“El abrazo de la serpiente’ da voz a una cultura que fue aniquilada”

“El abrazo de la serpiente’ da voz a una cultura que fue aniquilada”

El filme dirigido por Ciro Guerra compitió en la 88ª edición de los Premios Oscar, en la categoría Mejor película de habla no inglesa. Raúl Bravo, coproductor por Venezuela del largometraje, contó los detalles de la obra.

“El abrazo de la serpiente” representó a Latinoamérica con orgullo en la 88ª edición de los Premios Oscar, marcando un hito para la cinematografía del cono sur. El filme coproducido entre Colombia, Venezuela y Argentina del realizador Ciro Guerra, una obra mística y ancestral que refleja un viaje de conocimiento interior mediante dos historias paralelas que se complementan en el corazón del Amazonas, no defraudó a los espectadores y se posicionó como una de las favoritas de la crítica en la carrera por la estatuilla.
Como un sueño cósmico revelador del poder de la naturaleza en relación con la humanidad puede describirse la película, filmada en la población de Mitú, del departamento de Vaupés, al suroriente de Colombia, a muy pocos kilómetros de la frontera con Ecuador. “Theodore” -interpretado por el actor belga Jan Bijvoet- es un profesor alemán que en 1904 se adentra en la selva para estudiar mediante una investigación antropológica las relaciones sociales y culturales.
Enfermo de gravedad, su única salvación es la “yakruna”, una planta sagrada que solo puede hallar a través de la guía de “Karamakate” (Nilbio Torres), un chamán indígena que decidió aislarse en la profundidad de la zona, decepcionado de la humanidad, luego de haber sido testigo del exterminio de su tribu a manos de los ‘caucheros’. Esperanzado por conseguir algún vestigio de su etnia, accede a conducirlo.
Treinta años más tarde, en 1939, el explorador Richard Evans (Brionne Davis) afirma que desea emprender esta misma búsqueda, guiado por los escritos heredados de “Theo”. Se topa con un “Karamakate” anciano (Antonio Bolívar), quien asegura haber perdido su memoria ancestral y decide llevarlo. Durante el recorrido, una confesión de Richard desatará una serie de acontecimientos que no dejará a nadie indiferente.
Raúl Bravo, coproductor por Venezuela de la película, explicó el salvajismo que los blancos protagonizaron a principios del siglo XX, cuando hubo el ‘boom’ del caucho en Colombia. “El desarrollo de la industria automotriz mundial comenzó a demandar este producto y la selva amazónica colombiana era rica en árboles caucheros. Rápidamente se instalaron allí unos colonos para llevar a cabo su explotación, pero encontraron el problema que esas comunidades estaban ocupadas por sus habitantes originarios y ancestrales, los indígenas. Entonces los esclavizaron, y a quienes no se dejaban, los asesinaban. Esto está registrado en la historia así”.
De esa manera, distintos pueblos originarios de la zona fueron despojados de su naturaleza, tópico que explora la película inspirada en el diario de los exploradores Theodor Koch-Grunberg y Richard Evans Schultes, con un guión coescrito por Guerra junto con el francés-colombiano Jacques Toulemonde.
“Hay una carta que se llama ‘motivación del director’. Ciro Guerra empieza ese documento diciendo que cada vez que veía el mapa de su país, Colombia, veía una gran mancha verde de la cual muy poco se sabía: el Amazonas. ¿Qué ha sido de esa zona? ¿solo guerra, narcotráfico, coca, indios y guerrilla? ¿o es que ha habido allí alguna cultura que pueda trascender y de la cual los mismos colombianos son totalmente ignorantes? Entonces se propuso revelar ante los espectadores todo lo que descubrieron los exploradores que viajaron en el siglo XX. Toda esa cultura fue aniquilada, junto con una forma de ver la vida y conocimientos medicinales que han sido descartados por eso que llamamos progreso, al cual sería bueno cuestionar si en verdad lo es, porque nos está llevando a la destrucción del planeta”, añadió Bravo sobre el eje de la historia.
Guerra, joven realizador de 34 años, presenta en su tercer largometraje un viaje espiritual alucinante que se pasea por una gama de emociones en blanco y negro, hablada entre nueve idiomas y lenguas.
Su participación en los premios de la Academia Norteamericana no pudo alcanzar el sueño que se cumplió para Argentina por partida doble con “La Historia Oficial” de Luis Puenzo (1985) y “El Secreto de sus Ojos” de Juan José Campanella (2010), pero sí que dejó las mejores sensaciones luego de su reciente estreno en Estados Unidos, al registrar más de 50 mil espectadores y recibir la admiración de importantes medios, como la revista Rolling Stones, que la catalogó como “un recorrido por el corazón oscuro de Colombia que no se compara con nada visto anteriormente”; o LA Times, que la describió como “un filme con mucho en su mente que no trata sobre destinos, sino que envuelve a los espectadores en una gran intimidad”.
“El desenlace maravilloso es parte de los indígenas del Amazonas, que convivían en armonía con la naturaleza. Ellos veían la selva como una extensión de su propia existencia y no como un mercado. Es una deidad para ellos, que tienen la cosmovisión. Piensan que los espíritus de sus antepasados, al morir, han quedado en la tierra, en los ríos y en los árboles. Por eso es que todos esos lugares son sagrados. Para poder filmar en esta área, hubo que pedir permiso a los chamanes. Al principio estaban muy reticentes. Preguntaban qué película era y cómo iban a ser presentados. Ciro aclaró que quería precisamente darles voz, esa que ha sido callada durante siglos a fuerza de látigo y es necesario que el mundo escuche. Ellos dieron su bendición y por eso es que un rodaje tan complicado y riesgoso durante siete semanas en pleno corazón de la selva, salió bien y sin ningún percance ni accidente. Es un lugar lleno de culebras”.

Luego de su estreno en la Quincena de Realizadores del Festival Internacional de Cine de Cannes, su recorrido por festivales internacionales la llevó a conquistar, entre muchos otros galardones, el “Art Cinema Award” en ese mismo evento. También el Premio Coral de Música Original del 37° Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de la Habana, Cuba y el Premio Fénix 2015 de México en la categoría Música para el venezolano Nascuy Linares; mientras que el también criollo Marco Salaverría conquistó el Fénix a Mejor sonido junto con el colombiano Carlos García.
‘El abrazo de la serpiente’ compitió en los Oscar con “Theeb” (Jordania) “Mustang” (Francia) “A War” (Dinamarca) y “Son of Saul” de Hungría, que finalmente conquistó el renglón extranjero de la premiación.
Participación venezolana en “El abrazo de la serpiente”
Equipo técnico:
-Músico: Nascuy Linares.
-Script: Angélica Varilla.
-Sonidista: Marco Salaverría.
-Microfonista: René Romero.
-Productor Ejecutivo: Raúl Bravo.
-Mezcla de sonido: Víctor Jaramillo y Marco Salaverría.
-Operador de sala de mezcla final: Gustavo González (360 Studio).
-Mezcla de música original: David De Luca.
Personal artístico:
-Actor secundario (Gaspar): Luigi Sciamanna.
Fuente: Centro Nacional Autónomo de Cinematografía. http://www.cnac.gob.ve/?p=6452
Imagen: http://www.cnac.gob.ve/wp-content/uploads/2016/03/abrazo-oscar-1.jpg
Texto: Ernest Stuyvesant

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