Problemas de salud mental y estrés orillan a personal educativo a renunciar

Por: Paulette Delgado

 

Educadores en todo el mundo están considerando abandonar la profesión debido a los altos niveles de estrés y problemas de salud mental.

Según la organización Education Support, la salud mental de los docentes británicos está en tan mal estado que un número récord está buscando abandonar la profesión. En una encuesta que realizaron a 3082 trabajadores del sector educativo, descubrieron que el 59 % ha considerado dejar el área. De estos, un 67 % son líderes seniors y 59 % docentes. El 68 % de los participantes señalaron la carga de trabajo como la razón principal por la cual piensan dejar sus trabajos.

Esta encuesta la hacen cada año, y a diferencia del 2021, los niveles de estrés han aumentado. Además, se presentaron casos más altos de depresión y ansiedad que los reportados en la población general. Parte del problema viene de que un gran fragmento del personal (78 %) experimenta síntomas de problemas de salud mental debido a su trabajo, y aún así, van a trabajar (47 %).

Pero esto no sólo sucede en el Reino Unido, según la empresa RAND, que realizó una encuesta a 2360 docentes y 1540 directores, encontró que los educadores tienen un peor bienestar que otras profesiones. De hecho, casi tres cuartas partes de los docentes y el 85 % de los directores dijeron que experimentan estrés laboral con frecuencia, en comparación, sólo el 44 % trabajadores de otras áreas respondieron lo mismo.

Muchos de los docentes y directores comentaron en esta encuesta que encuentran alegría en su trabajo, y que son resilientes y por eso se han quedado. A pesar de eso, un 33 % dijo que era probable que dejara su trabajo a finales del año escolar.

En Perú, según informa la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) el 56 % de los docentes padecieron problemas de estrés en el 2022. A finales de ese año, realizaron un informe en el que se monitoreó el bienestar socioemocional docente de la educación básica regular, donde mencionaron que, especialmente las profesoras, tienen una doble carga laboral ya que se les espera estar a cargo de la educación de sus estudiantes, atender sus necesidades socioemocionales y atender lo que necesiten los familiares de los estudiantes.

La psicóloga Tesania Velázquez, que participó en el informe, comentó a la PUCP que «las dobles tareas, tanto a nivel profesional como a nivel del espacio doméstico, aumentan la afectación a su bienestar socioemocional».

Los educadores están bajo mucho estrés

No importa en qué región del mundo se enseñe, está claro que los docente están bajo mucho estrés, y que éste ha aumentado significativamente a partir de la pandemia. Según una investigación de Edweek, la satisfacción laboral de los docentes está en su punto más bajo debido al estrés que se disparó desde que comenzó la pandemia. Muchos educadores tuvieron que lidiar con escasez de personal, cuarentenas, interrupciones en la enseñanza, la nueva modalidad, etcétera.

La encuesta de RAND encontró que las principales fuentes de estrés relacionado con el trabajo entre los maestros fueron:

  • Apoyar el aprendizaje académico de sus estudiantes porque perdieron tiempo de instrucción durante la pandemia (47 %).
  • Manejar el comportamiento de los estudiantes (29 %).
  • Asumir trabajo extra debido a la escasez de personal (25 %).
  • Apoyar la salud mental y el bienestar de los estudiantes (24 %).
  • Pasar demasiadas horas trabajando (23 %).
  • Tener un salario demasiado bajo (22 %).

Las principales razones de los directores fueron:

  • Ocupar puestos docentes y no docentes en su escuela (56 %).
  • Apoyar la salud mental y el bienestar de los docentes y el personal (44 %).
  • Apoyar el aprendizaje académico de los estudiantes debido al tiempo de instrucción perdido (34 %).
  • Apoyar la salud mental y el bienestar de los estudiantes (32 %).
  • Implementar estrategias de mitigación de COVID-19 (31 %).

Cómo gestionar el estrés

Gran parte del estrés que experimentan los docentes y el personal educativo es causado por problemas sistémicos, aún así, la organización Education Support dice que existen estrategias que cada persona puede aplicar para manejarlo:

  1. Hacer un plan o lista de tareas

Esto es especialmente útil para aquellas personas que tienen más de una responsabilidad. Puede ser una lista para cosas por hacer como educador, otra de líder, otra en casa y, por último, en familia. Esto ayuda a compartimentar las diferentes tareas que tiene que hacer, dándole orden y reduciendo los niveles de estrés. Por ejemplo, si estás en una reunión y recuerdas algo relacionado a un evento familiar o alguna compra pendiente, lo puedes anotar en la lista adecuada, reconociendo la tarea por hacer, pero pudiéndose enfocar en la junta ya que ya quedó anotado para realizarse después.

  1. Conocer tus prioridades

Tener claras tus prioridades ayuda a mantener límites saludables e impedirá asumir demasiado o comprometerse con un trabajo que no se alinee con tus prioridades personales. Esto puede marcar una diferencia real en tus niveles de estrés y agotamiento.

  1. Establecer límites y decir «no«

Aunque establecer límites parece una solución algo obvia, para muchasd personas no es fácil hacerlo. En su publicaciónEducation Support da el ejemplo de Brian Dyson, el CEO de Coca-Cola quien menciona que él «habla sobre tener bolas de cristal y bolas de goma en la vida. Tienes que pensar: ¿cuáles son tus bolas de cristal? ¿Y cuáles son las de goma? Entonces, cuando estés haciendo malabares con todas estas pelotas, piensa en qué pelotas de cristal debo concentrarme, porque si no lo hago, se romperán, y considera qué pelotas de goma puedes soltar, porque van a rebotar de nuevo».

  1. Tener relaciones sólidas

Tener a quién acudir y desahogarse es primordial. Ya sea acercarse a un amigo, un compañero del trabajo, la pareja o la familia. Lo mejor sería contar con un profesional, pero, lamentablemente, no siempre está dentro de las posibilidades de todas las personas. El Tec de Monterrey cuenta con el portal TQueremos donde la comunidad de la institución puede encontrar apoyo profesional las 24 horas. Todas las personas necesitan a alguien que les escuche para ayudarles a ver el panorama general.

  1. Ser consciente de lo que te estresa

Hacer una lista de eventos o situaciones que te dejen emocionalmente agotada o te produzcan estrés ayudará a ser más consciente y prepararse emocionalmente para enfrentarlas. Además, puedes complementar la lista con una o dos formas de reducir el estrés para cada una de las situaciones, de esta forma, cuando te enfrentes a una situación así, puedes poner en práctica tus técnicas de reducción del estrés y tomar nota de lo que funciona.

  1. No enfocarse en los errores del pasado

Los sentimientos de culpa, remordimiento y arrepentimiento agotan la energía, además pueden provocar más estrés. Ser amable con uno mismo es una buena estrategia para atraer alegría y paz.

  1. No reprimir las emociones

Muchas veces sentimientos cómo la ira y la frustración son consideradas emociones negativas, pero son emociones que se necesitan expresar porque esto podría significar abordar situaciones difíciles con colegas o amigos expresando y discutiendo sus sentimientos. Estos pesan, y contribuyen a provocar más estrés o desgaste si no se abordan apropiadamente.

  1. Reservar tiempo cada día para pasatiempos o ejercicio

La meditación, el yoga, caminar, nadar, andar en bicicleta, no importa qué tipo de ejercicio sea, cualquier tipo es bueno para aliviar el estrés. Y no sólo la actividad física, realizar actividades como pasatiempos ayudan a enfocar la atención en cosas que te gustan, así se disminuyen los niveles de estrés.

El agotamiento o burnout laboral

Otro tema importante por el que están atravesando gran parte de los docentes y personal educativo es el agotamiento (o burnout). Este se produce como resultado de un estrés sostenido que nunca disminuye. Esto se debe a períodos prolongados de intensidad y demandas excesivas de energía, fuerza y recursos. La responsabilidad, presión, carga de trabajo, el salario bajo y las horas hacen que los educadores y el personal educativo sean presas fáciles del burnout.

Las tres señales más claras de que alguien tiene burnout son el agotamiento emocional y físico que puede reflejarse como irritabilidad, cambios de humor,  problemas de concentración, fatiga crónica e insomnio, así como síntomas físicos como aumento de la enfermedad, palpitaciones, dolor gastrointestinal, dolores de cabeza y mareos.

La segunda señal es despegarse de su trabajo, lo que puede convertirse en cinismo y pesimismo hacia la enseñanza, los colegas, estudiantes o las propias instituciones. Además, pueden aislarse de los demás y experimentar una pérdida del disfrute de las cosas que antes le proporcionaban placer.

La tercera es el rendimiento reducido. Para los educadores, esto puede resultar en sentimientos negativos, falta de productividad y bajo rendimiento. Evidencia de esto pueden ser sentimientos de desesperanza y apatía, baja confianza en sí mismo, mayor irritabilidad con uno mismo y con los demás, mayor tiempo dedicado a completar tareas y apatía por querer hacerlo.

¿Qué se puede hacer para reducir o evitar el burnout?

Estas son algunas recomendaciones de Education Support:

  1. Vivir en el presente

Es importante ser consciente de tus emociones, niveles de estrés y salud. Estrategias como la atención plena, la meditación y escribir en un diario pueden ser útiles, al igual que hablar con otras personas. Tener conciencia y comprensión del estrés, el agotamiento y la salud mental es invaluable para comprenderse a sí mismo.

  1. Hacerse cargo de su bienestar

Los docentes y el personal educativo sólo son humanos, cuentan con las mismas horas que cualquier otra profesión. Aprender a equilibrar el trabajo con sus propias necesidades, al mismo tiempo que descansan y se relajan ayudará a manejar mejor el trabajo y la vida. Sin embargo, hay muchas ocasiones donde los docentes ponen primero a los estudiantes que a ellos mismos; si no se cuidan a sí mismos, no podrán apoyar a los demás.

  1. Cuestionar el impacto antes de asumir un nuevo trabajo

Los docentes quieren hacer lo mejor por sus estudiantes, también quieren ser buenos en lo que hacen. Eso significa que a veces asumen más de lo que deberían. Si se les pide algo más allá de las responsabilidades normales de su función o algo diferente, es válido cuestionar la solicitud en relación con su puesto de trabajo y prioridades, así como el impacto que aceptar la solicitud podría tener en la atención a sus estudiantes y el tiempo que le tomará hacerlo. Si el tiempo vs. el impacto es limitado, considera alternativas y la necesidad de la tarea, ¿realmente se requiere?

  1. Aceptar que a veces sólo tienes que decir que no

Al igual que con el estrés, poner límites es importante. Ya sea por tiempo limitado, una lista de tareas enorme o un impacto limitado a sus resultados, está bien decir que no puedes siempre hacer algo.

  1. Tomar días de salud mental

Como se mencionó antes, según Education Supportun 47 % de los encuestados van a trabajar aunque se sientan mal. Si sientes que podrías estar llegando a un punto de agotamiento, tal vez estés exhausto, emocional y te agitas fácilmente, tómate uno o dos días para recuperarte. Tu salud mental es tan importante como tu salud física. Es importante tomarse el tiempo para relajarse y recuperarse.

  1. Obtener apoyo cuando lo necesites

Así como el personal del Tec cuenta con TQueremos, buscar si tu institución cuenta con un apoyo similar. A veces es difícil hablar con personas cercanas, pero tener a un profesional que te escuche, apoye, asesore y guíe a descubrir las mejores soluciones es importante.

Depresión: detección de síntomas y qué hacer

La depresión es una enfermedad mental conocida como trastorno del estado de ánimo y, según Education Support, es más frecuente entre el personal educativo (32 %) que la población general (19 %).  La pandemia de COVID-19 ha resaltado el bienestar de las personas, tanto la salud física como la mental. Más docentes y personal educativo hablan abiertamente sobre sus desafíos y los colegas muestran su apoyo.

A diferencia de cuando alguien está cabizbajo o tiene un estado de ánimo bajo, la depresión interrumpe su vida diaria y el trabajo. Es cierto que todos experimentan tiempos difíciles, lo que resulta en sentimientos de infelicidad o tristeza, pero se van y no interrumpen su vida diaria. Varios de los signos de depresión son perder interés en lo que alguna vez se disfrutó, sentirse inexplicablemente lloroso, no querer socializar o enfrentarse a un salón de clases lleno de estudiantes, o tener dificultades para levantarse de la cama. Podrías sentirte desesperado, muy cansado, irritable, así como experimentar dolores y molestias en el cuerpo y pensamientos suicidas. Es importante notar que, si bien la depresión es una enfermedad mental común, no hay dos experiencias iguales y los síntomas varían de leves a graves.

Además de acudir con un profesional, aquí hay algunas recomendaciones de la organización Education Support para saber qué hacer si sientes que sufres de depresión:

1) Creo que tengo depresión, pero no sé a quién acudir. No estoy seguro de querer hablar con nadie.

Está bien sentirse así, parte de la naturaleza de la depresión es sentirse aislado o retirarse, por lo que querer hablar con alguien puede ser lo último que quiere hacer. Es importante recordar que siempre habrá alguien que querrá ayudarte y que existen tratamientos disponibles.

2) Me resulta difícil trabajar, pero estoy nervioso por hablar con mi líder

Es válido sentirse inseguro acerca de mencionar la depresión en el trabajo por el estigma social que rodea a la enfermedad pero, por lo menos en México, es ilegal discriminar a cualquier persona que viva con problemas de salud mental. Podrías ir con un colega de confianza en primera instancia antes de hablar con tu líder, además acércate a tu departamento de recursos humanos, quizás te informen de algún programa que apoye a sus empleados en temas de salud mental.

3) Saber qué tipo de tratamientos hay

Buscar opciones de tratamiento es un gran paso que no todas las personas se atreven a dar y debe felicitarse: obtener ayuda no es una señal de debilidad, muestra una fuerza increíble. No todos los tratamientos funcionan igual, por lo que debes probar y practicar lo que te funcione, además de hablar con un experto en caso de tener efectos secundarios por algún medicamento. Es totalmente tu decisión tomar medicamentos, asistir a terapia de grupo, recibir terapia de conversación o practicar el cuidado personal.

Aunque la educación pareciera estar en crisis debido al gran número de educadores y personal educativo que están considerando abandonar la profesión, aún así hay muchas soluciones y caminos que tomar para ayudarlos a bajar su nivel de estrés. Lo más importante es buscar ayuda.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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Paulette Delgado

Periodista del Observatorio del Tecnológico de Monterrey.