad, humanismo incluso el pensamiento crítico. Habrá que encontrarle su relación con la pedagogía crítica. Sumarle, de igual manera, el enfoque humanista que favorezca en el educando las habilidades socioemocionales. Carro señalaba la contrariedad del ejercicio de la autonomía curricular. Sobre todo si la asociáramos con la pretensión de organizar los libros de texto por campos formativos y metodologías sociocríticas predeterminadas. Aunado a ello, lo referente a la educación indígena y la educación inclusiva. Ambos tópicos establecidos en la Ley General de Educación y sus capítulos respectivos (VI y VIII) declarados inválidos por sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a a acción de inconstitucionalidad notificada para efectos legales el 30-06-21.
En síntesis, a “Un libro sin recetas para la maestra y el maestro” habrá que restarle la intención de manipular al magisterio. Y enfocarlo en los aspectos pedagógicos y didácticos subyacentes al plan y programas de estudios.
Carpe diem quam minimun credula postero
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Fuente: https://profelandia.com/las-recetas-ocultas-del-libro-para-la-maestra-y-el-maestro/