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El 40 % de las y los adolescentes cree haber tenido problemas de salud mental

Por: 

Casi la mitad de chicas y chicos ha tenido o cree haber tenido problemas de salud mental en el último año. La mitad de todos ellos no se lo ha contado a nadie porque no sabe a quién acudir o cree que el tema no es tan importante.

Unicef y la Universidad de Sevilla (US) han hecho públicos algunos datos de su último Barómetro de opinión de la infancia y la adolescencia, que en esta ocasión ha puesto el foto en la salud mental, un tema clave en los últimos años.

Uno de los datos que más destaca es que el 40 % de todos cree haber tenido problemas de salud mental (ansiedad, depreción, TDAH, etc.)  en el último año. Pilar Ramos, investigadora de la US, ha aclarado que no significa que los hayan tenido y que probablemente con otros malestares menos graves.

La mitad de quienes han dicho que ha pasado por algún problema de salud mental, no se lo han contado a nadie, ni a sus padres ni a otros adultos. Entre los motivos, destacan dos: no saben a quién o dónde acudir para contarlo y, además, le quitan importancia para el propio problema.

Los servicios de orientación en los centros educativos deberían ser uno de esos lugares en donde chicas y chicos podrían acudir para hablar de sus malestares y problemas. Pero chicas y chicos destacan que no suelen acudir porque o bien creen que no tienen la formación necesaria para tratar con ellos como que no confían en que guarden el secreto de aquello que les cuenten.

A esto se suma la percepción de que faltan muchos de estos profesionales en los centros educativos, de manera que no tienen el tiempo ni la cercanía necesaria para escucharles. Durante la rueda de prensa de presentación del informe, José Ángel, estudiante de secundaria, ha explicado que en su centro hay 1.600 alumnos y un único orientador, con lo que es casi imposible que pueda atender al alumnado. Su compañera, Alae, también ha comentado que es necesario que tengan una formación específica sobre las pautas que deben seguir con chicas y chicos jóvenes y mostrarse como figuras más cercanas y alejadas, de ese modo, de otras figuras docentes más estrictas.

Desde hace años los colectivos de orientadoras y orientadores vienen reclamando la necesidad de un aumento de las plantillas y recordando la recomendación de que debería haber uno de estos profesionales por cada 250 estudiantes. Una ratio que en la mayor parte de los institutos no se cumple por mucho. Ramos comenta que “detectamos que en contexto educativo hay una gran falta de apoyo al centro para que sirva primera puerta donde pueda acceder a la ayuda”.

Pilar Ramos comenta que el hecho de que no pidan ayuda tiene múltiples causas y, entre ellas, está el desconocimiento sobre los recursos existentes. “Esto es muy relevante porque nos dice hacia dónde tenemos que intervenir: mensajes más claros y directos a las madres, padres y adultos de los centros educativos, y también para chicas y chicos, para que sepan dónde tienen que acudir”.

Estigma y redes sociales

Una de las buenas noticias del barómetro, como destacó Pilar Ramos, es el hecho de que las y los jóvenes cargan con menor prejuicios sobre la salud mental de los que esperaban cuando comenzaron el estudio. Esto se desprende de que cerca del 80,5 % declaró que estaría dispuesto a tener una relación de amistad con alguien que tuviera un problema de salud mental.

“Estamos dispuestos a apoyar a las personas con problema de salud mental” dijo Alae en la presentación del intorme. Cree esta joven que esto se debe al hecho de que ahora es posible que las y los jóvenes tengan mayor acceso a la información sobre estos temas, así como a la manera de lidiar con ellos.

En este sentido, el informe ha sacado a la luz que buena parte de las y los chicos obtienen su información sobre salud mental en las redes sociales. Es algo que demandan y que tienen bastante a la mano.

Dato que contrasta con el hecho de que en diferentes partes del barómetro se habla del impacto que en muchas ocasiones tienen estas redes en relación a los modelos de vida. Es decir, chicas y chicos viven bajo la presión de encontrarse en ciertas redes sociales modos de estar en el mundo demasiado positivos y perfectos, circunstancia que en no pocos casos les empuja a intentar imitar dichas conductas.

Además, tienen identificadas algunas redes sociales como Twitter, Tiktok o Instagram como las más perjudiciales para su propia salud mental.

En todo esto, además, existen diferencias de género que, según Ramos, han de tenerse en cuenta a la hora de afrontar las medidas y actuaciones que se implementan. “Ellas son más sensibles y vulnerables a la imagen que proyectan en las redes sociales, tratan de quedar perfectas. Además, se valoran peor, valoran peor sus herramientas a la hora de afrontar problemas de salud mental”, dice la investigadora que, asegura, es algo que se ha visto en otras muchas investigaciones del estilo.

Además, señala, hay diferencias también a la hora de juzgar cuáles son algunas de las herramientas que favorecen una mejor salud mental. Las chicas suelen destacar el hablar con otras personas y, aunque la investigadora asegura que es una buena idea, otras como la actividad física, que se ha demostrado que favorece la salud mental, está más considerada por los chicos que por ellas.

Demandas

Además de las relativas a una mejora de los servicios de orientación de los centros educativos, el barómetro de Unicef, ponen el foco en la necesidad, y obligación legal, de desarrollar las figuras de coordinación de bienestar que desde la aprobación de la Lopivi son obligatorias en los centros. Unas figuras que, más allá de los departamentos de orientación, deberían ser las encargadas de velar por la salud y el bienestar de chicas y chicos y que en muchas comunidades autónomas no se han terminado de desarrollar o lo han hecho cargando de trabajo a otros perfiles dentro de los centros, como equipos de dirección u otras coordinaciones.

Reforzar los servicios y programas de salud mental de infancia y adolescencia, aumentando los recurso y haciendo que sean accesibles en cualquier parte del país; incremento del número de profesionales de la salud mental en la atención primaria y con formación específica en salud mental infanto-juvenil o promover la visión preventiva en los sistemas sanitarios autonómicos para lo cuál sería, dice el informe, “necesaria una mayor integración y desarrollo de los programas de prevención y detección precoz dirigidos a niños, niñas y adolescentes”.

En este sentido, Pilar Ramos insiste en que se deben fomentar servicios que atienden al derecho a la salud: “Tenemos listas de espera de meses; es una cuestión absolutamente necesaria desde la atención primaria”. “Está habiendo una crisis de atención sanitaria, especialmente, de atención primaria”, explica la investigadora que, continúa, “en salud mental estamos partiendo de cero”.

Mejorar la información que se tiene sobre estos temas, así como realizar campañas entre chicas y chicos y personas adultas para conocer este tipo de casuísticas, dónde acudir si se tiene algún problema o se cree tenerlo, son otras recomendaciones.

Entre otras muchas recomendaciones, también se mira a la empresa privada y a la necesidad de una mayor y mejor control de los contenidos que se publican en las redes sociales. Entre otros, los relativos a la salud mental, para que sean rigurosos y que aborden, dice el texto, desde el malestar emocional hasta la existencia de un problema de salud mental”.

La necesidad, finalmente, de dar información y formación a las familias, no solo en lo relativo al uso de pantallas, sino a cómo afrontar situaciones  de estrés o que puedan empujar a problemas de salud mental, es otro de los puntos clave dentro de las recomendaciones que se lanzan desde este nuevo barómetro de Unicef y la Universidad de Sevilla.

“Está bien no estar bien”, cerraba Alae en la presentación del texto. “Es necesario se consciente de la existencia del problema y no se debe tener vergüenza por pedir ayuda”, insistía esta joven. Un mensaje que apunta a buena parte de las claves que se señalan en en informe: la posibilidad de hablar con otras personas que te puedan ayudar para que una situación que, posiblemente, no haya derivado en un problema de salud mental, se quede en eso, un malestar que se pueden solucionar con mayor facilidad. Y que las vidas perfectas que muchas veces las redes sociales publicitan, no existen. Y no pasa nada.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2024/10/08/el-40-de-las-y-los-adolescentes-cree-haber-tenido-problemas-de-salud-mental/

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El suicidio mató más que el covid-19 en Corea del Sur

La tasa de suicidios se dispara sobre todo entre jóvenes y adolescentes.

convertido en una estrella en el cielo». La palabra suicidio se resiste a salir en los medios de comunicación, que suelen utilizar eufemismos como decisiones extremas. También se esquiva en las conversaciones sociales.

 

La mayoría de las estrellas del K-pop comienzan sus carreras cuando todavía son niños y reciben mucha presión para triunfar. Conviven con la depresión y otros trastornos que provocan una carrera competitiva y una vida expuesta públicamente. Las campañas de acoso en las redes sociales están detrás del suicidio de algunos de estos ídolos juveniles.

 

Competitividad, presión familiar y paro

Los problemas de las estrellas del K-pop pueden extrapolarse al resto de la sociedad. La competitividad del sistema educativo surcoreano y las expectativas que los padres ponen sobre sus hijos hacen que estén sometidos a una gran presión desde jóvenes. La escuela prioriza los resultados frente a la socialización de los estudiantes. El resultado es una juventud con estrés y depresión que busca el aislamiento y no sabe encauzar las emociones.

 

La presión continúa cuando se entra en el mercado laboral, en estos momentos muy inestable a causa de la crisis económica. Los jóvenes son los más desfavorecidos con el aumento del paro que los aboca a contratos temporales, bajos salarios y facilidad de despido. En las encuestas periódicas que se realizan en el país, la desigualdad salarial, que se va ampliando año a año, y la brecha generacional aparecen como los principales problemas para los jóvenes.

 

Corea del Sur tiene la tasa de suicidios más alta de los países de la OCDE y entre los jóvenes de 15 a 29 años duplica la media de los otros 38 estados miembros.

Fuente: https://es.ara.cat/internacional/china/suicidio-mato-covid-19-corea-sur_1_4853542.html

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Problemas de salud mental y estrés orillan a personal educativo a renunciar

Por: Paulette Delgado

 

Educadores en todo el mundo están considerando abandonar la profesión debido a los altos niveles de estrés y problemas de salud mental.

Según la organización Education Support, la salud mental de los docentes británicos está en tan mal estado que un número récord está buscando abandonar la profesión. En una encuesta que realizaron a 3082 trabajadores del sector educativo, descubrieron que el 59 % ha considerado dejar el área. De estos, un 67 % son líderes seniors y 59 % docentes. El 68 % de los participantes señalaron la carga de trabajo como la razón principal por la cual piensan dejar sus trabajos.

Esta encuesta la hacen cada año, y a diferencia del 2021, los niveles de estrés han aumentado. Además, se presentaron casos más altos de depresión y ansiedad que los reportados en la población general. Parte del problema viene de que un gran fragmento del personal (78 %) experimenta síntomas de problemas de salud mental debido a su trabajo, y aún así, van a trabajar (47 %).

Pero esto no sólo sucede en el Reino Unido, según la empresa RAND, que realizó una encuesta a 2360 docentes y 1540 directores, encontró que los educadores tienen un peor bienestar que otras profesiones. De hecho, casi tres cuartas partes de los docentes y el 85 % de los directores dijeron que experimentan estrés laboral con frecuencia, en comparación, sólo el 44 % trabajadores de otras áreas respondieron lo mismo.

Muchos de los docentes y directores comentaron en esta encuesta que encuentran alegría en su trabajo, y que son resilientes y por eso se han quedado. A pesar de eso, un 33 % dijo que era probable que dejara su trabajo a finales del año escolar.

En Perú, según informa la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) el 56 % de los docentes padecieron problemas de estrés en el 2022. A finales de ese año, realizaron un informe en el que se monitoreó el bienestar socioemocional docente de la educación básica regular, donde mencionaron que, especialmente las profesoras, tienen una doble carga laboral ya que se les espera estar a cargo de la educación de sus estudiantes, atender sus necesidades socioemocionales y atender lo que necesiten los familiares de los estudiantes.

La psicóloga Tesania Velázquez, que participó en el informe, comentó a la PUCP que «las dobles tareas, tanto a nivel profesional como a nivel del espacio doméstico, aumentan la afectación a su bienestar socioemocional».

Los educadores están bajo mucho estrés

No importa en qué región del mundo se enseñe, está claro que los docente están bajo mucho estrés, y que éste ha aumentado significativamente a partir de la pandemia. Según una investigación de Edweek, la satisfacción laboral de los docentes está en su punto más bajo debido al estrés que se disparó desde que comenzó la pandemia. Muchos educadores tuvieron que lidiar con escasez de personal, cuarentenas, interrupciones en la enseñanza, la nueva modalidad, etcétera.

La encuesta de RAND encontró que las principales fuentes de estrés relacionado con el trabajo entre los maestros fueron:

  • Apoyar el aprendizaje académico de sus estudiantes porque perdieron tiempo de instrucción durante la pandemia (47 %).
  • Manejar el comportamiento de los estudiantes (29 %).
  • Asumir trabajo extra debido a la escasez de personal (25 %).
  • Apoyar la salud mental y el bienestar de los estudiantes (24 %).
  • Pasar demasiadas horas trabajando (23 %).
  • Tener un salario demasiado bajo (22 %).

Las principales razones de los directores fueron:

  • Ocupar puestos docentes y no docentes en su escuela (56 %).
  • Apoyar la salud mental y el bienestar de los docentes y el personal (44 %).
  • Apoyar el aprendizaje académico de los estudiantes debido al tiempo de instrucción perdido (34 %).
  • Apoyar la salud mental y el bienestar de los estudiantes (32 %).
  • Implementar estrategias de mitigación de COVID-19 (31 %).

Cómo gestionar el estrés

Gran parte del estrés que experimentan los docentes y el personal educativo es causado por problemas sistémicos, aún así, la organización Education Support dice que existen estrategias que cada persona puede aplicar para manejarlo:

  1. Hacer un plan o lista de tareas

Esto es especialmente útil para aquellas personas que tienen más de una responsabilidad. Puede ser una lista para cosas por hacer como educador, otra de líder, otra en casa y, por último, en familia. Esto ayuda a compartimentar las diferentes tareas que tiene que hacer, dándole orden y reduciendo los niveles de estrés. Por ejemplo, si estás en una reunión y recuerdas algo relacionado a un evento familiar o alguna compra pendiente, lo puedes anotar en la lista adecuada, reconociendo la tarea por hacer, pero pudiéndose enfocar en la junta ya que ya quedó anotado para realizarse después.

  1. Conocer tus prioridades

Tener claras tus prioridades ayuda a mantener límites saludables e impedirá asumir demasiado o comprometerse con un trabajo que no se alinee con tus prioridades personales. Esto puede marcar una diferencia real en tus niveles de estrés y agotamiento.

  1. Establecer límites y decir «no«

Aunque establecer límites parece una solución algo obvia, para muchasd personas no es fácil hacerlo. En su publicaciónEducation Support da el ejemplo de Brian Dyson, el CEO de Coca-Cola quien menciona que él «habla sobre tener bolas de cristal y bolas de goma en la vida. Tienes que pensar: ¿cuáles son tus bolas de cristal? ¿Y cuáles son las de goma? Entonces, cuando estés haciendo malabares con todas estas pelotas, piensa en qué pelotas de cristal debo concentrarme, porque si no lo hago, se romperán, y considera qué pelotas de goma puedes soltar, porque van a rebotar de nuevo».

  1. Tener relaciones sólidas

Tener a quién acudir y desahogarse es primordial. Ya sea acercarse a un amigo, un compañero del trabajo, la pareja o la familia. Lo mejor sería contar con un profesional, pero, lamentablemente, no siempre está dentro de las posibilidades de todas las personas. El Tec de Monterrey cuenta con el portal TQueremos donde la comunidad de la institución puede encontrar apoyo profesional las 24 horas. Todas las personas necesitan a alguien que les escuche para ayudarles a ver el panorama general.

  1. Ser consciente de lo que te estresa

Hacer una lista de eventos o situaciones que te dejen emocionalmente agotada o te produzcan estrés ayudará a ser más consciente y prepararse emocionalmente para enfrentarlas. Además, puedes complementar la lista con una o dos formas de reducir el estrés para cada una de las situaciones, de esta forma, cuando te enfrentes a una situación así, puedes poner en práctica tus técnicas de reducción del estrés y tomar nota de lo que funciona.

  1. No enfocarse en los errores del pasado

Los sentimientos de culpa, remordimiento y arrepentimiento agotan la energía, además pueden provocar más estrés. Ser amable con uno mismo es una buena estrategia para atraer alegría y paz.

  1. No reprimir las emociones

Muchas veces sentimientos cómo la ira y la frustración son consideradas emociones negativas, pero son emociones que se necesitan expresar porque esto podría significar abordar situaciones difíciles con colegas o amigos expresando y discutiendo sus sentimientos. Estos pesan, y contribuyen a provocar más estrés o desgaste si no se abordan apropiadamente.

  1. Reservar tiempo cada día para pasatiempos o ejercicio

La meditación, el yoga, caminar, nadar, andar en bicicleta, no importa qué tipo de ejercicio sea, cualquier tipo es bueno para aliviar el estrés. Y no sólo la actividad física, realizar actividades como pasatiempos ayudan a enfocar la atención en cosas que te gustan, así se disminuyen los niveles de estrés.

El agotamiento o burnout laboral

Otro tema importante por el que están atravesando gran parte de los docentes y personal educativo es el agotamiento (o burnout). Este se produce como resultado de un estrés sostenido que nunca disminuye. Esto se debe a períodos prolongados de intensidad y demandas excesivas de energía, fuerza y recursos. La responsabilidad, presión, carga de trabajo, el salario bajo y las horas hacen que los educadores y el personal educativo sean presas fáciles del burnout.

Las tres señales más claras de que alguien tiene burnout son el agotamiento emocional y físico que puede reflejarse como irritabilidad, cambios de humor,  problemas de concentración, fatiga crónica e insomnio, así como síntomas físicos como aumento de la enfermedad, palpitaciones, dolor gastrointestinal, dolores de cabeza y mareos.

La segunda señal es despegarse de su trabajo, lo que puede convertirse en cinismo y pesimismo hacia la enseñanza, los colegas, estudiantes o las propias instituciones. Además, pueden aislarse de los demás y experimentar una pérdida del disfrute de las cosas que antes le proporcionaban placer.

La tercera es el rendimiento reducido. Para los educadores, esto puede resultar en sentimientos negativos, falta de productividad y bajo rendimiento. Evidencia de esto pueden ser sentimientos de desesperanza y apatía, baja confianza en sí mismo, mayor irritabilidad con uno mismo y con los demás, mayor tiempo dedicado a completar tareas y apatía por querer hacerlo.

¿Qué se puede hacer para reducir o evitar el burnout?

Estas son algunas recomendaciones de Education Support:

  1. Vivir en el presente

Es importante ser consciente de tus emociones, niveles de estrés y salud. Estrategias como la atención plena, la meditación y escribir en un diario pueden ser útiles, al igual que hablar con otras personas. Tener conciencia y comprensión del estrés, el agotamiento y la salud mental es invaluable para comprenderse a sí mismo.

  1. Hacerse cargo de su bienestar

Los docentes y el personal educativo sólo son humanos, cuentan con las mismas horas que cualquier otra profesión. Aprender a equilibrar el trabajo con sus propias necesidades, al mismo tiempo que descansan y se relajan ayudará a manejar mejor el trabajo y la vida. Sin embargo, hay muchas ocasiones donde los docentes ponen primero a los estudiantes que a ellos mismos; si no se cuidan a sí mismos, no podrán apoyar a los demás.

  1. Cuestionar el impacto antes de asumir un nuevo trabajo

Los docentes quieren hacer lo mejor por sus estudiantes, también quieren ser buenos en lo que hacen. Eso significa que a veces asumen más de lo que deberían. Si se les pide algo más allá de las responsabilidades normales de su función o algo diferente, es válido cuestionar la solicitud en relación con su puesto de trabajo y prioridades, así como el impacto que aceptar la solicitud podría tener en la atención a sus estudiantes y el tiempo que le tomará hacerlo. Si el tiempo vs. el impacto es limitado, considera alternativas y la necesidad de la tarea, ¿realmente se requiere?

  1. Aceptar que a veces sólo tienes que decir que no

Al igual que con el estrés, poner límites es importante. Ya sea por tiempo limitado, una lista de tareas enorme o un impacto limitado a sus resultados, está bien decir que no puedes siempre hacer algo.

  1. Tomar días de salud mental

Como se mencionó antes, según Education Supportun 47 % de los encuestados van a trabajar aunque se sientan mal. Si sientes que podrías estar llegando a un punto de agotamiento, tal vez estés exhausto, emocional y te agitas fácilmente, tómate uno o dos días para recuperarte. Tu salud mental es tan importante como tu salud física. Es importante tomarse el tiempo para relajarse y recuperarse.

  1. Obtener apoyo cuando lo necesites

Así como el personal del Tec cuenta con TQueremos, buscar si tu institución cuenta con un apoyo similar. A veces es difícil hablar con personas cercanas, pero tener a un profesional que te escuche, apoye, asesore y guíe a descubrir las mejores soluciones es importante.

Depresión: detección de síntomas y qué hacer

La depresión es una enfermedad mental conocida como trastorno del estado de ánimo y, según Education Support, es más frecuente entre el personal educativo (32 %) que la población general (19 %).  La pandemia de COVID-19 ha resaltado el bienestar de las personas, tanto la salud física como la mental. Más docentes y personal educativo hablan abiertamente sobre sus desafíos y los colegas muestran su apoyo.

A diferencia de cuando alguien está cabizbajo o tiene un estado de ánimo bajo, la depresión interrumpe su vida diaria y el trabajo. Es cierto que todos experimentan tiempos difíciles, lo que resulta en sentimientos de infelicidad o tristeza, pero se van y no interrumpen su vida diaria. Varios de los signos de depresión son perder interés en lo que alguna vez se disfrutó, sentirse inexplicablemente lloroso, no querer socializar o enfrentarse a un salón de clases lleno de estudiantes, o tener dificultades para levantarse de la cama. Podrías sentirte desesperado, muy cansado, irritable, así como experimentar dolores y molestias en el cuerpo y pensamientos suicidas. Es importante notar que, si bien la depresión es una enfermedad mental común, no hay dos experiencias iguales y los síntomas varían de leves a graves.

Además de acudir con un profesional, aquí hay algunas recomendaciones de la organización Education Support para saber qué hacer si sientes que sufres de depresión:

1) Creo que tengo depresión, pero no sé a quién acudir. No estoy seguro de querer hablar con nadie.

Está bien sentirse así, parte de la naturaleza de la depresión es sentirse aislado o retirarse, por lo que querer hablar con alguien puede ser lo último que quiere hacer. Es importante recordar que siempre habrá alguien que querrá ayudarte y que existen tratamientos disponibles.

2) Me resulta difícil trabajar, pero estoy nervioso por hablar con mi líder

Es válido sentirse inseguro acerca de mencionar la depresión en el trabajo por el estigma social que rodea a la enfermedad pero, por lo menos en México, es ilegal discriminar a cualquier persona que viva con problemas de salud mental. Podrías ir con un colega de confianza en primera instancia antes de hablar con tu líder, además acércate a tu departamento de recursos humanos, quizás te informen de algún programa que apoye a sus empleados en temas de salud mental.

3) Saber qué tipo de tratamientos hay

Buscar opciones de tratamiento es un gran paso que no todas las personas se atreven a dar y debe felicitarse: obtener ayuda no es una señal de debilidad, muestra una fuerza increíble. No todos los tratamientos funcionan igual, por lo que debes probar y practicar lo que te funcione, además de hablar con un experto en caso de tener efectos secundarios por algún medicamento. Es totalmente tu decisión tomar medicamentos, asistir a terapia de grupo, recibir terapia de conversación o practicar el cuidado personal.

Aunque la educación pareciera estar en crisis debido al gran número de educadores y personal educativo que están considerando abandonar la profesión, aún así hay muchas soluciones y caminos que tomar para ayudarlos a bajar su nivel de estrés. Lo más importante es buscar ayuda.

Fuente de la información e imagen: https://observatorio.tec.mx

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Perú: Siete factores que pueden causar el estrés educativo

Además, de recomendaciones para evitar que estos agentes causen la deserción escolar en el país

En los últimos años es frecuente escuchar a estudiantes señalar que se encuentran agobiados, con picos de ansiedad, estrés o depresión, males que provocan la deserción escolar. Según data del Ministerio de Educación Nacional en el 2021, 124,533 escolares interrumpieron sus estudios.

Si bien este hecho se relaciona con el abuso de contenidos digitales, falta de ejercicio físico, alteraciones hormonales y más, el síndrome de estrés educativo está incrementando esta problemática.

Según la directora del Máster en Psicopedagogía de la Universidad Internacional de Valencia, Lucía Granados, el estrés académico se apodera del entusiasmo de los estudiantes.

“El estrés académico puede ser entendido como la respuesta del organismo a los estresores que se dan dentro del espacio educativo y que afectan directamente el rendimiento de los alumnos. Está asociado directamente a mayores niveles de depresión y ansiedad, con autolesiones y con una menor autoestima y, por tanto, con menor autoeficacia académica”, sostuvo la especialista.

Asimismo, señala que los docentes deben contar con habilidades para mantener alejado el estrés educativo de las aulas. Por ello, propone siete factores con los que deben tener cuidado:

  • Demandas académicas altas. Metas difíciles de alcanzar que terminan generando cansancio y desinterés.
  • Exceso de responsabilidades. Hecho que termina por saturar al estudiante.
  • Alta carga de tareas dentro y fuera de la escuela. La comunicación es clave para saber si pueden con todo lo enviado.
  • Evaluaciones de los profesores. La poca asertividad del lenguaje puede causar inseguridades o golpes en la autoestima del estudiante.
  • Competitividad. La rivalidad entre estudiantes puede generar riñas o disputas.
  • Temor al fracaso. No alcanzar las metas impuestas puede causar frustración y sentimientos de derrota en el estudiante.
  • Aceptación del grupo. Cuando no se fomenta la buena comunicación los tímidos se sentirán rechazados.

Para evitar estos siete agentes estresantes, la experta recomienda:

  • Evitar la competitividad entre el alumnado. Es mejor fomentar el trabajo en equipo, que el individual.
  • No comparaciones. Cada estudiante es único y tiene su ritmo de aprendizaje.
  • Planificación. Evitar que se deje todo a última hora, es mejor para evitar situaciones de estrés innecesarias.
  • Identificar conductas. Ver qué está generando estrés ayudará a darle los refuerzos necesarios para evitar la sobrecarga.

La educación se debe entender como un modelo colaborativo, donde el error del alumno no se vea como un fracaso, sino como una oportunidad de mejora.

https://gestion.pe/economia/management-empleo/siete-factores-que-pueden-causar-el-estres-educativo-estres-academico-educacion-ministerio-de-educacion-noticia/

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La sociedad, limitada para comprender y visualizar la depresión

Por: María Guadalupe Lugo García

En México, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) 34.8 millones de personas han experimentado algún episodio depresivo en sus vidas. Mientras que en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 300 millones de individuos padecen ese trastorno, destaca Gerardo Mora Gutiérrez, académico de la Facultad de Psicología.

Asimismo, prosigue, el mencionado órgano autónomo del país calcula que, de los porcentajes registrados de personas con depresión, sólo 1.63 por ciento toma antidepresivos; “es decir, no sigue ningún tipo de acción preventiva o interventiva y son, en realidad, los que menos atención especializada reciben”.

La OMS define a la depresión como un trastorno común de salud mental caracterizado por una tristeza persistente y falta de interés o gozo en actividades que previamente eran gratificantes y placenteras. Además, puede alterar el sueño y el apetito, y es frecuente que concurra con cansancio y poca concentración. Es una causa importante de discapacidad en el ámbito global e incide considerablemente en la carga de morbilidad. La falta de apoyo a las personas con trastornos mentales, junto con el miedo al estigma, impiden que muchos accedan al tratamiento que necesitan para tener vidas saludables y productivas.

Al respecto, el universitario añade que es una enfermedad mental que afecta en mayor medida a las mujeres. “Se trata de una gran pandemia silenciosa y como sociedad estamos limitados para entenderla y visualizarla, incluso socialmente hay una desvalorización a todo lo que tiene que ver con las manifestaciones del estado de ánimo, lo que también afecta a infantes y adolescentes en quienes se observan altos niveles de depresión que se asocian a la falta de condiciones de cohesión dentro de la familia y el entorno”.

Se caracteriza por una tristeza persistente y falta de interés o gozo en actividades que previamente eran gratificantes y placenteras; además, puede alterar el sueño y el apetito, y es frecuente que concurra con cansancio y poca concentración

Época de duelos

En ocasión del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, que se conmemoró el 13 de enero, el experto aclara: no es que vivamos una época de depresión momentánea, sino que converge en la actualidad la depresión estructural que se manifiesta en la sociedad y que nos ha repercutido por los diferentes acontecimientos que hemos vivido en los últimos tiempos.

Psicológicamente, es una condición o afección del estado de ánimo que perturba prácticamente todos los ámbitos de la vida, por lo que una persona con tendencia depresiva estará prácticamente abandonando las diferentes actividades de su existencia, no podrá relacionarse bien, tampoco sentirá que su calidad de vida es adecuada, experimentará desinterés y aplanamiento por prácticamente todas las situaciones que le ocurren a diario; tendrá afectaciones, incluso cognitivas.

“La sociedad en sí misma está padeciendo un momento depresivo, estamos sobreviviendo a una pandemia, vivimos una época de duelos, de situaciones que no se han podido resolver; me parece que una persona deprimida en realidad estaría manifestando todo un conjunto de condiciones que, contextualmente repercuten negativamente en prácticamente todas sus áreas de vida”, explica el especialista.

A partir de la perspectiva de la psicología, existen personas con rasgos de personalidad depresivos; es decir, aquellos que son proclives a la melancolía, a la tristeza y a la anhedonia (la falta de placer), que viven la vida de forma más pesimista, esa es la depresión como rasgo de personalidad. También en quienes la padecen como un estado de ánimo, representa una patología, una condición que debe ser tratada por un equipo multidisciplinario, incluidos psicólogos, psiquiatras y médicos, entre otros.

Gerardo Mora indica que “es ahí donde sí podemos incidir, tanto en la depresión como rasgo de personalidad como en la patología; en dichos aspectos el trabajo clínico a realizar casi siempre es preventivo e interventivo”.

Podría pensarse, dice, que la pandemia agudizó la incidencia de las manifestaciones sintomáticas de la depresión y, por supuesto, esto puede conducir a elevar los índices de ideación, intento, incluso, consumación suicida que, según estimaciones del Inegi, en México tenemos una tasa de suicidios de 6.5 por ciento por cada cien mil habitantes, lo que quizá en términos del número de la población sea un porcentaje bajo; sin embargo, para 2021-2022 representó la segunda causa de muerte entre la población de 15 a 29 años.

Acota que es necesario realizar una diferenciación a partir de la psicología y el psicoanálisis cuando pensamos que una cuestión es la depresión y otra la melancolía. Decimos que la segunda es una depresión permanente que está instalada en la vida; la primera es una afección momentánea o asociada a una cuestión de pérdida, malestar o crisis de vida, así la podríamos conceptualizar de manera distinta.

Cómo crear soluciones

El universitario se refiere a la necesidad de diferenciar la depresión como trastorno, condición y estado, y a partir de esa distinción, crear las soluciones, que no sólo tienen que ver con el hacer actividades, sino, también con la capacidad de estar y contemplar. Las personas deprimidas son individuos que de pronto son incapaces de vislumbrar lo que hay a su alrededor.

Más adelante, recalca que la depresión puede ser resultado de una crisis de vida, lo que implica que es transitoria. Un duelo por la pérdida de un familiar, del empleo, de la salud, por ejemplo, podría llevar a una etapa de afrontamiento que incluye una disminución del estado de ánimo que puede durar un año, en promedio, según el tipo de situación, evento o suceso de vida que esté trastocando.

Se vuelve patológica cuando sentimos que no podemos resolver lo que nos pasa, cuando tardamos más de seis o siete meses en resolver la situación y no tenemos ninguna posibilidad de salir adelante, de pronto se presentan pensamientos y sentimientos repetitivos y recurrentes, prácticamente sentimos que nuestra vida se convirtió en una especie de repetición constante. Este es el momento adecuado para buscar ayuda, sobre todo porque la depresión también afecta a su familia y con quienes convive.

Para Gerardo Mora es indispensable realizar campañas de sensibilización y concientización, destacar que la depresión es del deprimido y también del entorno. No se debe tratar a quien la padece con condescendencia desvalorizante, sino como una condición que escapa a la voluntad del individuo y, por supuesto, que no tiene nada que ver con que la persona deba mejorar con una frase motivacional, porque auténticamente en los estados depresivos se pierde por completo la capacidad de resolución de los conflictos que se enfrentan cotidianamente.

Pensar en un día mundial de lucha contra la depresión tiene que ver con sensibilizar a la población en torno a que todas y todos somos parte de esta sociedad, que podemos tener –en algún momento de nuestras vidas– crisis depresivas, que tenemos que comprender esta afectación mental porque puede convertirse en una patología grave que podría generar, incluso, discapacidad.

Pero como sociedad, la mejor manera de enfrentarla es otorgar más voz y ruido a los estados de ánimo, al reconocimiento de que no siempre podemos estar bien y que el bienestar y la salud mental son estados ligados a sentirnos con vida, con plena capacidad de emprender acciones y sentirnos útiles.

Fuente de la información e imagen:  Gaceta UNAM

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España activistas de la salud mental: «No hay educación emocional en la escuela»

Falta educación emocional en las escuelas. «Enseñan a hacer raíces cuadradas. pero no a hablar de las emociones, a ponerle nombre a eso que sentimos». Es el testimonio de dos activistas de la salud mental que han participado esta tarde en ‘Parlem de depressió’, el primer gran encuentro de salud mental después de la pandemia que ha reunido a personas que han sufrido una depresión, a entidades y personalidades políticas, como la concejala de Salut, Envelliment i Cures del Ayuntamiento de Barcelona, Gemma Tarafa, o la directora del Pacte Nacional de Salut Mental, Magda Casamitjana. El debate ha estado conducido por el periodista de EL PERIÓDICO Fidel Masreal.

«A mí en la escuela me han enseñado a resolverproblemas de matemáticas pero, cuando llegué a la psicóloga y me preguntó qué sentía, no supe qué responder», ha explicado Noa, una joven que superó una depresión. Para ella «saber de historia» es tan importante como «saber gestionar un ataque de ansiedad o un momento de nervios». Ha dicho lo mismo Carmen, una mujer que ha pasado cuatro depresiones y que ahora es activista. «Es tan importante, cuando no estás bien, ser valiente y decir: ‘No estoy bien’… Pero hay un gran estigma de la sociedad», ha opinado.

En este sentido, Casamitjana ha reconocido la falta de recursos y que los centros de salud mental infanto-juveniles (CSMIJ) difícilmente pueden ayudar a las escuelas porque las listas de espera son «tremendas».

Por su parte, Tarafa ha destacado que hablar de la depresión es algo «clave», y no solo con expertos, sino también con personas que la hayan sufrido o la sufran. La concejala del ayuntamiento ha recordado que, en los últimos tres años, la depresión y la ansiedad han aumentado un 27% en la Unión Europea (UE). «La salud mental tiene un sesgo de clase y género. Las mujeres tienen 10 puntos más de riesgo que los hombres», ha puntualizado.

Peor en las últimas décadas

Según el director de Salut Mental i Adiccions del Institut d’Assistència Sanitària, Claudi Camps, la pandemia ha puesto «en evidencia» la «vulnerabilidad» de la sociedad, sobre todo en las últimas décadas. «Vivimos en continuos cambios, pero somos analfabetos emocionales», ha dicho Camps, quien ha subrayado que lo más importante, en el fondo, son los «vínculos sociales».

La directora de Salut Mental Catalunya, Marta Poll, ha señalado que el empeoramiento de la salud mental de la población general tiene que ver con los «estilos de vida». «En 2015 ya comenzamos a poner sobre la mesa que este estilo de vida los jóvenes no lo aguantaban, que estaban comenzando a aparecer problemáticas de carácter emocional», ha dicho Poll. Por eso ha pedido «generar espacios» en los que hablar de estas problemáticas. En este sentido, la pandemia «ha ayudado» a que se hable de otra manera.

Poll también ha llamado a dejar de poner el foco de la salud mental únicamente en la sanidad. «Es verdad que faltan psicólogos y psiquiatras, pero falta hacer otras cosas. Falta poner el foco en la dimensión social y comunitaria», ha valorado.

Más presencia en los medios

Otra de las entidades que ha estado presente en el encuentro es Obertament Catalunya, que ha constado una «mejora» en los últimos años del tratamiento de la salud mental por parte de los medios de comunicación. «Hay más interés y comienzan a entender que hay que dar voz a la persona con experiencia propia», ha dicho Ariadna Rogero, de Obertament Catalunya.

La vicepresidenta del Consell Nacional de la Joventut de Catalunya, Júlia Rossana, ha lamentado el «estigma» y la «criminalización» que recae en los jóvenes cuando se habla de ellos, también cuando se analizan sus problemas de salud mental. «El 80% de los titulares cuando se habla de los jóvenes son negativos», ha apuntado. La precariedad que sufre este colectivo no facilita las cosas, pero, ha asegurado Rossana, los jóvenes también quieren participar en debates de salud mental y de vivienda, por ejemplo. «Queremos participar, pero se nos debe creer, queremos ser escuchados», ha remachado.

https://www.elperiodico.com/es/sanidad/20221213/salud-mental-educacion-emocional-escuelas-79917445

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La mitad de los alumnos con altas capacidades ha sido víctima de acoso escolar

Por: ABC

Una investigación liderada por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) señala que es tres veces más probable que un alumno con altas capacidades sea victimizado por sus compañeros que otro sin altas capacidades.

La mitad de los alumnos diagnosticados con altas capacidades en España ha sido víctima de acoso escolar, frente a uno de cada cuatro alumnos sin altas capacidades, según concluye el estudio llevado a cabo por el grupo de investigación Ciberpsicología de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) con la colaboración de más de 50 asociaciones de alumnado con altas capacidades del país . Según esta investigación es tres veces más probable que un alumno con altas capacidades sea victimizado que otro sin altas capacidades. Asimismo, plantea que los alumnos con altas capacidades son susceptibles de padecer mayores niveles de estrés, ansiedad y depresión a causa del acoso por parte de sus compañeros.

El estudio, realizado en colaboración la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), comparó la prevalencia de victimización y perpetración de acoso escolar entre una muestra con alumnado con altas capacidades y sin ellas. Participaron 449 adolescentes diagnosticados con altas capacidades de todo el territorio nacional y 950 estudiantes, sin diagnóstico de altas capacidades, de 14 centros de siete comunidades autónomas. Los resultados señalan que el alumnado con altas capacidades presenta una prevalencia de victimización significativamente mayor. Un 50.6% está implicado en problemas de victimización, frente a un 27.6% en alumnado sin altas capacidades. De esta forma, es tres veces más probable que un alumno con altas capacidades sea victimizado que otro sin altas capacidades.

Por el contrario, el número de agresores en ambas muestras no presenta diferencias estadísticas (un 1.1% en alumnado con altas capacidades y 2.4% en alumnado sin altas capacidades ). Además, el estudio sugiere que ser víctima, tanto para el colectivo de altas capacidades como aquellos que no lo son, supone altos niveles de estrés, ansiedad, depresión y una menor calidad de vida relacionada con salud . No obstante, las víctimas que presentan altas capacidades reportaron significantemente mayor estrés que las víctimas sin altas capacidades.

«Estos hallazgos son especialmente pertinentes en el ámbito educativo y social, ya que ponen de manifiesto que este importante colectivo sufre los envites de la violencia de una forma especialmente relevante . Es tarea de todos los estamentos trabajar en pro de un entorno escolar seguro. Debemos seguir trabajando para reducir la discriminación dentro de las aulas (ya sea por orientación sexual, religiosa o cualquier otra característica particular) y por una verdadera integración de todo el alumnado», indica Joaquín González-Cabrera, autor principal del estudio e investigador principal del Grupo Ciberpsicología de UNIR.

Por su parte, el experto nacional en altas capacidades Javier Tourón, profesor emérito de UNIR y corresponsable del estudio, señala que «estos resultados ponen de manifiesto la urgente necesidad de apoyar el desarrollo del talento y la salud psicosocial de este grupo de estudiantes al que es preciso, como exige la ley, identificar de manera temprana a fin de poder establecer las medidas educativas adecuadas para su progreso personal, pues constituye el capital social más importante de este país».

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-mitad-alumnos-altas-capacidades-sido-victima-acoso-escolar-202207010010_noticia.html

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