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Pokémon Go y autismo ¿Es bueno o malo?

Por Daniel Comin

Desde la aparición del juego de realidad aumentada Pokémon Go han escrito infinidad de opiniones a favor y en contra del mismo. Que si es bueno, que si es malo,…, pero realmente ha causado furor y vemos como jóvenes (y otros no tan jóvenes) corretean como locos por las calles con su Smartphone en la mano intentando cazar Pokémons.

Pero ¡y qué pasa con las personas con autismo¡ ¿es bueno o malo para ellas? Este es el quid de la cuestión. Bien, pues hay cosas buenas y cosas malas sobre el uso de este juego por adolescentes y jóvenes con autismo.

Lo bueno

Obviamente este juego te lleva a la calle, a buscar y dar vueltas, a conectar con otras personas, a participar en quedadas o reuniones de fans del juego. Aspecto que tiene su parte positiva. Muchos chicos con autismo pueden ser reacios a salir a la calle, ya que los estímulos pueden saturarlos. Otros pueden ser muy rígidos e inflexibles, y si hay algo aleatorio es este juego, así que te muestra que lo inesperado puede ser emocionante.

Además, y dado el interés por la tecnología, puede convertirse en un interesante potenciador de las relaciones sociales, ya que debes interactuar con otras personas si quieres triunfar en el juego. Puede ayudar a que jueguen junto con otras personas, de forma que fomenta la interacción, la atención conjunta, la cooperación, en resumen, puede ser muy positivo en ese aspecto. Además puede fomentar la independencia del chico o chica.

Fomenta por tanto ciertos aspectos relacionados con la autodeterminación e independencia, salir solos, desplazarse por la ciudad, contactar con otras personas, interactuar socialmente, regresar a casa, etcétera.

 Lo malo

Quizá extender el interés por el mundo basado en algo virtual no sea la mejor idea. Sobre todo chicos/as que se aíslan en casa con el ordenador, quizá cuando salgan también viva inmersos en la pantalla de su teléfono.

En cuanto a las relaciones sociales, quizá solo fomente un tipo específico de relación social basado en un interés que puede crear cierto nivel obsesivo, y que esta relación se base únicamente en aquello que gira de forma exclusiva entorno a ese tema particular. Y si sabemos que en muchos casos les cuesta darse cuenta de que hablar de un único tema es algo que puede ser aburrido para los demás, en este aspecto no va a ser diferente. Además, tienden a generalizar, aspecto que puede jugar en su contra en este caso.

Quizá no sean conscientes del peligro que se puede correr deambulando por la ciudad, o de que no todo el mundo es buena gente. Pueden tener cierto nivel de ingenuidad que podría ser muy peligroso cuando contacten con algunas personas que podrían tomar ventaja de esto.

Quizá centre su relaciones sociales en un único tema y aumente su obsesión, dando la falsa sensación de que solo a través de este juego puedo compartir momentos con otras personas.

Seamos prudentes

Vemos que hay cosas buenas y cosas malas. Por algún motivo lo malo acaba pesando más que lo bueno. Pero encontrar el término medio puede ser una buena idea. Que no vayan solos, pero esto no significa que mamá o papá los acompañen a todas partes como si fuesen su guardaespaldas ¿Imaginan que sus padres hubiesen ido con usted a todas partes en su adolescencia y juventud? ¡Qué horror! Busquen alternativas.

Puede ser un estupendo potenciador y/o reforzador de otras actividades. Usar las ventajas de este juego en otros ámbitos, generar pautas de sociabilidad para usarlas en otros ámbitos sociales. Puede ayudar mucho, pero también jugar en contra. Modelar esta actividad ha de ser algo a tomar en consideración, usar el sentido común para establecer pautas y tiempos, evitar que ese sea el único tema de conversación y que se convierta en una obsesión. Explicar claramente cuando, dónde, durante cuanto tiempo,…, pueden usar el juego. Explicar cómo interactuar con otras persona, etcétera.

Otro aspecto a considerar es el de la privacidad, cuando al entrar a nuestro perfil de seguridad de Google (usado para el registro del juego), dentro de las aplicaciones conectadas, veremos que Pokémon Go tiene “acceso total” a nuestros datos.

Es importante limitar también el número de horas, un uso prolongado de este tipo de dispositivos puede afectar a la visión.

En resumen, evalúen adecuadamente los pros y los contras, usen las ventajas a su favor y analicen bien las desventajas para evitarlas o incluso, convertirlas en algo bueno. Y por supuesto, si va a acabar generando más ansiedad en el chico, pues mejor que no lo use, busquen otras alternativas.

Fuente: https://autismodiario.org/2016/08/11/pokemon-go-y-el-autismo-es-bueno-o-malo/

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La Atención Temprana y el Autismo

Por: Daniel Comin

Una de las bases para la reducción de los signos negativos del autismo es la Atención Temprana, es básica y fundamental, y a pesar de la evidencia científica y empírica, a día de hoy, conseguir atención temprana de calidad para niños con autismo es extremadamente difícil. Todo un drama que las familias viven día a día y un sobre costo económico que las administraciones públicas parecen no acabar de ver.

La Atención Temprana se define como: “el conjunto de intervenciones, dirigidas a la población infantil de 0-6 años, a la familia y al entorno, que tienen por objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen el riesgo de padecerlos”. A su vez es un derecho reconocido a niños y niñas que tengan alteraciones en su desarrollo. Este derecho se encuentra recogido en el artículo 25 de la Convención Internacional de los derechos de las personas con discapacidad (Firmada y ratificada por España en 2008), en lo relativo a Salud.

La Atención Temprana (AT) no es una intervención del ámbito educativo, se considera una intervención del ámbito sanitario. Por tanto, el derecho a la salud es inherente a todo ciudadano y no puede ni debe ser constreñido por motivos económicos. El derecho a la salud está recogido por la Constitución Española en su artículo 43. Es decir, es un derecho amparado por la constitución y las leyes. La no prestación de este servicio implica la vulneración de los derechos fundamentales de la infancia, del marco legal existente, de la constitución y de las directivas europeas sobre protección a la infancia y atención sanitaria. Si a esto añadimos que un elevado porcentaje de los niños susceptibles de recibir AT tienen algún tipo de diversidad funcional, además incurrimos en un delito de discriminación por motivo de discapacidad.

Curiosamente, la inexistencia o ineficacia de un sistema de AT, genera un sobrecosto económico importante. Según el Ministry of Children and Family Development de Canadá, por cada euro invertido en AT se ahorran 4 euros antes de los 8 años de edad. Aspecto que incide no solo en cuestiones económicas, sino también sociales.

A su vez, vemos como existe una transferencia oculta de competencias de sanidad a educación, al transferir la responsabilidad de la atención a población infantil con trastornos del neurodesarrollo a los centros educativos, quienes, no solo no están preparados para dar respuesta a este tipo de necesidades específicas, es que además no es su responsabilidad. Pero además, implica un sobreesfuerzo por parte de la administración educativa, tanto a nivel humano, económico y técnico, al tener que dar una respuesta educativa adaptada a niños que no han tenido previamente la atención necesaria.

Una vez concluido el proceso diagnóstico, es importante iniciar la evaluación final del niño o niña para su inclusión en un programa de atención temprana, de forma que se trabajen ya los déficits que pueda presentar. La atención temprana deberá hacer honor a su nombre, recibiendo el niño la atención a la mayor velocidad posible, y en horas tempranas del día, para evitar que el niño esté cansado. A mayor sea el trabajo inicial, más probabilidades hay de que los avances del niño sean rápidos y significativos. De igual forma, es fundamental que la familia reciba la atención y formación necesaria para poder ser parte activa del proceso de avances del niño.

El equipo de atención temprana debe estar coordinado con el resto de profesionales externos, de forma que exista una coordinación suficiente como para abordar a la mayor brevedad las necesidades del niño.

Dentro de los equipos de atención temprana encontraremos a psicólogos, neuropsicólogos, terapeutas ocupacionales, psicopedagogos, fisioterapeutas, integradores sociales, trabajadores sociales, nutricionista,…, quienes diseñarán el programa atencional específico para cada niña o niño. Y de igual forma trabajarán con la familia tanto en el proceso de formación como de acompañamiento. De igual forma el equipo de AT deberá contar con profesionales médicos de las especialidades: Pediatría, Neuropediatría, Paidopsiquiatría y Neurología. Quienes deberán atender las posibles derivaciones a otros servicios especializados y trabajar en cooperación estrecha con el resto del equipo.

En lo referido a la atención al niño o niña con autismo, los programas de atención que se llevarán a cabo una evaluación completa de fortalezas y debilidades. Dentro de la evaluación se deben considerar aspectos relacionados con:

  • Trastorno del Procesamiento Sensorial
  • Capacidades comunicativas
  • Autonomía personal
  • Generación de habilidades y enfoques proactivos para la gestión de conductas
  • Desarrollo de competencias sociales
  • Fomento de la independencia
  • Desarrollo de habilidades cognitivas
  • Presencia o no de desordenes alimenticios
  • Programa individualizado de trabajo
  • Formación e información a la familia

En cuanto a las horas semanales de atención tenemos desde el modelo de 40 horas semanales propuesto por Loovas (1987), a las 25 a 30 horas semanales propuestas por Eikeseth, Smith, Jahr, y Eldevik (2002) o por Howard y sus colegas (2005). Sin embargo, no podemos hablar de cifras exactas, ya que cada niño puede presentar necesidades atencionales diferentes, será por tanto el equipo especializado quien deberá establecer las horas necesarias y el tipo de atención que cada niño requiera en función de los criterios técnicos que consideren la frecuencia y tipo de atención que el niño requiera. Esto significa que realmente no podemos decidir por decreto el número de horas que un niño necesita, es como si se pretendiera regular por ley o decreto o normativa las sesiones de diálisis que una persona con problemas renales necesitara, el número de sesiones viene dado por el criterio técnico del equipo de especialistas, pues con las horas de AT es lo mismo, será el equipo especializado quien debe decidir si un niño requiere de 3 o 20 horas semanales de intervención, no hay dos niños iguales. Este es otro problema al que hay que enfrentarse, las Administraciones pretenden regular el número de horas como si las necesidades de un niño pudieran sumarse o restarse como una operación matemática.

Debemos tomar también en consideración el tiempo de atención en el entorno familiar, es decir, que en familias que han recibido una adecuada formación, esta “intervención” puede extenderse los 7 días a la semana. Considerando que hablamos de niños pequeños, es muy importante no generar una saturación en el niño. Es básico remarcar que a mayor capacitación por parte de la familia, mayor intensidad y duración podrá tener esta intervención. La tutorización de la familia por parte del equipo profesional es un procedimiento que ayuda a extender esta atención, la formación de la familia adquiere por tanto una gran relevancia.

Consideraciones:

Es importante disponer de un completo protocolo de atención para poder enfrentar de forma ordenada todo el proceso. Ya que la atención en el autismo es interdisciplinar, y es importante por tanto disponer de un diseño que abarque no solo el primer momento del diagnóstico, sino se extienda a otros ámbitos, de forma que se genere un mejor aprovechamiento de los recursos económicos y humanos existentes.

En otros aspectos relativos a bebés prematuros o muy prematuros, parálisis cerebral, Síndrome de Down, hipoacusia, ceguera, metabolopatías o patologías genéticas conocidas, enfermedades raras, u otros aspectos que incidan en el desarrollo típico del bebé o el niño, el procedimiento será similar en cuanto al protocolo de detección, diagnóstico e intervención en el niño.

Efectos de NO recibir AT de calidad

Como hemos visto, la AT es un factor fundamental y que marca la diferencia entre un niño con autismo que presente un desarrollo adecuado y que adquiera competencias básicas y uno que no. Esto se traduce en algo muy duro, niños que presentan conductas problemáticas y que acaban siendo medicados en un intento de controlar conductas, estrés familiar, y una mala calidad de vida del niño y de su familia.

Realmente no se puede generalizar, pero básicamente los dos aspectos principales que se deben abordar en la AT en niños con autismo en una primera instancia están relacionados con los desordenes sensoriales y la comunicación. Por supuesto habrá variaciones en función de cada niño y de sus necesidades o déficits, pero para eso se debe realizar una adecuada valoración del niño. Una vez se abordan los problemas sensoriales y de comunicación el equipo decidirá que otros aspectos se trabajaran, ya sea de forma simultánea o secuencial lo referido a autonomía personal, habilidades básicas de la vida diaria, etc,… El abordaje evitará que el niño presente frustración, berrinches, irritabilidad, malas conductas, etc,…, es decir, que aunque cada niño tendrá su propio ritmo, su evolución en edades tempranas será más rápida, y la adquisición de competencias básicas evitará generalizaciones inadecuadas o comportamientos no deseados, y de esa forma estaremos preparando al niño para la escuela (por ejemplo) y además estaremos formando a la familia para poder abordar con eficacia los desafíos que se pueden presentar en al crianza de un niño con autismo.

Si esto no se da, lo que es probable que suceda es que el niño no presente avances adecuados, el estrés familiar se dispare, la llegada al colegio sea muy compleja, etc, y la probabilidad de que la única vía para “controlar” las malas conductas sea una solución química con muchos efectos indeseados.

La realidad nos dice que en España hay pocos centros de AT que dispongan de equipos de integración sensorial, o al menos de estimulación. También el número de horas que se dedican son pocas, y en cuanto los niños cumplen los 3 años se les envía al colegio, donde normalmente generamos una sobre-exigencia al niño y al colegio. Lo cual es malo para todos, es malo para el niño, para la familia, para los profesionales de educación, …, y que en muchos casos va a generar un retraso importante en el desarrollo del niño.

La realidad es esta, pocas horas de AT, no siempre de calidad, y en muchos casos transferida a un colegio, que ni es el lugar ni es la mejor solución. Aunque es obvio que al final el niño debe acudir al colegio, lo que no debemos hacer es que por su derecho a la educación le restrinjamos su derecho a la salud. Y esto es el drama oculto que viven las familias, que en vez de ser conscientes de que la AT debe ser el pilar de la intervención, el sistema los envía al colegio, con al esperanza de “tapar” el problema y por tanto la reclamación familiar.

Es por tanto fundamental el hecho de que se exija a las Administraciones una oferta adecuada y que contienda con un modelo moderno de intervención. Animamos a asociaciones y familias a incidir de forma intensa en este aspecto fundamental, ya que no solo acaba resultando más económico, sino que potencia y acelera los avances de los niños. No hacerlo provoca un mayor costo, que generalmente recae en la familia, mayor sufrimiento familiar y limitar en muchos casos los avances de nuestros niños debido a una visión limitada de qué se debe hacer en la intervención del autismo.

Fuente: http://autismodiario.org/2016/05/14/la-atencion-temprana-autismo/

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Entendiendo al alumno con autismo

Por: Daniel Comin

La atención educativa al alumno con autismo es un reto en todos los sentidos. No es fácil, requiere de esfuerzo continuado por parte del docente, obliga a recapacitar y a reflexionar sobre todo lo que se pensaba era correcto. Nos hace replantear casi todo lo que nos dijeron sobre técnicas educativas. Pero, y siempre hay un pero, conseguir que un alumno con autismo progrese adecuadamente, hará que todos nuestros otros alumnos aumenten su rendimiento ¡Increíble, verdad!

Y es que, para todo docente, los retos deben ser un acicate, algo que excite hasta la última neurona. No es simple el tener que cambiar nuestra estructura mental de técnicas educativas, el rehacer todo nuestro modelo, ese que pensábamos que funcionaba tan bien, y empezar a plantearnos el ¿y si lo estuve haciendo mal desde el principio?

La docencia es algo maravilloso, es quizá uno de los trabajos que más satisfacciones pueden dar a un profesional. Pero a su vez, y aunque muchos no lo crean, es una profesión extremadamente difícil. El docente se enfrenta a diario a mil y un desafíos. Muchos los impone el propio sistema educativo, que por norma general es el gran enemigo de los alumnos y los educadores. Son sistemas creados por políticos basados en dogmas y que pretenden diseñar planes fantásticos que normalmente acaban siendo un desastre, aunque afortunadamente para el responsable político, siempre podemos culpar al docente del fallo del sistema. A veces, hasta tendrán razón. Cosas de la estadística.

Como en cualquier otra profesión habrá excelentes, buenos, normales, mediocres y malos profesionales. Pero la docencia requiere de cierto nivel vocacional, sea este previo o sobrevenido ¡Y ojo a las vocaciones sobrevenidas! Quizá alguien acabó en la docencia de rebote, pero no era consciente de lo emocionante que es enseñar, si tienen un colega con ese perfil, quizá sea una buena idea ayudarle a descubrir esa pasión. Y a los docentes que les apasiona su trabajo, quizá el sistema se empeñe en ponérselo todo bien difícil. No importa, hay que ser inmunes al desaliento, el resultado merece la pena.

Pero, ¿y cómo abordo el reto de unos alumnos a los que no entiendo y para los que nadie me formó? Pues aquí van algunas idea y recomendaciones sobre los aspectos más importantes a conocer sobre el alumno con autismo, indistintamente de si tiene altas capacidades o si requiere de mucho apoyo, de si tiene 5 años o 16.

¿Qué aspectos son los que generan mayores problemas para el alumno con autismo?

LA COMUNICACIÓN

Está fuertemente afectada, en casos de niños pre-verbales quizá su nivel de compresión del lenguaje verbal sea muy bajo. A pesar de que alguien les haya dicho que en realidad el niño lo entiende todo, la probabilidad de que esto sea cierto, es muy baja. Para entender los déficits comunicativos haremos un breve repaso a las carencias y sugerencias para resolverlas.

Niños pre-verbales:

Los apoyos visuales son básicos, su capacidad de comprender el lenguaje verbal puede estar afectada, el lenguaje es algo rápido y que requiere de un proceso instantáneo. Imaginen que ustedes están en un pequeño pueblo del Pakistán, donde sólo hablan urdu, idioma del que usted no tiene ni idea, para entenderse necesitará usar gestos, dibujos, expresión gestual, etcétera. Bien, pues esto es lo mismo. Imagine que su alumno no habla español, así que deberá dar esos apoyos para que exista una comunicación funcional, es decir, el niño entiende su petición y usted la suya.

Pueden crear secuencias temporales visuales, que son una forma de explicar qué va a suceder a continuación, o qué esperamos que el niño haga. Si realizamos una asamblea al inicio del día, pongamos ese apoyo visual al niño, donde le explicamos qué vamos a llevar a cabo y qué sucederá después, de esa forma no solo explicamos qué pasa ahora, estamos anticipando al niño qué sucederá después. Usemos esos refuerzos visuales de forma que el niño pueda tener tiempo para procesar la información ¿Recuerdan su estancia en el pueblo de Pakistán? Seguramente para explicar cualquier cosa todo les llevó más tiempo que si hubieran dominado el urdu. Tengan paciencia. Además tienen un recurso de apoyo estupendo en el aula ¡los otros niños! Ellos pueden ser un factor determinante, además será una vía fantástica de establecer lazos sociales, algo que veremos más adelante.

Demos apoyos puntuales a lo largo del día, a veces, si requerimos de un momento de silencio, quizá un sencillo post-it con una cara silenciosa sea más que suficiente (apenas nos llevará 10 segundos realizarlo), estos aspectos de dar estructura, anticipar, apoyar la acción presente y futura nos serán tremendamente útiles. Vale, nos obliga a preparar el material de forma previa en muchos casos, pero es nuestro trabajo, y ¡ojo!, les puede resultar muy útil para generalizar contenidos para todos los alumnos.

Pueden crear un calendario para el aula, donde aparezcan las actividades del día. Paneles informativos, etcétera, pero ojo a la saturación, no se trata de crear los relieves de la tumba de Tutankamon, un exceso de información también puede ser contraproducente. El uso de TEACCH como metodología para el aula da buenos resultados y ayuda a estructurar también los espacios.

Niños y adolescentes con buen desempeño verbal:

Aunque parezca mentira, los apoyos visuales les van a seguir siendo útiles, no importa si son capaces de tener un discurso verbal perfecto, la probabilidad de que tengan un mal proceso de instrucciones verbales es muy, pero que muy elevada.

Cuando el alumno con autismo no atiende adecuadamente, o nos da una respuesta inadecuada, no es porque nos estén desafiando, probablemente nuestra petición estuvo mal formulada. Hay un aspecto importante, la literalidad. Deben contender con ella a todos los niveles.

Se puede dar el caso que entremos en el aula y los alumnos estén revolucionados. Damos la orden verbal del tipo “¡Chicos, silencio, siéntense que la clase va a empezar!”, y todos los alumnos hacen caso menos uno, que sigue dando vueltas y saltos por clase, obviamente nos va a desestabilizar nuevamente el aula. Muchos pueden pensar que es una conducta desafiante. Bien, rebobinemos. Entramos nuevamente en clase, sabemos que Carlos tiene autismo, nos dirigimos a él, lo tomamos por los hombros, lo paramos, y decimos “Carlos, préstame atención, la clase va a empezar, debes sentarte y preparar tu material” y a continuación decimos al resto “¡Chicos, el resto lo mismo, siéntense que empieza la clase!”. Algo tan sencillo como esto puede generar grandes cambios. A su vez podemos apoyarlo con el post-it del momento, o con un material que ya tenemos preparado.

Es importante poner bien los enunciados en las pruebas que realicemos ¿recuerdan los problemas de la literalidad del lenguaje? Pues si le damos un par de vueltas a los enunciados, seguramente mejoraremos la capacidad de comprensión de todos nuestros alumnos. Docentes que han realizado estos pequeños cambios metodológicos ven como estas modificaciones impactan de forma positiva en TODOS sus alumnos.

LOS DESÓRDENES SENSORIALES

El autismo tiene un fuerte componente sensorial, cada niño puede ser distinto, pero será raro el niño con autismo que no presente algún tipo de desorden sensorial. Estos pueden ser auditivos (con hipersensibilidad), táctiles (no se dejan tocar), visuales, propioceptivos (problemas de percepción corporal) o vestibulares (inseguridad gravitacional). Y pueden presentarse de forma independiente o combinados. Los problemas sensoriales van a impactar de mil formas diferentes. Desde un mal control postural, impulsividad (No confundir con hiperactividad), inatención (No confundir con déficit de atención), excitación y nerviosismo,…, de tal forma que pueden hacer que la estancia del niño en el aula sea muy compleja para él, y por extensión para todos los demás. Entender los desordenes sensoriales en el autismo es fundamental, básico, imprescindible. Quizá no podamos resolverlos, para eso están los especialistas en integración sensorial, pero sí podemos hacer pequeños cambios en la rutina que nos ayuden un poco a mejorar el bienestar del niño.

Tienen muchas información sobre los aspectos sensoriales aqui. Es una buena idea compartir información con los terapeutas del niño, ellos nos pueden dar trucos y pautas en función de las necesidades específicas del niño. Pero hay algunas ideas generales que nos pueden ser útiles con casi todos.

La hipersensibilidad al sonido es bastante frecuente, vemos como el niño se tapa los oídos y lo más normal es que a partir de ese momento esté bastante nervioso. Podemos usar apoyos visuales para que el propio niño nos advierta de que hay mucho ruido y que eso le molesta, quizá al principio al niño le cueste asociar ese exceso de ruido con el apoyo visual, pero con un poco de paciencia lo conseguiremos. Cuando veamos que está demasiado saturado, podemos buscar un lugar más tranquilo donde tenga tiempo a “reponerse” sensorialmente, también podemos hacer que cambien la sirena o timbre de aviso por música, es algo realmente sencillo. Podemos usar unos auriculares a modo de “tapón” auditivo, o sencillamente unos sencillos tapones, conseguimos reducir el nivel del sonido que el niño percibe. Usen su creatividad, hay muchas opciones que podemos usar.

Cuando el niño se muestra inquieto y movido, puede ser porque sencillamente necesita moverse, ya sea para relajarse, o porque sus sensaciones corporales están alteradas, y requiere de esa ubicación espacial. Podemos o bien, darle un espacio físico y de tiempo, o incluso proponerle actividades que le obliguen a moverse. Con lo cual podemos matar dos pájaros de un tiro.

Muchas veces se sientan mal, tienen un mal control postural, quizá usar un balón como los que se usan para hacer ejercicio puede ser de ayuda, incluso para su impulsividad motora. O utilizar otro tipo de sillas (esto último suele ser complicado en un colegio público por aquello de los presupuestos).

FUNCIÓN EJECUTIVA

En el autismo, y también en el TDAH, las funciones ejecutivas presentan fuertes déficits. Es importante conocer en profundidad todo lo relacionado con las mismas y las técnicas educativas existentes para reforzar este déficit. Y ¡ojo! No importa si es de alto o bajo funcionamiento, el problema está en todos los casos. En mayor o menor medida. Y nuevamente, si establecemos trabajos en el aula para mejorar la función ejecutiva, TODOS los alumnos se van a beneficiar.

Pueden usar modelos de aprendizaje colaborativo, de forma que, combinado con apoyos visuales y la fuerza del grupo, mejorar estas carencias. El trabajo en grupo bien organizado siempre es una buena idea.

Pueden apoyarse en el servicio de orientación educativa para que les suministren material y metodología, que la hay y mucha.

ESTADOS EMOCIONALES

Cada día adquiere más y más relevancia todo lo relacionado con la educación emocional, y obviamente, los alumnos con autismo no son una excepción. Un modelo educativo que contienda adecuadamente con los aspectos emocionales del alumno va a ser muy adecuado también para el alumno con autismo.

Es muy habitual que el alumno con autismo sufra de aislamiento social por parte de sus compañeros. El uso de sociogramas nos va a ser muy útil, incluso para detectar casos de niños que puedan estar en una situación social similar. En algunos centros educativos esto es algo que forma parte de la rutina diaria, en otros jamás los han hecho. Pues son extremadamente útiles, el costo en tiempo es muy bajo y el económico puede ser cero. Disponer de estos mapas de relaciones de los alumnos nos va a dar una poderosa herramienta para el aprendizaje social. Y no solo de los alumnos con autismo.

La sensación de fracaso del alumno con autismo es algo muy habitual, más de o que debiera. Es importante reforzar la autoestima del alumno. Pero ojo, si ponemos al alumno al fondo de la clase y pensamos que se va a esforzar para recuperar puestos, quizá acabe el curso en el fondo de la clase. En muchos casos estos alumnos requieren de un continuo apoyo emocional, de creer firmemente en ellos. Da igual si sacan un 3 o un 10 en un examen, lo importante es valorar el esfuerzo que el alumno lleva a cabo. El sistema de evaluación es tremendo, evalúa la capacidad de un alumno por cuanta información pudo retener para superar un examen, si al otro día la olvidó toda da igual. Aquí es donde nuevamente el docente marca la diferencia ¡Márquenla! No piensen que el alumno no se esfuerza porque no quiere, a veces sencillamente no tienen ni la motivación ni el motivo. Habrá pues que darle ambas. No podemos permitir que el alumno no desee acceder a situaciones de aprendizaje significativo por el mero hecho de que su estado anímico es malo. Tengan fe en ellos, crean en ellos.

También hay que ser cuidadoso con la sobre-exigencia, si pedimos algo imposible para el alumno en un momento determinado, podemos inducir un modelo de indefensión aprendida, incluso de forma inconsciente. Creer en ellos es básico, pero conocerlos para que adquieran conocimientos a su ritmo y en base a sus capacidades también.

Todos estos aspectos frenan la interacción social del alumno con autismo, el resto de compañeros no le entienden, con lo cual creamos un efecto adverso para ambos. Por una parte, no damos herramientas de comunicación al alumno con autismo, y por la otra, no explicamos al resto de alumnos que su compañero requiere de cierto apoyo en el proceso de comunicación que acaba impactando en la sociabilidad. Los compañeros son un elemento de gran calidad en el proceso educativo del alumno con autismo, pero él lo es a la vez en la educación en valores del resto de compañeros. Hagan un trabajo de doble vía, expliquen a sus alumnos la dificultad comunicativa y de interacción social, a continuación provean a todos de herramientas, y ¡voila! ya lo tienen, acaban de conseguir que todos los alumnos del aula se conviertan en un apoyo real, ese que el sistema educativo no le pone por nadie sabe qué motivo económico o legal. Y eso, también es educar. Enseñar a los alumnos la importancia de la solidaridad, de aceptar la diversidad, de que vean como su compañero, por el hecho de ser diferente, no es mejor ni peor.

Otro aspecto que tiene que lidiarse es el de la etiqueta. Estas son muy útiles para muchas cosas, pero no deben usarse ni como estigma ni como excusa. Alumnos que directamente se escudan en “Es que tengo autismo” para justificar todo. Y por ahí tampoco hay que pasar. Las etiquetas deben usarse como una herramienta más de trabajo, no como un justificador, y ni siquiera excusen al niño cuando haga algo mal con lo de “es que tiene autismo”, como si tener autismo justificase todo. Si hizo algo mal analicen el por qué, quizá no lo entendió bien, por tanto la culpa no es achacable al autismo, sino a la metodología que estamos utilizando. Cuando algo falle, que esto pasa siempre, no busquen culpables a quien responsabilizar, busquen soluciones, que las hay. De la misma forma esto es extensible a alumnos con TDAH por ejemplo, o con cualquier otra diferencia. No permitan nunca que la diferencia del alumno sirva para justificar nada. Puede que el autismo complique las cosas al alumno, eso no se pone en duda, pero si lo hacemos bien, al final, si hemos hecho bien el trabajo, veremos como somos capaces de sacar otro tipo de conclusiones bien distintas. No somos perfectos, nadie lo es, pero somos capaces de buscar la mejora continuada.

El alumno con autismo no desea fastidiarle el día, ni el de sus compañeros, aunque quizá lo acabe haciendo. Pero en vez de culpar al niño de esa situación, quizá debamos ahondar un poco más en las emociones del alumno. Todo tiene siempre un por qué.

LA FAMILIA – EL DOCENTE – EL COLEGIO

Aunque a alguno le chirríe esto, pues hay que contender con ello también. A veces uno de los problemas escolares del niño con autismo es su propio entorno. O bien su familia, o bien el docente o bien el colegio en sí, o todos a la vez. No es que sean todos unos sádicos malvados, es que a veces, bien por desconocimiento, o bien por omisión, nos dejamos llevar por nuestros propios estados emocionales. Es importantísimo que exista una buena comunicación y coordinación, entre la familia y el colegio. El uso de agendas nos ayudará mucho en el quehacer diario, es una forma también de que podamos transmitir información relevante entre casa y el colegio y viceversa. Por ejemplo, si el niño durmió mal, o ese día va más nervioso de lo habitual al colegio, si tenemos esa información nos va a ayudar a adecuar un poco las primeras actividades del niño, de forma que no contribuyamos a ponerlo más nervioso. Y al revés, si el niño tuvo un día complicado en el colegio, esa información les vendrá muy bien a mamá y a papá, para que ese día las actividades de después del colegio sea más relajantes.

De igual forma, compartir información con los terapeutas del niño nos va a ser de gran ayuda, ellos son especialistas en autismo, y nos podrán dar mil y un trucos. E igualmente, compartan información con la familia, ellos son los mayores especialistas del mundo en su hijo.

Todos tienen la misma misión, que es conseguir que el niño sea feliz y que adquiera nuevos conocimientos y competencias, por tanto, ¡hablen entre ustedes!

COROLARIO

Es fundamental partir de la premisa de que el alumno puede conseguirlo. No pongamos límites nunca, nunca pensemos que debido al autismo el alumno tiene unas limitaciones insalvables. Ya sea con niños pequeños o con adolescentes, siempre podrán dar más de lo que pensamos. No hagamos evaluaciones previas basadas quizá en prejuicios. Si el alumno no consigue cumplir las metas que establecimos para él, no lo culpemos a él. Quizá o le pusimos metas imposibles, o no supimos guiarle para alcanzar esas metas. No somos perfectos, podemos equivocarnos, pero lo terrible es equivocarse de forma sostenida en lo mismo.

El sistema educativo no se lo pone fácil a nadie, pero no pidamos que sea el alumno el que lo resuelva, es responsabilidad del docente también, formar parte de ese cambio. Una vez me dijo una maestra que sus compañeros le echaron en cara que todos sus alumnos aprobaban, y pensaron que era muy blanda en vez de pensar que a lo mejor era excepcional. Y sin embargo, por el motivo que fuera, al siguiente curso los otros profesores se esforzaron más, también debemos dar ejemplo, y no solo a nuestros alumnos.

Todo docente tiene una serie de derechos que deben ser respetados, pero sus alumnos también tienen derechos, en muchas ocasiones esto puede que se olvide; recordar a diario que la función del educador, es algo más que lo que el sistema nos dice, es básico.

Usen todos los medios posibles, a veces lo imposible se convierte en realidad. Y no dejen de formarse, la formación continuada es básica. Se supone que esa formación debe darla el propio sistema educativo, hagan fuerza para que esto sea realidad. Si creen que uno de sus alumnos necesita determinados apoyos y no los tiene, y si nadie les está haciendo caso, sean honestos, díganselo a la familia, la familia puede tener mucha más fuerza en la exigencias de los apoyos que el propio docente.

Si por alguna razón se sienten que las situación les supera, ¡no se preocupen! Todos pasamos por el Síndrome del incompetente en un momento u otro. Recuerden la segunda ley de Clarke: La única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá, hacia lo imposible.

Fuente: http://autismodiario.org/2016/06/29/entendiendo-al-alumno-autismo/


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